sábado, febrero 24, 2024

Aquí, allá y en todas partes: ‘Para que no perezca la sensibilidad humana’, algunas reflexiones de Edgardo Sanabria Santaliz sobre el oficio y algo más

 por Carlos Esteban Cana


Edgardo Sanabria Santaliz

 He entrevistado al escritor puertorriqueño Edgardo Sanabria Santaliz en diversas ocasiones. Hemos conversado sobre su trayectoria, sus libros de cuentos publicados a partir de la década del 70 y que hasta la fecha totalizan seis colecciones (Delfia cada tarde, 1978; El día que el hombre piso la luna, 1984; Cierta inevitable muerte, 1988; Las horas púrpuras, 1994; Antes del último día, 2015; y Cuentos para mirar con microscopio, 2016). También hemos pasado revista sobre sus ensayos narrativos, algunos de los cuales fueron incluidos en la antología El tramo ancla que compiló Ana Lydia Vega en 1988 y en sus propios libros Peso pluma (1996) y Quiérete mucho (2005). Nuestras tertulias, además, han dado un espacio significativo a la poesía, género literario al que se acercó formalmente a partir de los cuarenta años. Su poemario El arte de dormir en una silla de hospital recibió el Premio Instituto Cervantes de poesía (exaqueo) del Concurso Internacional Juan Rulfo en el 2002. 

 A continuación, hago acopio de algunas reflexiones sobre el oficio apalabrado que este escritor boricua nacido en el pueblo de San Germán en 1951 ha compartido con este servidor a través del tiempo.

 Dice Edgardo Sanabria Santaliz:

 “La poesía es el género de la madurez (se basa en la experiencia de vida) y es lo más difícil de escribir porque comprime, como en el cuento, las ideas y los sentimientos. Digamos que salté del cuento a la poesía cuando las alegrías y las tristezas de la vida ya no las podía expresar en prosa”.

  “El amor al arte mismo me llevó a entregarme al Dios cuya belleza se manifiesta parcialmente en el arte y cuyo poder hace que los seres humanos, al igual que Él, sean capaces de crear”.

  “Con frecuencia el ensayista utiliza elementos narrativos para ilustrar sus ideas. De ahí que considere muchos de mis ensayos lo que nombran como 'ensayos narrativos', ya que utilizan dicho mecanismo”.

 “Poética es una palabra muy grande para la cantidad y la calidad de poemas que he escrito. Sigo siendo un aprendiz de poeta. La poesía, en mi caso, se nutre principalmente del dolor”.

 “Poesía viene del griego, que significa crear o creación. La poesía es la creación rimada del lenguaje en busca de la esencia de las cosas. El arte, en general, y la poesía, en particular, son necesarios para que no perezca la sensibilidad humana”.

 Y para cerrar esta edición de “Aquí, allá y en todas partes” dedicada a Edgardo Sanabria Santaliz, una de sus poesías:

 

Prohibido mandarte poemas tristes,

tendré que enviarte entonces

mi mudez

porque la alegría no tiene palabras

mientras el dolor es

elocuente como las lágrimas

o la sangre derramada,

una risa una sonrisa

son un discurso pronunciado con los labios

y con las pequeñas arrugas

en la esquina de los ojos

y con la frente clara

y con la respiración que entra

y sale por el doble túnel

que lleva a los pulmones

donde circunvuelan los suspiros,

me has dejado sin la posibilidad de hablarte

excepto cuando el sufrimiento duerme,

que es una hora al día y con la ayuda de somníferos,

y el resto del tiempo hago visajes como un mimo de feria

ante quien se carcajea el público.

 

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