domingo, marzo 17, 2024

En las letras, desde Puerto Rico: Eric Landrón poeta, chamán y juglar

por Carlos Esteban Cana

Pocos escritores han podido calar en el pueblo como Antonio Machado o Miguel Hernández en España, Pablo Neruda a nivel global. En Puerto Rico, sin duda, los clásicos son Palés, Corretjer, Julia de Burgos y Angela María Dávila. En décadas recientes el turno le corresponde al llamado Juglar del Pueblo: Eric Landrón.

Eric Landrón e Ivania Zayas
Ya sea por su presencia continua en las múltiples causas que apadrina, por su gestión cultural, las legendarias bohemias roqueras junto a Tito Auger o con Ivania Zayas (QEPD), o por la excelencia de su propia poesía, lo cierto es que la presencia de Eric Landrón trasciende a la Ciudad Universitaria para cubrir a todo Puerto Rico.

Desde traer y promover el fotopoema a las letras boricuas así como lo que nombra pintuversos, ese maridaje entre pintura y poesía; pasando por sus libros Piropazos, Delirio de esperanza, Vía crucis y redención del calvo; sus famosos brindis hasta las piezas que componen “Pandora: el paraíso perdido” o “Chávez de amor y de lluvia” junto a Danny Rivera, Landrón combina el tono lúdico y juguetón con la riqueza del lenguaje, sazonando conciencia con humor, artesanía, activismo y liviandad lírica de tal modo que tanto el especialista académico como el lector aficionado reciben con agrado su obra poética.

En una entrevista con este servidor, el Juglar apuntaba: “La poesía, y todo arte, es imprescindible en este momento deshumanizante. Somos los nuevos chamanes de este mundo, los sanadores del alma. Somos los profetas. Estamos ahora, como los antiguos, capturando los bisontes en estos nuevos tiempos en los que se padece de mucha enfermedad mental. La felicidad está vinculada a las cosas sencillas de la vida, a los pequeños actos de amor que podemos ofrecer en la vida”.

Eric Landrón con integrantes de Taller Literario en la bohemia Laro y sus amigos

Para quienes deseen escuchar a Eric Landrón, el próximo 21 de marzo, Día Internacional de la Poesía, leerá su poesía en el Teatro Paradise en Río Piedras a las 7:30 pm como parte de la serie de eventos “Encuentro de poetas y Encuentros poéticos” que coordina el reconocido gestor cultural y escritor Ricardo Cobián Figeroux.

Eric y Tito Auger

Y para cerrar este breve recorrido por la trayectoria del poeta Eric Landrón, comparto con ustedes el poema “Qué pena” que leyó durante un evento en contra de la Pena de Muerte organizado por Amnistía Internacional.

 https://www.youtube.com/watch?v=NUkkJwZni34




Ciclo de poesía hispanoamericana actual 2023-2024


 

jueves, marzo 14, 2024

En las letras, desde Puerto Rico: Ana-Loreanne Colón: ‘Solo quiero llegar a mí, a ese lugar profundo que aún dezconozco’

por Carlos Esteban Cana

La escritora Ana-Loreanne Colón, para fortuna de sus lectores, de una u otra forma, ha estado presente en estas semanas. Hace un mes presentaba su nuevo libro titulado Mediodía el 10 de febrero en Casa Ruth en Río Piedras  y el 24 de febrero en la Sala Leopoldo Santiago Lavandero en la antigua Casa Alcaldía de Caguas. Mediodía es su primer poemario y forma parte de la nueva Colección Pangea del Colectivo Editorial Luscinia. Además, el 18 de febrero, publicó su artículo “Se nos secan las ideas” en la sección de columnas Punto de vista del periódico El Nuevo Día. En el mismo, Ana-Loreanne formulaba unas preguntas importantes para aquellas personas que han decidido dedicar su vida a ser artista, a vivir y trabajar desde la creación: “¿Quién le da trabajo a un artista? ¿Quién le ofrece un sueldo digno a quien ejerce la labor de crear? ¿Quién entiende que tenemos una responsabilidad social que va mucho más allá de entretener y que merece ser tomada en cuenta? ¿Cuál es nuestro lugar? ¿Dónde encontramos la estabilidad?”.

Y de esa manera, con el poder de su formación profesional, su sensibilidad y su continua reafirmación como mujer actual-compasiva-humana, entró al escenario de las letras boricuas con una colección de cuentos, a mi entender, poderosa. Sangre mía llegó a las librerías y a los lectores gracias a Publicaciones Gaviota en el 2020. Y de inmediato, cuando solté el libro después de la primera lectura, quedé rebobinando la memoria hacia otros libros de cuentos de la tradición narrativa puertorriqueña y sentí que gran parte de los personajes femeninos en estas páginas abordaban las encrucijadas de una forma diferente. Hay en ellas un talante de asertividad general, por nombrarlo de alguna manera, que no deja espacio para un sabotaje propio o la autovictimización en la caracterización. Por eso y más considero Sangre mía un libro importante, de cabecera, dentro de lo que se ha escrito en estos 24 años del siglo XXI en Puerto Rico. Un libro que hay que leer y releer, porque a la misma vez son unos cuentos que invitan a eso, a regresar a sus páginas, a la relectura. No por casualidad, Sangre mía obtuvo la Medalla de Oro en la categoría de Colección de cuentos en español en el año 2021 que otorga el International Latino Books Awards en los Estados Unidos.

Planteado todo lo anterior, quiero agradecer a la escritora que me haya permitido entrevistarle. En los datos suyos encontré que la autora se nombra “amante de los sueños y de la buena lectura. Un alma libre. Una vida redimida por la escritura”. Y algo de eso permea la textura de sus respuestas en esta entrevista y también (quizá a modo de manifiesto inherente personal) eso que añade su biografía: “Cree firmemente en la justicia, en el arte y en la paz”. Con ustedes Ana-Loreanne Colón.


¿Cómo se dieron los primeros pasos suyos en el universo creativo? ¿Cuáles fueron los primeros libros, las primeras películas u otras obras de la cultura en general que le inspiraron lo suficiente como para iniciarse en estos caminos artísticos?

Ana Loreanne: Tuve la dicha de crecer entre mujeres creativas; mi abuela, mi mamá y mis tías: todas hacían arte. Recuerdo que abuela tenía un taller de cerámica y me dejaba estar con ella durante todo el proceso de creación. Ahí fue que tuve mi primer encuentro con la concepción de lo que es una idea: pensarla, gestarla, formarla poco a poco, detalle a detalle, hasta tener entre mis manos lo que en principio estuvo en mi imaginación.

En cuanto a los libros, vengo de una familia de libreros. Yo no iba a campamentos de verano; yo iba a librerías. Pasaba largas horas perdida entre estantes de libros, leyendo e intentando comprender. Fue una de las etapas más hermosas de mi vida, a la que volvería una y otra vez. Los primeros libros que puedo considerar míos fueron un libro de cuentos que mi mamá me leía cada noche: Cuando Oscar era un pequeño gruñón, y un diccionario de sinónimos y antónimos. Luego, cuando fui creciendo y aprendiendo el lenguaje, fue desarrollando un criterio más estético; según los adultos, muy adelantado para mi edad. Conservo en mi biblioteca personal las primeras antologías de cuentos que se utilizaron en el Departamento de Instrucción Pública; fueron un regalo. Ahí supe que quería ser cuentista.

¿Qué motiva su poesía? ¿Qué le mueve a escribir su prosa, su narrativa? ¿Cómo se da en usted ese proceso? ¿Cómo inicia? ¿Hay algún momento ideal para colocarse ante la pantalla o ante la página en blanco? ¿Qué momentos, si algunos, son más propicios para escribir?

Ana Loreanne: Me mueve el saberme viva. Mientras respire, tendré algo para contar. La disciplina me mueve al cuento, a la crónica. El instinto, a la poesía. Aunque son procesos distintos, todo nace de la observación y del silencio. Necesito detenerme y mirar a mi alrededor; permitirme percibir lo que me rodea. Mi escritura es, en su mayoría sensorial. Me gustan los detalles, todo lo que hace que una persona o cosa sea única. Luego que recargo el pensamiento, me disciplino y separo bloques de tiempo para escribir. Lo suelo hacer en distintos momentos del día. Así consigo que cada momento de escritura sea diferente. Me gusta el silencio y la brisa fresca; sentirme cómoda. El resto, va llegando poco a poco.

¿Cómo ha logrado llegar a los lectores?

Ana Loreanne: Creo mucho en que quien escribe debe hacerlo desde y para la solidaridad y la empatía. Me ha servido investigar y tratar temas sensibles con mucho respeto; siempre sin apropiarme de luchas o dolores ajenos. Eso es muy importante. Como escritora tengo licencia poética para imaginar y para crear, no para invadir.

Actualmente, ¿qué está leyendo?

Ana Loreanne: Todo lo de Cristina Peri Rossi, también tengo sobre la mesa a Rossi Braidiotti y a Elvira Sastre, que me parece mágica.

¿Cómo ve el futuro de la humanidad? ¿Qué le preocupa? ¿Algo de eso se manifiesta en su propia obra?

Ana Loreanne: Confieso que me cuesta hablar del futuro; prefiero el ahora en la plenitud de intensidad. Me preocupa que la prisa, la insensibilidad, el consumismo y el egoísmo nos extinga. Son males que no creo que tengan cura. Me preocupa tanto que es imposible separarlos de mi obra.

Hay quien dice que escribir sana… ¿Tiene ese poder la literatura? ¿Cómo lo ve usted?

Ana Loreanne: Escribir, reconstruye y llena espacios vacíos. Sana heridas tan antiguas como la existencia misma. Creo que es el instrumento más reparador al que puede tener acceso una persona. De igual forma, es un espacio de reclamo, lucha y sororidad. La literatura puede lograr cualquier cosa que desee por fuerza propia.

La escritora que usted es hoy… ¿Es la misma que publicó primer su libro? 

Ana Loreanne: No. Soy una mujer mucho más consciente del poder de las palabras, del efecto que tienen en quién lee, y de la necesidad que hay de ellas. Soy mucho más sensible; más humana y menos persona.

Si alguien se le acerca y le pregunta qué es necesario para ser escritora… ¿Qué le diría?

Ana Loreanne: Querer serlo; eso es fundamental. Luego, disciplina. Talento sin disciplina no llega a ningún lado… y que no se trata de moda. Esto es pasión y consistencia. Por lo tanto, las redes sociales no son una buena escuela.

¿A qué aspira con sus libros, con su propia obra?

Ana Loreanne: A encontrarme. Solo eso. Si en el camino logro otras cosas, maravilloso. Pero solo quiero llegar a mí, a ese lugar profundo que aún desconozco.

¿Qué le ocupa en estos momentos? ¿Qué proyectos creativos y literarios, si algunos, le ocupan?

Ana Loreanne: Tengo varios proyectos, uno académico y otros creativos. Aún están en gestación, pero tengo mucha fe en ellos. Sé que marcarán un antes y un después en mi carrera.





Inconformes y disidentes -Nelson Rivera


 

Feminismo Descolonial


 

miércoles, marzo 13, 2024

XIII Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico -Poetas invitados al RUM


 

En las letras, desde Puerto Rico: Recordando a don Manuel Joglar Cacho, Maestro de maestros, en su natalicio

por Carlos Esteban Cana

 

 Manuel Joglar Cacho junto a los artistas que escenificaban su poesía Pedro Juan Ávila, Jorge Luis Jiménez y Diana Olivia Valle.

El próximo 20 de marzo celebramos el natalicio del escritor Manuel Joglar Cacho, un poeta que cultivó una obra que trasciende la inmediatez de su época. Premiado por algunas de las instituciones culturales nacionales e internacionales más importantes de su tiempo, don Manuel, además de haber sido un autor prolífico, pudo ver la publicación de segundas y terceras ediciones de algunos de sus poemarios (Por los caminos del día, Faena íntima, Soliloquios de Lázaro, Poema para que no se duerma un niño, La canción que va contigo, y Último surco) algo que no es frecuente en el panorama literario boricua… 


En mi biblioteca tienen espacio privilegiado sus obras completas, publicada por la Oficina de Publicaciones del Instituto de Cultura Puertorriqueña bajo el título Poema inconcluso en 1988 y la excelente edición monográfica de la revista Mairena que circuló en ese mismo año. Aunque lleva casi tres décadas de haber trascendido este plano (8 de noviembre de 1994) los homenajes a su persona han sido frecuentes (el Salón de los Poetas que lleva su nombre en el municipio de Manatí,1996; el volumen #4 de Cuadernos del 98 dedicado a su obra, entre otros) siendo uno de los más recientes la dedicatoria del XI Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico en el 2019. Y, en esa misma dirección, a la vuelta de la esquina, ya calientan motores para la celebración del centenario de la publicación de su primer poemario: Góndolas de nácar. 


Carteles del Festival Internacional de Poesía que le dedicaron a Manuel Joglar Cacho

Para recordar a don Manuel Joglar Cacho nos hemos acercado al escritor Pedro Juan Ávila Justiniano que lo conoció y a quien considera como su mentor.

Carlos Esteban Cana: ¿Cómo conoció a don Manuel Joglar Cacho?

Pedro Juan Ávila Justiniano: Conocí a Manuel Joglar Cacho en su casa de Manatí, cuando fui a visitarlo para tener su autorización de escenificar un recital poético-musical de su poesía y luego grabar ese recital en un disco de larga duración.

Carlos Esteban: ¿Cuál es su libro favorito de su mentor? ¿Recuerda alguna poesía particular del Poeta?

Pedro Juan: El libro preferido del maestro Joglar es Soliloquios de Lázaro. De éste, el primer poema.

Carlos Esteban: ¿Recuerda alguna anécdota de don Manuel que nos pueda compartir?

Pedro Juan: Recuerdo en Venezuela el encuentro entre Joglar y el escritor Arturo Uslar Pietri en una exposición de arte. La conversación amistosa entre ambos.

Carlos Esteban: ¿En algún momento Joglar Cacho le habló de los escritores que él admiraba?

Pedro Juan: Joglar admiraba y era muy amigo de Luis Palés Matos, Juan Antonio Corretjer y Vicente Rodríguez Nietzsche. Su libro Ultimo surco lo dedicó Palés, en su muerte.

Carlos Esteban: Pedro Juan, ¿qué otros escritores se relacionaron con don Joglar Cacho?

Pedro Juan: A Joglar lo visitaban los poetas de Guajana, Jorge Luis Morales, el poeta Clemente Soto Vélez, entre muchos otros.

Carlos Esteban: Sabemos que el Poeta Nacional don Juan Antonio Corretjer escribió
el prólogo a la segunda edición del poemario Por los caminos del día (de Joglar Cacho) a finales de la década del sesenta. ¿Qué más de la poesía del Maestro reflejaba la situación sociopolítica del país? 

Pedro Juan: En Faena íntima, uno de sus primeros poemarios incluye un extenso poema patriótico titulado Tierra mía [y también] el decimario En el carro de los muertos lo dedicó Joglar a don Pedro Albizu Campos y a los héroes del Cerro Maravilla.

Carlos Esteban: ¿Cuáles eran los tópicos que más le apasionaron al Poeta a la hora de realizar su obra?

Pedro Juan: Los temas principales de la poesía joglariana son la naturaleza, el amor romántico, la mujer como morada del hombre y la patria liberada, entre otros.

Carlos Esteban: ¿Qué consejos, recuerda, que Joglar Cacho le ofreció sobre cómo escribir?

Pedro Juan: El maestro me aconsejó siempre leer mucho, desechar los bodrios, no publicar hasta que la obra estuviera bien revisada y ser humilde para aprender de los otros poetas y escritores.

Carlos Esteban: ¿Tenía don Manuel alguna manera particular de leer en público su propia poesía?

Manuel Joglar Cacho declamando su poesía

Pedro Juan: Dos Manolo tenía una memoria impresionante [y tanto es así que] memorizaba el contenido de sus poemarios y los decía sin equivocarse.

Carlos Esteban: A través de los años los libros publicados por don Manuel Joglar Cacho fueron ilustrados por importantes artistas como Rafael Tufiño y José Antonio Torres Martinó...

Pedro Juan: Don Manolo era muy amigo de Rafael Tufiño y muy especialmente de José Antonio Torres Martinó. Éste último lo visitaba con frecuencia y almorzaban juntos en Manatí o en La Mallorquina, en San Juan.

Carlos Esteban: Y para cerrar esta entrevista, ¿puede compartir alguna poesía suya, Pedro Juan Ávila, que usted le haya dedicado a su maestro?

Pedro Juan: Le escribí a mi mentor Manuel Joglar Cacho algunos poemas que él mismo me ayudó a depurar. He aquí un fragmento de uno de éstos:


Pedro Juan Ávila

En tu santuario ha madrugado el alba

revuelan ilusiones.

Se enternece y corona de luz

el mirar de tu estrella

el afán de tu anhelo

el cantar de tu río.

 

Nace con el riego de tu canto

un rosal florecido.

El hombre que has soñado

erguido en tu palabra

cultiva jazmines en la noche

y echa a volar los pájaros del día.

 

El dulce resonar de cien campanas

de tu inquieta e inconclusa melodía

te enlaza en ese viaje luminoso

a la eterna morada.

 

 

Impresiones de Manuel de la Puebla acerca del poeta Manuel Joglar Cacho


martes, marzo 12, 2024

Aquí, allá y en todas partes: Búsqueda, sabiduría y serenidad, en tres poetas españoles y uno mexicano

 por Carlos Esteban Cana


La literatura tiene muchas bondades –eso solía repetir en este plano el narrador Antonio Aguado Charneco-, y entre esas bondades suele prodigar frutos la literatura que indaga en las profundidades de la existencia humana en busca de sosiego y serenidad. Así lo testimonia la obra de escritores y escritoras de todos los tiempos, desde Séneca a Walt Whitman, de Marco Aurelio a Jorge Luis Borges. Dice otro Antonio, el español Antonio Ballesteros González: “Desde siempre, el ser humano ha buscado y perseguido con afán el gran tesoro interior de la serenidad. En una época como la que vivimos, envuelta en el marasmo de la ansiedad y la prisa, […] muchas personas sufren el vacío que produce la sensación de pérdida del sosiego y la quietud. Es por ello necesario indagar en las causas y consecuencias que se han derivado de esta inquieta búsqueda, acaso tan antigua como la conciencia de ser de la propia humanidad”.


Y es ahí que tanto la filosofía como la poesía han dejado surcos necesarios a través del tiempo para cada lector. A continuación comparto algunos poemas que ejemplifican, de un modo u otro, esa búsqueda incesante por acceder a la amada y esa amada, entendiéndose como sabiduría; ese gesto que ilumina al ser mientras renace y se rehace con algo de serenidad.

 

Pedro Salinas en su poemario La voz a ti debida.



XIV

 

Para vivir no quiero

islas, palacios, torres

¡Qué alegría más alta:

vivir entre los pronombres!

 

Quítate ya los trajes,

las señas, los retratos;

yo no te quiero así,

disfrazada de otra;

hija siempre de algo.

Te quiero pura, libre,

irreductible: tú

Sé que cuando te llame

entre todas las gentes

del mundo,

sólo tú serás tú.

Y cuando me preguntes

quién es el que te llama,

el que te quiere suya,

enterraré los nombres,

los rótulos, la historia,

iré rompiendo todo

lo que encima me echaron

desde antes de nacer.

Y vuelto ya anónimo

eterno del desnudo,

de la piedra, del mundo,

te diré:

“Yo te quiero, soy yo”.

 

 

Antonio Machado en Proverbios y cantares.



XXI

 

Ayer soñé que veía

a Dios, y que a Dios hablaba;

y soñé que Dios me oía…

Después soñé que soñaba.

 

XXV

 

Las abejas, de las flores

sacan miel, y melodía

del amor, los ruiseñores;

Dante y yo –perdón, señores–

trocamos –perdón, Lucía–

el amor en Teología.

 

XXVII

 

¿Dónde está la utilidad

de nuestras utilidades?

Volvamos a la verdad:

vanidad de vanidades.

 

XXIX

 

Caminantes son tus huellas

el camino, y nada más;

caminante, no hay camino:

se hace camino al andar.

Al andar se hace camino,

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante, no hay camino,

sino estelas en la mar.

 

XLIV

 

Todo pasa y todo queda;

pero lo nuestro es pasar,

pasar haciendo caminos,

caminos sobre la mar.

 

 

Juan Ramón Jiménez en el poema El ser uno de su libro La estación total.





Que nada me invada de fuera,

que sólo me escuche yo dentro.

Yo dios

de mi pecho.

 

(Yo todo: poniente y aurora;

amor, amistad, vida y sueño.

Yo solo

universo).

 

Pasad, no penséis en mi vida,

dejadme sumido y esbelto.

Yo uno

en mi centro.

 

 

También ese Juan Ramón Jiménez reflexivo se manifiesta en el poema El viaje definitivo, incluido en sus Poemas agrestes, 1910-1911.  


…Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros

cantando;

y se quedará mi huerto, con su verde árbol,

y con su pozo blanco.

 

Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;

y tocarán, como esta tarde están tocando,

las campanas del campanario.

 

Se morirán aquellos que me amaron;

y el pueblo será nuevo cada año;

y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,

mi espíritu errará nostálgico…

 

Y to me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol

verde, sin pozo blanco,

sin cielo azul y plácido…

Y se quedarán los pájaros cantando.

 

Y cierra esta selección la conocida poesía del escritor mexicano Amado Nervo que lleva por título En paz.


Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales coseché siempre rosas.

Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas…

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
 

 

Los gestos inútiles de Rey Andújar


 

Domingo Cultural -Editorial Casa Cuna en Casita Isabela


 

domingo, marzo 10, 2024

Aquí, allá y en todas partes: Reflexiones acerca de ‘Appreciate’, mientras encontramos respuesta

por Carlos Esteban Cana

Con la fecha del 31 de agosto de 3116 en luces de neón, comienza el video del cuarto corte promocional del álbum New de Paul McCartney, titulado Appreciate. El cortometraje nos ubica en el Museo del Hombre, y en cada una de las salas se presenta algún evento cotidiano del ser humano. Las diversas ‘figuras’, inmóviles al principio, ejemplifican una cena familiar, un acto de un titiritero o una típica jornada laboral en una oficina. Es entonces que entra en acción Newman, un robot que se desempeña como guardia del museo. Y es cuando Newman se detiene ante la sala donde figura un músico, en este caso el propio McCartney, que la rutina nocturna cambia. Sucede que un imprevisto sonido que emite una de las cuerdas del bajo provoca vida y movimiento en las figuras humanas.


Es aquí cuando este video del músico británico, dirigido por Andre Chocron, hace eco, a su manera, con obras de ciencia ficción como las de Philip K. Dick o Ray Bradbury; o con aquel famoso libro de Erich Fromm titulado: ¿Podrá sobrevivir el hombre? Lo cierto es que no es descabellado plantearse esa posibilidad de cara la actualidad.

Ya vemos las graves repercusiones que tiene el poco respeto al ambiente y la naturaleza. Y son tan evidentes que gobiernos que antes negaban rotundamente la posibilidad del cambio climático ahora se pronuncian públicamente confirmando la veracidad del mismo. En un planeta con recursos limitados, con una explosión demográfica que crece década tras década y que para el 2050 contará con 10,000 millones de personas. A merced de una desenfrenada carrera impulsada por corporaciones de dimensiones transnacionales, las mismas que – aún obteniendo ganancias mayores cada año – van reduciendo su plantilla laboral gracias a los avances tecnológicos en áreas como la robótica y la inteligencia artificial. Y todo esto en una aldea global donde los poderosos prefieren la guerra, en lugar del desarme y la promoción de la paz.

Queda mucho por reflexionar acerca del presente inmediato y el espacio disponible no da paramás. Quizás, mientras encontramos respuesta para la pregunta de Fromm, podemos seguir el consejo que ofrece el ex Beatle en unos versos de su canción: In the middle of a crisis / You must appreciate the day.

A continuación, el video de Appreciate.

https://youtu.be/VpxdtWJAfSY?si=4WBgi_G1OzU16w28