por Carlos Esteban Cana
Inventario
En el grueso del dedo
una trampa china
un hueco
En el hueco
una específica ternura
un país.
En el país
una agenda gringa
un dolor.
En el dolor
las palabras
ombligo mar tropiezo casa
cajita
las palabras
imperio colonia isla
nación.
Luego del beso del antojo
del trauma
lo que queda.
Contabilizar lo grande y
pequeño que ocupa espacio.
Lo que dejaste de casa
aunque no regresaste.
Hacer de bienes y de males
inventario.
***
Acumulación de sal
Como el movimiento que
suponen
los brazos y las piernas
sobre el agua
así de visceral la cómica
pulsión
de quien intenta aprender
del árbol o del fruto
cualquier suspiro que
anteceda
el crujir de la hoja
cualquier asimilación al
deterioro
que proceda la acumulación
de sal.
***
Límites y musarañas
Al parecer nuestro nombre
y su herida
el día en que creímos la
bendecida gota
la promesa de lo estable
en la saliva
incluso aquella inservible
dedicatoria
fingieron promete mejor
fortuna
que este cúmulo de
musarañas en los ojos
que este golpe de agua
fría sobre la cabeza
que esta cómica pulsión
por trazar límites
sobre el agua y la tierra.
***
El momento de las cosas
es momento de las cosas
que no son
y aquí los meses parecen
haber permanecido intactos
la quietud parece
habernos vuelto estrechos
aquí se llora
se llora el margen
mar de isla
y hace eco
a la hora de los
nombramientos
dilo
no ideas
pero cosas
las más primales cosas
gota
sal
y es que somos cosas
distraídas en nombrarnos
islas llanas de lluvia
recortes fúnebres de
animales pequeños
un abrazo
bajo el sol
en una tarde de domingo
luciendo sonrientes
sabiéndonos repetidos
es momento de las cosas
que no son
y me sostengo lombriz
salada
me preguntan
¿qué tal mi corazón?
¿en qué ocupo mis manos
blancas?
aquí nos ocupan la falta
de las cosas
la carne tibia
las frentes hinchadas de
vergüenza líquida
y sobre las rodillas
cabezas hinchadas de sol
aquí la crudeza del año
nos accede
inquietos y abrazados
cortando los pedazos
que nos cruzan
el breve y minúsculo junte
de nuestros dedos
es momento de las cosas
que no son
y hace un año y siete
meses que me hundo
y no contemplo
en mano alguna
espacio
ni de agua
ni de carne
me conozco en el estado de
lo ausente
nombro cosas
nombro mares recién
descubiertos
y duran lo que dura la
mañana en despedirse
duran lo que dura la
certeza
de este cielo
vertido entre tanto
amarillo
somos cosas distraídas en
nombrarnos
y nos cuesta pequeño el
obsequio
es preciso que se llore
y que dure los quince
minutos estimados
que dura un aguacero
tendido a sol de isla
lombriz salada
sostenida
dilo
somos cosas
y nos estamos viendo solos
la quietud nos pesa
en el año intacto
algún día sabremos querer
recordar que se quiso
algún día y seguiré siendo
lombriz salada
y sabremos si es verdad
que la sal retiene los
pasos
***
He resuelto las horas de
extravío
entretenida revolcando el
polvo,
acariciando aceras y
despedazándome
en el rumbo mustio de lo
incierto,
desmembrando cuerpos
con suntuosas verdades
amarillas,
como quien besa el hielo,
como quien va y sin querer
lo hace.
Lo he resumido todo
en la convulsión de los
sucesos.
Llevo días
cerrando los ojos firme
por lapsos indeterminados
de tiempo.
Aún no descubro la falta.
***
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