sábado, mayo 18, 2024

Verdadera historia de la masacre de Ponce -Raúl Medina Vázquez


 

En las letras, desde Puerto Rico: Manuel A. Crespo Rodríguez, voz protagónica y renacentista de la nueva generación

por Carlos Esteban Cana

Manuel A. Crespo Rodríguez en Autores revista literaria (España).

El libro más reciente del escritor Manuel A. Crespo Rodríguez tiene por título Te estoy velando: Microrrelatos existenciales. Como él mismo explica en el prólogo, el volumen consta de 49 microrrelatos divididos en dos partes: Históricos, “los que tienen mayor grado de similitud”; y Legendarios, “los que tienen mayor grado de ser fantásticos”. Este libro de Crespo Rodríguez se une a Formas de marcharse de Nancy Debs Ramos como las colecciones de narrativa breve más notorias que se han publicado durante el 2024.

Hablar de la trayectoria de Manuel A. Crespo Rodríguez es hacer referencia a una de las voces más interesantes y productivas de la nueva promoción de escritores. Basta con examinar algunos de los temas que son ejes temáticos en su obra como Transhumanismo, un tipo de posthumanismo: ensayos sobre transhumanismo y el debate bioético acerca del mejoramiento humano (2019) u Homosexualidad indoantillana (2022) para ver que estamos ante un escritor sintonizado con establecer miradas distintas, provocativas y novedosas acerca del presente o del pasado y tampoco le intimida ampliar su mirada hacia el horizonte futuro de la humanidad.


Crespo Rodríguez nació en Hatillo en 1992 y es autor además de Pensamientos durante el día: colección de poemas (2022) y las novelas El sociólogo (2022) y El historiador, una novela existencial (2023), que son parte de un proyecto mayor: la serie La pseudoserendipia (2022-2023).


Tan reciente como el 10 de marzo de 2024, la revista Letralia publicó una amplia entrevista que Manuel A. Crespo Rodríguez le concediera al periodista Wilkins Román Samot bajo el título Manuel A. Crespo Rodríguez: 'La mitad de lo que se relata en mis obras es cierto y la otra mitad son libertades literarias'. En esa misma dirección, el 12 de mayo la página cibernética Autores: Revista Literaria originada en España, publicó una selección de sus poesías más recientes. Cabe destacar que Crespo Rodríguez es maestro, artista gráfico, editor, sociólogo y músico; guitarrista de la banda de rock Atomic Waves. También suele participar en recitales y eventos de micrófono abierto (open mics) en el área noroeste de Puerto Rico. Y a todo lo anterior se le suma la publicación periódica suya en wordpress: Manuel Alejandro Crespo Rodríguez. El blog oficial de análisis y reseñas.


A continuación, en esta edición d’ En las letras, desde Puerto Rico aquí en Confesiones, traemos a nuestros lectores una conversación que sostuvo Crespo Rodríguez con este servidor a través de un conjunto de preguntas que contestó de manera espontánea y generosa, sin reserva alguna. Estas son las entrevistas que, sin duda alguna, leo y vuelvo a releer para seguir aprendiendo. Con ustedes, Manuel A. Crespo Rodríguez, voz protagónica y renacentista de la nueva generación.

¿Cómo se dieron los primeros pasos suyos en el universo creativo? ¿Cuáles fueron los primeros libros, las primeras películas u otras obras de la cultura en general que le inspiraron lo suficiente como para iniciarse en estos caminos artísticos?

-- Mis primeros pasos en el mundo creativo fueron cuando comencé mis estudios universitarios en la Universidad de Puerto Rico en Arecibo (UPRA). Entre mis faenas estudiantiles comencé escribiendo ensayos de diferentes temáticas por facebook. Eran de temas controversiales como el aborto o la existencia de Dios. Eventualmente me aventuré en la escritura creativa. Participé en varias competencias de cuentos del Departamento de Inglés de UPRA. Comencé la poesía por esos años mientras tomaba una clase de escritura creativa en inglés. La profesora me informó de mi potencial en la poesía a pesar de ser mejor escritor de cuentos. Olvidé la poesía hasta hace pocos años, cuando conocí a mi pareja.

Solaris (1961), de Stanislaw Lem
Novelas de Harry Potter -J. K. Rowling
Desde mi niñez me acostumbré a leer. Mi padre me decía que siempre leyera porque era una habilidad importante. También me decía que no leyera por leer, ya que leer el mismo cuento treinta veces no contaba como lectura, sino que siempre leyera algo diferente. Claro, esto último me lo dijo porque leí el mismo libro de cuentos como quince veces. Sin embargo, esto me implantó una cultura de lector, de leer Harry Potter o libros de divulgación científica como los de Stephen Hawking. No obstante, la verdadera inspiración para escribir la saqué leyendo Solaris de Stanislaw Lem, o los libros de Isaac Asimov, Charles Bukowski y Jorge Luis Borges. ¡Ellos sabían mucho de letras! Son libros que invitan al pensamiento. A mí me invitaron a escribir.



¿Qué motiva su poesía? ¿Qué le mueve a escribir su prosa, su narrativa? ¿Cómo se da en usted ese proceso? ¿Cómo inicia? ¿Hay algún momento ideal para colocarse ante la pantalla o ante la página en blanco? ¿Qué momentos, si algunos, son más propicios para escribir?

-- Mi poesía la motivan los asuntos cotidianos, pues tienen asuntos que traen sufrimiento y gozo. Igualmente la motivan los pensamientos filosóficos y de las ciencias sociales, dado a que mi formación es más académica que literaria. Esto funciona igualmente para la prosa, con la distinción de que en la poesía me puedo enfocar en un momento, en un instante, a pesar de ser narrativo, mientras que en la prosa mi proceso tiende a ser exclusivamente narrativo. Soy de la perspectiva de que hasta en las ciencias naturales se hace narrativa. Un pensador, ahora no recuerdo su nombre, decía que “vivimos atrapados en el lenguaje como pez en el agua”.

Inicio mi proceso de escritura con alguna idea inmediata, algún asunto presente que captura mi imaginación. Intento en ese momento escribir el asunto en mis libretas, ya que tiendo a olvidar las ideas. Puede ser algún elemento para una trama, la descripción de un personaje, una línea de poema, entre otros asuntos. Por ende, cualquier momento es propicio para la escritura. Lo que debe tener más enfoque, como la edición del poema o la prosa, debe ser en un lugar más tranquilo, preferiblemente en el hogar o en la cafetería tomando un rico café.

Scarface (1983), protagoniza-Al Pacino. Dirigige -Brian De Palma
¿Cómo ha logrado llegar a los lectores?

-- He logrado llegar a los lectores con mi mayor máxima: escribir de forma honesta a pesar de que sea ficción. El personaje de Scarface lo decía de una forma curiosa en una discusión con su esposa en una escena importante: “even when I lie I tell the truth”. Al escribir de temas más existencialistas puedo conectar con la mayoría de los lectores. Escribir de citas médicas para sobrevivir algunas condiciones, de estudios universitarios entre la incompetencia burocrática, de malos ratos en el trabajo, del carro cuando se queda en la calle botando humo y uno sin saber cómo bregar las cuestiones al día siguiente o terminar de pegarle fuego a esa chatarra… estos son asuntos que cualquier lector entiende.

Actualmente, ¿qué está leyendo?

-- En cuanto a ficción estoy leyendo Los hermanos Karamazov de Dostoyevski. ¡Si lo termino este año soy afortunado! De temas filosóficos ando leyendo Consideraciones intempestivas de Nietzsche. En poesía estoy leyendo a algunos poetas boricuas como Jennifer Jiménez y Amariliz Rivera. Por último, estoy devorando las referencias primarias y secundarias de lo que será mi tesis de historia que estoy haciendo en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe (CEAPRC).

¿Cómo ve el futuro de la humanidad? ¿Qué le preocupa? ¿Algo de eso se manifiesta en su propia obra?

-- En mi propia escritura, tanto de ficción como no-ficción, a veces surge el tema del porvenir de la humanidad. En mi primer trabajo de importancia, Transhumanismo, un tipo de posthumanismo: Ensayos sobre transhumanismo y el debate bioético acerca del mejoramiento humano (investigación sociológica, 2019) escribo bastante sobre los debates bioéticos que se comienzan a suscitar cuando se examina la temática del transhumanismo y su incursión en la política. El transhumanismo es una ideología que busca la transformación del ser humano a través de ciencia y tecnología. La posición más extrema de esa ideología es que busca eventualmente erradicar la muerte. Las tecnologías y cambios discutidos en mi trabajo, como los de la inteligencia artificial (IA), cada día se van cumpliendo. Es un pronóstico sombrío para la humanidad si desde ahora no hay debates sobre el uso de la IA, implantación de tecnología en los seres humanos sin un fin médico, los embarazos exotrópicos, el uso de la criónica para “resucitar” cuerpos en un futuro y los derechos de entidades no humanas.

En mi ficción toco tangencialmente estos temas, como lo es en mi colección de microrrelatos que saldrá pronto, Te estoy velando (2024), en el cual hay cuentos con temáticas de índole futurista en las que se explora el fin de la humanidad. En mi serie de novelas y cuentos titulada La pseudoserendipia (2022-2023) el protagonista pondera las acciones humanas y su devenir al enfrentarse con situaciones bizarras. Igualmente en mi poemario a punto de salir, En el mundo hay más problemas (2024) se alude a la importancia de vivir en el presente y que los problemas personales quizás no son tan dramáticos como uno se imagina. El universo es más complicado, pues “unos sufren / porque nadie / ve sus poemas. / Pero ese / sufrimiento / es menor, / en el mundo / hay más problemas”.

Libros de Manuel A. Crespo Rodríguez publicados en el 2024







Hay quien dice que escribir sana… ¿tiene ese poder la literatura? ¿Cómo lo ve usted?

-- Pienso que definitivamente sana. Si no sanara pues va por ese camino. Pienso que la literatura asimismo tiene el poder de destruir. Si no destruyera pues igualmente va por ese camino.

Manuel A. Crespo Rodríguez junto a la poeta Yamilex Carriegos, su pareja, y la poeta Nory Malugin y el escritor Alexis A. Mercado Ocasio

El escritor que usted es hoy… ¿es el mismo que publicó primer su libro? 

-- ¡Jamás! Heráclito tenía razón en decir que todo está en movimiento, pues cuando el hombre cruza el río ya no es el mismo hombre ni río. En mi primer libro hago mi mayor esfuerzo por ser un investigador competente, un investigador capaz de hilvanar muy bien los marcos teóricos con la metodología y los datos. Cada nueva publicación es un nuevo enfrentamiento con mi capacidad de comunicación, con los límites de la escritura. He escrito ensayos, novelas, cuentos y poemarios. En los cuatro estilos he tenido mejorías como las tendría cualquier escritor luego de tener la experiencia de ser publicado y entrevistado. Sin embargo, toda escritura que hago tiene algo de parecida, a pesar de creer que estoy en constante cambio… no importa el género literario en el cual escriba, por más inconexo que sea, hay una característica profundamente mía y no sabría decir qué es. Es como si el escritor y la escritura tuvieran el mismo patrón de existencia. Alguien con pensamiento más continental o religioso diría que el escritor y lo escrito comparten el mismo espíritu o alma.

Si alguien se le acerca y le pregunta qué es necesario para ser escritor… ¿qué le diría?

-- Uno es o no es escritor. No es tan ontológico como parece de entrada, pues en realidad no hay ser detrás del hacer —eso fue idea de Nietzsche—, pero sí hace falta acción constante, creer que uno es lo quien es. Un escritor no dice lo fácil que es escribir, que eso es un mamey. Un escritor escribe. Si es escritor, entonces podría decirle algunos consejos prácticos. Sé honesto, o por lo menos sé verosímil. Anda con una libreta. Si te da vergüenza escribir en una cafetería, escribe en tu casa, pero escribe. Imponte una cuota de escritura, aunque sean cien palabras al día.

¿A qué aspira con sus libros, con su propia obra?

-- Con la ficción aspiro a entretener. Son de seis meses a un año de trabajo para que una persona lo lea en un día o dos, pero vale la pena si causa una sonrisa o la ponderación de asuntos desde otra perspectiva. Con la poesía aspiro a explorar mejor mis emociones con la ventaja de poder comunicarlas. He dicho anteriormente que mi práctica en la poesía ha sido un experimento, pues no soy un poeta de nacimiento ni de crianza. Con la no-ficción, especialmente en las investigaciones, busco comunicar el fruto de mis hallazgos sin importar lo controversiales que sean. En última instancia, pienso que el lector es quien tiene la última palabra y quien verdaderamente puede opinar si lo que expongo es razonable y evidenciado.

¿Qué le ocupa en estos momentos? ¿Qué proyectos creativos y literarios, si algunos, le ocupan?

-- En estos momentos ando trabajando en una propuesta de tesis, ya que ando estudiando un doctorado en historia en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. Además, en cuanto a escritura creativa, ando trabajando en una colección de cuentos y un poemario. En algunas tardes me la paso en los open mics del área noroeste de la isla declamando poemas, o tocando guitarra con la banda Atomic Waves. Es una banda de rock que toca éxitos en inglés y español, tanto suave como pesado.



Versos para la urbe:Ecos de mayo


 

Las Brujas de Salem


El Colegio Otoquí y su Taller de Teatro presentan Las Bruja de Salem

Dirección y adaptación por Nelson Alvarado

domingo, mayo 12, 2024

En las letras, desde Puerto Rico: A diez años de El mercado de Santurce, de Edison Viera Calderón

por Carlos Esteban Cana



Edison Viera Calderón

 Cuando el doctor Edison Viera Calderón, profesor del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, presentó el manuscrito El mercado de Santurce a la editorial Tiempo Nuevo, no imaginó la repercusión que tendría su publicación en lectores, académicos y, sobre todo, entre quienes crecieron alrededor de ese lugar. Con el poético subtítulo de Las pasiones del corazón y la memoria en el barrio San Mateo de Cangrejos, el libro fue seleccionado por Carmen Dolores Hernández, crítica del periódico El Nuevo Día, como uno de los diez más importantes del año. Además fue la publicación que marcó el inicio del décimo aniversario de la editorial Tiempo Nuevo que aún continúa ofreciendo verdaderos clásicos de literatura boricua en su catálogo.

Con el paso de los años, de una u otra forma, he entrevistado en varias ocasiones a este psicólogo social que nació en el antiguo Hospital Municipal en Santurce y creció en el barrio Quintana en Hato Rey. Y por más que otros miren con desdén esa otra cara de la historia, la que vive y produce la gente con sus experiencias cotidianas, lo cierto es que el testimonio oral es una de las columnas imprescindibles de la historiografía. Es en esa rama del saber que el Dr. Viera Calderón –como investigador, docente y conferencista– se ha convertido en un importante referente en Latinoamérica. Por todo lo anterior y más presento, en esta edición de En las letras, desde Puerto Rico aquí en Confesiones, una conversación que sostuve con él acerca de este valioso libro.

 ¿Qué diferencia al barrio de Santurce de otras comunidades?

– La historia de este barrio cangrejero y sanjuanero está muy unida o enlazada con la negritud y la población de los negros cimarrones, aunque algunos historiadores consideran que en Puerto Rico los negros no huyeron a los montes. Tampoco podemos olvidar que muchos de los primeros negros que poblaron Cangrejos vinieron desde las Islas Occidentales, dedicándose a resguardar las murallas de la ciudad capital (El Batallón de los Morenos es un ejemplo), se dedicaron a sembrar, cuidar el ganado, etcétera. Los apellidos, Falú, Verdejo, Cortijo, provienen de la cepa que vino de las otras islas, de allende los mares. Lo que me lleva afirmar que el barrio de San Mateo de Cangrejos es un mosaico de etnias –fue, es y será un poblado multicolor, pero mayormente se nutre de la negritud y los empobrecidos.

Edison Viera Calderón firmando libros durante la presentación de El mercado de Santurce en Casa Aboy, en Miramar; junio de 2015.

¿Por qué Santurce...? ¿Hubo alguna identificación particular suya con ese sector?

– Me identifiqué con el barrio desde hace muchos años. Nací en el antiguo Hospital Municipal, hoy Museo de Puerto Rico. Pero más allá de esa experiencia de vida, fui conociendo esa barriada mediante mi primera investigación científica. En mi tesis de maestría recopilé la historia de varios pobladores que vivieron en la comunidad de Cantera, entre ellas, no puedo olvidar las vivencias que narró doña Virgina, la empleada doméstica de la familia Rexach y Rexach. Tampoco puedo dejar de mencionar que mi familia materna vivió en esa comunidad muchos años antes de yo nacer. Fueron parte de los grupos emigrantes que poblaron un arrabal urbano tratando de buscar un mejor bienestar. Por cierto, los primeros pobladores de la comunidad de Cantera que entrevisté, fueron vecinos de mi familia. Mi tía menor sirvió de enlace para conocerlos y entrevistarlos, debido a que mis parientes maternos ya no viven en ese entorno marginal. Ellos me permitieron conocer de primera mano las dificultades que atravesaron los que vivían en el babote, el mangle, en las orillas del caño Martín Peña: los picapedreros de la Cantera. 

Edison Viera Calderón con estudiantes de Artes Visuales de la Universidad Sagrado Corazón durante la presentación del libro El Mercado de Santurce en marzo de 2016. Foto, Cynthia Morraz

Hablemos de la Plaza de Mercado ¿Cómo ha ido transformándose a través del tiempo?

– Lo que vemos ahora alrededor de la Plaza del Mercado es otra cosa de lo que originalmente fue: un centro de abastos que nutría de variedades de frutas, vegetales, carne y pescado a los pobladores de la urbe metropolitana, por no decir capitalina y su diversidad de barrios. Allí se reunía una variedad de gente: marinos estadounidenses que provenían de la Base Naval en la parada 8, prostitutas, estudiantes, criadas, libaneses, enriquecidos de Miramar, Condado,  y empobrecidos de la parada 21. Aquello era un calidoscopio de gente, casi todos apretujados alrededor del gusto y el paladar: las pasiones de la vida.

Edison Viera Calderón se dirige al público durante la presentación de El mercado de Santurce en Casa Aboy, en Miramar; junio de 2015.

Como especialista del testimonio oral -recordamos aquel dossier de la revista CulturA-, ¿qué valor tiene el testimonio oral en la sociedad contemporánea?

Año 7, Núm. 14, Julio 2003. 
– Antes que nada, tengo que agradecerte que me invitase a ser parte de ese extraordinario número de la revista CulturA. Y contestando a la pregunta, el testimonio oral permite reconstruir la vida de los seres anónimos e invisibles, de aquellos que regularmente no aparecen en los libros de textos. Estos precisamente no son tomados en consideración por su color de piel, procedencia, educación formal e ingresos económicos. La historia oral les da voz –aunque hoy día suene trillado ese término-, les permite estar presente en la historia con “H” mayúscula, la llamada historia oficial. En definitiva, este es un pueblo oral, aunque su memoria muchas veces esté entrecortada, rota, como muy bien recordaba Arcadio Díaz Quiñones en su laureado libro. La historia oral es importante para ser visible a los menesterosos: a las prostitutas, los deambulantes, a las mujeres, negros, ancianos, estudiantes, los homosexuales y lesbianas, inmigrantes, etcétera.

CulturA, Año 7, Núm. 14, Julio 2003. Contenido en el dossier.

Es esa misma dirección, ¿qué valor tiene la historia para un pueblo?
Dossier Testimonio oral.  CulturA, Año 7, Núm. 14, Julio 2003. ICPR

– Permite atesorar la memoria de un colectivo, de los otros, de nosotros, de la gente que suda la patria todos los días: el pueblo trabajador y los obreros; claro, te hablo de la historia con “h” minúscula. Es importante rescatar los chistes, acertijos, leyendas, rituales, etcétera. Hoy en día muchos jóvenes la están recogiendo a través de los murales urbanos y los cómics. No puedo dejar sin mencionar que también los jóvenes están recuperando su historia de vida mediante la fotografía y videos; solo hay que ver, por no decir disfrutar, sus documentales y cortometrajes. El joven de ahora es muy visual y sonoro, a través de su lírica musical recoge la historia vivencial suya y la de un pueblo, tal como lo hizo Tite Curet Alonso años atrás y los que escribían la lírica de la bomba y plena, entre ellos, la mamá de Ismael Rivera.

De boca en boca, las memorias de un pueblo brujo (2010),

Hablemos brevemente de su libro anterior, De boca en boca, las memorias de un pueblo brujo, ¿de qué trata?

– El libro de Guayama fue escrito por mí y el psicólogo clínico Ricardo Enrique Jiménez Reyes. Estetrata de 22 historias de vida que se entrecruzan mediante la sonoridad de tradiciones, rituales, leyendas de pueblo, etcétera. En el mismo puedes apreciar la vida de una costurera que elaboraba o creaba trajes de carnaval y también cocía las mortajas (la ropa) de un difunto. También describe la vida de un payaso, los cuentacuentos (griots), los niños que se deleitaban creando trompos de madera o volando chiringas con colas llenas de filosas navajas, entre otras experiencias de vida.

Edison Viera Calderón en la Placita de Santurce junto al líder cívico Luis Angel Pérez.

¿Cómo contrasta la experiencia de ese primer libro con este acerca de Santurce?

– No es lo mismo escribir a cuatro manos que uno solo. Además el libro de la Plaza del Mercado de Santurce me tomó más tiempo y conllevó investigar más; especialmente me adentré en los Archivos Históricos y entrevisté a 38 personas; muchos de ellos empobrecidos y enriquecidos. ¡Ah!, creo que ambos libros tienen algo en común: el color de la piel, trabajan la negritud, los seres invisibles y anónimos en general. Aunque indico lo antes mencionado, estoy claro que una mujer enriquecida, por poner un ejemplo, por el hecho de ser mujer, aunque tiene dinero y quizás a manos llenas –y algunos podían considerar que no es anónima e invisible-, en una sociedad machista y patriarcal como la nuestra, sigue estando oprimida y pisoteada.

Contraportada y portada de El mercado de Santurce

¿Cuál es la mejor manera para recoger un testimonio oral? ¿Qué se debe hacer? ¿Qué no se debe hacer?

– No hay formulas. Pero ya que preguntas, debo señalar que uno debe saber escuchar –lo cual no es fácil. Debe llevar consigo una buena grabadora y haber elaborado un guión o libreto de preguntas, aunque lo descarte inmediatamente, porque reitero, en una buena entrevista lo importante es saber escuchar. Requiere también convertirte en un ratón –en el buen sentido de la palabra- de biblioteca: leer periódicos viejos, revisar fotografías viejas y recientes de un mismo espacio o lugar; en otras palabras, debes documentarte. No vayas a entrevistar a nadie, sino te has documentado.

A base de lo explorado en su libro, ¿cómo compara el Santurce actual con el de antaño? ¿Son diferentes? ¿En qué, si en algo, guardan similitudes?

– Creo que te contesté antes esta pregunta pero, cabe señalar que, el Mercado continúa situado en un barrio empobrecido, Campo Alegre. Hoy en día, como también en el pasado, la llamada gentrificación permea. Los enriquecidos tratan de quedarse con Cangrejos, tal como lo hizo en el pasado don Pablo Ubarri, el Conde de Santurce. La Plaza del Mercado continúa siendo un espacio de encuentro de clases sociales diferentes, aunque cada vez lo acaparan los enriquecidos.

Sabemos que se doctoró en España, que también ha explorado la historia de la comunidad de Cantera, que ha enseñado en algunas de las principales universidades del País, ¿por qué seleccionó la Psicología Social como marco para la docencia? ¿Qué aporta la misma a quienes se acercan a tal disciplina?

– Considero que la psicología social permite al profesional trabajar a favor de los seres invisibles, de los marginales de la tierra, aunque suene muy idílico y hasta político partidista. Estoy claro que la psicología social, la disciplina, ha cambiado, no hay duda. Pero en la esencia se sigue trabajando en la transgresión y la marginalidad: la robótica, el género –las masculinidades y las feminidades-, la transdisciplinariedad, la otredad, la negritud, la política, las religiones, el imaginario social, la historia de las mentalidades, la subjetividad,  etcétera. La psicología social permite que los estudiantes reflexionen, se cuestionen su entorno colectivo, analicen sus tradiciones y culturas –tanto la popular como la oficial-, se preocupen por el del lado, el que sufre y el que a veces no tiene nada: el don nadie.


¿Guardan paralelos la historia y proceso histórico de Santurce con el lugar en el que usted creció?

– Totalmente. Ambos son barriadas, en ambas se vive y respira la calle, en ambas a los seres marginales, los trasgresores, se les castiga con el desprecio y la indiferencia, pero lo interesante es que a pesar de los pesares, los empobrecidos se revisten de una piel gruesa, dura, que les permite resistir por siglos: es la llamada resiliencia que hoy está muy de moda en la psicología. 



Usted ha sido consistente en intercambiar y dialogar con las personas de la tercera edad... ¿A su entender, ellos se sienten valorados por nuestro conjunto social?

 – A los viejos y viejas de Puerto Rico no se les reconoce su sabiduría y su aprendizaje. Ya no están en un pedestal, como ocurre en los países de Asia. Precisamente este texto como otros donde se trabaja la historia oral permite develar la historia de los de abajo, de los arrugados, de los que algunos catalogan como los desmemoriados, de los inservibles, los descartados…

¿Cómo compara el proceso histórico de los pueblos y barrios boricuas con otros lugares y países latinoamericanos que usted ha visitado... México, Nicaragua...?

– No me gusta comparar, pero ya que hablé de viejos y viejas, creo que en los países que mencionas, todavía a éstos se les valora y respeta. Se les escucha. Los cuentacuentos, los griots, todavía continúan vivitos y grandes y chicos los buscan y agradecen su sabiduría y que se hayan dado a la tarea de recoger la historia del pueblo, la de todos ellos y nosotros.

Tenemos más preguntas para usted pero lo dejamos en este punto, Dr. Viera Calderón, no sin antes que le diga brevemente a nuestros lectores qué se encontrarán en este libro que subtitulaste Las pasiones del corazón y la memoria en el barrio San Mateo de Cangrejos...


El mercado de Santurce (Tiempo Nuevo), de Edison Viera Calderón
– La historia de 9 placeros y una paca de clientes que dieron el todo por el todo para que
 Cangrejos fuese lo que hoy es: ¡un barrio de grandes hombres y mujeres extraordinarios! Y cabe señalar
 que te encontrarás la historia de los nacionalistas en la Escuela Superior Central, los libaneses en Cangrejos, la historia de los pobladores de la parada 21, las vivencias de una colegiada que estuvo interna en Blanche Kellogg, limpiabotas, mensajeros pedaleando en bicicletas llevando la compra a enriquecidos y empobrecidos… Te encontrarás dos cómics, anuncios de la época que aparecen en los Anuarios de los estudiantes de la Escuela Superior Central y en la revista Puerto Rico Ilustrado, fotografías de Santurce o del Cangrejos de ayer, entre otras cosas. No puedo obviar que en las páginas del libro te encontrarás una buena diagramación realizada por José Luis Figueroa y lo más importante, estoy seguro que el lector al leer el libro, al reflexionar acerca de lo que expresan los cangrejeros, ya no será el mismo, porque se cuestionará un sinfín de aspectos de su vida y la de pobladores de una barriada: San Mateo de Cangrejos. Así que apreciado lector, date una oportunidad y lee el libro que te acerca a las historias de vida de unos placeros y sus clientes en un lugar muy peculiar, por no decir, único: El Mercado de Santurce.



2do festival de teatro UCB