sábado, noviembre 24, 2012

Nos visita Iris Mónica Vargas con tres poemas


 
Por : Iris Mónica Vargas
 
21.
 

El esternón abierto como libro 

exige luz sobre la cavidad  

que ha quedado al descubierto,  

vacía ya de inhalos  y de exhalos.  

Es demasiado grande.  
 

Alguien se ha llevado el corazón.  
 

Apuesto a que jamás imaginaste  

que aquel vacío que sentías  

era cierto. 
 

 

22. Materia gris 

 
No había evidencia de color, 

estirpe o procedencia  

sobre la mesa de metal 

en la que descansaba  

rodeado de los trapos de su piel.
 

― Y no era un condenado;  
 
       tampoco un criminal: 
 

Le había donado el peso de su vida 

a la posteridad.  

Tenía el prepucio intacto,
 

y sólo la mitad de lo que alguna vez  

habría sido su rostro.  

Desconocidos su historia,  

su nombre, la más reciente cifra  

que le había dictado edad.  

 

Sostuve entre mis manos su cofre de memorias; 

aquel repositorio de imágenes, palabras,  

de fábulas y cuentos, y quien sabe qué más; 

aquella caja negra de segundos donde ha vivido  

 
¿el Alma? 

Jamás he comprendido a dónde fue a parar  

tanto de aquello, o cómo entre mis dedos 

nunca le vi escapar. 
 

 

23.  Mi informe  
 

no contiene aún tu muerte.  

Por eso cuando miro 

a Eva disectada me pierdo 

en sus espacios; me distraigo  

pensando en lo que no veré 

algún día, cómo pasará  

y cuándo; cuánto lloraré 
 
y por cuánto tiempo;
 

de qué color tendrás pintados
 
los pulmones…  
***
Iris Mónica Vargas es físico, admiradora y exploradora del Universo y de la vida, de las ciencias, del lenguage y de sus permutaciones; ávida lectora que adora aprender, escribir, y escribir para aprender. 
 
Nació en Caguas, Puerto Rico, un día lluvioso de agosto. Creció en el pueblo de Vega Alta, cruzando a diario el Río Cibuco entre las montañas y la antigua central azucarera Carmen.  

 Posee un doble Bachiller en Física y Biología de la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras, y también allí completó su  grado de Maestría en Física, concentrándose en la física del estado sólido con aplicaciones a la astronomía. Fue becada para servir como parte del equipo de investigadores en astrofísica del Centro para la Astrofísica de Harvard-Smithsonian, en Cambridge, Massachusetts. 

En el 2005, se desempeñó como periodista y escritora de ciencias para la columna Ciencia Boricua del periódico El Nuevo Día, bajo la edición del escritor, periodista  y comunicador Francisco Vacas. En el mismo periódico también ha publicado ensayos. Sus traducciones de artículos de ciencia para una audiencia general aparecen como parte del equipo de Ciencia@NASA. 

Recientemente terminó su segunda maestría en "Science Writing" (divulgación científica) el Massachusetts Institute of Technology (M.I.T.) en Cambridge, MA. Ha escrito para la revista online HarvardScience de la Universidad de Harvard, la revista cibernética del Science Writing Program en MIT, Scope, las revistas estadounidense SEED, ScienceNews, y Bay State Banner, la Asociación Nacional de Escritores de Ciencia (NASW, por sus siglas en el idioma inglés), el Boletín de la Asociación Estadounidense de Anestesia, el blog Open Salon de la revista Salon, y la revista cibernética Letralia, de Venezuela. 

Iris Mónica Vargas tiene tres libros inéditos, uno de poesía, titulado La última caricia, y otros dos de relatos cortos. Actualmente divide su tiempo entre San Juan, Puerto Rico, y Cambridge, MA.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Iris Mónica Vargas tiene una formación poética labrada desde su propia conciencia, destilada de la emoción de vivir de forma plena, indagando simultáneamente en el Universo que le rodea y en su interior, de dimensiones oceánicas. Con el paso de los años ella ha ido aquilatando su experiencia y viaje como poeta, con el intercambio con escritores, ya sea a través del trato personal, mediante talleres o seminarios de escritura creativa. La poesía de Iris Mónica es puro oro para quien busca buena poesía. Yo, que siempre ando por esos pasajes como lector y como aprendiz continuo en esta pasión, he sido de los afortunados de toparme con su persona. Puedo afirmar que una parte de mi poesía está en deuda con la presencia de Iris Mónica Vargas en mi vida. Gracias, Angelo por esta primicia. Poeta, Mónica, compañera y cómplice, cuento los días para adquirir su libro.
Carlos Esteban Cana