Nuestros oídos lo habrán de escuchar por lo menos una vez en la vida, no importa si es el rey de roma, un científico famoso o la mujer de la esquina. Todos han de oír el sonido prepotente para el que lo escucha o satisfactorio para el que lo emite. Hablo de aquel gas liberado por el tubo digestivo hacía la boca y cuyo verbo es eructar. Tal acción que está debidamente clausurada y etiquetada para algunos como asquerosa es de igual manera para la fisiología una necesidad humana por la cual se libera el exceso de aire para aliviar el malestar en el abdomen.
Así que, no se abstenga a guardárselo adentro por lo que dice la sociedad, porque por meramente una persona sea las más refinada y limpia del mundo ha de tirarse gases igual. De ahí la frase “mejor afuera que adentro”. Hay varia clasificaciones de cómo eructar. Entre ella la avisada, la sorpresiva y por ultimo la intencional. En la eructación avisada, al sentir el sube y baja del gas atorado en la garganta, levante la mano, cierre su mano, incline la cabeza y póngase el puño rozando sus labios, este saldrá por el orificio creado por los dedos; esta estrategia esta vilmente calculada y garantizada y como dicen: Hay que saber más que el diablo.
Por otro lado para la clasificación sorpresiva es necesario que la erupción conlleve improvisación y no tenga ninguna intención oculta. Hay que estar conciente que la reacción del público será diferente, ya sea el reír, la burla, enojo o el asco. Todo depende de varios factores; tales como tipo de publico, lugar o situación en el cual te encuentras en ese instante. Al fin y al cabo al haber eructado evite inventar las excusas y diga la palabra mágica, la cual ya es costumbre en estas situaciones, emita un simple perdón y váyase tranquilamente.
Si usted tiene la mala intención de eructar, ya sea para molestar a alguien o hacerse el graciosito: Usted está haciendo la eructación intencional. Para lograr esta eructación hay varias maneras. Algunas de ellas son el comer rápido, las bebidas gaseosas, hablar mientras come; entre otras. La intención de esta eructación es hacer el sonido del gas lo más prolongado y apestoso posible. Pero hay que estar sobre aviso de que puede resultar bien o puede ser que no. Al igual que: Las personas a las que quería impresionar se pueden reír o disgustarse. En base a las tres clasificaciones, la más incorrecta es la intencional, porque se aparta de la definición de necesidad y se convierte en un acto deliberado. Por otra parte al eructar recibirá del público una gama de reacciones improvisadas.
Sepa usted que un eructo preferible y regularmente dura entre uno a tres segundos, pero si desea usted ser un campeón en esta labor intente prolongarlo hasta treinta y siete segundos. Eso sí, lo haga con mala o con buena intención, sea siempre natural y pida perdón justo al concluir.
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Este escrito lo creó mi hija Stephanie para una clase de español. El profesor les dio a sus estudiantes, como “pie forzao”, Instrucciones para llorar de Julio Cortázar y su libro Autopista del Sur e Instrucciones para bostezar de Cristian Ibarra y cada uno tenía que crear un tema diferente con tales ejemplos. Angelo Negrón
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Stephanie nace en 1997 y es amante de la naturaleza y de las bellas artes. Su afición al dibujo y la pintura las alterna con el baile, el animé, la pantomima y la música. Vive fascinada con la ciencia y la espiritualidad, dos conceptos que dice pueden y tienen que coexistir. Sus primeros relatos cortos los escribió cuando tenía diez años y ambiciona mejorar en esa faceta.
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