por Carlos Esteban Cana
El Festival Internacional del Poesía de Puerto Rico se
realizará del 21 al 26 de marzo del 2012, en diferentes partes del País. Poetas
nacionales e internacionales, particularmente del orbe hispanoamericano,
compartirán su poesía en diferentes recitales gratuitos.
Fundado por el director de la revista Guajana, Vicente
Rodríguez Nietzsche, este festival se ha convertido en uno de los principales acontecimientos
del panorama cultural. Actualmente la poeta Vilma Reyes, junto a escritores
como Pedro Juan Avila, Wenceslao Serra y Marcos Rodríguez Frese, entre otros,
dirigen la junta del evento que en su 4ta edición tendrá su apertura el lunes
19 de marzo, en el Teatro de la Universidad Interamericana, Recinto
Metropolitano, a las 7:00 pm.
En esta ocasión el Festival será dedicado a la poeta
Clara Lair. Para obtener mayor información acerca de los diversos recitales
pueden acceder a la dirección electrónica: www.festivaldepoesiapuertorico.com
En pasadas ediciones he tenido la oportunidad de
participar de algunos recitales. Guardo apreciados recuerdos de diversos eventos,
pero particularmente del intercambio que se dio con niños de la Comunidad de
Cantera, en Hato Rey. En esa ocasión la librería Borinken donó libros y de ese
modo dejé libros de interés en las manos de los niños, quienes recitaron
conmigo la primera poesía que me aprendí y que aún conservo en la memoria. Ese
día pude, además, conocer a poetas como el salvadoreño Otoniel Guevara y la
dominicana Taty Hernández.
Gracias al Festival Internacional he podido conversar con
diferentes escritores visitantes acerca de los menesteres propios del oficio. A
continuación comparto con ustedes fragmentos de algunas entrevistas. Escucharán
aquí las reflexiones del poeta Mateo Morrison, de República Dominicana y de Héctor
Rodas Andrade, de Guatemala.
Mateo Morrison: “Primero asumí la poesía como dijo Gabriel Celaya, el gran poeta español,
como un arma cargada de futuro. El poeta de la poesía heroica, de la poesía
social, de la poesía de posguerra. Después vi la poesía como un problema del
lenguaje, como una reflexión por la palabra, donde el tema puede ser variado.
Puede ser la muerte, puede ser la vida, puede ser el amor. En uno de mis
libros, titulado Visiones del transeúnte,
hago poemas inclinados más hacia la poesía cotidiana, hacia la poesía
conversacional, que tiene su tradición en los Estados Unidos, en poetas como
Thomas S. Elliot, y que tiene también en América Latina una tradición
importante como Nicanor Parra, Salomón
de la Selva, etc.”
“El método de escribir es bastante anárquico en
mí. Esa anarquía tiene que ver con el día, con el momento, y con el sitio, que
puede ser cualquiera. ¿Qué te digo? Algunos poemas fueron escritos en la casa,
otros en la oficina. Otros los hice en el vehículo, mientras manejaba. Ahora,
después que ya estaban hechos, naturalmente vino el trabajo sistemático. Porque
yo lo que primero anoto son ideas, cosas centrales, lo que alguien llamaría
inspiración o Lorca llamaría duende, pero después ya viene el trabajo con cada
palabra. Podar, re-escribir permanentemente. Me tomo mi tiempo. Me siento, me
aíslo un poco y comienzo a trabajar texto por texto. Re-escribo, podo, corto,
trato de ver cuál palabra es más adecuada para que sea la precisa. Hasta que
eso no sucede no suelto el poema. En ese sentido, sí hay sistematicidad. Después
la poesía puede salir a la lectura, al
público.”
Héctor Rodas
Andrade: “Yo siento que la poesía es necesaria en estos tiempos. Es necesaria
porque nos re-humaniza. Nos devuelve ese lado que hemos estado perdiendo como
seres humanos, como hombres y mujeres, como jóvenes y niños, para
re-encontrarnos con la esencia que tenemos como personas. La poesía no es una
especulación de palabras. No es embellecer del todo las cosas sino que
encuentra a todo también su fealdad. La realidad de la vida tiene muchos lados.
Ahora, en estos tiempos, vemos el aumento de la pobreza, vemos el aumento de la
violencia, el aumento del hombre por aniquilarse a sí mismo. Yo siento que la
poesía recobra la palabra para decirnos cosas que, tal vez, hemos estado
olvidando por mucho tiempo bajo el peso de una influencia tecnológica tremenda,
donde el libro escrito supuestamente va perdiendo un lugar. La palabra dicha a
viva voz del poeta tiene que tener un grado más grande de credibilidad. Esta
credibilidad nace de la sinceridad del poeta, la sinceridad del poeta como
creador y artista, pero sobretodo como ser humano.”
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