por Carlos Esteban Cana
En esta segunda parte develamos detalles importantes en la trayectoria de esta autora mexicana. Ligada de diversas formas a Puerto Rico, ya sea a través de varios poemas o con la amistad que le une a escritoras y escritores boricuas, Zerón pasa revista sobre diferentes etapas en su vida. Por lo anterior, conocemos cuáles fueron los primeros libros en sus manos, cómo se acerca a la poesía, por qué su nombre inicial como autora cambió en París. Nos detenemos brevemente en cada uno de los títulos que conforman su obra, rememoramos algunos acontecimientos que gestó durante tres lustros de intensa presencia cultural, y también hablamos del presente, ciclo creativo caracterizado por una rica actividad interna de mayor sosiego.
CEC: Háblame ahora de ti… de tu vida… de las tardes cuando eras niña… de los primeros libros… del proceso de secundaria.
Lina Zerón: Soy la tercera de cuatro hermanos. Mi padre
consanguíneo murió cuando yo tenía 6 años. Mi infancia fue muy difícil ya que
de un jalón perdimos padre y madre porque el trabajo copaba todo su tiempo. La
pobre abuela de casi 70 años tuvo que hacerse cargo de cuatro diablillos.
Tanto la primaria como la secundaria fui la niña de los
dieces, amaba la escuela, bueno, siempre. Hacer tareas. Todos mis apuntes los
pasaba en limpio y era súper traviesa. Si no fuera por mis calificaciones, me
hubieran corrido de la secundaria.
En tercer año descubrí que era bonita y dejé de ser un
tanto “machorra” para ser más femenina. Estaba acostumbrada a jugar con mis
hermanos hombres, futbol, beisbol, lucha en patines, todo lo que fuera de
hombre, incluso usaba el cabello tan corto como ellos. Mi hermanita, a la que
adoro, era tan femenina que me caía mal y como castigo mi abuelita me ponía a
jugar a las muñecas con ella. Un día le formé todas sus muñecas en la jardinera
de la casa y las maté con una basuka, de juguete, claro. Me tocó una de tantas
palizas.
A los 8 años mi madre me dio el primer libro para leer: Fábulas de Esopo, luego, Mujercitas, La edad de la inocencia y creó un hábito de lectura. Ella escribía
poesía y yo comencé a hacer mis pininos a los 11 años pero desde los 8
concursaba declamando y casi siempre ganaba. En la Secundaria vendía cartitas
de amor o poemas a un peso y me compraba una soda y un chocolate.
CEC: Y después,
que tan fácil o tan difícil fue esa época…
LZ: La prepa fue un trago amargo ya que mi mamá se volvió
a casar, cuando yo tenía 15 años, con un militar que nos trató de controlar
como soldados y chocamos muchísimo con él. Ahora lo amo como a un padre pero
tuvimos que adaptarnos todos a la nueva situación. Mis calificaciones bajaron
de 10 a 8.9. Sufrí mucho por los celos de las compañeras y el acoso de los
chicos. Todo esto me descontroló, no quería ir a la escuela.
CEC: Hablemos
ahora de tu etapa universitaria…
LZ: La universidad fue la etapa más maravillosa de mi vida
en cuestión de escuelas. Retomé mis ganas de estudiar, con todo. Los tres
primeros semestres los pasé en el área de arquitectura e ingeniería. Mis
calificaciones volvieron a ser muy buenas. Estudié Relaciones Internacionales.
Yo quería ser Médica pero no había cupo en esa carrera así que el novio que
tenía en turno, me inscribió en Relaciones, ya que yo estaba trabajando
mientras llegaban mis documentos.
Comencé a trabajar en la mañana, de 8 a 5 y de ahí salía
corriendo a la universidad que era de 17 a 22 hrs. Un cambio total porque en el
turno vespertino los compañeros eran mucho más maduros que los de la mañana.
Cuando salí de la universidad me contrataron en la
Dirección de Posgrado como asistente A, B y luego como jefa de servicios
escolares y ahí conocí al que hasta la fecha es mi esposo. Fue a pedir informes
para un amigo y nos gustamos. A los 15 días ya estábamos viviendo juntos y
luego nos casamos. Tuvimos 3 hijitos, ja ja. El oficio más difícil de la
humanidad, ser padres.
CEC: Háblame
ahora del oficio… cómo te acercas al poema…
LZ: El poema se acerca a mí, no yo al poema. Es algo muy
lindo y extraño, puedo no escribir un poema durante 15 días o un mes y de
pronto, todas las vivencias que he tenido, visto, he sido testigo, se agolpan
en mi interior y comienzan a salir de un jalón y escribo y escribo hasta que me
agoto. Luego los dejo descansar y los voy abriendo de a poco. Los reviso, los
corrijo, los leo en voz alta y cuando ya estoy segura, en ese momento, los doy
para publicación.
CEC: Me puedes
hablar de lo que es poesía… para qué sirve…
cumple algún rol…
LZ: La poesía para mí, es pasión, vivencia y
conocimiento. Y siempre parto de estas premisas para escribir. La poesía es
para los ciudadanos de a pie. Nunca derrocará un gobierno ni detendrá una
guerra pero sí denuncia, presta sus palabras a otros para que se expresen,
mueve corazones.
CEC: ¿Qué te
apasiona leer? ¿Cuáles fueron esas lecturas que te marcaron?
LZ: Me gusta mucho la poesía contemporánea, la que se
gesta en este momento. Los clásicos ya los leí hace mucho y me sirvieron en su
momento. Pero lo que me apasiona es leer todos los libros que me regalan cuando
voy a los Encuentros de poesía, esa es la más fresca, lo verdaderamente actual.
Oliverio Girondo es uno de mis poetas preferidos. Lao
Tse, Kavafis, Sabines, son muchos los poetas que he leído. Desde niña los
románticos hasta los completamente desconocidos para otros. No me siento
influenciada especialmente por alguno. Tal vez a los 15 años por Neruda, Sor
Juana, pero a medida que he ido encontrando mi estilo, mis lecturas van
cambiando.
En cuestión de narrativa, ya que me gusta escribir novela
y cuento, leo sólo lo que me atrae. Si un libro no me atrapa en las primeras 50
páginas, lo cierro y comienzo otro. Me gusta mucho la literatura policiaca, la
de suspenso. Las historias de amor, prefiero vivirlas.
CEC: Cómo se
describe una mujer escritora como tú con respecto al ambiente literario.
LZ: Soy una mujer muy apartada de los grupos, las
camarillas literarias, no me gusta que me cataloguen en ninguna corriente ni
como parte de nada. Soy un ser libre en todos los aspectos. Yo tomo mis
decisiones, no siempre son las mejores pero son mías. Soy bastante ermitaña. No
me gusta ir a las presentaciones de libros. No me gusta presentar mis libros. Prefiero
que me inviten a leer mi obra en colegios o asistir a los Festivales.
CEC: En qué
etapa te encuentras ahora.
LZ: Antes tenía apuro por publicar, por ser reconocida. Ahora
quiero descansar del torbellino en el que he vivido los últimos 15 años.
Necesito paz y silencio, incluso he cambiado mis números de teléfono para que
nadie me llame y pueda disfrutar el estar sola, sin visitas. Sola con mis
pensamientos, mis libros. Disfruto mucho la naturaleza, el mar, amo el mar.
CEC: Dime,
cuando escribes, hay alguna sensación que motive la creación
LZ: Sólo escribo cuando tengo deseos, o cuando sufro.
Normalmente si estoy feliz y disfrutando de la vida, prefiero centrarme en ello
y no distraerme en otras cosas. Cuando comienzo a escribir es difícil parar, como
cuando un libro me atrapa. Soy capaz de no dormir con tal de terminarlo.
CEC: Tu poesía
también tiene ese hálito de conmoverse ante el dolor ajeno, situación que
también coloca, en ocasiones al poeta en
una encrucijada propia; manejar el dolor no es fácil
LZ: Hace como un año dejé de estar informada de lo que
pasa en el mundo. Sufro tanto con las noticias que ya no veo televisión, no leo periódicos y trato de no enterarme.
Era tanto lo que sufría viendo a los niños acribillados, o abusados en
cualquier forma que tuve una depresión fuerte. Ya lo condené en el papel, pero
por salud mental y emocional, no quiero enterarme de nada. Tal vez es una estupidez
pero no soporto el sufrimiento ajeno.
CEC: Hablemos
ahora de tu obra, libro por libro. Comencemos con tu primer poemario publicado
en 1996, titulado Luna en abril, poemas.
LZ: Luna en abril, poemas, es el primer libro que me
editan en el que se recupera poesía
de mis inicios en la adolescencia, mi primera juventud, mis deseos íntimos. Y
ya se nota mi espíritu, mi compromiso en la defensa de los derechos de la mujer
y con mi país. No hay un hilo conductor ya que son poemas de diferentes edades.
CEC: En 1997
publicas Luna en abril, sueños.
LZ: Luna en
abril, sueños, es prosa poética. Son pequeños relatos de todo tipo,
sobre todo amorosos y donde comienzo a desarrollar el erotismo en mis escritos.
También de varias edades. Tenía mucho escrito desde jovencita y la editorial
del Centro de Investigación y Estudios Nacionales me contactó para iniciar su
colección de Literatura, con lo mío.
CEC: En 1998
culminas esa trilogía con Luna en abril, cartas. LZ: Luna en abril, cartas, es el complemento de la trilogía de mis escritos a partir de los 15 años y que el CIEN divide en tres. Así surgen: poemas, sueños y cartas. En este libro hay prosa más directa y contiene misivas de todo tipo: amorosas, a mi padre muerto, a mi segundo padre, a un maestro, un(a) amigo(a). Desarrollo más mi buen sentido del humor en este libro.
No pensé que fuera a suceder mucho con estos tres libros
y no tuve la precaución de guardar ni un solo ejemplar y resultó que Luna en abril, poemas, el primario o más
primitivo, como lo llamaron en aquella época, logró vender 3mil ejemplares en 9
meses en los exhibidores de unos restaurantes de México.
CEC: A finales
de esa década, la última del siglo XX, en 1999, circula tu libro La
spirale du feu, Espiral de Fuego.
LZ: Siento que con este libro di el salto ya que alguien
que compró mi libro de Luna en abril, poemas,
lo llevó a París. Se lo muestra al que en ese entonces era el Director del
Instituto hispanoamericano de cultura, a
quien le gusta la frescura de los poemas y hace contacto conmigo. Me hace
la proposición de que el próximo libro, que todavía no tenía nombre, me lo
traduzcan al francés y aparezca en París.
Hago maletas, viajo a París -1998- a conocer al
traductor, al contacto, a mi anfitriona y a los de la editorial. Acepto su
proposición de mudarme unos meses a París, cosa que exigió el traductor, para
poder llevar a cabo el libro bilingüe. Yo, casada, con tres hijos pequeños,
tuve que enfrentarme a la situación de combinar mis tareas de mamá, esposa y
administradora de mi casa, mis clases, para perseguir mi sueño. Consigo una
buena negociación con mi familia y me mudo 7 meses a París.
Ahí fue donde mi nombre inicial como escritora cambió de
Lina De Mendoza en los primeros libros a Lina Zerón, ya que las compañeras
latinas me hacían burla por el “de”. Todas ellas libres y feministas, sembraron
la semilla de la liberación de espíritu y fue que adopté mi nombre de soltera
para escribir: Lina Zerón.
El libro se termina de traducir en 1999, se edita en
L’Harmattan y se sigue vendiendo por internet. En París conocí gente muy valiosa de quien aprendí mucho. Tuve una
especie de “tutor”, Jorge Tafur, que me daba lecturas y lecturas. Me preguntaba
como si estuviera en el colegio, revisaba mis poemas. Los que no le gustaban
los arrugaba y los tiraba al suelo. Y yo, perceptiva de que era el camino
correcto, acepté el reto de trabajar con un hombre tan enérgico y disciplinado
para la literatura y reescribía las metáforas, pensaba en los adjetivos, los
recursos literarios. En fin, todo lo que él me enseñó lo aproveché y mi vida
cambió de la mamá de los güeritos, la esposa del Ing. Mendoza, la hijita del
Mayor Zerón a la poeta mexicana, Lina Zerón.
Al salir publicada en París y comenzar la promoción del
libro, fui incluida en antologías como: “Latinas en Paris” y muchas más. Así
que el resto de mi producción se realizó en Europa ya que en varias lecturas
había alguien de otro país al que le gustaba mi poesía y me invitaba a
traducirme o a un Festival. Y me traducían 15 o 20 poemas para que pudiera
asistir, como fue el caso de Alemania, Suecia, Francia, Yugoslavia, Italia.
Luego me tocó Suramérica. Comencé con una invitación a un
Encuentro en Brasil y de ahí me invitan a La Habana al Festival de poesía,
donde me escuchan poetas del mundo ex socialista y comienzo a viajar invitada a
otros países como Rumania, Hungría, Checoslovaquia. Me convertí en la poeta errante, así me llamó el poeta
Oscar Wong en un ensayo que hizo sobre mi poesía cuando me descubren en México
en 2001. Y me invitan al Primer Encuentro de Mujeres Poetas en el país de las
nubes y me piden contactar a poetas de otros países. Todo un cuento de hadas.
CEC: En el 2000
publicas Rosas negras para un ataúd sin cuerpo.
LZ: Este poemario surgió de una forma simpática. En aquel
entonces, 1999, yo dirigía una página web que se llamaba ENTRE AMIGOS, y me fui
conectando con otros portales, incipientes, como el mío, pero que nos unía el
amor a la literatura y quedamos de conocernos en 2000 en Barcelona, donde vivía
el Director de Mizar, una publicación muy grande. Yo me encontraba en París
cuando me llegó el momento de ir ya con el nuevo libro. Poesía más que nada de
desamor y compromiso social y “Stel Blau” me lo publica.
CEC: En el 2002,
sale tu poemario Moradas Mariposas, quizás uno de tus libros más conocidos…
LZ: Moradas
Mariposas, es uno de los poemarios que más se ha traducido y vendido
ya que en este viene por primera vez mis poemas: UN GRAN PAÍS y CORTESANAS, por
el que fui conocida en Cuba y de ahí, recomendada al Festival de Suecia y otros
más. Es un libro que amo porque comienza a marcar un estilo en mi escritura y a
partir de éste, es que mis libros tienen mucho contenido feminista y de
compromiso social, amén de lo amoroso y erótico. Ha sido como mi otro libro
amuleto después de Spirale du Feu.
CEC: Con un sugerente
titulo etílico publicas en el 2003 Vino rojo.
LZ: Vino rojo es el
primer libro solamente con el tema del amor, desamor, erótico. No meto poesía
feminista ni de compromiso. Fue el segundo lugar del Premio Mellia de España. Se
tradujeron varios poemas a otros idiomas y se musicalizaron 3 en Montevideo,
Uruguay, junto con otros 3 de Moradas Mariposas.
CEC: Qué me
dices de Un cielo crece en el fondo de tus ojos, del 2004.
LZ: Sólo
tengo un ejemplar de Un cielo crece en el fondo de tus ojos. Me
lo pidió una editorial de Lyon, Francia, “La Barbacane”. Era un poemario de
amor. Me invitaron a la Feria del Libro de la ciudad y no volví a saber de
ellos.
CEC: En el 2005
publicas no uno, sino dos poemarios Nostalgia de vida y
Ciudades donde te nombre.
LZ: Nostalgia de
Vida, son poemas de amor y también familiares. Es el primer
libro donde le dedico un poema a cada uno de mis hijos, mi abuela, mi madre,
padre, mi esposo. Digamos que es más vivencial que los otros.
Ciudades donde
te nombre, fue todo un reto para mí porque es el único libro
temático que tengo. Voy recorriendo con poesía, algunas de las ciudades del
mundo donde he estado, los mezclo con el amor, la corrupción, el tráfico. Este
libro me gusta en especial porque me costó mucho trabajo desdoblarme y escribir
algo que significaba un reto para mí.
CEC: Dos años
después, en Consagración de la piel, empiezas a experimentar con poemas más largos.
LZ: Consagración
de la piel, salió publicado primero en Barcelona, “Atenas”, y luego
en Cuba. Considero que en este libro
alcanzo ya mi madurez como autora. Mi
estilo se define bien y consigo escribir poemas de largo aliento. Poesía
amorosa, con imágenes completamente renovadas y distintas a las que había
escrito en los otros libros. Amo este libro porque me atreví a escribir poemas
de 3 o 4 páginas, sin perder el hilo, conservando la emoción y la trama.
CEC: La primera
década del siglo XXI la culminaste con dos antologías: Música
de alas al viento en el 2008 y, un año
después, Mágicos designios.
LZ: Música de
alas al viento y Mágicos designios, son dos compilaciones de poesía
amorosa que me editaron, la primera en la FES Zaragoza y la Segunda en Morelia.
La particularidad es que ambas selecciones tienen poemas que tenía inéditos y son
distintos en cada libro.
CEC: El primer
poemario que publicas en esta década, Las entrañas del
viento, del 2011 transitas nuevamente por
la poesía amorosa pero también incorporas otro tipo de poesía.
LZ: Las entrañas
del viento es un libro que me tocó escribir para exorcizar el dolor
físico. Me habían operado y no podía
moverme. Al mismo tiempo mi padre ha estado luchando contra el cáncer. Cumplí
50 años y de pronto sentí que me quedaba poco tiempo, que no es lo mismo pensar
en 40 años que en 20. Así que la poesía, un tanto torturada, habla de eso, del
dolor, la aceptación; hablo mucho de la muerte, y también tiene dos capítulos
de poesía amorosa.
CEC: Y ahora
andas de fiesta con tu nuevo título, Liberen a los delfines.
LZ: Liberen a
los Delfines. Salió este
2012 en La Habana, en el Festival de poesía. Es una selección de mi poesía
erótica pero también trae varios poemas inéditos que sólo están en este libro y
se presentará en Mayo en el Festival.
CEC: Hablemos
ahora brevemente de tu obra en prosa. Aunque tus dos primeras novelas, Posdata
para Ana publicada en el 2003 y Detrás
de la luz, en el 2007, se llevan cuatro
años de diferencia, en realidad fueron gestadas de forma simultánea.
LZ: Ambas novelas las fui escribiendo al mismo tiempo,
incluso en Detrás de la luz se hace
referencia a un capítulo de Posdata para
Ana. La primera abordó el tema del enamoramiento por internet, que cuando la comencé en 1999, aún estaba en auge esta modalidad. Y Detrás de la luz es una
novela bastante política. Contiene siete historias distintas que confluyen
en el final.
CEC: Con el género
del cuento te ha ido excelente, llevas cuatro ediciones de Minicrónicas
de Listón y otros cuentos, un libro que
publicas en el 2007.
LZ: Minicrónicas
de Listón y otros cuentos es un libro que escribí cuando me
operaron de las rodillas. Tuve que estar en cama dos semanas completas, así que
se me ocurrió aprovechar el tiempo y escribir mini cuentos e incluí otros que
ya había comenzado y terminé igual, en la cama. En total me llevó tres meses
escribir este libro que ha tenido una recibida tan buena que, en la
presentación del libro en la Universidad de Puebla, una Académica rusa me lo
pidió para traducirlo. Ya se presentó en la Universidad de Puebla y en Ukrania.
Lleva 4 ediciones. La primera en “Nido de Cuervos” en Perú, 2 en México y la
rusa.
CEC: En el 2010,
con Memorias de Claude Couffon te lanzaste a la aventura de publicar lo que se conoce como una novela
biográfica. De qué se trata ese experimento híbrido y creativo.
LZ: Memorias de
Claude Couffon es una biografía novelada acerca del gran traductor Claude Couffon, quien me invitó en el
2002 a ser la poeta de honor de Bretaña, Francia, en los talleres de traducción
que él dirigía. Durante dos años convivimos mucho para realizar las
traducciones con los alumnos de los colegios y así surgió el libro.
CEC: Y el año
pasado le regalaste a los lectores Mamá Lolita, una novela que tiene cierto carácter histórico.
LZ: Mamá Lolita, mi más
reciente novela, es una historia de sobrevivencia de la Abuela Lolita y la
gente que vivió los embates del Indio Inés Chávez en Cotija de la Paz,
Michoacán. Tiene gusto a novela histórica sin llegar a serlo, ya que es la
historia de un pueblo y sus habitantes desde el cambio del siglo XIX al XX.
CEC: A nombre de
los lectores de En las letras, desde
Puerto Rico te agradezco, Lina, por el tiempo que has dedicado a revisitar
tu obra con este servidor; por reflexionar acercar de lo que implica el oficio
poético y la creación.
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