domingo, diciembre 14, 2025

El habla en el poema

Una dilucidación de la poesía de Georg Trakl,

Cap. 2

De camino al habla (Unterwegs zur Sprache), 1959

Martin Heidegger

Dilucidar significa aquí, ante todo, indicar y situar el lugar. Significa luego: estar atento al lugar. Ambos, la indicación y la atención al lugar, son los pasos preliminares a una dilucidación. Así y todo, bastante es nuestra audacia si en lo sucesivo nos conformamos con estos pasos preliminares. La dilucidación, como corresponde a un caminar pensantedesemboca en una pregunta. Ésta indaga acerca de la localidad del lugar.

La dilucidación habla de Georg Trakl sólo en cuanto piensa acerca del lugar de su obra poética. Para una época cuyo interés en lo histórico, biográfico, psicoanalítico y sociológico radica en la desnuda expresión, semejante procedimiento es una parcialidad evidente, si no incluso un camino errado. La dilucidación medita acerca del lugar.

En su origen, «lugar» (Ort) significa la punta de la lanza. En ella, todo converge hacia la puntaEl lugar reúne hacia sí a lo supremo y a lo extremo. Lo que reúne así penetra y atraviesa todo con su esencia. El lugarlo reunidor, recoge hacia sí y resguarda lo recogido, pero no como una envoltura encerradora, sino de modo que transluce y translumina lo reunido, liberándolo así a su ser propio.

Nuestra tarea consiste ahora en dilucidar aquel lugar que recoge el Decir poético de Georg Trakl hacia su obra poética — situar el lugar de su Decir poético.

Todo gran poeta poetiza sólo desde un único Poema. La grandeza se mide por la amplitud con que se afianza a este único Poema y por hasta qué punto es capaz de mantener puro en él su decir poético.

El Decir de un poeta permanece en lo no dichoNingún poema individual, ni siquiera su conjunto, lo dice todo. Sin embargo, cada poema habla desde la totalidad del Poema único y lo dice cada vez. Desde el lugar del Poema único brota la ola que cada vez remueve su decir en tanto que decir poético. Pero, tan poco desierta la ola el lugar del Poema que, por el contrario, en su brotar hace refluir todo movimiento del Decir (Sage) hacia el origen cada vez más velado. El lugar del Poema cobija como manantial de la ola movedora la esencia velada de aquello que, desde el punto de vista metafísico-estético, puede, de entrada, aparecer como ritmo.

Puesto que el Poema único permanece en el ámbito de lo no dicho, sólo podemos dilucidar su lugar procurando indicarlo a partir de lo hablado en poemas particulares. Pero para hacerlocada poema particular precisa ya de una clarificación. Ella conduce a un primer esplendor lo claro que luce en todo lo poéticamente dicho.

Es fácil observar que una correcta clarificación presupone ya una dilucidaciónLos poemas particulares brillan y vibran sólo a partir del lugar del Poema único. Inversamente, una dilucidación del Poema único precisa de entrada de un recorrido precursor a través de una primera clarificación de algunos poemas particulares.

Todo diálogo pensante con el Poema de un poeta reside en esta reciprocidad entre clarificación y dilucidación.

El verdadero diálogo con el Poema único de un poeta es el diálogo poético entre poetas. Pero también es posible, y a veces incluso necesario, un diálogo entre pensamiento y poesía, pues a ambos les es propia una relación destacada, si bien distinta, con el habla.

El diálogo entre pensamiento y poesía evoca la esencia del habla para que los mortales puedan aprender de nuevo a habitar en el habla.

El diálogo entre pensamiento y poesía es largo. Apenas ha comenzado. Frente al Poema único de Georg Trakl el diálogo requiere incluso particular retenimiento. El diálogo pensante con la poesía puede servir sólo indirectamente al Poema. Por eso, este propósito se halla en peligro de perturbar el decir del Poema en lugar de dejar que cante desde la quietud que le es propia.

La dilucidación del Poema único es un diálogo del pensamiento con la poesía. Ni representa la visión del mundo de un poeta ni hace el inventario de su taller. Mas, una dilucidación del Poema único no podrá jamás sustituir a la audición de los poemas, ni siquiera servirles de guía. La dilucidación pensante puede, a lo sumo, cuestionar más y, en el mejor de los casos, puede hacer más pensativa la audición.

Teniendo presentes estas limitaciones, intentaremos primero indicar hacia el lugar del Poema no dicho. Para hacerlo debemos comenzar con los poemas dichos. La cuestión es: ¿con cuáles? El hecho de que cada uno de los poemas de Trakl indique, certera pero no uniformemente, hacia el lugar único del Poema, evidencia el extraordinario unísono de sus poemas desde el único tono fundamental de su Poema.

Pero el intento ahora de indicar hacia su lugar debe, sin embargo, satisfacerse con pocas estrofasversos frases. Nuestra selección puede inevitablemente parecer arbitraria. Sin embargo, viene guiada por la intención de llevar nuestra atención, a modo de un salto, al lugar del Poema único.

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