miércoles, diciembre 03, 2025

En las letras, desde Puerto Rico: Doris Irizarry, escritora y poeta

por Carlos Esteban Cana



La escritora Doris Irizarry presenta su segundo poemario Colmenas encendidas(C.P.P. Editora, 2025) el lunes 29 de diciembre de 2025 a las 7:00 p. m. en Casa Norberto (tercer piso, Plaza Las Américas). Este es el tercer libro que la autora sangermeña ha publicado. Los títulos anteriores son: Ahora puedo decirte que te quiero y otros cuentos movedizos (Calíope Editoras, 2018) y Ritual de vuelo – poemas de los cantos puros (CPP Editoras, 2022). Sobre ese primer libro de poesía el profesor de literatura Elidio La Torre Lagares ha destacado: “Los vuelos poéticos de Doris Irizarry refieren a la capacidad de la poesía para elevarnos de manera metafórica, transportándonos a lugares y emociones que la experiencia cotidiana no puede acaparar. Así, entonces, la poesía se vuelve un medio para liberarse de las limitaciones de la realidad y elevarse a nuevas alturas”.

Presentación Doris Irizarry

Con el fin de que conozca algo más de la cosmovisión artística de esta poeta boricua, “En las letras, desde Puerto Rico” publica en su totalidad la entrevista que nos concediera en noviembre de 2024.

 

‘Escribir poesía me permite acercarme al prójimo… y acercar al prójimo hacia mí’- Doris Irizarry

 

¿Cómo se dieron los primeros pasos en su universo creativo?

 

Doris Irizarry (D.I.) Desde que recuerdo, he tenido una mente imaginativa, casi como tener la cabeza en otra parte, sin embargo, no podría precisar el punto de partida. Es algo que siento que, de alguna manera, siempre estuvo en mí. Quizá con el detonante de crecer entre dos generaciones, por un lado los adultos, madre, abuelos, tíos, y por el otro mi única hermana a quien le llevo siete años, fui como una burbuja flotante entre esos dos mundos. Creo que eso hizo a una niña de siete años tejer cuentos en la cabeza y dejarlos ir, como si fuera algo completamente normal. Tenía suficiente tiempo para pensar y observar lo que me rodeaba, imaginar cosas, transformar el escenario que me contenía, pero en otro mundo, y el mundo, literalmente dicho, para mí era un misterio fascinante. Escribía y pintaba una que otra cosa y bailaba ballet en las actividades de la escuela. Pero darle forma a mis ideas en la escritura de alguna manera que se pudiera decir organizada, fue algo que hice después de retirarme.

¿Cuáles fueron los primeros libros, películas, obras de la cultura en general que inspiraron para iniciarse en estos caminos artísticos?

(D.I.) Mi primer libro, ese que sentí mío, fue un diccionario de español que me regaló José Ramírez Acosta, un empresario de San Germán para quien trabajaba mi mamá en el área de Contabilidad. Mis espacios de matar el aburrimiento los llenaba buscando palabras en el diccionario. Sin saberlo, me fui apegando a las palabras y a los signos, lo que provocaba mi imaginación. Aparte de los textos escolares, que por pura curiosidad, me leía antes de tiempo, me marcó un libro de la clase de español que tenía el poema Platero. Recuerdo que el maestro antes de leerlo nos dijo que podíamos cerrar los ojos para escuchar el poema y eso hice. De ahí en adelante, leí el poema muchas veces y se me quedó como una película. Me maravilló la magia que tenían aquellas palabras que me llevaban casi a tocarlo. Ese fue mi primer amor por la poesía. Aún sigue siendo uno de mis poemas favoritos.

 

¿Qué motiva su poesía?

 

(D.I.) Siempre me gustó la poesía, pero estuve consciente de ello mucho después. Y aunque de manera inconsistente escribía poemas, nunca sentí la urgencia de conservarlos. Los poemas que escribí de adulta, unos los perdí y otros los deseché como si con eso desechara algún sentimiento. Sin embargo, después de empezar a escribir consistentemente, siento que la poesía es una manera de ver la vida, una manera de existir, como bien lo ha dicho Rubis Camacho, gran escritora puertorriqueña a quien admiro y agradezco por lo mucho que sigo aprendiendo, tanto en sus talleres como a través de la lectura de sus poemas y cuentos. Igual que en mi poesía, la narrativa también es una necesidad muy personal de querer descifrar el universo, el prójimo y a mí misma. Más allá de preguntarme aquellas actitudes que humanamente no comprendo, escribir es casi empezar a ceder, ponerse en los zapatos del otro, intentar traducir la tristeza, meterme en su dolor, en el camino que nunca he recorrido y acercarlo a mis propias vivencias, a mi propia humanidad. Tratar de plasmarlo con lo que compone mi pequeño mundo e intercambiarlo con los demás para compartir el amor y las emociones que más difícil se sobrellevan. Contestando esta pregunta, quizá, escribir poesía me permite acercarme al prójimo desde mi humanidad y mi vulnerabilidad y acercar el prójimo hacia mí, desde la suya.

 

¿Cómo se da usted en el proceso de escritura? ¿Cómo se inicia?

 

(D.I.) Escribir, en términos generales siempre me fluyó bien. Sin embargo, para comenzar la escritura como género, sucedió después de indagar sobre literatura infantil, ya que tuve un cuento (para niños de edad preescolar) premiado hace años y quería continuar en ese género. La búsqueda me llevó al taller cibernético de cuentos cortos de Ciudad Seva, aunque siempre entre cuento y cuento, escribía poemas. De ahí surgieron algunas publicaciones impresas y en línea de algunos cuentos. Luego, tomé mi primer taller presencial de cuento corto en la Universidad del Sagrado Corazón con Rubis Camacho. Así le siguieron otros talleres, entre los cuales también tomé narrativa con María Zamparelli; y de poesía con Rubis y con el profesor y escritor Dr. Elidio Latorre Lagares. Un día reuní los cuentos que tenía y publiqué algunos bajo Editorial Calíope Editoras: el libro Ahora puedo decirte que te quiero y otros cuentos movedizos que fue presentado por Rubis Camacho e Isabel Zorrilla, también escritora puertorriqueña. Antes y después de esa publicación, fueron incluidos algunos cuentos, microcuentos y poemas en antologías dentro y fuera de Puerto Rico, algunos de ellos con premio, menciones honoríficas o destacados en certámenes locales como el de la Universidad Politécnica (2019), Di lo que quieres decir – Antología de siglemas 575 (2016, 2017 y 2019). Otros fueron publicados en las antologías Los cuentos del Taller (Argentina 2013), El libro de los talleres (Argentina 2014), Micros y Macros – Todos Relatos: Un año a puro relato (Argentina 2016) y Certamen Nacional de Microcuentos José Luis González (2018). Del género de poesía tengo poemas que han sido publicados en las antologías La hija de las Islas – Cantos a Lola Rodríguez de Tió (2023), Por tanto amor: Homenaje a Vicente Rodríguez Nietzsche (2023) y Grito de Mujer – Puerto Rico (2019, 2021, 2023). 

Ahora puedo decirte que te quiero y otros cuentos movedizos (Calíope Editoras, 2018), de Doris Irizarry

¿Hay algún momento ideal para colocarse en la pantalla o ante la página en blanco?

 

(D.I.) Aún no descifro el momento ideal para escribir. La inspiración me puede surgir dentro de una conversación, observando a la gente, en la soledad; y uno quisiera que el mundo se detuviera para no dejar pasar el golpe de iluminación, pero no siempre es posible. En esos casos voy a la aplicación de notas en mi celular para retener ese pantallazo de luz que a veces termina apagándose. Pero no consigo la fórmula ideal para aprender la disciplina diaria. No me ayuda el desafío de enfrentarme al papel en blanco o a la pantalla para parir la primera línea, que puedo llegar a convertir fácilmente en un frustrante aborto. Sin embargo, lo que sí he descubierto es que la soledad es el estado perfecto para sentarse a escribir, porque escribir requiere reflexión y un estado limpio de distracciones. Y con esto tengo la suerte de que cuento con el respaldo de los míos.

 ¿Cómo ha logrado llegar a los lectores?

(D.I.) Llegar a los lectores es relativo y nada fácil. Si bien es cierto que hoy día publicar es más accesible, por la misma razón se hace difícil llegar a los lectores que uno quisiera. Siempre he pensado que un escrito no es, hasta que alguien lo lee, sea quien sea, lo aprecie o no. Se me parece mucho a las relaciones humanas, no siempre estarán los seres perfectos, pero dejan la huella. Mi marco de lectores es limitado, mi familia, allegados, amigos escritores y consumidores de redes sociales de interés literario, este último como recurso cotidiano e inevitable, al cual debo alguna exposición en círculos literarios de otros países de América Latina. La participación en convocatorias es también un medio para llegar a lectores. Por otro lado, no es fácil entrar a ciertos grupos o páginas literarias donde apoyen o compartan tu escritura, especialmente cuando la base de inclusión responde a algún interés o movimiento particular, pero este es un factor con el que nos enfrentamos casi todos los que decidimos escribir. Sin embargo, confieso, que a veces me sorprenden lectores de quienes que no

imaginaba recibir una excelente crítica. Cuando escribo no pienso en publicar en el sentido formal, ni con el objetivo de vender, mucho menos competir, sino para compartirlo. Pero una vez tengo una cantidad de poemas comienzo a agruparlos y de ahí puede surgir la posibilidad de publicar.

 

Actualmente ¿qué está leyendo?

 

(D.I.) Estoy leyendo más que nada poesía, varios libros a la vez, y narrativa, lo que evidencia lo indisciplinada que soy. Ahora estoy entre Pequeños monstruos de Mayryn Cruz Bernal, Poesía completa de Basho, La risa de las bestias de Yannielle Ramos, Poesía completa de Juan Manuel Roca y Donde vuela el camaleón de Ida Vitale. Pero hay otros escritores a los que siempre vuelvo, como quien busca una bendición: Octavio Paz, Roberto Bolaños, Julia de Burgos, Marioantonio Rosa, Pizarnik, Cortázar, Lorca, mis maestros de poesía y tantos otros que se me queda mencionar. Y me esperan otros tantos que aún no he leído.

 

¿Cómo ve el futuro de la humanidad?

 

(D.I.) Es muy duro, pero creo que es un proceso de evolución, aunque otros lo tilden de involución. Este ahora es otro mundo, a otra velocidad, con otros valores e intereses. Y es más complejo que decirlo. Vivimos tan aprisa como un respiro. Por un lado los avances tecnológicos nos facilitan la vida, por el otro, nos desconectan cada vez más de nuestra propia humanidad, del abrazo, del tacto, de la mirada como respuesta necesaria. Creo que toda esa desdicha, decadencia, al igual que las maravillas asombrosas que vemos gracias al internet y a la globalización, han estado ahí, solo que no estaban al alcance de nuestros ojos. Asusta el mundo que le estamos dejando a los que apenas llegan y a los que vendrán; la música y las imágenes a las que están expuestos nuestros niños, lo que catalogo injusto, un abuso abierto y permitido; la lucha de las mujeres por la equidad y la de los indefensos por sobrevivir ante el machismo, la trata humana, el discrimen, la pobreza; y el estado en que tenemos al planeta, por mencionar algunos. Sin embargo, en este otro mundo de hoy, se abren nuevos espacios, se siguen rompiendo paradigmas que permiten la diversidad y le dan voz y presencia a muchos que han sido oprimidos por la sociedad y sus cánones. Eso que a veces catalogamos como rebeldía no es otra cosa que la respuesta que están ocasionando nuestros propios cuestionamientos respecto a lo que esperamos de los demás. Se rompen las estructuras que ya no funcionan, aunque con ello se vayan otras que sí funcionan. Pero esa apertura es necesaria. Puedo mencionar que gracias a eso, la generación a la que pertenezco, estamos viviendo y haciendo cosas que antes no hubiésemos siquiera soñado. Pero son los más jóvenes los que están luchando con las cargas que le hemos dejado las generaciones anteriores, están rompiendo cadenas en busca de la libertad, aceptación, identidad y están diciendo: basta. Mi esperanza es que la transformación que estamos viviendo traiga ese mundo de justicia, paz y bondad que tanto necesitamos. Esa es la parte positiva y con esa nos debemos quedar todos. Algo deberemos cambiar, pero lo descubriremos en el camino.

 

¿Algo de eso se manifiesta en su propia obra?

 

(D.I.) Leer, hacer poesía, escribir; la literatura se convierte cada vez más y sobre todo en este mundo de hoy, en una burbuja. Especialmente la poesía, es un salvavidas que nos lleva a un estado emocional un poco de pureza en el sentido de que somos seres imperfectos y tenemos que lidiar con nuestras imperfecciones a diario; y la poesía nos da la oportunidad de salvarnos. La poesía es quizá la búsqueda de la belleza, la sensibilidad y el estado emocional más sublime dentro de cualquier escenario; y esa búsqueda la provoca precisamente el mundo en que vivimos. Así que sí, hay temas en mi poesía que asumo, no solo a base de mis vivencias, sino las de otro ser humano que ha tenido que enfrentar situaciones que no me han tocado a mí.

 

Hay quien dice que escribir sana. ¿Tiene ese poder la literatura? ¿Cómo lo ve usted?

 

(D.I.) Escribir poesía o cualquier género, es un proceso de aprendizaje continuo que requiere una empatía absoluta, con uno mismo y con el prójimo. Se asume ese estado con mucha honestidad, como dice mi maestra. Con ello se desarrolla cierta madurez o valentía para aceptar o decir; y cuando se adopta esa cierta madurez se pierde un poco el miedo de contar acontecimientos, especialmente los íntimos y dolorosos. Contar es compartir una carga, hacerla más liviana, quizá. Como pasa al escribir sobre la muerte. Las muertes las cargamos los vivos el resto de nuestra vida. Y yo cargo con la de mis muertos, pero la más dramática, la de mi

padre, ocurrió cuando yo tenía casi siete años. Salió a comprarme un helado y regresó en un ataúd. Las muertes, como los amores, por lo menos en mi caso, no es que sean unos o unas más grandes que otros, es que cada uno es único y el impacto del golpe también lo es. Para contestar tu pregunta, la literatura quizá no sane del todo, pero tiene un poder maravilloso para sobrellevar el mundo, sus pasiones y desgracias.

 

¿La escritora que es usted hoy, es la misma que publicó su primer libro?

 

(D.I.) No. Siempre se aprende en el camino, si no, es como si no lo hubiésemos recorrido. Desde mi primera publicación hasta Ritual de Vuelo - poemas de los cantos puros, sí puedo distinguir un desarrollo, no solo en la escritura, sino cómo me posiciono ante ella. Dice un refrán que leí hace muchos años: ‘Haz lo que puedas con lo que tengas donde te encuentres’. Eso hice y creo que era lo que tenía que hacer en aquel momento. Ya pasados algunos años, definitivamente sería distinto. No vengo de una preparación académica en literatura, así que he aprendido a mares, desde que decidí tomar mi primer taller y especialmente con la lectura de modo autodidáctico. Cuando uno empieza a escribir se siente pequeño y asustado y cuando empezamos a leer nos damos cuenta de que somos aún más pequeños de lo que pensábamos. Creo que la madurez literaria no la da lo que uno escribe, sino lo que uno lee. No leo todo lo que debiera, pero sí todo lo que puedo. Ahí está el verdadero aprendizaje, lo demás es práctica que debería perfeccionarse con el hábito, y a mí me queda el universo por leer.


¿Si alguien se acerca y le pregunta qué es necesario para ser escritora, qué le diría? 

Sobre la narrativa de Doris Irizarry

(D.I.) Leer, leer y leer. Y tomar talleres de escritura del género que interese. Y digo talleres en plural. Yo no soy escritora, solo escribo con la suerte de que alguien me quiera leer. Ser escritor, quizá desde el punto de vista gramatical, sí es posible, es perfectamente alcanzable poner el verbo en acción. En cambio, el concepto, la imagen generalizada de ser escritor está reservada para dos gremios, los grandes autores y los que tienen éxito rotundo de ventas o premiaciones importantes. Eso quizá contribuye a que tantas publicadoras se formaran de manera orgánica; para abrirse camino. Hoy día existen más recursos para aprender, como en línea, por ejemplo, pero los talleres presenciales o en vivo aportan un intercambio importante. Hay que perder el miedo de preguntar y acercarse a los maestros porque los hay muy buenos. Admiro muchísimo esos Maestros que lo dan todo en un taller, que no cortan alas, al contrario, te las arman, te despiertan y te ponen a correr; y eso merece mi respeto. Pero hay que leer.

¿A qué aspira con sus libros, con su propia obra? 

Doris Irizarry

(D.I.) Nunca me había planteado esto. Quizá debería repensarlo para darte una respuesta más acertada, pero así, llanamente, aspiro a que mis libros sean leídos. Tener el privilegio de que tu libro sea un buen acompañante en los ratos de ocio o en la soledad y que guste, es ya un premio. Porque un libro es hasta cierto punto, una prolongación de quien escribe, algo que tiene que ver con la intimidad, con lo que define al escritor, lo queramos o no, y a la vez es un lazo que extendemos a desconocidos. Todos nos hemos aferrado a un libro en la soledad o en algún momento crítico de nuestras vidas y si eso llena un espacio, cumple una misión. Por eso, cuando me leen, para mí se completa el ciclo de la mariposa, consciente de que hay vuelos muy cortos. Más que nada aspiro a poder seguir aprendiendo, seguir escribiendo, traducir las imágenes, atrapar esos momentos de éxtasis que se dan en la claridad o en la oscuridad. Eso que nos conmueve y nos deja sin palabras.

 

¿Qué le ocupa en estos momentos? ¿Qué proyectos creativos y literarios le ocupan?

 

(D.I.) Actualmente sigo escribiendo para publicar un nuevo libro de poemas, quizá a finales de este año o principios del próximo. También reviso una novela que escribí hace unos cinco o seis años, y con la cual sigo trabajando de manera interrumpida. Me interesan otros géneros que leo e intento, como el haiku, la escritura minimalista. Y la pintura. Pintando interrumpo frecuentemente el proceso de escritura, a modo de receso terapéutico. Actualmente trabajo en una página de arte con la ayuda de mi hija, en la que expondré mis pinturas y de la que próximamente tendrán noticias. Espero no procrastinar una vez más.

Doris Irizarry durante la presentación de su primer libro Ahora puedo decirte que te quiero y otros cuentos movedizos (Calíope Editoras, 2018).

Doris Irizarry es entrevistada por Daniel Nina, director de El Post Antillano

Doris Irizarry lee su poesía en el homenaje al poeta Vicente Rodríguez Nietzsche en Casa Aboy el 24 de febrero de 2024.

Doris Irizarry presenta el libro libro 'De lo mágico a la muerte' de Chary Dávila. Centro Cultural José S. Alegría en Manatí. 12 de octubre de 2025.

Doris Irizarry publicó en el 2018 'Ahora puedo decirte que te quiero y otros cuentos movedizos' bajo el sello Calíope Editoras.

Dos poetas, Antonio Ramírez Córdova y Doriz Irizarry. Noviembre, 2025.

La escritora Doris Irizarry nació en San Germán, Puerto Rico.

La poeta y cuentista Doris Irizarry ha cultivado con éxito el haiku.

Las escritoras Sandra Santana y Doris Irizarry.

Poesía 'La soledad es...', de Doris Irizarry


En las letras, desde Puerto Rico: Magali García Ramis presenta su nuevo libro

por Carlos Esteban Cana

Magali García Ramis


Mañana se presentará ‘El libro de las tías, una memoria’ (Ediciones Callejón, 2025), de Magali Garcia Ramis, en la Casa Kai (Escuela Segundo Ruiz Belvis), Ave. Fernández Juncos, Santurce, 6:00 p. m. Presenta la Dra. Sylvia Álvarez Curbelo.


El libro de las tías - una memoria (Ediciones Callejón, 2025), de Magali García Ramis


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"De derecha a izquierda, en orden de nacimiento, María Luisa, María de Montserrat, Isolina Francisca, Guillermo, María Antonia, Francisca, Cristina y Eladia Ramis Díaz, cagueños, 1936". Magali García Ramis



lunes, diciembre 01, 2025

En las letras, desde Puerto Rico: Colmenas encendidas

por Carlos Esteban Cana


Presentación del poemario "Colmenas encendidas" de Doris Irizarry. ¿Cuándo? 29 de diciembre de 2025. ¿Dónde? Librería Casa Norberto, en el tercer piso del centro comercial Plaza Las Américas. Presenta la escritora y editora Rubis Marilia Camacho.


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