El escritor y economista Julio César Pol es uno de los gestores culturales que emergió durante la primera década del siglo XXI con esa fuerza inusitada que da grandeza por su capacidad de servicio. Es así que capitaneó el colectivo y revista El Sótano 00931 durante siete años (2000-2007). Con igual capacidad fue el estratega coordinador que gestó (De)Generaciones, un encuentro de escritores de seis generaciones distintas, del 50 a los novísimos del 2000. Le acompañaron durante la realización de este acontecimiento escritores y gestore
Durante años Julio César Pol ha concedido entrevistas a diversos medios. La más reciente fue publicada por El Post Antillano en enero del 2019 bajo el título Julio César Pol. En la entrevista realizada por el escritor Wilkins Román Samot, Pol manifiesta sobre su poesía: “La densidad a gran escala genera gravedad. Y esa gravedad genera un núcleo hirviendo a raíz de las fricciones. Cada generación de poetas tiene su núcleo. Dos, tres poetas en los cuales todos los demás gravitan. Yo soy ese núcleo en mi generación en Puerto Rico. No sólo por mi trabajo cultural, sino por mi trabajo creativo”. Y más adelante añade con la misma convicción: “Los últimos años me he desconectado del mundo literario porque me he enfocado más en trabajar. Trabajar en el mercado laboral y trabajar más mi obra. Los lectores de los poetas contemporáneos usualmente son otros poetas. Esto genera mucha rivalidad y plagio. Tener mucho de eso puede ser tóxico. La preocupación del poeta debe estar en un tiempo que todavía no es. Los comentarios que he escuchado sobre mi obra han sido constantes a través del tiempo: ‘tú eres el mejor poeta de tu generación’”. De más está decir que esas declaraciones de Pol, que desde joven (como buen heredero de vanguardistas) es un provocador nato, sobre el valor de su poesía revolcaron el avispero literario nacional, avispero que, como se dice en la calle, “no hay que darle mucho para que prenda de un maniguetazo”.
Reunion de "El Sotano" en el sotano de humanidades |
una pieza más a los datos biográficos de este poeta boricua que nació en Ponce en 1976, En las letras, desde Puerto Rico comparte de sus archivos, aquí en el Blog Confesiones (del narrador Angelo Negrón), la voz de un joven Julio César Pol que para la fecha transitaba en la liviandad de conocerse y reconocerse mientras articulaba sus primeros proyectos editoriales y literarios. En estos pasajes el poeta rememora su infancia, ofrece su perfil como líder y gestor cultural de su generación, habla de su rol dual como escritor y economista, y da detalles poco conocidos de su primer libro, La guerra de las galias, que publicó en el año 2000 en una sencilla edición de autor. Que lo disfruten.
La infancia y adolescencia: Tan fuerte pero tan amorosa
El Sotano en Tour. Awilda Castro, Federico Irizarry, Robert Jara, Amarilis Tavárez Vales y Julio César Pol |
“Ya en la escuela recuerdo que me la pasaba llevándole la contraria a todos mis maestros y a una profesora de español, para variar, que daba palabras de domingo para que las memorizáramos y escribiéramos oraciones. Yo, en vez de hacer oraciones, lo que hacía era poemas. Tengo guardadas todas esas libretas. Como yo escribía muy erótico los compañeritos y profesores se pasaban jodiendo, entonces lo que hice fue que le enseñé los poemas a la psicóloga de la escuela y ella me puso en contacto con un escritor llamado José... Lo menciono así porque nunca supe el apellido. Lo único que recuerdo era que su papá era un doctor, una persona con mucho dinero allá en Ponce, pero José decidió ser escritor nada más. Él sacó de su tiempo para enseñarme a Vallejo, a Neruda, hacerme crítica de lo que yo escribía. Para mí eso fue bien significativo”.
“De lo que más me influyó al principio fue principalmente Neruda, también me dio a leer de Vallejo y como que yo no lo digería muy bien. Después fue que vine a cogerle el gusto, pero Neruda y sus Veinte poemas de amor y una canción desesperada, me parece que debe ser una lectura obligada en las escuelas superiores. Eso como que detonó la reserva poética que me había dejado mi mamá desde chiquito. Allí, en la biblioteca de casa, mami tenía poesía; entre los autores que recuerdo estaba Matos Paoli. Ya en la universidad tanteaba y fui comprando un chorro de libros de poesía. Gastaba todos los chavos en eso. Mami en algún momento estaba ya algo molesta porque eran muchos, porque yo los compraba y después no los leía, los almacenaba. Entonces como compraba tanto volumen, no había Cristo que pudiera sentarse a leerlos y ya mami estaba incómoda porque todo el dinero lo gastaba en eso; pero nada, después con el tiempo me los fui leyendo”.
“En la Universidad, uno de mis primeros intentos con la narrativa fue escribir un cuento para un certamen en el que nadie participó y lo gané. Después hubo un lapso, una pausa…”
La importancia del grupo y la tarea de salvaguardar la obra de Francisco Matos Paoli
Julio César Pol: “Sobre hacer proyectos que sumen a los diferentes actores te digo lo siguiente. En mi
caso tiene que ver con algo que es íntimo a mi vocación de escritor y a mi formación en el hogar y eso es el compromiso con el grupo. Como yo viví solo con mami eso era algo que siempre fue importante: el trabajo de equipo; la visión de grupo, no del individuo. Eso fue algo que siempre estaba bien presente: la familia antes que las personas individuales. Y siempre había que velar por eso. Y eso ha prevalecido a la hora de hacer el Sótano, hacer De-Generaciones y hasta juntarnos para ayudar a preservar la obra de Matos Paoli”.
“Sobre esa última experiencia que menciono, la de don Paco te cuento lo siguiente… Cuando el grupo de escritores se organizó para buscar la manera de proteger el legado de D. Francisco Matos Paoli se hizo porque su obra no estaba del todo organizada, estaban cuadernos dentro de otros cuadernos y se corría el peligro que algo se perdiera entre tanta espesura, digámoslo así. Y me di a la tarea de ayudar a doña Isabelita (Freire de Matos) en eso porque entendía y entiendo que todo lo que el Poeta dejó es parte de nuestro patrimonio cultural. Me sentía con el deber de proteger ese legado. A don Francisco lo conocí durante su etapa final, poco antes de su muerte. Fui a su casa. El motivo de mi visita era que quería publicarlo para una revista que nunca llegó a salir, una revista que trabajamos más o menos el mismo grupo del Sótano. En esa ocasión D. Paco fue muy generoso y le autografió un libro a mami. Ciertamente esa identificación, esa cercanía con Don Paco me creó también ese sentido de responsabilidad. Cuando fuimos años después con los otros escritores a su casa, recuerdo cómo Nina Valedón, la coordinadora de la revista Tongüas, quedó fascinada con el espacio y todos los premios que le habían dado a Matos Paoli. Durante las primeras visitas que yo había hecho por mi parte también me sucedió eso; esa fascinación por ver el reconocimiento a una obra verdaderamente lograda. Para ese tiempo ya doña Isabel estaba bien malita, no se encontraba bien de salud, pero como quiera el recibimiento que nos dio fue muy caluroso, fue bien especial. Principalmente porque comprendió que veníamos con un deseo genuino de ayudarle a preservar la obra de D. Francisco, por todos los trabajos que estábamos haciendo en esa dirección y porque eso, preservar la obra de su esposo, era, hasta cierto punto, su mayor preocupación, la paz de ella; eso lo tenía como misión personal y al final creo que asumir esa misión le permitió irse tranquila de este plano. Ante esa obra poética inmensa de D. Paco, doña Isabelita quería asegurarse de que no se perdiera, porque siempre consideró, como lo consideramos nosotros, que don Francisco Matos Paoli es uno de los escritores más grandiosos que ha dado Latinoamérica”.
La economía y el por qué de las cosas…
Mi poesía
“Para mí, el mejor escritor es aquel que puede dominar todos los estilos, por eso yo he intentado ser lo más diverso posible. Aunque uno no logre dominar todos los estilos, sí me siento satisfecho con lo que he logrado en relación a la tonalidad y la forma. Inclusive, pienso que esa diversidad funciona casi como los heterónimos de Pessoa, un poco para que los lectores vean cosas diversas y lean diferentes caras, que no sea lo mismo todo el tiempo. Si un escritor crea más de lo mismo entiendo que su propuesta es pobre y hasta cierto punto aburre. Me parece que tú, como escritor, tienes que intentar tener un reto contra ti mismo y ese reto es ser diferente, poder presentar tu multiplicidad y tus diferentes rostros. Como dije antes, no repetirte sino ser diferente”.
Los poemarios en La guerra de las galias; la poesía como golpe de luz; espiritistas y pentecostales
“Sobre mi manera de escribir te puedo decir que mucho de lo que escribo, por lo menos los detonantes, los escribo guiando, en medio del tapón. Siempre tengo una libreta al alcance de la mano y empiezo a escribir”.
“La poesía, particularmente, es un vehículo que me permite acceder al plano de las ideas. Cuando yo escribo cuento siento que no es igual. La poesía es como un golpe de luz, como un golpe de iluminación. Quizás eso explica que muchos de los amigos escritores que conozco son hijos de pastores pentecostales que, por lo general, le dan importancia al aspecto espiritual, algo en lo que se afanan día a día. Creo que es algo que se da, incluso, en quienes practican el espiritismo; ese interesarse en lo metafísico es algo diario. Es algo que tú vives y con lo que convives todo el tiempo. Me parece muy interesante que la mayor parte de los escritores que conozco, por un lado o por otro, o son descendientes de espiritistas o son pentecostales. ¿Por qué? No sé, pero me parece algo significativo”.
El proceso creativo; como poeta y como economista…
“Yo, en esta época de mi vida, no tengo una disciplina rígida como otros escritores aunque, eso sí, siempre intento estar escribiendo. Pero no soy de los que se imponen comenzar su jornada poética a una hora exacta. No. Para mí toda estructura rígida, incluso la que se da en el trabajo como economista, me resulta demasiado fría. La imposición para mí es letra muerta, mata la dinámica de lo espontáneo. Aunque siempre me las ingenio para ser creativo a la hora de dar recomendaciones en la propia economía; en eso de dar recomendaciones tengo más margen para hacerlo”.
“Cuando estoy en mi trabajo como economista es como un tour de force. Por un lado me intentan cortar las alas, pero por otro yo no lo permito. Intento ser creativo inclusive a la hora de hacer propuestas para mejorar la situación económica del País. En ese proponer se puede dar con teorías nuevas e interesantes, aunque sea en un espacio marginal. En mi trabajo como economista también busco espacios disponibles de creatividad”.
“Mi vocación de escritor es igual de importante a mi vocación como economista. Una vez, en una entrevista de radio, me preguntaron qué era para mí lo más importante, si la economía o la poesía y contesté que son dos partes indispensables de lo que yo soy, de lo que me constituye”.
Algunos libros de Julio César Pol |
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