por Carlos Esteban Cana
Esta es una de las entrevistas que valoro mucho porque me la
concedió el escritor Edgardo Sanabria Santaliz, que fue mi profesor de español
en mi primer año en la Universidad de Puerto Rico. Y como Sanabria Santaliz ya
era un escritor reconocido a finales de los 80, fue también el primer Narrador
de Grandes Ligas que conocí. Recuerdo que una vez Santaliz llegó al restaurante
donde yo trabajaba en el Viejo San Juan, y de inmediato saqué de mi bulto su
primer libro que estaba leyendo en ese momento para que me lo autografiara. Los
años pasaron y leí con placer toda su obra narrativa mientras me llegaban
noticias de su servicio sacerdotal pues se hizo fraile dominico a principios de
los 90. A continuación comparto fragmentos de esa conversación que tuvimos hace
nueve años cuando promocionaba su primera antología personal.
La misión del escritor Edgardo Sanabria Santaliz: Buscar la belleza en Dios y buscar a Dios en la belleza.
En estos momentos en que la Universidad Central de Bayamón
le dedicará el 1er Certamen Literario del Colegio de Artes Liberales y
Humanidades, y que se ha publicado su nuevo libro titulado "Antes del
último día" bajo el sello Isla Negra Editores, este servidor entrevista y
pasa revista sobre la trayectoria del sacerdote y escritor Edgardo Sanabria
Santaliz.
Nacido en San Germán en 1951, su niñez y adolescencia
transitan entre su pueblo natal, la zona metropolitana en el periodo de clases
y Cabo Rojo y Sabana Grande durante sus vacaciones. Estudió en la Academia
Santa Mónica y fue la Misa diaria y la vida de los santos lo que fue
fortaleciendo su fe. Vivir la celebración Eucarística y el momento de la
consagración lo encaminaron cada vez más a tratar de imitar a Jesucristo.
Padre Edgardo Sanabria Santaliz ha sido un sacerdote
escritor, un escritor sacerdote. ¿Cómo inició y ha logrado ejercer ambas
vocaciones? Al respecto, dice: “Desde los seis años quise ser sacerdote y, en
cuanto a la escritura, no fue hasta 1975 cuando espontáneamente me salió el
primer cuento. Para mí, ser sacerdote es buscar la belleza en Dios, y ser
escritor es buscar a Dios en la belleza”.
Nos explica que su identificación con la literatura comienza
por medio del género novelístico. Autores como Julio Verne, Benito Pérez Galdós
y Pío Baroja lo entusiasmaron a seguir descubriendo el universo de las letras.
“La lectura, junto con la música clásica, eran mi forma de escapar de la vida
dura”.
Ya en la etapa universitaria logró una Maestría en Estudios
Hispánicos de Brown University en los Estados Unidos, y llevado por su pasión
literaria llegó a la docencia: “El amor por la literatura me llevó a querer
compartirla con los demás. Y el compartirla, me indujo a amarla más”.
Esa etapa como profesor en varias instituciones académicas,
no impidió que su amor por el sacerdocio continuara presente y latente. “No fue
hasta los 36 cuando di el gran paso, al permitirme Dios que entrara en los
dominicos, orden en la que, en 1996, hice la profesión solemne como fraile y,
meses después, fui ordenado sacerdote”, señala.
El género que espontáneamente exploró inicialmente como
escritor fue el cuento, de ahí saldrían las narraciones que conformarían sus
primeros libros: “Surgieron como dictados por una voz interior y pulidos con
mucho trabajo”. En 1978 publica Delfia cada tarde, que contiene cuentos como
'Pasear' y 'Las visiones de Mariana y apoteosis'. Colección que le recuerda
además a uno de sus mentores: “Le agradezco al gran José Luis González (con
quien tomé un taller de cuentos) que personalmente llevara el libro a Ediciones
Huracán para que lo publicaran”.
En 1984, Sanabria Santaliz publica El día que el hombre pisó
la luna, libro que contiene algunos de sus cuentos más conocidos: 'Después del
huracán', 'Los días de abuela', y el cuento que da nombre al mismo. Cuando
habla de esta segunda colección también lo hace agradeciendo al autor de
Figuraciones en el mes de marzo, Emilio Díaz Valcárcel, con quien cursó un
segundo taller de cuentos y le entusiasmó para publicarlo.
Cuatro años después, en 1988, circula su tercer libro:
Cierta inevitable muerte. Publicado por la editorial argentina Ediciones de la
Flor, entre sus cuentos destacan 'Carmina y la noche', 'Edi en la urna' y la
pieza narrativa que da título a la colección. A la pregunta de si tenía la
intención de que este libro fuera más orgánico que los anteriores, contesta:
“Sí, y creo que de mis libros de cuentos es el mejor debido a esa unidad
temática y estilística”.
Otro género literario que fue capturando su atención a
través de los años fue la poesía. Incluyó algunos poemas en su libro Las horas
púrpuras, de 1994. Ocho años después, en el 2002, obtendría el Premio (ex
aqueo) del Instituto Cervantes por El arte de dormir en una silla de hospital,
que la editorial Plaza Mayor publicó al año siguiente. Acerca de la poesía,
puntualiza: “La poesía es el género de la madurez (se basa en la experiencia de
vida) y es lo más difícil de escribir porque comprime, como en el cuento, las
ideas y los sentimientos. Digamos que salté del cuento a la poesía cuando las
alegrías y las tristezas de la vida ya no las podía expresar en prosa”.
Con 40 años como escritor Edgardo explica que para ser un
buen narrador hay que amar la literatura, leer mucho, tener talento y
“esforzarse por trabajar el lenguaje para decir lo que se tenga que decir”. Su
pasaje favorito de la Biblia es el salmo 27: El Señor es mi luz y mi salvación:
a quién temeré; el Señor es la fuerza de mi vida: quién me hará temblar.
En esa misma dirección, reflexionó que lo más que ha
disfrutado de su sacerdocio es “celebrar la misa, orientar a los penitentes en
la confesión y dar la unción de los enfermos a quienes requieren ese
sacramento”.
Otro trabajo suyo de importancia fue modernizar el lenguaje
de varias leyendas de Cayetano Coll y Toste (El pozo de Jacinto y El hada del
naranjal, entre otras) comisionado por la Editorial Santillana, con el fin de
facilitar la lectura a los jóvenes. Tal proyecto se distribuyó primero con
Alfaguara Infantil y Juvenil y en ediciones posteriores en la serie Lo que leo.
A continuación presento un desglose de lo que Sanabria
Santaliz ha publicado recientemente: su antología personal de cuentos, Antes
del último día (Isla Negra Editores,2015); una colección de microcuentos
titulada Cuentos para mirar con microscopio (Editorial EDP University, 2016);
el cuento Carlitos y la burbuja espacial (Editorial Santillana, serie Lo que
leo, 2016); Leyendas de aparecidos (Editorial Santillana, serie Lo que leo,
2016); Leyendas de audacia ((Editorial Santillana, serie Lo que leo, 2016); Leyendas
del destino (Editorial Santillana, serie Lo que leo, 2016); y un poemario.
También cinco microcuentos suyos fueron publicados en la sección Escritor
Invitado del blog Silencios de Papel editado por la escritora Ana María Fuster
Lavín.
Al presente, Padre Edgardo Sanabria Santaliz, ya jubilado,
ayuda los fines de semana a celebrar misa en distintas parroquias. Y como
cierre a esta entrevista, recordando las diferentes etapas de su trayectoria,
concluye: “El amor al arte mismo me llevó a entregarme al Dios cuya belleza se
manifiesta parcialmente en el arte y cuyo poder hace que los seres humanos, al
igual que él, sean capaces de crear”.
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