viernes, noviembre 19, 2021
sábado, noviembre 06, 2021
domingo, octubre 31, 2021
En las letras, desde Puerto Rico: Artesanía cotidiana de vocación poética, trayectoria de la poeta Rosa Vanessa Otero
por Carlos Esteban Cana
Rosa Vanessa Otero junto a Irizelma Robles y Vanessa Droz en la Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2019 |
reportaje sobre el evento destinado a publicarse en Diálogo, periódico de la Universidad de Puerto Rico.
En el fondo del caño (Genealogía) (EDUPR, 1997) |
Conservatorio con Rosa Vanessa Otero |
viernes, octubre 29, 2021
miércoles, octubre 27, 2021
sábado, octubre 23, 2021
En las letras desde Puerto Rico: El grupo de Guajana en la historia, breves impresiones
por Carlos Esteban Cana
No es poco lo que se puede decir sobre cada uno de sus integrantes y la dinámica entre ellos. Según pasa el tiempo nos asombra la valentía y el encuentro (y también la presión) entre sus integrantes para mantener el sesgo inicial de la revista marcado por una poesía de corte social y política (y de la cual se distanciaron escritores de la década siguiente). Mucho de lo alcanzado por Guajana se le debe a su fundador, Vicente Rodríguez-Nietszche, y su capacidad de liderato.
Angela María Dávila |
Es importante puntualizar que Guajana fue sumando en décadas subsiguientes a otras personalidades literarias como Marcos Reyes Dávila, Reynaldo Marcos Padua, María de los Ángeles Camacho Rivas e Iris Miranda. Tengo que reconocer que de la obra de los "Guajanos" ha sido la estética poética de Edgardo López Ferrer -por colocar en primer plano cierta búsqueda ontológica como móvil de la voz lírica- con la que más me he identificado.
Enigmáticas me parecen además, sin haberlas explorado lo suficiente, las propuestas de Carlos Noriega y Juan Mestas. En esa misma dirección sería interesante estudiar la relación de Antonio Cabán Vale "El Topo" y Edwin Reyes con el grupo. Por supuesto es de agrado recordar a Marcos Rodríguez Frese con su humor particular y verle incisivo en alguna reunión del Comité Organizador del Festival de Internacional de Poesía en Puerto Rico a la que asistí. Y ahora que mencioné el Festival fundado por el propio Vicente, es más que necesario reconocer cuánto le debe Puerto Rico a la experiencia de Guajana en el ámbito caribeño y centroamericano.
Marina Arzola |
Sería estupendo que cualquier programa de estudio de literatura puertorriqueña dedicara un semestre a enseñar la importancia de Guajana en nuestras letras. Ayudaría, en esa dirección, tener como base el disco compacto "Guajana en su voz", de la editorial Los libros de la Iguana, y otra antología que a través del testimonio oral y documental ofrezca la perspectiva de los diferentes escritores que han formado parte del grupo en sus diferentes épocas.
Disco compacto Guajana en su voz Cincuentenario |
jueves, octubre 21, 2021
martes, octubre 19, 2021
sábado, octubre 16, 2021
viernes, octubre 15, 2021
En las letras, desde Puerto Rico: Adiós a Norberto González -librero, editor, empresario y amigo-
por Carlos Esteban Cana
lustros (1993-2008).
Una de las últimas fotos de Norberto González. Aún con las alas rotas me atreví a a volar. |
Y desde este boletín queremos consignar nuestro apoyo a la propuesta que el Dr. Luis A. Ferrao hará a la Asamblea Municipal de San Juan para que se renombre la Avenida Ponce de León como Avenida Norberto González. Tal como manifestó el rector en su contundente declaración: "Basta ya de Juan Ponce de León. Vamos a honrar a los nuestros y perpetuar la memoria de nuestros editores y libreros que sí hacen patria”.
A continuación “En las letras, desde
Puerto Rico” comparte la pieza que el poeta Eric Landrón declamó durante la
mañana.
Brindis a Norberto González
Brindo
por el librero 24-7,
Por
el de la mirada mas que clara, ¡clareante!
Por
el defensor de la literatura arado
de
tierra adentro, espigada firme,
Por
el editor que patria de amor y a contracorriente,
Por
el que sonreía, tímidamente alumbrador
como
un amanecer a canto de sol
recio,
acústico, inesperado y urgidor.
Brindo
por el empresario honesto
y
de una sola pieza,
El
que respetaba por igual
al
escribiente amateur o al célebre escribiente,
El
que daba la mano con apretón de corazón, indistintamente
sin
doblez de página o de olvidos indiferentes.
Brindo
por él de la memoria asombrosa
y
asombrista,
El
antropólogo de títulos perdidos
en
rincones de anaqueles,
Por
el corsario sin cuchillo en boca
que
guardaba tesoros en islas libreras escondidas a la vida
rodeada
de oleajes de tomos,
ensenadas
de portadas
fondeaderos
de pasillos entrepisos
y
lomas de lomos
en
pestañeos multicolores.
Brindo
por el que siempre supo
que
una librería hechura y ya crecida
es
estante y estandarte
de
hogar refugio, de nación al talle
y
astillero de cultura,
Por
el hombre de palabra y la palabra en hombre,
Por
Norberto González
Amigo
caudaloso y entrañable amigo,
Servidor
público de la imaginación impresa
en
pliegue de ternura
amparador,
arte-ante, mimador
y
sapiencial,
Boricua
castao que por castao ancla
y
revuela,
Paginista
de lo eterno y letrado paginista.
Brindo
el anaquelador de la esperanza indomable
a
compromiso invicto,
En
la entrega fértil y la siembra memorable,
¡Que
viva, viva y viva
Norberto
González,
Norberto
González!
martes, octubre 05, 2021
lunes, octubre 04, 2021
martes, septiembre 28, 2021
En las letras, desde Puerto Rico: 27 minutos con la escritora portuguesa Sandra Santos
por Carlos Esteban Cana
Sandra Santos en Puerto Rico foto por Fabricio Estrada |
Conocí a la escritora Sandra Santos
durante el XI Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico. Esta traductora
y educadora portuguesa llegaba a Borinquen después de haber promocionado en el
2018 su libro Éter en Brasil publicado
por la editorial Jaguatirica y en México (durante la Feria Internacional del
Libro de Guadalajara en la que Portugal fue el País Invitado) bajo Ediciones
Eternos Malabares. También en nuestro Archipiélago, en ese marzo del 2019, este
singular poemario circuló en una coedición puertorriqueña/salvadoreña gracias
al Proyecto Editorial La Chifurnia que dirige desde San Salvador el poeta
Otoniel Guevara. De igual modo, al mes siguiente, fue presentado en Gáldar,
Gran Canaria.
Sandra Santos en Puerto Rico |
compartió con este servidor su cosmovisión artística, una que tiene como base estética una íntima indagación existencial, expresada a través de un hablante lírico que hace alquimia de lo vivido en diversos lugares durante un presente continuo. Una obra que fluye a través de la transparencia del lenguaje, diarios y cartas, que nace de lo personal hasta llegar al delta universal. Y por eso la gran capacidad de esta autora a la hora de sumar lectores.
Además de dominar varios idiomas, Sandra Santos, a nivel académico, logró su Licenciatura en Lenguas y Relaciones Internacionales en la Universidad de Oporto en el 2015. Dos años más tarde, en el 2017, obtuvo su Maestría de Estudios en Edición y Artes Editoriales de la Universidad de Aveiro. Quizás por esa formación y su particular sensibilidad tiene admiración por la dinámica social que tiende puentes entre clases en América Latina y el Caribe.
Esta escritora portuguesa se mantiene muy activa en redes sociales como facebook, Instagram y Telegram, espacios donde comparte una muestra de su poesía y prosa poética. De igual manera Santos tiene su propio canal de YouTube y un blog que funciona como su página oficial (https://sandrasantos-ss.blogspot.com/). En ese mismo espacio hay información de los libros y publicaciones periódicas que ha traducido desde el 2016. También en ese año publicó su valiosa entrevista a Manuel Borrás, editor del prestigioso sello editorial español Pre-Textos.
Lo más reciente de Sandra Santos fue la presentación de la edición portuguesa de Éter en la Biblioteca Municipal de Barcelos, en Portugal, el 8 de febrero de 2020. En mayo del mismo año protagonizó el recital 15 Cartas para un Nuevo Mundo.
Y precisamente hoy la poeta y periodista Eli Urbina publicó
en Santa Rabia Magazine una selección de su poesía traducida al español por
Mario Rodríguez García.
A continuación, desde la bitácora Confesiones del narrador Angelo Negrón Falcón, “En las letras, desde Puerto Rico” comparte la entrevista que Sandra Santos nos concedió durante el Festival Internacional de Poesía en marzo de 2019.
Sandra Santos en la Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico 2019 |
***
Carlos Esteban Cana: Sandra Santos,
gracias por concederme esta entre
vista en la que conversaremos acerca de su
trayectoria literaria. Iniciemos esta conversación con una pregunta obvia: ¿Cómo
comenzó todo?
Sandra Santos: Lo primero que dio paso
a mi vocación como escritora fue mi capacidad de observar el mundo, mi entorno
personal. Yo vivo en el campo y tengo la naturaleza muy cerca y siempre he sido
una persona observadora, muy atenta a los detalles. Y como era un poco tímida
empecé a escribir antes que leer; fue un proceso anterior a la lectura. Comencé
a escribir asombrada por la naturaleza, sobre el amor y el desamor. Y más
tarde, cuando ya estaba en la escuela, he leído a Fernando Pessoa y a otros
poetas portugueses. La escritura funcionó para mí como un vehículo, un canal
entre mi persona y el mundo. Fue algo como que nació del instinto, natural; la escritura
como una extensión de mí y más tarde los libros.
Sandra Santos con los poetas participantes de la FIPPR 2019 |
Carlos Esteban Cana: En su obra, ¿ha explorado otras disciplinas artísticas?
Sandra Santos: El arte en general
influye mucho en la manera de estar en el mundo, en la manera de pensar y
reflexionar, en la forma de actuar. Para mí ha sido importante el teatro, la
música porque me gusta cantar y representar porque funciona como una
liberación. Desde que era niña funcionó como una terapia. La poesía también.
Pero el arte, de una forma general, fue como una cura para una herida que
estaba dentro de mí. Como tuve una infancia un poco triste, ese contacto con el
arte fue una forma de sobrepasar esos episodios difíciles de mi infancia.
Carlos Esteban Cana: Escritora Sandra
Santos, ¿la poesía salva?
Sandra Santos en Brasil |
Carlos Esteban Cana: ¿Y ha esc
rito
poesías digamos más “livianas”? Por ejemplo, sobre la felicidad o la alegría,
esos temas que acaba de mencionar…
Sandra Santos: Sí, pero siempre es una
alegría más nostálgica, melancólica, más en cuanto al vínculo con la
naturaleza; el amor, ahí encuentro más alegría. Y es de melancolía porque la
estás viendo o desde el futuro porque no la tienes todavía o desde el pasado
porque ya la viviste, ya pasó. No sabes si vas a volver a estar así. Claro, tú
deseas que sí. El oficio del poeta es ese, es pensar siempre en lo imposible
porque el pasado y el futuro son dos tiempos imposibles, porque uno pasó y el otro
va a pasar. El único tiempo posible es el presente.
Carlos Esteban Cana: Ser mujer, ¿le da
una visión particular?
Sandra Santos en México |
Carlos Esteban Cana: ¿Nos puede hablar
de este poemario que ha circulado en el Festival, Éter?
Sandra Santos: Es mi primer libro y
fue publicado en Brasil y México. Éter
fue traducido del portugués por un poeta español. Aunque a veces yo traduzco y
en mis poemas escribo algunos versos en español, preferí que un traductor
español lo hiciera. En esa primera etapa de Éter
no quise publicarlo en Portugal.
Mi libro contiene poesía que habla de
temas etéreos, universales. Son poesías que hablan de amor, de dolor, de todo
eso; creo que habla al alma de la gente sin importar a la clase que pertenezca
porque la poesía es un lenguaje universal…
Sandra Santos en la Escuela Ecológina Niños Uniendo al Mundo |
Sandra Santos: Sí, eso me han
comentado que mi poesía era musical y es curioso porque hay una frase del poeta
Paul Valery que muestra la poesía como una oscilación
entre el sonido y el sentido, y yo he tratado siempre en mi poesía de encontrar
ese equilibrio entre sonido y sentido. Para mí es muy importante que tenga una
cadencia,
una musicalidad entrañable. No se trata de algo demasiado formal o
técnico, de dividir solamente los versos, por ejemplo, con rima. Me gusta mucho
utilizar la rima pero me interesa también que tenga esa musicalidad. Y eso se
nota más en portugués que cuando leo en español.
Carlos Esteban Cana: La audiencia
escuchó su poesía en español con interés y agrado, pero oír la declamación suya
de esos mismos poemas en portugués, su idioma vernáculo, ciertamente le sumó a
esa dimensión musical inherente de la que estamos hablando.
Sandra Santos: Es curioso porque hay
gente que me dice que cuando hablo o leo en portugués hablo más bajo. Es como
un diálogo íntimo, algo más sentido. Y cuando hablo en español es más alto, más
expresivo. ¿Entiendes? Es completamente distinto. Un poema tiene un doble
significado, una doble interpretación cuando es leído en los dos idiomas. Pero
es eso, la poesía es pura interpretación.
O Mundo da Poeta Sandra Santos
Carlos Esteban Cana: Hablemos ahora de
su proceso creativo… ¿Cómo Sandra Santos fluye cuando está inspirada?
Sandra Santos en Puerto Rico |
Carlos Esteban Cana: Espacio, así se
titula también el poema más extenso, y quizás más ambicioso, del poeta español Juan
Ramón Jiménez… Pero volvamos a eso de que todo, a su modo de ver, Sandra, tiene
que ver con espacio.
Sandra Santos: En esa dirección el
poeta Wallace Stevens dice que la vida no es una cuestión de personas sino de
lugares y es muy interesante eso porque, por ejemplo, cuando iba en el avión
para llegar aquí estaba pensando: Qué hermoso
es este País que ya se me está presentando con un atardecer maravilloso, con
unos colores mágicos. En ese momento yo estoy entrando en una realidad
paralela, completamente mágica. Ahí la poesía está llegando porque ya va
teniendo su lugar. Pero antes no, porque yo estaba enfocada en mi trabajo, en
los muchos compromisos profesionales que tengo, etc…
Sandra Santos en San Lorenzo, Puerto Rico |
Sandra Santos: Actualmente soy
traductora, pero hace un año estaba trabajando en Madrid dando clases de portugués
en una academia; me gusta mucho dar clases. Actualmente, como le dije, soy
traductora free-lance.
Carlos Esteban Cana: En el futuro,
¿interesa usted abordar otros géneros literarios?
Sandra Santos: De chica he escrito una
novela. Creo que en algún momento haré teatro. Pero siempre lo que me ha
gustado es escribir poesía. A veces escribo prosa poética, una mezcla de
narrativa con poesía. Y eso me gusta porque es como un híbrido, un híbrido de
lenguajes, de tipos de comunicación muy distintos que se juntan y se forma algo
original; es un diálogo más profundo pero también más ecléctico y eso es
interesante; más plástico para el artista que puede trabajar otro tipo de cosas
que no se puede trabajar en la poesía; cosas más confesionales, como si fuera
un diario. Sabes, a mí me gusta ese tipo de género entre carta y diario.
Carlos Esteban Cana: Aquí en Puerto
Rico, ese tipo de escritura confesional que menciona, tiene espacio en los
talleres que ofrece una de nuestras poetas más importantes: Mairym Cruz Bernal.
Sandra Santos: Curiosamente, entre mis
influencias de esa literatura confesional están poetas mujeres suicidas como Sylvia
Plath y Anne Sexton de Estados Unidos, Florbela Espanca de Portugal, Ana Cristina Cesar de Brasil
y otras más. Y me gustan mucho porque todas tenían su diario. Alejandra
Pizarnik, de Argentina, tenía una escritura diarística y poes
ía, y las dos son
buenas; géneros distintos pero ambos tienen valor. Y sí, estoy influenciada por
ese tipo de literatura pero no me voy a suicidar.
Sandra Santos y los poetas boricuas Alberto Martínez Márquez y Katia Chico, entre otros |
Carlos Esteban Cana: Así sea, Sandra. Que las fuerzas divinas siempre le cuiden. Y volviendo a cosas más terrenales, ¿está trabajando en este momento en otro libro?
Sandra Santos: Ya tengo un par de
poemas que escribí hace tiempo y que aspiro a publicar en dos años, más o
menos, porque quiero que este primer libro (Éter)
tenga espacio para respirar. Y pienso escribir otro tipo de poemas hablando de
la muerte porque es una temática que me interesa mucho. Veo la muerte como un
performance, porque esa muerte de la que quiero hablar no es necesariamente
literal. O sea, no tiene porque serlo porque aunque siempre estamos muriendo,
todos los días estamos renaciendo. Y de esa manera también estamos creando formas
distintas de lenguaje. La gente se siente cómoda cuando está representando
otros roles. Y ese también es el rol del poeta: ser otro. Como decía Fernando
Pessoa…
Carlos Esteban Cana: “El poeta es un
fingidor…”
Cartas para un Nuevo Mundo |
Carlos Esteban Cana: Escritora Sandra
Santos, bienvenida a Puerto Rico y gracias por estos 27 minutos de poesía y
reflexión que nos ha regalado. 27, número que nos devuelve indirectamente a las
escritoras de literatura confesional que antes mencionó; porque el número 27 también identifica al
grupo de artistas (en su mayoría músicos) del llamado “Club de los 27”. En todo
caso dejemos mejor que el número 27 nos refiera a otro tipo de referentes como
la Generación española del 27…
Sandra Santos: Fíjate, ahora que
mencionas el 27 pienso que tiene una interesante relación conmigo. En
numerología, mi día, mi mes y mi año de nacimiento forman un nueve. Y me he
dado cuenta que cada nueve años me pasa algo muy particular, curioso,
memorable. Y por eso sé, intuyo, que algo así, quizás un acontecimiento, me va
a pasar a los 27, pero estoy segura que no será el suicidio. Creo que será la
maternidad o algo relacionado. Ahora tengo 24 años. Ya veremos…
***
Nota del 26 de septiembre de 2021: Lo que sí está
sucediendo en estos momentos en la vida de Sandra Santos, a dos años y medio de
esta entrevista, es que la escritora portuguesa ha culminado su nuevo libro
“Silente” y para publicarlo precisa de su ayuda. Si es posible para usted
contribuir a la realización de este acontecimiento editorial y nuevo hijo
literario de la poeta, acceda a la siguiente dirección: https://www.gofundme.com/f/a-poeta-sandra-santos-quer-publicar-um-novo-livro
Cómo anticipo al contenido de “Silente” de Sandra Santos, presentamos a continuación el video de la poesía “Um Novo Ser”:https://youtu.be/6-Ti2xwz6qo
La escritora Sandra Santos ya tiene 27 años.
miércoles, septiembre 08, 2021
sábado, septiembre 04, 2021
En las letras, desde Puerto Rico: Preámbulo a La última caricia de Iris Mónica Vargas
por Carlos Esteban Cana
¿Acaso pueden las partes
narrar el cuento de la suma?
El donante (fragmento)
I.M.V.
A
Una noche de poetas en El Viejo San Juan marcó nuestro encuentro. En esa ocasión había cruzado la bahía. Atrás quedaba la patria chica y con grabadora en mano avanzaron mis pies por los adoquines mojados. Cuando llegué, la librería estaba repleta. Aún con la aglomeración de personajes y personalidades culturales, después de abordar a los escritores que protagonizarían la velada, mis ojos se cruzaron con los de ella. Y, si la memoria no me traiciona, las palabras que nos dirigimos fueron espontáneas, como si nos conociéramos de toda la vida.B
Ella también escribía poemas, eso me dijo con una amplia sonrisa cuando le abordé al respecto. Entonces quedamos en ‘intercambiar prisioneros’, es decir, compartir algunas de las piezas que habíamos producido. Yo había regresado a la poesía después de casi una década de exilio creativo en la narrativa. Aunque eso que nutre al poeta siempre estuvo presente durante ese periodo, en el ejercicio continuo de lectura que representaba dirigir la revista Taller Literario.
Cómo no aprender
valiosas lecciones de poetas entusiastas y excelentes de aquella época, entre
los que destacaban Elidio la Torre Lagares y Mairym Cruz Bernal, jóvenes escritores
que accedían al espacio alternativo cultural que representaba nuestra
publicación periódica. Pero retorné al primer género literario que exploré de
niño y adolescente después de una noche oscura del alma y del entusiasmo que
generaron las piezas que nacieron de tal etapa. Ese diminuto cuadernillo
titulado ‘Ante el ojo’ detonó en poetas como Amílcar Cintrón Aguilú y Julio
César Pol un constante espaldarazo para que asumiera la creación poética
nuevamente desde la cotidianidad. Y en esos días en que conocí a esa poeta
desconocida en el Viejo San Juan, yo disfrutaba de compartir mis borradores poéticos
con otras y otros escritores. Pero el intercambio con Ella fue diferente.
C
Cuando comenzamos nuestra mesa redonda, sus piezas poéticas destilaban -mediante las imágenes elegidas- un diálogo, una especie de soliloquio con Ella misma. Era como si tratara de hallar lo que estaba tras los motivos de la grafía. Una poesía que tenía un hálito inherentemente femenino por la naturaleza de la textura desplegada. Paulatinamente y sin planearlo mucho, los trabajos creativos que comenzaron a emerger en nuestras respectivas propuestas accedían a nuevos horizontes cuando aspiraban a un diálogo mutuo. Por lo anterior, una parte sustanciosa de mis poemas se vieron enriquecidos con su Presencia.
D
Y después Ella transformó aquella aventura en un sencillo espacio cibernético. Gesto sin pretensiones mayores que como objetivo principal aspiraba a compartir parte de nuestra complicidad creativa. Así nació El viaje del poeta. Una página donde el lector podía acceder a diversas muestras de nuestros respectivos cuadernos, así como a diversas reflexiones sobre el oficio poético. Vocación que, a fin de cuentas, y aunque en ocasiones uno pueda resistirse a ella, te lo otorga en esencia, más que cualquier academia, universidad y carrera profesional, la propia vida. Por lo anterior, y como epígrafe inicial al espacio cibernético, decidimos incluir las siguientes reflexiones de Bijuy Das, poeta de Calcuta: "Un hombre me preguntó: '¿Y tú, niño, qué eres?'. Soy un poeta, le respondí. 'Pero limpias los vagones del tren', me dijo. Sí, y así es como me convertí en poeta, le respondí".
Por todo lo anterior consigno que la conceptualización de El viaje del poeta le pertenece en su totalidad. Ella fue la gestora de los aspectos múltiples del proyecto. Diseñó la estructura, configurósecciones, seleccionó fotografías e imágenes que añadían elegancia a nuestras piezas. Y yo solo me ocupé de remitirle el contenido. Era ella el corazón, el cerebro, el alma detrás de aquella nueva encarnación de nuestro encuentro.
E
En estos últimos pensamientos Ella ya no tiene que ser Ella, sino Iris Mónica Vargas. El libro, el poemario en cuestión, es éste que usted sostiene en sus manos. Y el crítico que aún se conmueve cuando vuelve a estas páginas soy yo, Carlos Esteban Cana. No de otra forma me ha sido posible comunicar la huella que ha dejado en mí La última caricia. Y ese fue el reto que tuve mientras desarrollaba estos pasajes narrativos ¿Cómo corresponder a esta celebración de vida que se sirve, sin embargo, de la materia inerte, de un cadáver en una mesa fría de metal? ¿Cómo estar a la altura de este homenaje? Esta experiencia, la lectura de La última caricia, no ha sido otra cosa para mí que un verdadero privilegio. Fascinado queda no tan solo el lector aficionado sino quien disfruta explorar el dinámico proceso creativo. Y es que más allá del universo desplegado en estas páginas (del John Doe suicida; del cuerpo eviscerado, de la silueta de Eva; de la transgresión registrada de Adán; del trazo verde en el monitor, ese soldadito bailarín que no alcanzó al ritmo; de la casa deshabitada, sus paredes mudas, reveladoras, y el árbol melancólico derribado; más allá de los donantes; de la reliquia en que se transformó Chiaria de Montefalco; de todas las manos enguantadas que tocan la Gran Historia o manejan sin temblor el bisturí; de los pedazos del Guernica; del brillo de la navaja; de Margherita de Citta de Castello o la propia muerte, desmentida por la hipótesis escurridiza del instante y la conciencia en un vacío expansivo), estas piezas en su carácter orgánico son además un poderoso manifiesto del acto creador, del propio ejercicio poético, tal como lo plantea, entre otras piezas, la número 20, titulada Protacciones: De todo lo que es cierto, sin embargo,/ la concatenación es falsa, y el orden/ de aquello es arbitrario, lo impone/ lo lineal en esta nota,/ para que sigas vivo en tu contexto.Otro aspecto que quiero destacar es lo que podría nombrar como vórtice en la infraestructura de contenido. Me refiero al conjunto de poemas en La última caricia que sustraen momentáneamente al lector de la materia inerte en la fría mesa de metal; una especie de paréntesis en el hilo conductor de las piezas (tal como en la clásica canción de Los Beatles A Day in the Life) que nos dirige la mirada, en cambio, hacia otros espacios habitados, a lo que hay tras la interacción entre neuronas o a ese pacto que hace palpable incluso a la propia ausencia.
Subordinado a lo anterior queda la correspondencia con la textura que un triángulo amoroso ofrece a los sonetos de Shakespeare, aquí la intriga se genera cuando la voz lírica focaliza hacia otras ‘siluetas’ –aún más fragmentadas por la poca información disponible- periféricas. Lo cierto es que este tránsito poético no desemboca en el desgarramiento total, como sucede en Silvia Plath o Alejandra Pizarnik. En estas páginas la muerte no es un callejón final sino una vía por la cual se accede a, o de la cual se desprende, la vida. Por tal motivo, la voz lírica desprende su aroma indagatorio, como en la obra de Olga Orozco aunque no de forma expansiva, sino en pequeñas y contenidas dosis. Y como resultado, la ecuación o emoción aprehendida tras la lectura de La última caricia se mueve en dos poderosas direcciones. Una que coloca en relieve lo esencial de la capacidad y experiencia humana: Mente/ Unidad de cuerpo/ inasequible,/ inaccesible, herméticamente/ contenida./ Si accediéranle, también,/ como a los huesos/ sobre la mesa de metal/ donde reposa/ fría la materia, entonces/ ¿dónde descansaría/ en paz/ la dignidad? (Poema 46. Pregunta final). Y otra que patentiza la máxima aspiración artística, tal como revela Vargas en el poema 10, titulado Disección: ¿Cómo es que los pies/ escandalosamente desnudos/ de la estatua de Balzac son más/ perfectamente humanos/ que los tuyos, los míos,/ y cualquier otro par de pies? Una y otra, matizada, sin embargo, por una mirada consecuentemente amorosa. (…y levanté sus párpados para mirar/ como le habían mirado alguna vez/ quienes le habrían amado. 47. La última caricia)Pero no digo más,
porque en estos menesteres siempre ando con la cautela de no usurparle a usted
ni a nadie su propia experiencia.