por Carlos Esteban Cana
La llegada estos días de Testamento a las librerías, gracias a Publicaciones Gaviota y la Librería Norberto González, me llena de alegría. Y es así porque ese poemario -que
recorre los cuadernos que nacieron en la pasada década- lo recibirá durante
estas primeras semanas de mayo mi querida madre, a quien se lo dedico. Su apoyo
consecuente con mi vocación apalabrada es más que significativo, si considero
el horizonte habitual; lo difícil que es para ciertos humanos entender la
importancia de la poesía en estos tiempos; época en la que hay que tratar a
toda costa de atragantarse el almuerzo de turno para hacerse ‘millonario’ en lo
que se genera en dos y tres trabajos. Y no contradigo lo necesario que es pagar
las deudas pero tampoco se puede subordinar la importancia que tiene oxigenar
el alma con experiencias que no necesariamente tienen que ver con dólares y
centavos. Así que dicho lo anterior, no tengo más que agradecerte, Madre, por
esas lecciones de sabiduría que siempre me ofreces. Testamento es para ti.
Con ustedes, compañeros, degustadores y cómplices de
la creación metafórica, quiero compartir en Confesiones y en esta nueva edición
de nuestro boletín, el prólogo de tal antología. Testamento es un regalo que también he querido dejar al País y a
todos los conciudadanos del planeta literario, ese que es amplio y libre de
fronteras; el Universo que habitan los lectores. Gracias por el privilegio que
me otorgan cuando mis letras se cruzan, en alguna instancia, con su apreciada
mirada.
La poesía Es en sí misma
Si
intento recordar ahora los poemas
que
me fueron esenciales en el paso del tiempo,
a
la memoria del corazón le vienen muchos,
tantos
y tan amados que no se sabe decidirse resueltamente
por
uno solo de ellos; lo confieso.
Antonio
García Berrio
Uno aspira, tal como lo enunció Borges en Una rosa amarilla, a que lo creado no sea una cosa más añadida al mundo.
Quizás por eso siempre mantuve mi reserva instintiva a la salida integra de mis
cuadernos. He intentado estar consciente de mi vocación. Por tal motivo, la
artesanía del poema siempre ocupa y conlleva trabajo continuo; nunca se
detiene, es como una entidad viva que con el paso del tiempo mantiene su
esencia pero se transforma. De eso nos han dado testimonio poetas inmensos como
Walt Whitman, Luis Cernuda u Octavio Paz.
Puedo testimoniar sin duda alguna que la
propia poesía me eligió. No fui yo quien eligió la poesía. Desde temprana edad
los versos comenzaron a garabatearse en las páginas de mis libretas. Ya en la
universidad me atreví a mostrarle el manojo de papeles a don Manuel de la Puebla,
quien, condescendiente, me alentó a publicarlos en una pequeña revista local y
pueblerina que yo mismo dirigía. Senderos fue el precedente de lo que más tarde sería Taller Literario.
De esos versos juveniles acaso fue salvable
alguno que otro fragmento de poema o uno de esos primeros sonetos. Sin embargo,
la última década del siglo XX, en la que publicar Taller Literario ocupó el eje
central de mi vida creativa, afianzó al escritor mediante la lectura.
Después de un tiempo inmerso en la creación
narrativa, una crisis me devolvió a la poesía y un poeta insistió en que debía
volver a ella. Iniciada nuevamente la ruta todo fue fluido. La poesía se
convirtió en la compañera predilecta. Y por lo anterior, les debo a varias
personas la hermosa complicidad que detonó diversos ciclos creativos. Algunos
nombres saltan de inmediato a la memoria, otros quedan soterrados, en la bruma,
pero todos han sido importantes en mi proceso. Capital fue, hay que decirlo, Taller Literario con la amplia mesa redonda que conformó antes, durante y
después.
Luego vinieron talleres de escritura
creativa, encuentros y recitales, intercambios de lecturas, infinidad de
sugerencias, periodismo cultural, ferias del libro, coordinación editorial,
múltiples entrevistas a otros creadores, la poesía en la calle… Todo eso
inherentemente unido a lo vivido.
Testamento está integrado por una centena de poemas distribuidos en
cinco partes, cada una de las cuales está marcada por un periplo
creativo-circunstancial particular y definido. Esta selección no tan sólo pasa
revista sobre una obra dispersa en 29 cuadernos originales y una serie de
‘experimentos antológicos’, sino que además se convirtió en un ejercicio
creativo que arrojó nueva luz sobre la propia poética, una que continuamente
configura sus elementos esenciales y metáforas fundamentales en transmutación
continua. Y darle perfil definitivo a Testamento en este momento particular, cuando cierro un ciclo e
inicio otro, lo hace más significativo. Nada se pierde, todo se transforma.
Para decirlo en versos de Jesús Tomé: Cuando regrese / seré lo que ahora soy, lo que ya he
sido.
En otras publicaciones, particularmente
cibernéticas, he compartido diversas impresiones acerca de algunos poemas y de
lo que implica el acto de crear. Con estas breves reflexiones, sin embargo,
reconozco que quizás queda al relieve lo no dicho, lo que permanece aún
conmigo, en el silencio. Pero tampoco hay que decir más. La poesía no necesita
demasiadas notas al calce. La poesía Es en sí misma.
***
Carlos Esteban Cana Escritor y comunicador puertorriqueño.
Ha cultivado el cuento, el micro cuento, y la poesía. Actualmente, sin embargo,
se ocupa de darle forma a sus dos primeras novelas y a un volumen de ensayos.
Colaborador de varias publicaciones impresas y cibernéticas, en Puerto Rico y
otros países. Bitácoras y publicaciones alrededor del planeta, como
Confesiones, del narrador Angelo Negrón, reproducen su boletín "En las
letras, desde Puerto Rico".
Para el periódico cibernético El Post Antillano también
publica su columna "Breves en la cartografía cultural". En verano del
2012, Carlos Esteban publica Universos, libro de micro-cuentos bajo el sello de
Isla Negra Editores. Para el 2013 publica su libro Testamento. Testamento es un
poemario antológico que reúne lo más representativo de su poesía; género del
que Cana manifiesta: "Fue la propia poesía que me seleccionó como medio,
como intérprete". Cana es conocido además por haber fundado la revista y
colectivo TALLER LITERARIO, que marcó la literatura puertorriqueña en la última
década del siglo XX en Puerto Rico.
Otro libro aparecerá durante el presente semestre: Titulado
"Catarsis de maletas: 12 cuentos y 20 años de historia", ofrece una
vista panorámica de una pasión que el autor ha desarrollado, por cuatro lustros,
en el género del cuento.