jueves, agosto 25, 2005

Hoy en día

Por Angelo Negrón

Síntoma que se repite. Ciclo tras ciclo se convierte en envoltura de silencio que aprisiona el rostro negándole ser libre. Las sonrisas se entrelazan con múltiples interrogantes. La corteza con la que materialmente esta compuesta la mascara se alborota ¿Son estos momentos los únicos que sustentan la jornada? Menospreciar el habla y guardar palabras en el dejavú de las ambigüedades. Pintar dejadez y sostener en mis hombros columnas que deben ser sostenidas por cuatro manos…



Admirábamos todo, pues esa elección era indisoluble; cada camino era orientado por la misma cartografía hacia el mismo destino: Los ojos, la boca, la mente y el cuerpo. Verse dibujados en la sonrisa de cada cual era formidablemente necesario. Ahora…

…Sigo amándola…la deseo...le admiro en su ausencia de soberbia y deseo dejar de juzgar lo que en la claridad de los mechones del alma se plantea; ahora…

…sufro su ausencia y la dejadez con lo que algunos fonemas le pondrían fin a la desesperanza; ahora…

…ahora es la siguiente etapa; esa que aún negamos aunque esta presente desde hace ciento cuarenta soles con sus lunas…

jueves, agosto 11, 2005

Súplica…

Por Angelo Negrón

El sol se fue por hoy. Neruda me acompaña; nada en la pecera de bola y no deja de sorprenderme su afán de libertad. Una mariposa amarilla acaba de posarse en mis recuerdos al igual que un árbol bailarín cuyas hojas representan la vida. Ambos se mezclan con millones de latidos coexistidos en pasiones de piel y alma. Su sonrisa, la de mi amada, encabeza este desfile. El tono de su voz diciendo te amo es el rumbo que deciden tomar las neuronas de mi cerebro. Si supiera tocar guitarra le pondría tonada a mis pensamientos y ese sería el himno de amor del mundo entero; cobijo de soledades, regazo de historias donde como hombre me sentí niño y en la entrega del corazón volé sin tropezarme con las nubes. Esa vez, frente a la oscuridad y el frío nocturno le exigí a más de una estrella fugaz que me permitiera desnudarla con mis manos. Botón tras botón denotar que sus pechos están al descubierto, su humedad está presente y su piel, sinónimo de fogosidad, es digno recipiente de mi simiente.

Sus besos siguen siendo mi destino; maravilla fundada en las fantasías que otrora tuve y que ahora tengo. Es perfecta, está al corriente de eso y le complace saberlo. Tomo su cabello entre mis dedos, se da cuenta del placer que esto representa y lo pasea a través de todo mi cuerpo. Lo esparce calmadamente, el roce es intenso y logra que mis sentidos se vuelvan cómplices de sus requerimientos. Nos probamos mutuamente; somos catadores de amor y deseo. Es gigantesca esta sed por ella. Su boca comparte mis ganas. La magia de este repaso arde junto a flores, velas aromáticas, fresas y música suave. Sus ojos se abren para poder ver en ellos a mi alma. Me acerco a su cuello y lo hago victima de mis caricias. Logro que sonría y arquee su cuerpo en señal de agrado. Mis dedos y mi mirada se apoderan de sus pechos e incluyo en tales juegos el retardar placeres. Mi lengua juega con sus muslos antes de saborear más allá: en el centro de un suculento pecado creado por Dios para el deleite de este ser humano que la piensa en exceso. Su deleite es el mío. Percibir que vuela es lo que me falta y cuando lo logra está consumada mi repetitiva plegaria…

Mi pez betta sigue luchando por su libertad en su pecera de bola y… ¡Espera! Te lo suplico; te lo ruego: no beses mis ojos… por favor no… No quiero… no quiero que te vayas…

domingo, agosto 07, 2005

Ella...

Por Angelo Negrón

Interceptaré mis sueños justo a tiempo. Cerraré mis ojos para concentrarme en la idea de que son simples suposiciones. El desden de intercambiar sentimientos por palabras hermosas y cuidadas de errores de volumen y verdades me ataca. Desnudar el alma para definir emociones es algo que innecesariamente sucede como una constante. Pienso en la pasión y descubro que es algo excelente y compartido, medito en el amor y al hacerlo; dialogo con la felicidad. Un pie en el cielo y otro en la tierra. Su cuerpo es el paraíso y mi mente juega trucos con las sorpresas que se reflejan en infinitas miradas y besos de miel. Sentirla ajena y a la vez tan mía es desesperante.

Mientras somos niños nos pronunciamos muchos sueños con fe e intensidad. Cuando adultos también es así; sólo que ahora sufrimos por que tales fantasías no se convierten en realidad inmediata. Nuestros sueños ahora más bien son ruegos. Antes eran esperanza; ahora son pedidos.

Ilusión que me atrapa y me abandona. De forma física me posee y luego al alejarse se olvida de quien representa en mi vida; persiste en poseerme y desertar. Total; las quimeras que inundan mi corazón no son las que lo hacen latir; mi alma late por ella…

Ella…su nombre sigue siendo la alucinación mayor, la realidad por momentos. Alivio de mis rencores; parsimonia del humor con el que no decreto mis pensamientos en voz alta. Fuimos uno, somos uno y seremos uno. En la inmensidad de la vida o en la parquedad de la muerte los instantes de recordarla son y serán la invariable que denoten mi existencia y mi no existencia. ¿Me ama? Pretexto que surge en la espera de verla llegar y que se olvida inminentemente la sueño, la tengo en mí o la miro. Su cuerpo es el calor que necesito y su alma el latido al unísono de mi vida misma. Jamás podré olvidarla; sea amándola con el mismo ímpetu o recordándola con cariño y agradecimiento infinito. Ya está inmortalizada. Es parte de mi mente entera. Vive no solo en la parte del iceberg que puede el mundo ver. También vive y es fundamento de la parte sumergida. Ella es: Consiente y subconsciente. Espontánea y vivaz se apoderó de mi amor, de mis creencias, de mi fe, de mi vida; de mis sueños…

sábado, agosto 06, 2005

Compartir

Por Angelo Negrón

Gracias por un día y una noche sensacionales...

En el día te tuve físicamente; en cuerpo y alma...

En la noche te soñé despierto; en cuerpo y alma...

Gracias por estar en mí de esta forma tan certera; iluminando mis días y mis noches.

Siempre estas en mi mente: ¡Imagina lo poderosa que eres!
¡Imagina lo poderosos que somos!

Compartirte conmigo es describir la palabra amor con miles de poemas diferentes...

Compartirte conmigo es permitirme saborear la pasión con la receta perfecta...

Compartirte conmigo es mojar mis labios en la formula sabrosa y espumosa de la lujuria...

Gracias...

miércoles, agosto 03, 2005

Presentimiento

Por Angelo Negrón

Apagaré el radio. En este momento se obstina en canciones tristes. Necesito estar concentrado en pensarla obviando que algún día declinará ser mía o que, tal vez, nunca lo ha sido. La felicidad debe estar presente para que no exista ningún derrumbe en mis adentros. El rompecabezas que representa tal paisaje aún no esta terminado; faltan piezas por colocar. Es obvio que hemos estado, cada cual por su lado, sacando algunas fichas que logren aplazar la pieza final que hará que se contemple la fotografía concluyente. Tal imagen se convertirá en algún presentimiento peor a este o sabremos lo que significan los sueños compartidos y los lazos de la vida. Los extremos del amor ¿Cuáles son? ¿Existen? Preguntas y más preguntas. Nacen de los latidos de un corazón real que lucha por convertirse en imaginario. ¿Cómo olvidarla? Mi vida tiene como pedestal la alucinación desquiciada de haberla visto desnuda. Conozco el sabor de sus labios y de su piel. Sus palabras convencen aún sin haberlas pronunciado pues todo esta en su mirada. Un te amo no es nada, ella es todo. Alquimia de palabras y de todo lo que soy. Hasta el infinito seré suyo y ella será de quien quiera. He ahí la diferencia: mi independencia consiste en amarla sin medida y su libertad en hacer lo que le plazca. ¿Acaso con esto deseo que sea mi esclava? No…o debo decir si… Si fuera mi esclava… le ordenaría que fuese libre y que en su libertad fuera mía. ¿Adviertes lo mismo que yo? Si; quedan en mis requerimientos muchas cadenas. Eslabones que ella deberá romper; realidades que debo encarar. ¿Voy a enloquecer todavía más? ¿Puede ser posible? Nuestra historia; capitulo tras capitulo ha ido demostrando que se convierte en iniciación. La suplica es clara: Saludar el nuevo día en la esperanza de verla despertar. Paso por paso la sensación de verla acurrucarse en la búsqueda de dormir un poco más deseando que yo esté a su lado. Estará desvestida. Contemplaré sin disimulo sus pechos y acariciaré su cabello y su espalda. Lo haré con delicadeza ante la certeza de no querer despertarla. Tal vez en sus sueños convivo con ella y, en tal libertad, es mía por conciencia propia. Únicamente mía; por amor…

lunes, agosto 01, 2005

Mil formas

Por Angelo Negrón

¡Mira la hora que es!

Y yo aquí, sin conciliar el sueño. La pienso de mil formas diferentes y todas se igualan en término, forma o estilo. ¿De que hablo? Hablo del amor...