Por Angelo Negrón
Lunes, 12:15 AM - Sobran quince minutos desde que te volví a soñar. Desperté con el corazón a punto de estallar. La tregua que pediste hace unas horas me trae de cabeza. ¿Por qué el empeño en extrañarte? Serán sólo unos días. Terminaras necesitándome como yo a ti y regresaras. Tal vez es el miedo que nace de inseguridades en mi pasado donde aprendí que cuando se dejaba a alguien libre no siempre regresaba. Es similar a cuando te ausentas prolongadamente de tu trabajo. El tiempo puede hacerle ver a tu patrono que no haces falta y terminas despedido al pasar de los días. ¿Qué fue lo que soñé? Mi sueño fue el más delicioso que he tenido en mi vida. En él eras mía y no te habías marchado dejando la estela de tristeza al decir hasta luego en esta estúpida tregua que sólo le conviene a la soledad.
Martes, 3:02 AM - Miro hacia la pared. Descubro por milésima vez la foto de tu clase graduanda. La tomo en mis manos. La saco del marco. Acaricio tu rostro sonriente, lo beso y luego lo mantengo en mi pecho mientras saboreo la sal que inunda mis mejillas. La tristeza se convierte en inanición. Al menos si pudiese dormir de nuevo. No seguir soñando despierto. Que al cerrar los ojos y abrirlos te encontrase en el lugar que te corresponde en mi cama; testigo de noches pasionales, sabanas mojadas y almohadas en el suelo que se me antojan envidiosas de nuestros abrazos y enredos. ¿Cómo se vive con esta soledad? Apenas ayer decidiste que debíamos separarnos. Yo no tuve el valor de exigirte que no crearas la catástrofe de no tenerte. Ven aquí, ahora.
Miércoles, 2:50 AM - El tiempo sigue pasando. Lo he dedicado a la lectura de tus cartas y a los poemas que alguna vez me dedicaste. Distingo en ellos que me amaste con locura, aún me amas y lo harás por siempre. Esta interrupción de lo nuestro debe ser un invento tuyo para hacerme ver que te amo más de lo que he percibido. ¡Si te atrevieras a provocarme en este instante con tu presencia y mostrarle a mi cuerpo la dulzura que he descubierto en tus escritos! ¿Quieres una prueba de mi amor? Ya estoy preso. Preso en tus besos. Aprésame en tu alma. No me saques de ahí; revolotearé por todo tu ser. Me dedicare a
6:20 AM - Desperté sin saber donde estaba. Tenía mi diario agarrado con tal fuerza que me costó trabajo y dolor soltarlo de mis acalambrados dedos. Me estiré. Por poco caigo de la silla de mi estudio donde pasé la noche entera a la espera del llamado de amor que me harías, ese que terminaría con esta relación paralizada que en fiera enseñanza nos muestra que como nosotros no existen dos. Somos uno y lo sabes. Uno en el universo de amor que nos rodea y que nos inunda.
Jueves, 8:25 AM - Acabo de recibir un regaño de mi supervisor inmediato. Yo sólo sonreía mientras le escuchaba. ¿Qué puede saber él del amor gigantesco que nos profesamos? ¿Acaso entendería él porque estaba yo suspirando y perdido en la naturaleza que se desparramaba por la ventana en lugar de cumplir con mi estúpida labor? Estúpida como la obligación de no vernos.
11:05 PM - Sigo mirando por la ventana. Los pájaros revolotean alegres y algunos perros realengos se pelean por el turno de poseer a una perra en celo. Observo las montañas a lo lejos e imagino las cascadas que alguna vez compartimos entre besos y caricias subidas de tono. Mi computadora sigue encendida. Mi teléfono no ha sonado. A la espera de escuchar tu voz, derribando por fin el abismo que nos separa, estoy.
4:30 PM - Te imagino saliendo del trabajo. Feliz de haber acabado el día laboral. Me pongo algo tenso pues recuerdo tus palabras de amor. Esas en las que mencionas que la distancia no nos separará y que me amas de forma gigantesca. Pierdo algunas lágrimas. Me sonrojo al notar que una de mis compañeras de trabajo me ha descubierto y me ofrece su ayuda. Le aseguro que estoy bien y sólo es una alergia pasajera. La veo marcharse con la seguridad de que no me creyó, pero respetando mi decisión de no compartir mi pena con alguien. Vuelvo a imaginarte caminando hacia tu auto. Sin saber por qué; me transporto a los momentos en que te veía llegar a nuestro parque con la más hermosa de las sonrisas, reflejando felicidad de verme y hasta puedo sentir el abrazo apretado, el beso precipitado que buscaba mi lengua hurgando en tus adentros. ¡Hola! ¿Cómo estas?
Viernes, 5:00 PM - Salgo del trabajo. Me encuentro con la congestión vehicular acostumbrada. Reparto unos cuantos discos compactos en el asiento que deberías estar ocupando tú. Los coloco en el orden en que los disfrutaré. Todos hablan de amor, todos hablan de ti.
6:40 PM - Llegué a mi casa. Oprimo, en el contestador automático, el botón que me hará descubrir que ningún mensaje es el que espero de ti. Ante la necesidad de escuchar tu voz llamo al buzón de mensajes de mi teléfono celular. Escucho detenidamente los mensajes de amor que me niego a borrar ante la certeza de que tal vez sea la única manera que tenga de escucharte. Me burlo de mí mismo pues tu voz retumba en mi cerebro una y otra vez. Cada palabra que dijiste navega en mi interior.
9:20 PM - Como todos estos días mi plato de comida cada vez queda más lleno y no veo completa alguna película en la televisión. Me dedico a pasear de canal en canal mientras miro al teléfono a cada instante. Nunca había estado tan mudo el dichoso artefacto. Ese que puede lograr hacerme feliz si, al sonar y yo contestarlo, nos une otra vez para siempre. ¡OH! Juntos otra vez; que feliz sería...
9:26 PM - Decido darme un baño. Mientras el agua cae a borbotones sobre mi nuca descubro que puedo sentirme relajado. Comienzo a recordar todas las veces que acaricié tu cuello y tú el mío. Cuando me doy cuenta la relajación se está escapando de mis manos y a ellas llega la rigidez de mi miembro erguido. Tu cuerpo desnudo me envuelve en placeres mentales. Se convierte todo en un remolino en el que llegan los pensamientos de tu pasión y las palabras de la tregua. ¡Tremenda mezcla de sentimientos! ¿No? El sabor dulce de poseerte y el amargo de perderte. Definitivamente no todo lo agridulce es delicioso; en especial las treguas. Cierro la llave del agua y decido no seguir dándome placer en solitaria. Tomo la toalla. Comienzo a secarme mientras la tensión se escapa entre gotas de agua y olvidos obligados. Me lanzo a la cama. Al aceptar que no lograré dormir sin tu presencia estiro el brazo buscándote y agarro una almohada. Tú me curaste del insomnio y me devolviste a él. Malditos; tú y Morfeo que no me dejan en paz. Bendito amor que al menos logré sentir y que albergó mi ser dándome felicidad mientras duró tu presencia.
9:38 PM - Mi soledad es obvia y te extraño más que nunca. Salgo de la cama que sé no utilizaré una vez más. Me siento en la silla, frente a este diario para escribir algunas palabras. No logro hacerlo. Buscando no pensarte tanto me acuerdo de la invitación que me hiciesen en el trabajo. La mayoría estarán reunidos en el viejo San Juan, celebrando el cumpleaños numero treinta y cuatro de una colega. Decidido apago todo; excepto las ganas de largarme de esta casa vacía.
10:40 PM - Llego al lugar. La zona histórica esta adornada con miles de luces. En las estatuas de bronce se posan palomas. En los bancos descansan viajeros, ebrios y algarabía. La luna en cuarto menguante, las calles adoquinadas y las parejas abrazadas no se comparan al romanticismo leído en tus poemas o escuchados en tu melodiosa voz. Veo tu silueta en cada esquina. Entro a la fiesta donde se me recibe con ímpetu. Después de varios años nunca había aceptado compartir alguna noche de juerga con ellos. Me pasan la cerveza que no beberé. La aguanto en mi mano para sentirme parte del grupo. Le doy un beso a la homenajeada y le entrego un regalo improvisado que compré en una farmacia cercana.
11:44 PM - Hemos bailado y llenado de bromas el lugar. Hasta interpreté varias canciones de amor en el Show de “karaoke”. Me gané el premio de varios licores envueltos en camisas promociónales y los aplausos de los presentes. Me acerco al grupo para despedirme cuando todos comienzan a abuchearme exigiéndome que me quede y les brinde la ñapita. La “cumpleañera” me pide que le cante una de los Juanes. La complazco muy poco. Comienzo con “Hoy es un día normal, pero yo voy hacerlo intenso” y paro de cantar al descubrir el rostro sonriente de un amor de mi pasado. Comienzo a tartamudear. Ante los aplausos de mis compañeros, que piensan que es una broma de mi parte, dejo abandonado el micrófono y regreso al grupo. Esta vez es una copita de tequila que mientras ellos empinan el codo y se lo toman a la cuenta de tres, yo lo vacío disimuladamente en el trago que tampoco consumí.
Sábado, 12:01 AM - La música inunda el lugar. Las miradas entre ella y yo no se han detenido. Rememoro los días en que pensé que era el amor de mi vida. Trato de hacer un recuento de los besos que dejé en su piel. Mi corazón comienza a palpitar aceleradamente cuando trato de no mirarla.
12:16 AM - Veo que va al tocador de damas y no dejo de perseguirla con la mirada. La magnifica visión es interrumpida por el manotazo en la espalda de uno de mis ebrios compañeros que apetece hacerme uno de esos chistes que ansías que acabe pues estas siendo literalmente escupido en el rostro. Le hago ver que me dio gracia y busco la mesa a ver si ella regresó. Siento soledad al notar que no y descubro entonces que me hace falta en mi existir. La veo llegar y decido acercarme a ella.
12:21 AM - Me presentó a su amiga que recién se despide al notar que sobra entre nuestras miradas y ya hablamos de lo que hemos hecho con nuestras respectivas vidas. Su compañera de trabajo la invitó al lugar para celebrar su cumpleaños y miro aturdido la fecha en mi reloj; siete de junio. “¡Vaya, había olvidado su cumpleaños!” Pienso mientras le deseo felicidad y muchos años más. “A mi lado por supuesto”.
Ha crecido el ruido en el bar. Disimulo que no la escucho bien con la intención de salir de allí. Me da buen resultado pues se levanta y me pide que la siga. Afuera; cruzamos la calle y nos sentamos en uno de los bancos de la plaza. Miro hacia los diferentes restaurantes y me llama la atención uno que lleva como nombre “El patio de Sam". Se me eriza la piel y siento un “dejavu” bajo la certeza de que alguna vez lo he visitado. No le doy mucha importancia a ese hecho. Al escuchar su voz mientras me pregunta que me sucede; miro hacia arriba y le señalo el cielo. Robo la frase a Arjona, esa que menciona la idea de hacer una hamaca con el menguante de la luna. La veo sonreír y repito lo dicho pero cambiando la estrofa al decirle que prefiero una hamaca con su hermosa sonrisa. Cierra los ojos algo pasmada. Sufro al perder de vista sus ojos verdes por unos segundos. Comenzamos a platicar y descubro que luego de cinco años mis sentimientos no se han esfumado, sino que, olvidados como rostro que lo cubre un antifaz se mantenían inmóviles y ocultos.
12:41 AM - Nota que mi rostro ha palidecido. Mis ojos están algo húmedos. Oculto lo que sucede en mi interior y le digo que es el humo de los fumadores del bar que me traía loco. La invito a escaparnos de allí. Al verla dudar le indico que es hacia el Dolphin Empress, un hotel en el que en su lobby brindan música y se la pasa bien. Miro nuevamente al restaurante y recuerdo que lo visité contigo. Fue en nuestra primera cita formal. Sonrío al reflexionar que olvidé algo que sé es importante y que había prometido no olvidar jamás.
12:47 AM - Enciendo mi auto. El silencio nos envuelve. Sólo tendemos a mirarnos y a sonreír durante el camino. Casi al llegar comenzamos a platicar sobre nuestro pasado y suspiramos ante los buenos recuerdos.
1:02 AM - Llegamos a nuestro destino inmediato. Al entrar la música nos invitó a bailar y así lo hacemos. Cuando siento su cuerpo acoplado al mío pienso en volver a besar sus labios, sentir su calor y mirar esos ojos verdes de cerca. Repaso lo que eso significa para mí; el recuerdo de algo imposible convertido en un milagro de amor.
1:25 AM - Cansados de bailar nos alejamos de los presentes. Disfrutamos de las olas. Chocan contra las columnas que sostienen el paseo tablado en donde nos encontramos. Ante la mirada insistente a sus labios decide que es tarde ya y debemos marcharnos.
1:33 AM - Caminamos hacia el auto. Cambia de parecer al ver la playa. De repente; me sorprende al recostarse de una pared y comenzar a quitarse sus zapatos e invitarme a imitarla. Lo hago y caminamos por la orilla tomados de la mano.
1:42: AM - Nos quedamos viendo hacia la profundidad de la noche. Apreciamos las estrellas y ellas son testigo, junto al mar, de sus palabras: “Ven a mí, dame un beso”. Me besó con la misma pasión de hace tanto tiempo. El recuerdo se hizo vivo. Pensé en aquel momento en que, por primera vez, su boca y la mía se abrieron juntas dejando escapar sutiles caricias. El agua casi nos llega a las rodillas. No importa; nuestros besos conforman en ese instante todo nuestro derredor.
2:20 AM - Decidimos escapar de los testigos. Nos marchamos sonrientes; entonando canciones de amor. Las carcajadas son tantas y tan fuertes que parecemos dos ebrios, de hecho el que lo piensa no está equivocado; estamos borrachos de amor.
2: 59 AM - Al llegar a casa nos refugiamos en mi habitación. La hago mía y ella me hace suyo. Besos y caricias se multiplican ante la tenue luz de una lámpara. Su piel se contrae de placer y mi vida se expande de ilusiones. Mi corazón late con la fuerza del verdadero amor. Sus gemidos y palabras dictan lo mismo a mis oídos que no escuchan algo más que no sea la poesía que brota de sus labios. El espaldar de la cama choca contra la pared ante su movimiento y el mío. Tomo una sabana que coloco como amortiguador entre pared y espaldar. Continúo con la hermosa acción de navegar en su cintura. Veo lágrimas en sus ojos y me asusto. Ella me abraza y susurra a mi oído que son de alegría. Mi alma sale del centro de mi cuerpo. Habita mi piel y la suya. Descubro que a mí también se me han escapado algunas lágrimas de felicidad.
4:10 AM - Ella duerme en mi regazo. Mi insomnio esta vez no es por alguna depresión, sino porque deseo observarla dormir. Su respiración es tenue, puedo notarlo en su pecho desnudo. Sus párpados cerrados que se interponen entre su mirada y la mía sólo me dejan saber que al abrirlos me encontrará admirándola.
4:40 AM - Despierta y nos poseemos nuevamente... El amor crece a raudales.
9:00 AM- Nos bañamos juntos. Vamos a desayunar frente a la bahía. Luego caminamos frente a la escuela donde nos conocimos. Rememoramos viejos tiempos hasta que llegamos a las miles de palmeras que adornan el litoral. Allí correteamos como dos niños mientras las gaviotas y los alcatraces se alimentan lanzándose al mar. Nos sentamos a la sombra de un viejo flamboyán y llenamos de besos y promesas de amor nuestro tiempo.
1:20 PM - Luego de incontables besos encontramos que no apaciguamos el hambre por completo. Decidimos que el apetito debe ser diluido. Nos vamos a casa; sacamos una mesa al patio y a plena luz del sol encendemos velas que adornan nuestro almuerzo. Entre carcajadas robo flores silvestres de mi jardín. Coloco una en su cabello y con las demás logro adornar el centro de mesa.
4:00 PM - Hemos visto una película mexicana que nos ha hecho morir de la risa. Lo mejor de todo es que nos perdimos algunas partes pues no esperábamos a los anuncios comerciales para besarnos y entretenernos con nuestras miradas.
7:10 PM - Pasamos por el apartamento de ella a recoger algunas cosas. Toma un baño y se viste con ropa entallada a su cuerpo. Decidimos que en vez de ir al cine debemos celebrar el carnaval de nuestro pueblo y así lo hacemos. Nos desviamos antes a mi apartamento. Después de un baño y algo de perfume me engalano con su compañía. Caminamos hasta el frente marítimo. Entre orquestas y disfraces de carnaval nuestros cuerpos danzan y se contonean de emoción.
Domingo 12:10 AM - Llegamos extenuados. Aún así, nos quedan fuerzas para amarnos. Dejamos el rastro de ropa señalando que comenzamos a desnudarnos desde el balcón. En medio de la sala, cuando sólo queda en nuestros cuerpos la ropa interior, nos tendemos en el suelo con los cojines del sofá. Nos hacemos el amor entre el frío del suelo y cojines floreados. El abrazo es fuerte al consumir lo deseado. Luego de un baño nos recostamos en la cama con música romántica y besos repartidos.
12:35 AM - Me levanto pausadamente ante el temor de molestar su sueño. Abro este diario. Escribo los detalles del día maravilloso que terminó hace treinta y cinco minutos con quince segundos. No puedo evitar escribir las palabras que pensé mientras estaba con ella en la sombra del flamboyán: “Dichoso el hombre que ha sentido las tibias caricias de quien ama y el murmullo de un cuerpo como la resonancia de dos almas”.
12:41 AM - Creo que a esta hora me quedé dormido. No sé exactamente la hora en que soñé que soñaba con ella.
9:00 AM – Despierto. Dormí placidamente. En esta semana no había logrado dormir. La miro detalladamente. Siento que la amo más que a nada en la vida. Le agradezco en un susurro que no escucha pues sigue dormida.
9:20 AM - Suena el teléfono. Convencido de que todos en ese instante deben estar sintiendo la misma felicidad que yo digo buenos días y no disimulo las carcajadas. Escucho tu voz saludándome efusivamente como si nada hubiese pasado. Aseguras llamarme porque me has extrañado. “Te necesito” significan palabras sin sentido para mí en ese instante que miro hacia la cama y los rayos que se cuelan por la ventana parecen acariciar el cabello de la bella durmiente que lleva compartiendo conmigo dos días de prosperidad absoluta. Me escuchas sonreír. Te alegras de mis carcajadas sin comprender que no te debo mi bienestar. Comienzas un monologo que no interrumpo. Deseo escuchar tu alegato: “Cielo, te extraño mucho corazón y sólo quería decirte que te necesito y que en mí tienes a alguien que te va a amar por siempre y de una forma muy especial porque tú eres un ángel que se cruzó en mi camino por una razón, a veces tratamos de entender algunas cosas que en realidad no necesitan una explicación sino que nos debe bastar con el hecho de que te adoro, el hecho de que te amo con todo mis ser...
9:21 AM - Sin preguntarte siquiera aseguras que la tregua ha finalizado. Respondo bien seguro de lo que digo. Te menciono que al principio pensaba que la tregua inventada por ti sólo servía a ti misma. Te pido perdón por ello pues he descubierto que la tregua me ayudó a mí también. Te indico que la tregua no ha terminado al menos de mi parte y que considero que nunca terminara pues en los pasados días he descubierto que no deseo estar contigo. El “nadie es indispensable” me lo guardo para no herirte, pero dicho pensamiento me ayuda a comprender que aún queda algo de amor en mi pecho y que nunca olvidare lo trascendental que has sido en mi vida. Te guardare en un rincón de mi corazón. Mismo que ahora esta palpitando fuertemente por el amor de otra mujer...
9:22 AM - El silencio al otro lado me asegura que escuchaste muy bien lo que dije. Me despido de ti. Vuelvo a agradecerte lo que viví a tu lado. Cuelgas el teléfono y vuelvo a la cama. Imagino que si hablabas en serio estas sufriendo algo. Rezo por que logres lo que yo. Dejo de rezar al recordar quién eres y como te desenvuelves en el mundo. Serás feliz; lo sé.
Miro a mi amada. Descubro que al acostarme a su lado la he despertado. Me abraza y le respondo con besos apasionados en todo su rostro. Recuesta su cabeza en mi pecho. Comienzo a acariciarle su cabello y pienso en el sentimiento que me unía a ti. Siendo mi alma gemela exigiste una tregua y tal deducción logra que ame más a la mujer que esta a mi lado, pues ella sin ser mi alma gemela me ha demostrado amor y entrega total. ¿Quién ama más? ¿Tu alma gemela o aquella que no lo es y de cualquier modo se entrega por completo? Todo es relativo y en verdad no me importa; pienso disfrutar de este presente a su lado. Hasta hoy; tu fantasma traspasaba las fronteras del olvido mientras la presencia real de ella llegaba a quedarse como felicidad absoluta y en el momento preciso... Si, sé que van sólo dos días, pero la conozco desde hace mucho. Ella fue mi gran amor en escuela superior. Nuestra separación en aquel tiempo fue por mi ambición de alcanzar filosofías vanas y ser sacerdote. Pero anoche, cuando la vi luego de varios años, noté en sus ojos la misma mirada de ternura y amor con la que me envolvía en aquel tiempo.
10:50 AM - Descubro que he estado escribiendo la versión tuya y la de ella en un solo diario. Salgo a la farmacia. Compro dos diarios para seguir escribiendo mis memorias. Esta vez los adquiero de más páginas. Estoy seguro de que los ojos verdes que ahora me miran lo harán por mucho tiempo...
11:36 AM - Mi amada me sorprende con la invitación a pasear por el lado norte de la isla. Acepto. Mientras prepara unos bocadillos para el viaje me escapo al cuarto. En un bulto guardo un mapa, vinoculares, mi cámara treinta y cinco milímetros y el libro de poemas que me regalaste para poder aprovecharlos en el paseo.
11:40 AM - Cerraré el diario y lo guardaré entre mis libros. Algún día, lo sé, me entretendré leyéndolo. Mientras, se quedará en el olvido como tú, que ahora debes estar buscando a quien amar. Sólo me restó decirte que estarás por siempre como parte trascendental de mi vida. Por ello te incluí en el diario de mis días. Aparté este lado del corazón para que conserve tu recuerdo en la inconmensurable enseñanza de amores pasados que se convirtieron en batallas internas ganadas y en la seguridad de que si me encuentras en el futuro; puedes contar conmigo.
Por ahora te recomiendo que procures no hacer treguas o puede ser que descubran que no haces tanta falta o que alguien ocupe tu lugar; llenándolo no como un clavo que saca a otro, sino como la suma de besos, caricias y palabras de amor que invaden el alma humana...
11:43 AM- Vuelvo a leer este diario añadiéndole algunos puntos olvidados. Le escribo que será guardado en mi librero y la palabra comienzo justo en el final...
11:47 AM - Diario cerrado y acomodado en el librero blanco que contiene artículos personales apreciados...
Lunes, 12:15 AM - Sobran quince minutos desde que te volví a soñar. Desperté con el corazón a punto de estallar. La tregua que pediste hace unas horas me trae de cabeza. ¿Por qué el empeño en extrañarte? Serán sólo unos días. Terminaras necesitándome como yo a ti y regresaras. Tal vez es el miedo que nace de inseguridades en mi pasado donde aprendí que cuando se dejaba a alguien libre no siempre regresaba. Es similar a cuando te ausentas prolongadamente de tu trabajo. El tiempo puede hacerle ver a tu patrono que no haces falta y terminas despedido al pasar de los días. ¿Qué fue lo que soñé? Mi sueño fue el más delicioso que he tenido en mi vida. En él eras mía y no te habías marchado dejando la estela de tristeza al decir hasta luego en esta estúpida tregua que sólo le conviene a la soledad.
Martes, 3:02 AM - Miro hacia la pared. Descubro por milésima vez la foto de tu clase graduanda. La tomo en mis manos. La saco del marco. Acaricio tu rostro sonriente, lo beso y luego lo mantengo en mi pecho mientras saboreo la sal que inunda mis mejillas. La tristeza se convierte en inanición. Al menos si pudiese dormir de nuevo. No seguir soñando despierto. Que al cerrar los ojos y abrirlos te encontrase en el lugar que te corresponde en mi cama; testigo de noches pasionales, sabanas mojadas y almohadas en el suelo que se me antojan envidiosas de nuestros abrazos y enredos. ¿Cómo se vive con esta soledad? Apenas ayer decidiste que debíamos separarnos. Yo no tuve el valor de exigirte que no crearas la catástrofe de no tenerte. Ven aquí, ahora.
Miércoles, 2:50 AM - El tiempo sigue pasando. Lo he dedicado a la lectura de tus cartas y a los poemas que alguna vez me dedicaste. Distingo en ellos que me amaste con locura, aún me amas y lo harás por siempre. Esta interrupción de lo nuestro debe ser un invento tuyo para hacerme ver que te amo más de lo que he percibido. ¡Si te atrevieras a provocarme en este instante con tu presencia y mostrarle a mi cuerpo la dulzura que he descubierto en tus escritos! ¿Quieres una prueba de mi amor? Ya estoy preso. Preso en tus besos. Aprésame en tu alma. No me saques de ahí; revolotearé por todo tu ser. Me dedicare a
6:20 AM - Desperté sin saber donde estaba. Tenía mi diario agarrado con tal fuerza que me costó trabajo y dolor soltarlo de mis acalambrados dedos. Me estiré. Por poco caigo de la silla de mi estudio donde pasé la noche entera a la espera del llamado de amor que me harías, ese que terminaría con esta relación paralizada que en fiera enseñanza nos muestra que como nosotros no existen dos. Somos uno y lo sabes. Uno en el universo de amor que nos rodea y que nos inunda.
Jueves, 8:25 AM - Acabo de recibir un regaño de mi supervisor inmediato. Yo sólo sonreía mientras le escuchaba. ¿Qué puede saber él del amor gigantesco que nos profesamos? ¿Acaso entendería él porque estaba yo suspirando y perdido en la naturaleza que se desparramaba por la ventana en lugar de cumplir con mi estúpida labor? Estúpida como la obligación de no vernos.
11:05 PM - Sigo mirando por la ventana. Los pájaros revolotean alegres y algunos perros realengos se pelean por el turno de poseer a una perra en celo. Observo las montañas a lo lejos e imagino las cascadas que alguna vez compartimos entre besos y caricias subidas de tono. Mi computadora sigue encendida. Mi teléfono no ha sonado. A la espera de escuchar tu voz, derribando por fin el abismo que nos separa, estoy.
4:30 PM - Te imagino saliendo del trabajo. Feliz de haber acabado el día laboral. Me pongo algo tenso pues recuerdo tus palabras de amor. Esas en las que mencionas que la distancia no nos separará y que me amas de forma gigantesca. Pierdo algunas lágrimas. Me sonrojo al notar que una de mis compañeras de trabajo me ha descubierto y me ofrece su ayuda. Le aseguro que estoy bien y sólo es una alergia pasajera. La veo marcharse con la seguridad de que no me creyó, pero respetando mi decisión de no compartir mi pena con alguien. Vuelvo a imaginarte caminando hacia tu auto. Sin saber por qué; me transporto a los momentos en que te veía llegar a nuestro parque con la más hermosa de las sonrisas, reflejando felicidad de verme y hasta puedo sentir el abrazo apretado, el beso precipitado que buscaba mi lengua hurgando en tus adentros. ¡Hola! ¿Cómo estas?
Viernes, 5:00 PM - Salgo del trabajo. Me encuentro con la congestión vehicular acostumbrada. Reparto unos cuantos discos compactos en el asiento que deberías estar ocupando tú. Los coloco en el orden en que los disfrutaré. Todos hablan de amor, todos hablan de ti.
6:40 PM - Llegué a mi casa. Oprimo, en el contestador automático, el botón que me hará descubrir que ningún mensaje es el que espero de ti. Ante la necesidad de escuchar tu voz llamo al buzón de mensajes de mi teléfono celular. Escucho detenidamente los mensajes de amor que me niego a borrar ante la certeza de que tal vez sea la única manera que tenga de escucharte. Me burlo de mí mismo pues tu voz retumba en mi cerebro una y otra vez. Cada palabra que dijiste navega en mi interior.
9:20 PM - Como todos estos días mi plato de comida cada vez queda más lleno y no veo completa alguna película en la televisión. Me dedico a pasear de canal en canal mientras miro al teléfono a cada instante. Nunca había estado tan mudo el dichoso artefacto. Ese que puede lograr hacerme feliz si, al sonar y yo contestarlo, nos une otra vez para siempre. ¡OH! Juntos otra vez; que feliz sería...
9:26 PM - Decido darme un baño. Mientras el agua cae a borbotones sobre mi nuca descubro que puedo sentirme relajado. Comienzo a recordar todas las veces que acaricié tu cuello y tú el mío. Cuando me doy cuenta la relajación se está escapando de mis manos y a ellas llega la rigidez de mi miembro erguido. Tu cuerpo desnudo me envuelve en placeres mentales. Se convierte todo en un remolino en el que llegan los pensamientos de tu pasión y las palabras de la tregua. ¡Tremenda mezcla de sentimientos! ¿No? El sabor dulce de poseerte y el amargo de perderte. Definitivamente no todo lo agridulce es delicioso; en especial las treguas. Cierro la llave del agua y decido no seguir dándome placer en solitaria. Tomo la toalla. Comienzo a secarme mientras la tensión se escapa entre gotas de agua y olvidos obligados. Me lanzo a la cama. Al aceptar que no lograré dormir sin tu presencia estiro el brazo buscándote y agarro una almohada. Tú me curaste del insomnio y me devolviste a él. Malditos; tú y Morfeo que no me dejan en paz. Bendito amor que al menos logré sentir y que albergó mi ser dándome felicidad mientras duró tu presencia.
9:38 PM - Mi soledad es obvia y te extraño más que nunca. Salgo de la cama que sé no utilizaré una vez más. Me siento en la silla, frente a este diario para escribir algunas palabras. No logro hacerlo. Buscando no pensarte tanto me acuerdo de la invitación que me hiciesen en el trabajo. La mayoría estarán reunidos en el viejo San Juan, celebrando el cumpleaños numero treinta y cuatro de una colega. Decidido apago todo; excepto las ganas de largarme de esta casa vacía.
10:40 PM - Llego al lugar. La zona histórica esta adornada con miles de luces. En las estatuas de bronce se posan palomas. En los bancos descansan viajeros, ebrios y algarabía. La luna en cuarto menguante, las calles adoquinadas y las parejas abrazadas no se comparan al romanticismo leído en tus poemas o escuchados en tu melodiosa voz. Veo tu silueta en cada esquina. Entro a la fiesta donde se me recibe con ímpetu. Después de varios años nunca había aceptado compartir alguna noche de juerga con ellos. Me pasan la cerveza que no beberé. La aguanto en mi mano para sentirme parte del grupo. Le doy un beso a la homenajeada y le entrego un regalo improvisado que compré en una farmacia cercana.
11:44 PM - Hemos bailado y llenado de bromas el lugar. Hasta interpreté varias canciones de amor en el Show de “karaoke”. Me gané el premio de varios licores envueltos en camisas promociónales y los aplausos de los presentes. Me acerco al grupo para despedirme cuando todos comienzan a abuchearme exigiéndome que me quede y les brinde la ñapita. La “cumpleañera” me pide que le cante una de los Juanes. La complazco muy poco. Comienzo con “Hoy es un día normal, pero yo voy hacerlo intenso” y paro de cantar al descubrir el rostro sonriente de un amor de mi pasado. Comienzo a tartamudear. Ante los aplausos de mis compañeros, que piensan que es una broma de mi parte, dejo abandonado el micrófono y regreso al grupo. Esta vez es una copita de tequila que mientras ellos empinan el codo y se lo toman a la cuenta de tres, yo lo vacío disimuladamente en el trago que tampoco consumí.
Sábado, 12:01 AM - La música inunda el lugar. Las miradas entre ella y yo no se han detenido. Rememoro los días en que pensé que era el amor de mi vida. Trato de hacer un recuento de los besos que dejé en su piel. Mi corazón comienza a palpitar aceleradamente cuando trato de no mirarla.
12:16 AM - Veo que va al tocador de damas y no dejo de perseguirla con la mirada. La magnifica visión es interrumpida por el manotazo en la espalda de uno de mis ebrios compañeros que apetece hacerme uno de esos chistes que ansías que acabe pues estas siendo literalmente escupido en el rostro. Le hago ver que me dio gracia y busco la mesa a ver si ella regresó. Siento soledad al notar que no y descubro entonces que me hace falta en mi existir. La veo llegar y decido acercarme a ella.
12:21 AM - Me presentó a su amiga que recién se despide al notar que sobra entre nuestras miradas y ya hablamos de lo que hemos hecho con nuestras respectivas vidas. Su compañera de trabajo la invitó al lugar para celebrar su cumpleaños y miro aturdido la fecha en mi reloj; siete de junio. “¡Vaya, había olvidado su cumpleaños!” Pienso mientras le deseo felicidad y muchos años más. “A mi lado por supuesto”.
Ha crecido el ruido en el bar. Disimulo que no la escucho bien con la intención de salir de allí. Me da buen resultado pues se levanta y me pide que la siga. Afuera; cruzamos la calle y nos sentamos en uno de los bancos de la plaza. Miro hacia los diferentes restaurantes y me llama la atención uno que lleva como nombre “El patio de Sam". Se me eriza la piel y siento un “dejavu” bajo la certeza de que alguna vez lo he visitado. No le doy mucha importancia a ese hecho. Al escuchar su voz mientras me pregunta que me sucede; miro hacia arriba y le señalo el cielo. Robo la frase a Arjona, esa que menciona la idea de hacer una hamaca con el menguante de la luna. La veo sonreír y repito lo dicho pero cambiando la estrofa al decirle que prefiero una hamaca con su hermosa sonrisa. Cierra los ojos algo pasmada. Sufro al perder de vista sus ojos verdes por unos segundos. Comenzamos a platicar y descubro que luego de cinco años mis sentimientos no se han esfumado, sino que, olvidados como rostro que lo cubre un antifaz se mantenían inmóviles y ocultos.
12:41 AM - Nota que mi rostro ha palidecido. Mis ojos están algo húmedos. Oculto lo que sucede en mi interior y le digo que es el humo de los fumadores del bar que me traía loco. La invito a escaparnos de allí. Al verla dudar le indico que es hacia el Dolphin Empress, un hotel en el que en su lobby brindan música y se la pasa bien. Miro nuevamente al restaurante y recuerdo que lo visité contigo. Fue en nuestra primera cita formal. Sonrío al reflexionar que olvidé algo que sé es importante y que había prometido no olvidar jamás.
12:47 AM - Enciendo mi auto. El silencio nos envuelve. Sólo tendemos a mirarnos y a sonreír durante el camino. Casi al llegar comenzamos a platicar sobre nuestro pasado y suspiramos ante los buenos recuerdos.
1:02 AM - Llegamos a nuestro destino inmediato. Al entrar la música nos invitó a bailar y así lo hacemos. Cuando siento su cuerpo acoplado al mío pienso en volver a besar sus labios, sentir su calor y mirar esos ojos verdes de cerca. Repaso lo que eso significa para mí; el recuerdo de algo imposible convertido en un milagro de amor.
1:25 AM - Cansados de bailar nos alejamos de los presentes. Disfrutamos de las olas. Chocan contra las columnas que sostienen el paseo tablado en donde nos encontramos. Ante la mirada insistente a sus labios decide que es tarde ya y debemos marcharnos.
1:33 AM - Caminamos hacia el auto. Cambia de parecer al ver la playa. De repente; me sorprende al recostarse de una pared y comenzar a quitarse sus zapatos e invitarme a imitarla. Lo hago y caminamos por la orilla tomados de la mano.
1:42: AM - Nos quedamos viendo hacia la profundidad de la noche. Apreciamos las estrellas y ellas son testigo, junto al mar, de sus palabras: “Ven a mí, dame un beso”. Me besó con la misma pasión de hace tanto tiempo. El recuerdo se hizo vivo. Pensé en aquel momento en que, por primera vez, su boca y la mía se abrieron juntas dejando escapar sutiles caricias. El agua casi nos llega a las rodillas. No importa; nuestros besos conforman en ese instante todo nuestro derredor.
2:20 AM - Decidimos escapar de los testigos. Nos marchamos sonrientes; entonando canciones de amor. Las carcajadas son tantas y tan fuertes que parecemos dos ebrios, de hecho el que lo piensa no está equivocado; estamos borrachos de amor.
2: 59 AM - Al llegar a casa nos refugiamos en mi habitación. La hago mía y ella me hace suyo. Besos y caricias se multiplican ante la tenue luz de una lámpara. Su piel se contrae de placer y mi vida se expande de ilusiones. Mi corazón late con la fuerza del verdadero amor. Sus gemidos y palabras dictan lo mismo a mis oídos que no escuchan algo más que no sea la poesía que brota de sus labios. El espaldar de la cama choca contra la pared ante su movimiento y el mío. Tomo una sabana que coloco como amortiguador entre pared y espaldar. Continúo con la hermosa acción de navegar en su cintura. Veo lágrimas en sus ojos y me asusto. Ella me abraza y susurra a mi oído que son de alegría. Mi alma sale del centro de mi cuerpo. Habita mi piel y la suya. Descubro que a mí también se me han escapado algunas lágrimas de felicidad.
4:10 AM - Ella duerme en mi regazo. Mi insomnio esta vez no es por alguna depresión, sino porque deseo observarla dormir. Su respiración es tenue, puedo notarlo en su pecho desnudo. Sus párpados cerrados que se interponen entre su mirada y la mía sólo me dejan saber que al abrirlos me encontrará admirándola.
4:40 AM - Despierta y nos poseemos nuevamente... El amor crece a raudales.
9:00 AM- Nos bañamos juntos. Vamos a desayunar frente a la bahía. Luego caminamos frente a la escuela donde nos conocimos. Rememoramos viejos tiempos hasta que llegamos a las miles de palmeras que adornan el litoral. Allí correteamos como dos niños mientras las gaviotas y los alcatraces se alimentan lanzándose al mar. Nos sentamos a la sombra de un viejo flamboyán y llenamos de besos y promesas de amor nuestro tiempo.
1:20 PM - Luego de incontables besos encontramos que no apaciguamos el hambre por completo. Decidimos que el apetito debe ser diluido. Nos vamos a casa; sacamos una mesa al patio y a plena luz del sol encendemos velas que adornan nuestro almuerzo. Entre carcajadas robo flores silvestres de mi jardín. Coloco una en su cabello y con las demás logro adornar el centro de mesa.
4:00 PM - Hemos visto una película mexicana que nos ha hecho morir de la risa. Lo mejor de todo es que nos perdimos algunas partes pues no esperábamos a los anuncios comerciales para besarnos y entretenernos con nuestras miradas.
7:10 PM - Pasamos por el apartamento de ella a recoger algunas cosas. Toma un baño y se viste con ropa entallada a su cuerpo. Decidimos que en vez de ir al cine debemos celebrar el carnaval de nuestro pueblo y así lo hacemos. Nos desviamos antes a mi apartamento. Después de un baño y algo de perfume me engalano con su compañía. Caminamos hasta el frente marítimo. Entre orquestas y disfraces de carnaval nuestros cuerpos danzan y se contonean de emoción.
Domingo 12:10 AM - Llegamos extenuados. Aún así, nos quedan fuerzas para amarnos. Dejamos el rastro de ropa señalando que comenzamos a desnudarnos desde el balcón. En medio de la sala, cuando sólo queda en nuestros cuerpos la ropa interior, nos tendemos en el suelo con los cojines del sofá. Nos hacemos el amor entre el frío del suelo y cojines floreados. El abrazo es fuerte al consumir lo deseado. Luego de un baño nos recostamos en la cama con música romántica y besos repartidos.
12:35 AM - Me levanto pausadamente ante el temor de molestar su sueño. Abro este diario. Escribo los detalles del día maravilloso que terminó hace treinta y cinco minutos con quince segundos. No puedo evitar escribir las palabras que pensé mientras estaba con ella en la sombra del flamboyán: “Dichoso el hombre que ha sentido las tibias caricias de quien ama y el murmullo de un cuerpo como la resonancia de dos almas”.
12:41 AM - Creo que a esta hora me quedé dormido. No sé exactamente la hora en que soñé que soñaba con ella.
9:00 AM – Despierto. Dormí placidamente. En esta semana no había logrado dormir. La miro detalladamente. Siento que la amo más que a nada en la vida. Le agradezco en un susurro que no escucha pues sigue dormida.
9:20 AM - Suena el teléfono. Convencido de que todos en ese instante deben estar sintiendo la misma felicidad que yo digo buenos días y no disimulo las carcajadas. Escucho tu voz saludándome efusivamente como si nada hubiese pasado. Aseguras llamarme porque me has extrañado. “Te necesito” significan palabras sin sentido para mí en ese instante que miro hacia la cama y los rayos que se cuelan por la ventana parecen acariciar el cabello de la bella durmiente que lleva compartiendo conmigo dos días de prosperidad absoluta. Me escuchas sonreír. Te alegras de mis carcajadas sin comprender que no te debo mi bienestar. Comienzas un monologo que no interrumpo. Deseo escuchar tu alegato: “Cielo, te extraño mucho corazón y sólo quería decirte que te necesito y que en mí tienes a alguien que te va a amar por siempre y de una forma muy especial porque tú eres un ángel que se cruzó en mi camino por una razón, a veces tratamos de entender algunas cosas que en realidad no necesitan una explicación sino que nos debe bastar con el hecho de que te adoro, el hecho de que te amo con todo mis ser...
9:21 AM - Sin preguntarte siquiera aseguras que la tregua ha finalizado. Respondo bien seguro de lo que digo. Te menciono que al principio pensaba que la tregua inventada por ti sólo servía a ti misma. Te pido perdón por ello pues he descubierto que la tregua me ayudó a mí también. Te indico que la tregua no ha terminado al menos de mi parte y que considero que nunca terminara pues en los pasados días he descubierto que no deseo estar contigo. El “nadie es indispensable” me lo guardo para no herirte, pero dicho pensamiento me ayuda a comprender que aún queda algo de amor en mi pecho y que nunca olvidare lo trascendental que has sido en mi vida. Te guardare en un rincón de mi corazón. Mismo que ahora esta palpitando fuertemente por el amor de otra mujer...
9:22 AM - El silencio al otro lado me asegura que escuchaste muy bien lo que dije. Me despido de ti. Vuelvo a agradecerte lo que viví a tu lado. Cuelgas el teléfono y vuelvo a la cama. Imagino que si hablabas en serio estas sufriendo algo. Rezo por que logres lo que yo. Dejo de rezar al recordar quién eres y como te desenvuelves en el mundo. Serás feliz; lo sé.
Miro a mi amada. Descubro que al acostarme a su lado la he despertado. Me abraza y le respondo con besos apasionados en todo su rostro. Recuesta su cabeza en mi pecho. Comienzo a acariciarle su cabello y pienso en el sentimiento que me unía a ti. Siendo mi alma gemela exigiste una tregua y tal deducción logra que ame más a la mujer que esta a mi lado, pues ella sin ser mi alma gemela me ha demostrado amor y entrega total. ¿Quién ama más? ¿Tu alma gemela o aquella que no lo es y de cualquier modo se entrega por completo? Todo es relativo y en verdad no me importa; pienso disfrutar de este presente a su lado. Hasta hoy; tu fantasma traspasaba las fronteras del olvido mientras la presencia real de ella llegaba a quedarse como felicidad absoluta y en el momento preciso... Si, sé que van sólo dos días, pero la conozco desde hace mucho. Ella fue mi gran amor en escuela superior. Nuestra separación en aquel tiempo fue por mi ambición de alcanzar filosofías vanas y ser sacerdote. Pero anoche, cuando la vi luego de varios años, noté en sus ojos la misma mirada de ternura y amor con la que me envolvía en aquel tiempo.
10:50 AM - Descubro que he estado escribiendo la versión tuya y la de ella en un solo diario. Salgo a la farmacia. Compro dos diarios para seguir escribiendo mis memorias. Esta vez los adquiero de más páginas. Estoy seguro de que los ojos verdes que ahora me miran lo harán por mucho tiempo...
11:36 AM - Mi amada me sorprende con la invitación a pasear por el lado norte de la isla. Acepto. Mientras prepara unos bocadillos para el viaje me escapo al cuarto. En un bulto guardo un mapa, vinoculares, mi cámara treinta y cinco milímetros y el libro de poemas que me regalaste para poder aprovecharlos en el paseo.
11:40 AM - Cerraré el diario y lo guardaré entre mis libros. Algún día, lo sé, me entretendré leyéndolo. Mientras, se quedará en el olvido como tú, que ahora debes estar buscando a quien amar. Sólo me restó decirte que estarás por siempre como parte trascendental de mi vida. Por ello te incluí en el diario de mis días. Aparté este lado del corazón para que conserve tu recuerdo en la inconmensurable enseñanza de amores pasados que se convirtieron en batallas internas ganadas y en la seguridad de que si me encuentras en el futuro; puedes contar conmigo.
Por ahora te recomiendo que procures no hacer treguas o puede ser que descubran que no haces tanta falta o que alguien ocupe tu lugar; llenándolo no como un clavo que saca a otro, sino como la suma de besos, caricias y palabras de amor que invaden el alma humana...
11:43 AM- Vuelvo a leer este diario añadiéndole algunos puntos olvidados. Le escribo que será guardado en mi librero y la palabra comienzo justo en el final...
11:47 AM - Diario cerrado y acomodado en el librero blanco que contiene artículos personales apreciados...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario