Por Angelo Negrón
Tal vez suene muy leído lo que diré a continuación, pero lo diré con la seguridad de que es justamente mi sentir y con la certeza de que ella entenderá mis palabras como sinceras:
Te deseo mi amor; tanto y más que el primer día en que descubrí mi amor por ti, tanto y más que el primer día que te vi. Tanto y más de lo que mi cuerpo y mi mente pueden tolerar al verte y no poseerte...
Te deseo con todo mi ser. Te amo con todo lo que soy y lo que no soy...
Ámame de nuevo...
Entrégame tu cuerpo...
Déjame llevar tu alma a volar...
Enséñame a tocarte... A darte Placer...
Asígname probarte... Ven; pruébame a mí...
Prepárame para observar tu cuerpo desnudo justo por detrás...
Luego de admirar tu cabello, bajar por tu espalda y entretenerme en tus curvas perdiéndome en un paseo de lujuria volteare tu cuerpo y haré de tu sonrisa vertical una esclava; la aprisionaré con mis cadenas favoritas para ello; estas son: mi saliva acompañada de una lengua a la que le gusta tu sabor, y mi eyaculacion acompañada de mi hinchado miembro que se siente solo cuando tú no estas y eufórico cuando logra que culmines en lluvia de placeres...
Vamos, se mía una vez más... y más... más aún...
Sedúceme, Bésame, Poséeme, Ámame...
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