jueves, marzo 28, 2024
miércoles, marzo 27, 2024
En las letras, desde Puerto Rico: José Orlando Sued y algunas reflexiones sobre “Antropías”, su primer poemario
Pocos gestores culturales tienen la capacidad de dejarse sentir en el panorama cultural con precisión y elegancia, brillando con luz propia con un trabajo consecuente que suma voluntades. Ese es el caso del profesor, investigador, sociólogo, comunicador, cineasta, editor y escritor José Orlando Sued. Miembro fundador y presidente del colectivo editorial Luscinia C. E. junto a la escritora y profesora Lorna Polo, Orlando Sued dirigió y escribió los guiones de los documentales Camino a Navarro (2013) y Geografía de la memoria (2014). Ha sido editor de los libros La denuncia gráfica (2016); Vibrando con el cosmos: retrospectiva 1972-2019 (2020); y, en conjunto con René Rodríguez-Ramírez, La mirada en construcción: Ensayos sobre cultura visual (2022). Es autor de La noticia paga: cine, propaganda y política pública en Puerto Rico 1950-1970 (2019); de los poemarios Antropías (2015), Sujetos en la mirada (2020) y, recientemente, Intermedio (2023) que forma parte de la nueva Colección Pangea de Luscinia C. E.
Pulsa la foto
para agrandar. |
Presentación del poemario Antropías de José Orlando Sued
Y esto es lo que nos encontramos en José Orlando Sued y
este primer poemario suyo, Antropías. Quienes se acercan a la experiencia
trascendente que da la belleza de la buena poesía en sus variables y variantes,
aquí tienen un libro de 72 páginas integrado por Bocetos y Contrato; dos partes que son
diversas y se contraponen como Yin y Yang aunque también sean complementarias y
por eso cierto tono, cierta textura que fluye de principio a fin a través del
libro.
Bocetos ofrece también innovadoras pinceladas de la realidad boricua y esto porque el artista se concibe como parte de una tradición; pienso en poemas como El fondo de un caño o Lloréns. En otras poesías como La voz del servicarro traza con sensibilidad un daguerrotipo humano, urbano y contemporáneo: Detengo el carro, / bajo la ventana/ y una voz entrecortada/ me corta el aliento. // Quizás no entienda/ la mitad de sus palabras/ por culpa de la estática/ o de mi prisa automatizada/ por ponchar a tiempo, pero lo que dijo/ abrió mi alma. // Por fin alguien me pregunta:/ ¿Qué quiero?
Al leer las páginas de Antropías regreso a esa primera vez que, en liviandad y libre de conceptos teóricos, disfruté la lectura de versos, metáforas y poemas. Y, sobre todo, en esa poesía inspirada por la luna (que también da nombre a la segunda parte): Contrato. Una pieza lírica que funciona como descripción de un manifiesto o la síntesis de una poética.
Algo que disfruté además de Antropías fue su musicalidad, eso me llevó a releer ciertos pasajes del libro en voz alta; un lenguaje preciso que se sirve de metáforas (como ‘espejo’ o ‘ruina’), que renacen en sus páginas. Quizás sería un buen proyecto escuchar varias de estas poesías musicalizadas.
Enhorabuena para José Orlando Sued por Antropías. Enbuenahora también para los lectores y para la nueva literatura puertorriqueña.
lunes, marzo 25, 2024
En las letras, desde Puerto Rico: Edgar Ramírez Mella, ‘Salgo a cazar al ente poético o trato de escuchar lo que dice el viento’
por Carlos Esteban Cana
Cuando remití estas preguntas al poeta y pintor Edgar Ramírez Mella su libro Púrpura, bajo el sello editorial La secta de los perros, comenzaba a circular en las librerías. También, en esos días, el autor quería culminar otro poemario, Bitácora de nieblas, que publicó la Editora Educación Emergente en el 2020. Después, al año siguiente, durante esos meses de confinamiento por la pandemia, Ramírez Mella publicó Razón de Covid-19 y otros artefactos (ad)yacentes. Y, en medio de todo eso, en el 2017, había logrado hacer llegar a los lectores su cuaderno poético Jardín en ascuas.
Las noticias más recientes que tengo de Ramírez Mella fueron la entrevista que le concedió al periodista Wilkins Román Samot (publicada por la revista Letralia el 16 de julio de 2023) y una exposición de su obra pictórica en el Museo de Arte de Aguadilla y del Caribe que permaneció hasta el 16 de enero.
A continuación, como parte de la serie De los archivos este boletín comparte, aquí en Confesiones, esa entrevista a la que aludí al principio y que por tiempo limitado estuvo disponible a través de la revista Cruce.
Edgar Ramírez Mella, con un trabajo de J. Zeno |
Carlos Esteban Cana: Hablemos acerca del mundo de la creación… ¿Por qué crees que tu vida ha sido marcada por el signo artístico?
Edgar Ramírez Mella: Cierta sensibilidad, cierta timidez, cierta fantasía y un atisbo de otredad, cierto misticismo o religiosidad, pálpitos de otros mundos y como resultado una compleja vida interior (con todo y su deseo de transgresión); bastante insatisfacción por una realidad mediocre o hipócrita. Necesidad de buscar otras respuestas a las preguntas eternas. No podemos dejar de lado la mala o buena fortuna de haber tenido excéntricas o raras amistades
En qué género literario te sientes que fluyes más como creador, al menos en este momento…
Edgar: La poesía y la pintura siempre se me han dado con alguna facilidad especial, hubiera preferido dominar la música. Aunque cuando pinto hago música –aunque ya casi no pinto, necesito un espacio, un taller, una cueva, donde manchar- y con la poesía creo que también ella me dirige. Tal vez lo que llevan del niño, la poesía y la pintura, en cuanto juego me gusta, y por ello tal vez fluyan.
¿Cómo contrastas esa experiencia con la que recibes al explorar otros géneros literarios u otras disciplinas artísticas?
Edgar: La danza y el teatro y otros géneros también
conllevan mucha carga mágica y lúdica. Pero al ser yo un tipo bastante tímido
‘casi autista’, la pintura y la poesía por su carácter introvertido me sirven
de refugio del ojo ajeno, del otro, y del público… al menos en el momento de la
creación. Son sinceras e íntimas casi como el rezar.Edgar Ramírez Mella, 2011
¿Necesitas distancia o soledad para realizar tu obra?
Edgar: Si.
Como creador, con toda esa visión propia de tu época de formación y acción, ¿cómo observas lo que te precede en el arte? ¿Cuáles son, si algunas, esas voces creativas del pasado o de la actualidad que merecen tu atención?
Edgar: No hay nada nuevo bajo el sol. En el pasado encuentro muchas almas afines y obrascuya modernidad aún me asombran. No ha cambiado gran cosa la humanidad. La evolución se estancó o es muy lenta, o tomó el camino equivocado distraída o hipnotizada solamente por el aspecto material. Todo este alud de máquinas que amaron tanto Marinetti y otros futuristas nos envenena, aunque no dejan de maravillarme; son peligrosos y pérfidos juguetes… y no te niego que me sumerjo también en ello. Artilugios mágicos de Hefestos.
¿Puedes describir tu poética? ¿Qué materia prima utilizas a la hora de hacer tu obra?
Edgar: El gesto; lo onírico; la sexualidad y el deseo; la utopía cuando políticas; la eternidad, el cielo y el infierno si metafísicas.
¿Tienes algún ritual a la hora de acercarte a la página en blanco? ¿Concibes la idea, el motivo, con anterioridad o te vas en un flujo de palabras hasta que encuentras el delta creativo indicado?
Edgar:
Eso varía con el tiempo, antes me desbordaba hacía un
vaciado desgarrador (más o menos jajaja): descargas de la psiquis, con sus
variaciones e improvisaciones al estilo del jazz o Bach. Ahora observo más los
signos e interpreto, también salgo a cazar al ente poético, o trato de escuchar
lo que dice el viento.Edgar Ramírez Mella, 2013
En un mundo como el nuestro, y enmarcado en todo lo que quieras nombrar del mismo -en una dirección u otra-, ¿tiene lugar el arte, la palabra, la creación?
Edgar: Continúa el ser humano con mucho ardor, mucho anhelo, una sed gigante que no la satisfacen los credos por eso el arte y la creación continúan supliendo esa necesidad y urgencia que “reeliga” (Lactancio derivaba la palabra religión del latín religare) uniendo al hombre con el universo… También el arte azota y advierte sobre las malas jugadas y criminales intentos que continuamente ponemos en práctica como hambrunas y guerras innecesarias mientras envenenamos al planeta… “¡Oh generación de víboras!” Jajaja… qué miseria. Me río por no llorar.
¿Qué es necesario para ser un escritor?
Edgar: Sentir deseo. Ponerse a ello, amar su herramienta, el lenguaje, el verbo… Claro leer y releer primero. Afinar y afinar y escuchar. Si tenemos algo que añadir o corregir o explicar, o mejorar, saberlo luego cantar o contar por supuesto dominando el instrumento que es la palabra y sus acentos.
¿Crees que existe el llamado bloqueo del escritor?
Edgar: Sí, hay etapas de sequía, tal vez necesarias para volver a la carga; se debe reevaluar hacer retrospección, quemar las naves. Hay etapas de doloroso silencio, noches obscuras, cuando te abandonan las luces; después hay que evolucionar y reinventarse sin duda.
Hay quienes piensan que las mejores páginas salen de situaciones extremas o dolorosas… ¿Qué piensas al respecto?
Edgar: Posiblemente sea verdad. En momentos de mucha dicha o
felicidad sólo se nos ocurre disfrutarlo a cabalidad; lo cual no quiere decir que no se pueda hacer un arte alegre o desde la alegría o que
invite a cierta esperanza o bienandanza.Edgar Ramírez Mella, durante la década del 2000
Otros esgrimen la tesis de que ese periodo nocturno y sinuoso de los sueños, abona para la creación… ¿Es valioso ese universo onírico para crear?
Edgar: Definitivamente. El mundo onírico por su plasticidad igual que el mundo delirante son muy sugerentes.
¿Hay algo que no te gusta o disfrutas del oficio, del ser creador?
Edgar: La incertidumbre o esa sensación de nunca poder estar muy seguro ni del camino ni de lo logrado, ni de acabar: I can get no satisfaction como decían los Stones; como que… hay que volver a comenzar como Sísifo: No te afanes, alma mía, por una vida inmortal, pero agota el ámbito de lo posible de Píndaro que Camus cita en su ensayo (El mito de Sísifo). Que siempre dejamos o perdemos de vista algo, imposible de concretar, un sentimiento del esfuerzo inútil.
¿Prefieres escribir o crear todas las semanas o tienes periodos
voluntarios de silencio artístico?Edgar, en su juventud
Edgar: Escribo cuando me urge… casi como un sentido fisiológico; quisiera que fuera más a menudo… como ocurría cuando era más joven. Últimamente, por no andar sobre lo andado, ejerzo algo de ese silencio que nombras.
Otros teóricos del proceso creativo (o incluso artistas) manifiestan que el creador es un medio, una especie de antena o médium por el que fluye la creación. ¿Concurres con esa idea?
Edgar: Puede ser. Hay creaciones que parecieran tener esa sensación de rapto… pero no siempre y como quiera uno tiene que ejercer en todo momento una voluntad creativa y un criterio.
¿A qué aspiras con tu arte?
Edgar: A ser fiel siempre a mí mismo y, al mismo tiempo, justo con los demás.
¿Cuáles han sido los libros más significativos para ti, esos que ocupan un lugar de privilegio en tu biblioteca? Si quieres mencionar además producciones discográficas o películas, lo puedes hacer…
Edgar: Uf! La lista sería muy grande: Rabelais; la poesía mística; El Quijote; Unamuno; Generación del 27; Dada; Surrealistas; Buñuel; Cortázar; Vallejo; Huidobro; Cocteau; Picasso; Rimbaud; Beatles; Serrat; Isadora Duncan; Mahler; Whitman; Julia; Borges…, etc.
A veces, como autor, tenemos un aprecio particular por un libro de
nuestra autoría… ¿Cuál de tus libros o cuadernos propios merece tal aprecio?Edgar Ramírez Mella, reciente
Edgar: Creo que Púrpura publicado por la editorial La secta de los perros en el 2014.
En una sociedad tecnológicamente globalizada con redes cibernéticas y teléfonos inteligentes, correos electrónicos y espacios en la WEB como YouTube… ¿Crees que esas herramientas tecnológicas e informáticas ofrecen a los autores de hoy una ventaja a la hora de exponer y presentar su obra? En tu caso, ¿esos recursos, han sido útiles?
Edgar: Sí, son útiles, sin duda. Nos acercan… aunque con su natural y artificiosa distancia paradójica.
¿Cuál es el mayor reto que tiene de cara un autor en el futuro?
Edgar: Seguir apostando por la vida en un mundo de tanta muerte.
Y, para concluir esta entrevista, ¿qué te ocupa en estos momentos? ¿En qué linderos creativos pernocta actualmente el creador que eres?
Edgar: Me ocupa una cierta sobrevivencia muy austera y rara, como persona ya adulta, en un horizonte siempre joven, cada vez más… mientras ya uno va bajando la cuesta. Quiero terminar mi Bitácora de nieblas, por supuesto, y poder seguir teniendo cosas que decir, sin perder entusiasmo por el arte y la vida.
domingo, marzo 24, 2024
jueves, marzo 21, 2024
miércoles, marzo 20, 2024
Breves impresiones: Edna Coll Pujol, valiosa investigadora de la novela hispanoamericana, en la memoria
#Brevesimpresiones #Instanteseneltiempo #memorias #EdnaCollPujol
por Carlos Esteban Cana
Conocí a doña Edna Coll Pujol en el 2002, con el fin de entrevistarle para incluir un testimonio suyo acerca de su abuelo don Cayetano Coll y Toste, en la revista CulturA. Doña Edna tenía en ese momento 96 años y vivía en la Égida del Maestro. Fue una experiencia valiosa conversar con ella, de quien conocía los cinco volúmenes que integraban su “Índice informativo de la novela hispanoamericana” publicada por la Editorial Universitaria entre 1974 y 1992. En esa ocasión me obsequió varios de sus libros, entre los que destacaba sus memorias “Instantes en el tiempo”. Aquí algunas fotos suyas incluidas en ese libro; en una aparece junto al crítico uruguayo Emir Rodríguez Monegal; en otra saluda a Jorge Luis Borges en el Ateneo Puertorriqueño. A continuación unas importantes notas biográficas de doña Edna Coll Pujol.
Nació en Santurce, Puerto Rico, el 24 de julio de 1906. Estudió su escuela elemental y superior en el Sagrado Corazón de Jesús en Nueva York y Puerto Rico. Obtuvo un Bachillerato en Educación, Magna Cum Laude, y su maestría especializada en literaturas hispánicas de la Universidad de Puerto Rico. Su doctorado es en Filosofía, de la Universidad de Florida en Gainesville. Fue Catedrática de Literatura Española en la Universidad de Puerto Rico. Sus libros recibieron en cinco ocasiones el premio del Instituto de Literatura Puertorriqueña (1948, 1970, 1974, 1977, 1980); la medalla Andrés Bello otorgada por el Gobierno de Venezuela; medalla de oro del Ateneo de Nueva York y el premio Romo de Nueva York; premio Club Cívico de Damas a la mejor obra publicada por mujer en 1992. Fue homenajeada por el Recinto Universitario de Mayagüez, la Universidad Interamericana de San Germán y la Universidad del Sagrado Corazón de Santurce. Recibió medalla de oro de la American Artist Professional Art League capítulo de Miami y el premio Vurdines, también en pintura, en la ciudad de Miami. Fue miembro de la Academia Puertorriqueña de la Lengua, de la Academia de Artes y Ciencias de Puerto Rico; y de la AcademiaVenezolana de la lengua. También fue presidenta de la Sociedad de Autores Puertorriqueños y fundadora de la Academia de Bellas Artes de Puerto Rico. Algunas de sus publicaciones y libros son: Aspectos cervantinos en Julio Cortázar (en Revista Hispánica Moderna, 1968); Cayetano Coll y Toste: síntesis de estímulos humanos (1970); Vida y literatura (1972); Indice informativo de la novela hispanoamericana, a partir de 1974, en cinco volúmenes; Simplemente cuentos (1986); El valle de los caídos (1994); e Instantes en el tiempo: memorias (1999). Doña Edna falleció el 19 de noviembre de 2002, a los 96 años, en San Juan.
#Brevesimpresiones #Memorias #Instanteseneltiempo #EdnaCollPujol
martes, marzo 19, 2024
lunes, marzo 18, 2024
domingo, marzo 17, 2024
En las letras, desde Puerto Rico: Eric Landrón poeta, chamán y juglar
por Carlos Esteban Cana
Eric Landrón e Ivania Zayas |
Desde traer y promover el fotopoema a las letras boricuas así como lo que nombra pintuversos, ese maridaje entre pintura y poesía; pasando por sus libros Piropazos, Delirio de esperanza, Vía crucis y redención del calvo; sus famosos brindis hasta las piezas que componen “Pandora: el paraíso perdido” o “Chávez de amor y de lluvia” junto a Danny Rivera, Landrón combina el tono lúdico y juguetón con la riqueza del lenguaje, sazonando conciencia con humor, artesanía, activismo y liviandad lírica de tal modo que tanto el especialista académico como el lector aficionado reciben con agrado su obra poética.
Eric Landrón con integrantes de Taller Literario en la bohemia Laro y sus amigos |
Para quienes deseen escuchar a Eric Landrón, el próximo
21 de marzo, Día Internacional de la Poesía, leerá su poesía en el Teatro
Paradise en Río Piedras a las 7:30 pm como parte de la serie de eventos
“Encuentro de poetas y Encuentros poéticos” que coordina el reconocido gestor
cultural y escritor Ricardo Cobián Figeroux.
Eric y Tito Auger |
Y para cerrar este breve recorrido por la trayectoria del
poeta Eric Landrón, comparto con ustedes el poema “Qué pena” que leyó durante
un evento en contra de la Pena de Muerte organizado por Amnistía Internacional.
https://www.youtube.com/watch?v=NUkkJwZni34
sábado, marzo 16, 2024
jueves, marzo 14, 2024
En las letras, desde Puerto Rico: Ana-Loreanne Colón: ‘Solo quiero llegar a mí, a ese lugar profundo que aún dezconozco’
por Carlos Esteban Cana
La escritora Ana-Loreanne Colón, para fortuna de sus lectores, de una u otra forma, ha estado presente en estas semanas. Hace un mes presentaba su nuevo libro titulado Mediodía el 10 de febrero en Casa Ruth en Río Piedras y el 24 de febrero en la Sala Leopoldo Santiago Lavandero en la antigua Casa Alcaldía de Caguas. Mediodía es su primer poemario y forma parte de la nueva Colección Pangea del Colectivo Editorial Luscinia. Además, el 18 de febrero, publicó su artículo “Se nos secan las ideas” en la sección de columnas Punto de vista del periódico El Nuevo Día. En el mismo, Ana-Loreanne formulaba unas preguntas importantes para aquellas personas que han decidido dedicar su vida a ser artista, a vivir y trabajar desde la creación: “¿Quién le da trabajo a un artista? ¿Quién le ofrece un sueldo digno a quien ejerce la labor de crear? ¿Quién entiende que tenemos una responsabilidad social que va mucho más allá de entretener y que merece ser tomada en cuenta? ¿Cuál es nuestro lugar? ¿Dónde encontramos la estabilidad?”.
Y de esa manera, con el poder de su formación profesional, su sensibilidad y su continua reafirmación como mujer actual-compasiva-humana, entró al escenario de las letras boricuas con una colección de cuentos, a mi entender, poderosa. Sangre mía llegó a las librerías y a los lectores gracias a Publicaciones Gaviota en el 2020. Y de inmediato, cuando solté el libro después de la primera lectura, quedé rebobinando la memoria hacia otros libros de cuentos de la tradición narrativa puertorriqueña y sentí que gran parte de los personajes femeninos en estas páginas abordaban las encrucijadas de una forma diferente. Hay en ellas un talante de asertividad general, por nombrarlo de alguna manera, que no deja espacio para un sabotaje propio o la autovictimización en la caracterización. Por eso y más considero Sangre mía un libro importante, de cabecera, dentro de lo que se ha escrito en estos 24 años del siglo XXI en Puerto Rico. Un libro que hay que leer y releer, porque a la misma vez son unos cuentos que invitan a eso, a regresar a sus páginas, a la relectura. No por casualidad, Sangre mía obtuvo la Medalla de Oro en la categoría de Colección de cuentos en español en el año 2021 que otorga el International Latino Books Awards en los Estados Unidos.
¿Cómo se dieron los primeros pasos suyos en el universo creativo? ¿Cuáles fueron los primeros libros, las primeras películas u otras obras de la cultura en general que le inspiraron lo suficiente como para iniciarse en estos caminos artísticos?
Ana Loreanne: Tuve la dicha de crecer entre mujeres creativas; mi abuela, mi mamá y mis tías: todas hacían arte. Recuerdo que abuela tenía un taller de cerámica y me dejaba estar con ella durante todo el proceso de creación. Ahí fue que tuve mi primer encuentro con la concepción de lo que es una idea: pensarla, gestarla, formarla poco a poco, detalle a detalle, hasta tener entre mis manos lo que en principio estuvo en mi imaginación.
En cuanto a los libros, vengo de una familia de libreros. Yo no iba a campamentos de verano; yo iba a librerías. Pasaba largas horas perdida entre estantes de libros, leyendo e intentando comprender. Fue una de las etapas más hermosas de mi vida, a la que volvería una y otra vez. Los primeros libros que puedo considerar míos fueron un libro de cuentos que mi mamá me leía cada noche: Cuando Oscar era un pequeño gruñón, y un diccionario de sinónimos y antónimos. Luego, cuando fui creciendo y aprendiendo el lenguaje, fue desarrollando un criterio más estético; según los adultos, muy adelantado para mi edad. Conservo en mi biblioteca personal las primeras antologías de cuentos que se utilizaron en el Departamento de Instrucción Pública; fueron un regalo. Ahí supe que quería ser cuentista.
¿Qué motiva su poesía? ¿Qué le mueve a escribir su prosa, su narrativa? ¿Cómo se da en usted ese proceso? ¿Cómo inicia? ¿Hay algún momento ideal para colocarse ante la pantalla o ante la página en blanco? ¿Qué momentos, si algunos, son más propicios para escribir?
Ana Loreanne: Me mueve el saberme viva. Mientras respire, tendré algo para contar. La disciplina me mueve al cuento, a la crónica. El instinto, a la poesía. Aunque son procesos distintos, todo nace de la observación y del silencio. Necesito detenerme y mirar a mi alrededor; permitirme percibir lo que me rodea. Mi escritura es, en su mayoría sensorial. Me gustan los detalles, todo lo que hace que una persona o cosa sea única. Luego que recargo el pensamiento, me disciplino y separo bloques de tiempo para escribir. Lo suelo hacer en distintos momentos del día. Así consigo que cada momento de escritura sea diferente. Me gusta el silencio y la brisa fresca; sentirme cómoda. El resto, va llegando poco a poco.
¿Cómo ha logrado llegar a los lectores?
Ana Loreanne: Creo mucho en que quien escribe debe hacerlo desde y para la solidaridad y la empatía. Me ha servido investigar y tratar temas sensibles con mucho respeto; siempre sin apropiarme de luchas o dolores ajenos. Eso es muy importante. Como escritora tengo licencia poética para imaginar y para crear, no para invadir.
Actualmente, ¿qué está leyendo?
Ana Loreanne: Todo lo de Cristina Peri Rossi, también tengo sobre la mesa a Rossi Braidiotti y a Elvira Sastre, que me parece mágica.
¿Cómo ve el futuro de la humanidad? ¿Qué le preocupa? ¿Algo de eso se manifiesta en su propia obra?
Ana Loreanne: Confieso que me cuesta hablar del futuro; prefiero el ahora en la plenitud de intensidad. Me preocupa que la prisa, la insensibilidad, el consumismo y el egoísmo nos extinga. Son males que no creo que tengan cura. Me preocupa tanto que es imposible separarlos de mi obra.
Hay quien dice que escribir sana… ¿Tiene ese poder la literatura? ¿Cómo lo ve usted?
Ana Loreanne: Escribir, reconstruye y llena espacios vacíos. Sana heridas tan antiguas como la existencia misma. Creo que es el instrumento más reparador al que puede tener acceso una persona. De igual forma, es un espacio de reclamo, lucha y sororidad. La literatura puede lograr cualquier cosa que desee por fuerza propia.
La escritora que usted es hoy… ¿Es la misma que publicó primer su libro?
Ana Loreanne: No. Soy una mujer mucho más consciente del poder de las palabras, del efecto que tienen en quién lee, y de la necesidad que hay de ellas. Soy mucho más sensible; más humana y menos persona.
Si alguien se le acerca y le pregunta qué es necesario para ser escritora… ¿Qué le diría?
Ana Loreanne: Querer serlo; eso es fundamental. Luego, disciplina. Talento sin disciplina no llega a ningún lado… y que no se trata de moda. Esto es pasión y consistencia. Por lo tanto, las redes sociales no son una buena escuela.
¿A qué aspira con sus libros, con su propia obra?
Ana Loreanne: A encontrarme. Solo eso. Si en el camino logro otras cosas, maravilloso. Pero solo quiero llegar a mí, a ese lugar profundo que aún desconozco.
¿Qué le ocupa en estos momentos? ¿Qué proyectos creativos y literarios, si algunos, le ocupan?
Ana Loreanne: Tengo varios proyectos, uno académico y otros creativos. Aún están en gestación, pero tengo mucha fe en ellos. Sé que marcarán un antes y un después en mi carrera.