miércoles, diciembre 16, 2020
domingo, diciembre 13, 2020
lunes, noviembre 30, 2020
sábado, noviembre 28, 2020
jueves, septiembre 17, 2020
miércoles, septiembre 16, 2020
jueves, septiembre 10, 2020
lunes, septiembre 07, 2020
domingo, agosto 30, 2020
Aquí, allá y en todas partes: 16 poetas de dimensión universal. ‘Playlist’ del Maestro Mateo Morrison en Diálogo Académico Online con Ibeth Guzmán.
por Carlos Esteban Cana
La escritora y gestora cultural dominicana Ibeth Guzmán, autora de la colección de cuentos “Yerba mala” y del libro de microrrelatos “Tierra de cocodrilos” (reseñado recientemente por el escritor boricua Alberto Martínez-Márquez), sostuvo una amena conversación con el poeta y maestro de maestros Mateo Morrison. Esto ocurrió el pasado 21 de agosto en Diálogo Académico, espacio de discusión y reflexión humanista que coordina Guzmán en República Dominicana desde 2019 y que durante la presente pandemia ha ganado un relieve mayor en las redes sociales por su versión Online que enlaza escritores y pensadores de diferentes latitudes en un enriquecedor intercambio cultural.
Para efectos de esta columna que se ocupa de la cosmovisión de los artistas y el proceso creativo, nos detendremos en el siguiente diálogo que Ibeth Guzmán y el maestro Mateo Morrison sostuvieron durante la parte final del programa. El mismo concluye con la lectura que hizo el Poeta de un fragmento de su emblemática poesía “Pasajero del aire”.
Ibeth Guzmán:
“Vamos a dejarlo en la Isla, Maestro. República Dominicana y puede poner Haití”.
Mateo Morrison:
“Vamos a decir que es una pregunta difícil”.
Ibeth Guzmán: “Yo lo sé, Maestro. Usted se la va a jugar ahora”.
Mateo Morrison: “Vamos a contestarla. Yo pienso que tenemos que leer a Manuel del Cabral. Tenemos que leer a Aida Cartagena Portalatín. Tenemos que leer y hacer que se lean y estudien. No me da tiempo para explicar por qué, pero ya habrá tiempo para eso. Creo que debemos a leer Manuel Rueda. Creo que debemos leer a Domingo Moreno Jimenes. Creo que debemos leer a Jacques Viau Renaud. Deberían ser 25 pero vamos a dejarlo en cinco”.Ibeth Guzmán:
“Yo creo Maestro que usted debe publicar como próximo libro ‘25 esenciales de
la Poesía Dominicana para escuelas’”.
Mateo Morrison:
“Me comprometo”.
Ibeth Guzmán:
“¡Se compromete! ¡Muy bien!”.
Más adelante Ibeth Guzmán amplió sus preguntas de esta manera:
Ibeth Guzmán: “Para esos maestros y maestras que nos están viendo. Y sí sabemos que tenemos unas realidades en el currículo dominicano; todos los que lo hemos trabajado y todos los que lo hemos leído (lo sabemos); hay una gran tendencia hacia promover tanto en la lectura como en la redacción los famosos textos funcionales. Entonces, digamos, que el maestro va a tener que buscar de manera autónoma esos y esas poetas esenciales para la enseñanza primaria y secundaria. Ahorita hablábamos de esos cinco grandes poetas que había que estudiar, que deben estar en el canon, sí o sí, para primaria y secundaria…”
Mateo Morrison: “Gloria Fuertes es una poeta española. Tiene un libro que se llama ‘Ni tiro, ni veneno, ni navaja’ y otros textos importantes; es sumamente importante que pueda ser estudiada”.
Ibeth Guzmán: “Maestro, usted tiene razón porque ya aquí en la caja de comentarios dice Pedro Mir, Alfonsina Storni…”
Ibeth Guzmán:
“Maestro, vamos a darle seis minutos de poesía”.
Mateo Morrison: “¿Seis minutos? Ah, pero yo puedo leer un poema
largo en seis minutos”.
Ibeth Guzmán:
“¡Se puede, Maestro! Lea”.
Mateo Morrison: “Bueno. Me detiene cuando llegue a los seis, si
me paso”.
Ibeth Guzmán:
“Si me dejan detenerlo esta gente, J
”.
Ahora sí me voy, montado en tu silencio, atravesando las
palmas que me sombrean el mundo. Ensillaré el caballo que derribó a mi abuelo,
quien trató de escapar de los grilletes de la esclavitud. Ahora sí me voy,
orillando los polos, el del Norte y del Sur, en un navío de árboles. Me iré en
ese tren en el cual las miradas de quietos pasajeros te hacen sentir distinto.
En una estrella nueva, prometo que me iré, adherido a su luz. En una
embarcación iré, con su tanque de lastre librado de guardianes. En uno de los
navíos que llegó a Troya. En el último espacio libre del Arca de Noé. Me
montaré en el primer asno que visitó el sagrado pesebre. En la botella que tiró
al mar el poeta, pasearé por todos los océanos. Mitigaré mi hambre de sueños en
las pampas y retomaré el aliento de vida en una incursión infinita a través del
Amazonas. En la punta de un avión sin piloto me trasladaré. En el barco en que
los patriotas se despidieron en el Ozama, acusados de traición. En el primer
vuelo hacia un planeta recién descubierto, haré mi travesía. En cualquiera de
las tres naos que nerviosas arribaron a estos lares, me mudaré hacia otras
tierras florecidas de nieves. En el ojo del huracán me iré a descubrir las
islas de un mar casi invisible. En uno de esos galeones donde mis ancestros
desde el mar contemplaron alejarse sus tierras. En la goleta que desafió el
tsunami y siguió navegando hacia una tranquila playa. En el claro estallido de
un volcán, yo me iré, danzando entre sus ríos de lava incandescente. Subido en
un camello, mojándome de sol. En una embarcación cargada con púrpura y
cristales me iré con los fenicios. Cabalgando en el lomo de una ballena
jorobada, navegaré las misteriosas ondas que aceleran y duplican el mundo desde
la Internet. Colgado de una cuerda que oscile sobre el orbe, caeré en el río en
cuyas raudas aguas Heráclito nadó una infinita vez. Montado en el sonido que
emitió la vía láctea. Por el grito que anuncia el parto de una nueva criatura,
yo juro que me iré. Entre aullidos, balidos, lentos mugidos, cruzaré los
campos. Por el sonido que producen las raíces al expandirse en la tierra. A
través de la Muralla china aprehenderé los misterios de Oriente y su arte. En
un deslizamiento por la Cordillera Central dormiré una siesta inolvidable. En
una bicicleta adornada de flores recorreré el universo. En la gota de agua que
define al rocío y lo puebla de enigmas. En el ataúd que pasa envuelto en la
bandera. En un triciclo lleno de frutas. En el oleoducto, que como río
subterráneo atraviesa las piedras poblándolas de vida. En un camión cruzando la
frontera con indocumentados, una madrugada de diciembre. En una lancha rápida
burlaré los asedios de la aurora. Me iré, aunque dure los 25 millones de años
que necesitó el Homo habilis para hacerse neandertal, y continuaré por las
distancias que recorrió a través de vientos y superficies multicolores hasta
que el ser humano arribara al Neolítico para poblar las diversas regiones de la
tierra. Veré la extinción del Mamut y los dinosaurios. Auscultaré en el Nilo,
el Tigris y el Éufrates, la confección de los tejidos, el desarrollo de las
artes y el despertar de las civilizaciones. Iré entre las hormigas, y cumpliré
mi castigo por violentar las leyes del tiempo y del espacio. Desde África,
Persia, Asia Menor y Turkistán observaré la caída del último vestigio de los
sueños. Inventaré el calendario solar de los aztecas que regula el tiempo de la
siembra y la cosecha del maizal divino. En el monte Sinaí presenciaré cuando
Moisés recibe la tabla donde fueron escritos los diez mandamientos. Me
recostaré rodeado de paz frente a la estatua de Buda y reinventaré con respeto
la imagen invisible de Mahoma. Saltaré sobre los techos horizontales y las
bóvedas semicirculares del arte medieval. Me detendré en la inauguración de las
olimpíadas, y Fidias me guiará para admirar la Estatua de la Noche en el templo
de Artemisa. Desde la sombra de Aquiles en Macedonia me iré a ver al hijo menor
de Príamo haciendo el amor con la esposa de Menelao, y buscaré un asiento en la
expedición organizada por los griegos; contemplaré la ligereza de Aquiles y los
suspiros de amor de Helena, acariciada hasta iniciar la hermosa guerra.
sábado, agosto 29, 2020
domingo, agosto 09, 2020
Aquí, allá y en todas partes: Cuatro poesías de Iris Mónica Vargas, y una posdata
El pasado 4 de agosto la escritora Iris Mónica Vargas, autora de "La última caricia" y "El libro azul" sostuvo una conversación acerca de su obra poética y el proceso creativo con Pilar Vélez, fundadora de la organización cultural Mi libro Hispano (con sede en Miami) durante la 1ra Feria de Verano de Mi libro hispano. La tertulia fue transmitida en directo a las 7:30 p. m. hora de Puerto Rico, en el canal de YouTube de Contexto Ñuble. A continuación compartimos con nuestros lectores las cuatro poesías que Vargas compartió durante la velada: El papel; La hora de la locura; Preguntas de una visionaria no identificada (siglo 16); y Pez de cielo.
PS: Y sumamos una quinta pieza titulada Poética.
EL PAPEL (versión de la Musa)
transmutando en el tic-tac
del reloj más diminuto,
y me encuentro acomodando
los pedazos de la historia
—la historia de los pedazos—,
imagino ha de mirarme
con sospecha algún minuto
mientras declaro arrogante,
“Soy el sillón de los ángeles”.
Más sé, si no le sirviera,
si aquello que dicto enferma
a su alteza en su altivez,
si no acomodo su asiento, si
deplora
lo
que
cuento
se alzarán sobre mis ojos
sus pupilas milenarias,
y magnánima, burlona,
con un cigarro en los labios,
me dirá, Musa, al oído
“El poema es lo que importa,
Amigo:
El lápiz no escribe el verso.
Quien se mueve es el papel”.
(Se escucha una carcajada.)
LA HORA DE LA LOCURA
No había movido aún
el último centímetro
aquella manecilla de sus horas,
hasta el segundo incongruente.
Andaba aún en tierras de cordura
y aunque su esposa aún no diera
cuenta de ello, jugaba en su espesura
a ser del siglo dies y seis.
Había empezado bien y sonreía.
Besaba cariñoso las manos
de su amor. Le dedicaba versos.
Decía que su rostro era como la luna:
da vueltas a la tierra. Se reía.
¡Odioso es que la Tierra
dé vueltas a una estrella!
gritaba de repente,
furioso, empedernido.
¿Qué falta ahora, señores?
(Se montaba en tribuna.)
¿Que piensen—continuaba—
que no es de cristal la orbe
de luces perforada?
¿Qué sigue entonces? ¡Digan!
¿Que sea la luna abierta solo una
de muchas otras lunas
cerradas en su orbe?
La esposa no entendía
lo de la luna abierta.
Ni aquella cerradura de otras lunas,
mas ya daban las cinco.
Y mudos, cada uno,
fueron dos bergantines.
Sus velas, dos jirones
ondeando a la deriva en alta mar.
PREGUNTAS DE UNA VISIONARIA NO IDENTIFICADA (siglo 16)
Si queda confirmado:
sus lunas los circundan.
Si fuera incuestionable:
Copérnico es verdad,
la Tierra va redonda.
¿A dónde desvanece
el alma deambulante,
del cielo desterrada,
y la memoria?
¿A dónde la memoria
va, si no la llevan,
si han escapado ya
las orbes de la mente?
Lo siento. Me adelanto.
PEZ DE CIELO
“Intrépido guerrero diminuto,
¿cuántos acantilados has tenido que cruzar?”
-Carlos Esteban Cana
Despiertas.
La bóveda se abre e ilumina.
de sangre y no te arropa.
—Ya no eres de agua—
Dos sirenas te acompañan
con sus manos de cariño y de arena.
Los pescadores recogen sus hilos
y sus cañas.
Te contemplan y no saben
que ensayas como pájaro tu vuelo
que imitas sus sonidos, y desde tu quietud
disfrutas de su risa,
que todo saboreas a tu ritmo,
que allí, desde tu cima, es primavera
mudar esas escamas
y dejar de ser pez.
***
POÉTICA
es criminal. El giro de tu brazo:
autoritario. Prefiero la imprudencia,
tozuda la inocencia de crear,
la tórrida intemperie
de no saber apenas nada,
de tanto preguntar y preguntar
que vuélvame pregunta.
domingo, julio 19, 2020
La marejada de los muertos y otras pandemias
jueves, julio 16, 2020
De Carlos Esteban Cana, Los visionarios toman su lugar
...
Carlos Esteban Cana comenzó su labor como periodista cultural a finales de los 80s enSenderos, revista del pueblo de Cataño dirigida por el escritor Angelo Negrón. En 1991 conoce al escritor Antonio Aguado Charneco en las Peñas literarias del Hotel El Convento, quien se convertiría en su mentor literario. En ese mismo año conoció a Amílcar Cintrón, Juan Carlos (Quiñones) Fret-Alvira, Rodrigo López Chávez y Joel Villanueva con quienes fundaría la revista y colectivo Taller Literario. A lo largo de la década y después en una segunda serie durante la primera década del nuevo siglo, Taller Literario se convirtió en un importante referente en las letras boricuas. Después y simultáneamente a la presencia y gestión cultural del colectivo, Carlos Esteban Cana se especializó como productor de contenido (mucho antes de que el término se acuñara) de ahí su labor como editor del boletín “En las letras, desde Puerto Rico”, reproducido en diferentes bitácoras como: Confesiones, de Angelo Negrón; Boreales, de Yolanda Arroyo Pizarro; Bocetos de una ciudad silente (ahora Silencios de papel), de Ana María Fuster Lavín; y Buscando la luz al final del túnel, de Caronte Campos Eliseos, entre otros. En esa dirección y con el paso de los años Cana ha desarrollado columnas con un perfil muy específico, entre ellas “Breves en la cartografía cultural”, “Aquí, allá y en todas partes”, “Crónicas urbanas” (para Diálogo Digital de la Universidad de Puerto Rico) y “Servicios de Prensa Cultural”. Gracias a su trabajo para Global Voices (2014-2017), red mundial de periodismo ciudadano, su trabajo se ha traducido a más de 10 idiomas. Cana cuenta con estudios a nivel graduado de la Escuela de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Ha trabajado durante 10 años en canales PBS (WMTJ Canal 40 –1994 al 1999- y WIPR canal 6 –2004 al 2009-). También se ha desempeñado como: coordinador de publicaciones para la Oficina de Comunidades Especiales (1999-2000); Director de Comunicaciones de la V Feria Internacional del Libro de Puerto Rico (2001); Coordinador Editorial y de Actividades de la Oficina de Revistas del Instituto de Cultura (2002-2004); Coordinador de Medios de El Sótano 00931 (2003-2008) por invitación del escritor y director de la revista Julio César Pol; Periodista cultural para El Post Antillano (2012-2015); Corrector y Redactor para El Visitante de Puerto Rico (2012-2016); Redactor especializado para Pro Arte Musical (2014-2015); y Crítico de libros para diversos programas de Radio Universidad de Puerto Rico (2011-2016). La obra creativa de Cana está dispersa en periódicos, revistas académicas y en diversas antologías como: De alisios y pamperos (Abrace, 2007); Estancias del sol, Selección de cuentos de Las Antillas Hispánicas (Sociedarte, 2007); Los rostros de la hidra (coedición Isla Negra Editores y Publicaciones Gaviota, 2008); Antología del Certamen Nacional de Poesía José Gautier Benítez (2006-2012); y Los nuevos caníbales vol. 3, Antología del Microcuento del Caribe Hispano (Isla Negra Editores, 2015). Carlos Esteban Cana tiene dos libros publicados: su 1ra colección de microcuentos, Universos (Isla Negra Editores, 2012); y una selección de sus 29 cuadernos de poesía titulada Testamento (Publicaciones Gaviota, 2013). Sus libros Catarsis de maletas (cuentos), Círculos concéntricos (microcuentos) y Ptolomeo (poesía) se publicarán en el curso del presente año. Desde el 2016 su audiolibro Un poeta en su propia voz está disponible en la plataforma de contenido en audio Ivoox. De igual manera diversos videos en los que el escritor declama su propia poesía o es entrevistado por diversos medios están disponibles en YouTube. Actualmente Cana se desempeña como Community Manager en Redes Sociales y recién concluyó una Bibliografía a modo de Curriculum Vitae que comprende tres décadas de servicio cultural (1990-2020) que hasta la fecha se extiende por 89 páginas.
domingo, junio 21, 2020
Aquí, allá y en todas partes: Menudo en 20 canciones
1. Fuego (1978)
2. El ayer (1978)
3. Voy a América (1979)
4. No quiero decir adiós (1980)
Sueños (1981)
6.
Quiero ser (1981)
7. Rock en la TV (1981)
8.
Súbete a mi moto (1981)
9. Claridad (1981)
10. Quiero
rock (1981)
11. Me voy a enamoriscar (1981)
12. Cuando
pasará (1982)
En esta canción figuró como vocalista principal Miguel Cancel y más allá de Menudo tuvo nueva vida gracias a otro integrante del quinteto, Robi Draco Rosa que la incluyó en su tercera producción discográfica como solista en 1994. “Cuando pasará” también tiene historia antes del disco “Por amor” pues la versión original puede ser escuchada en el álbum “Un amigo como tú” del grupo español La Pandilla, el gran precedente de Menudo. La misma fue compuesta por Luis Gómez-Escolar y Julio Seijas en 1976.