Por: Angelo Negrón ©
En el monitor apareció la señal de que llegaba al chat la persona de quien se sentía enamorada y con quien compartía el romance no sólo de una sala cualquiera en Internet, sino también de la pasión pujante en camas secretas de indeterminados moteles. No obstante haberse visto esa mañana y de haber compartido carne y sudor, descubrir que estaba al otro lado del monitor le erizó la piel. La necesidad de chatear con él la obligó a presentarse y comenzar el dialogo:
estrellademar: Hola irresistible corazón de león. ;-D
poetaparati: ¡Hey¡
estrellademar: ¿Cómo estas?
poetaparati: Muaaaaaaaaaaj
estrellademar: Siempre te lo he dicho, los besos no se tiran se dan.
poetaparati: Ja, ja, ja, ¿Cómo te va cielo?
estrellademar: Súper bien, pensé que estarías como reten en el cuartel...
estrellademar: así que llamé y me dijeron que habías faltado hoy
estrellademar: ¿qué le pasó a mi policía preferido?
estrellademar: ¿no pudo con una mañana tan fuerte?
estrellademar: Lol te entiendo, pero ahora que te vuelvo a ver me siento
mejor, te extraño mucho...
poetaparati: Siiiiiii, igual yo, tanto tiempo sin vernos, ¿Verdad?
estrellademar: mmmmmm, ahora con sarcasmos. ¿Ya olvidaste la mañana
sensacional que te hice tener? Aún así, desde esta mañana
hasta ahora me ha parecido una eternidad...
estrellademar: ¿Te gustó toda esa pasión derramada en aquella habitación?
Porque lo que es a mí me recreé admirando tu rostro mientras
cabalgabas sobre mí.
poetaparati: ¡Que bonito lo describes! Eres más poeta que yo.
estrellademar: Es que en la cama tú y yo somos poesía pura. ¿No crees?
poetaparati: :-X
estrellademar: ¡Silencio! ¿Ahora piensas guardar silencio? Esta mañana casi
gritabas de placer.
poetaparati: La verdad es que me encantó estar contigo, no pude evitarlo. Para
algo soy tu poeta preferido.
estrellademar: 8-)
poetaparati: Me gustan tus gafas pero más me gustas tú.
estrellademar: Es que el sol me está dando en este instante. ¡Ah no! Mira de
que se trata; Si es que tú estas ardiendo de lujuria, ven y
alúmbrame de nuevo ahora.
poetaparati: No me tientes, tú sabes que voy a donde tu digas...
Bueno, sucede que ahora mismo puedo, pues estoy solo en este
instante.
estrellademar: Pues encontrémonos en el mall cerca de tu casa.
poetaparati: ¿Tan cerca? ¿No es peligroso?
estrellademar: Tú sabes que no. Te cuidaré. No te preocupes o mejor dicho sí,
preocúpate por que yo vuelva a gozar como esta mañana. ;-)
poetaparati: mmmmmm, encontrémonos allí en treinta minutos. ¿Está bien?
estrellademar: Más que bien. Gracias por consentirme mi cielo...
poetaparati: No me dejes esperar mucho ¿OK?
estrellademar: Eso ni lo pienses. Me muero por verte mi amor.
poetaparati: Créeme, Yo también mi cielo. ¡Ah! ¿Me harías un favor?
estrellademar: Sabes que sí, ¿Cuál?
poetaparati: Espérame frente al video, ponte una camisa roja.
estrellademar: ¿Y por qué no donde siempre?
poetaparati: Es que necesito que me ayudes a escoger una película.
estrellademar: Ah, ¿y lo de la camisa?
poetaparati: Es que quiero que estemos vestidos iguales.
estrellademar: mmmmmm, no dejas de ser un romántico.
poetaparati: No, no puedo evitarlo. Te amo.
estrellademar: Y yo a ti, hazme un favor a mí. ¿Si?
poetaparati: Tus deseos son órdenes y tú lo sabes.
estrellademar: lol, pues te ordeno que te pongas el perfume nuevo.
Huele muy bien y me vuelve loca.
poetaparati: mmmmmm, buena idea, cuenta con eso, es más te sorprenderé,
estoy seguro de que te sorprenderé.
estrellademar: Así se habla, te veo allá entonces, bye
poetaparati: tqmsm
estrellademar: muaaaaaaaa
poetaparati: ¿Tú fuiste la que dijo que los besos no se tiran se dan?
estrellademar: Sorry, es que no pude evitarlo, pero te dejo ya para que puedas
venir a mis brazos.
estrellademar: no te has ido y ya te extraño.
poetaparati: No pongas esa carita, Y encontrémonos ya.
estrellademar: Siiiiiiiiiiiiiii,
estrellademar: =-D XOXO
poetaparati: Yesss, te veo allá en breve...
estrellademar: Bye, my love.
...Y terminando de escribir estas últimas palabras apretó el icono que imprimiría la charla que acababa de mantener con “estrella de mar”. Cuando la impresora terminó su labor apagó la computadora. Fue al cuarto dormitorio donde le estrujó el papel en el pecho a su esposo. Comenzó a leerlo y al sentirse descubierto no pudo evitar un gesto de sorpresa. Mismo que se convirtió en una mueca de terror cuando logró enfocar el rostro tranquilo y acompañado de unas manos que sostenían con seguridad el revolver de reglamento que en quince años de policía nunca había tenido que usar a menos que fuese para tiro al blanco. Sólo que ahora el blanco era él. Trató de decir algo, pero ella lo interrumpió diciendo:
— Nunca en los diez años de casados te había hablado tan calmadamente como hoy. La verdad es que no lo esperaba de ti...
— Permíteme explicarte — dijo nervioso.
— No me interrumpas, por favor — respondió ella.
— No es lo que tú crees — musitó vagamente él.
— Te decía. No lo esperaba de ti y no me vengas con pendejases, porque ella describió como nuevo el perfume que te regalé apenas anoche. Sólo quiero que sepas que esto no se quedará así. Si pudieses leer ese papel completo comprenderías de lo que te hablo ¡Qué pena que no será así! Pensé en cortártelo como lo hizo esa mujer de la que hablaron en las noticias, pero para eso tendría que tomarte desprevenido y tal vez hasta lograr que se te parara primero y no tengo tiempo, ( ja, ja, ja), para pequeñeces...
— Perdóname, tú sabes que te amo y que no volverá a suced...
— Si, de eso estoy segura. — interrumpió ella — Siempre tuviste todo de mi. Por falta de sexo no fue; es que ustedes los hombres son incapaces de ser fieles. Jodios bellacos de mierda.
— Pero, ella no significa nada. Tú eres a quien siempre he amad...
—No digas estupideces, siempre te lo advertí. Te aguantaré de todo menos ser
una cabrona...
El tiro salió del oscuro cañón para quedar alojado en la materia gris del hombre. Segura de la potencia del arma y más en un tiro casi a quemarropa salió sin prisa, pero sin pausa. Visitaría un centro comercial donde encontraría frente a una tienda de alquiler de videos a una adversaria que se atrevió profanar el nido que ella con tanto amor y sacrificio cuidaba para sí...