martes, junio 04, 2024

En las letras, desde Puerto Rico: Astrid Guerra, ‘No concibo ser sin expresar mi creatividad. Para eso nací’.

 por Carlos Esteban Cana 





Quien quiera leer poesía puertorriqueña contemporánea que trascienda apariencias y establezca un diálogo franco y fructífero con el ser, en la obra de la poeta Astrid Guerra tiene una de las mejores alternativas.

Autora de ocho poemarios (Peregrina, 2018; Cuéntame, Poeta, 2020; La Bruja, 2021; Fantasías concretas, 2021; AzulVerdoso, 2022; Diarios de la Bruja, Pasillo del Sur Editores 2022; Cofradía, 2023; y Confesiones de La Bruja, Pasillo del Sur Editores 2023), Guerra compartió desde Meta (antes facebook) su libro más reciente, ¿Por qué juegan las muñecas?, de forma gratuita el pasado 26 de mayo.

Peregrina, 2018; Cuéntame, Poeta, 2020; La Bruja, 2021; Fantasías concretas, 2021; AzulVerdoso, 2022; Diarios de la Bruja, Pasillo del Sur Editores 2022; Cofradía, 2023; Confesiones de La Bruja, Pasillo del Sur Editores 2023) y ¿Por qué juegan las muñecas?

Pandemia [de escritor@s] ante el distanciamiento social (2020), editora María Zamparelli
Astrid Guerra nació en el municipio de Mayagüez en 1971. La escritora es una destacada gestora cultural que fue secretaria de la junta del PEN Internacional de Puerto Rico del 2022 al 2024. Fue una de las poetas incluidas por la editora María Zamparelli en la antología Pandemia [de escritor@s] ante el distanciamiento social en el 2020. En ese mismo año fue invitada a participar de la edición número 24 de Radio Piel, programa que reúne a poetas de diferentes países originado desde Argentina. Dos años después, en el 2022, fue entrevistada por el periodista Wilkins Román Samot para la revista cultural Letralia, Tierra de Letras. En el 2023: fue invitada a ser parte de La hija de las Islas (Editorial EDP University), antología dedicada a la poeta Lola Rodríguez de Tió y compilada por Rosario Méndez Peneda; participó en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México, como parte de la delegación del PEN Internacional de Puerto Rico; y el periódico El Nuevo Día publicó el 23 de noviembre su columna El poder de todos acerca del poder de la filantropía.

Astrid Guerra junto a las escritoras incluidas en la antología Las hijas de las Islas, durante La Campechada en San Germán (noviembre, 2023). La hija de las Islas;  dedicada a la poeta Lola Rodríguez de Tió.

Con una amplia formación académica que la llevó de la Universidad de Puerto, Recinto de Río Piedras, a la School of the Art Institute of Chicago, Astrid Guerra tiene además dos décadas de estudio y exploración del budismo zen como parte de su búsqueda espiritual, experiencias que, de una manera u otra, han marcado su poesía. La poeta habilitó en Meta una página de autor titulada Peregrina desde la que se puede acceder a sus poemarios: https://www.facebook.com/poetaencasa

Astrid Guerra estudió en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico

A continuación, en esta edición del boletín aquí en Confesiones, comparto las respuestas que la escritora Astrid Guerra ofreció a mis preguntas.

¿Cómo se dieron los primeros pasos suyos en el universo creativo?

– Yo creo que nací creativa. Mis recuerdos de la niñez son de lápices, crayones, libros de colorear, libretas. Durante mucho tiempo tomé clases de dibujo, diseño y algunas artes gráficas (serigrafía, fotografía), porque estaba convencida de que esa era mi forma de expresar mi creatividad. Escribía cosas, pero luego las descartaba, no las tomaba en serio. Hasta que un día en 2016 tuve un encuentro con el Mar Caribe y nació un poema. Comencé a tomar talleres y no he parado de escribir. Ahora me siento completa.

¿Cuáles fueron los primeros libros, las primeras películas u otras obras de la cultura en general que le inspiraron lo suficiente como para iniciarse en estos caminos artísticos?

– El primer libro que leí sin ser asignado en la escuela fue The Outsiders por S. E. Hinton. Tendría 14 o 15 años. Mi clásico favorito es Pride and Prejudice de Jane Austen y mi libro refugio es El Principito de Antoine de Saint Exupéry. En cuanto a la poesía mis libros de referencia son: Altazor de Vicente Huidobro, por la forma en que experimentó con el lenguaje y con la arquitectura de sus poemas; Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, por lo lírico de su narrativa; y la nuestra, que es tan grande como todas las grandes, Julia de Burgos. Creo que Julia entendió muy bien de qué se trata la poesía, tenía un dominio total de las metáforas y, en general, estaba adelantada a su tiempo. Hacemos bien los puertorriqueños en sentirnos orgullosos de ella. Yo no me canso de leerla.

The Outsiders (1967), by S. E. Hinton, Pride and Prejudice (1813), by Jane Austen, El principito (1943), de Antoine de Saint-Exupéry, Cien años de soledad (1967), de Gabriel García Márquez, Altazor (1931), de Vicente Huidobro y Cien años de soledad (1967), de Gabriel García Márquez.


¿Qué motiva su poesía? ¿Qué le mueve a escribir su prosa, su narrativa?

Las poetas Astrid Guerra y Mairym Cruz Bernal
– Tengo mucha influencia de la poesía confesional, pues mi primera mentora fue Mairym Cruz Bernal, quien trabaja esa vertiente. Así que me nutro de mi experiencia de vida, de lo que observo y siento. Durante los pasados tres años, estuve trabajando mi experiencia de ser mujer, a través de una trilogía de poemarios que se llaman La Bruja, Diarios de La Bruja y Confesiones de La Bruja. El personaje de La Bruja es una metáfora de empoderamiento. Por siglos se asoció a este personaje con la fealdad, la maldad y lo oculto. Pero estudiar me hizo descubrir que el título de Bruja muchas veces fue asignado a mujeres que se salían de la norma o que no llenaban las expectativas de su entorno. También me gusta mucho experimentar con el lenguaje y con la forma de los poemas.

¿Cómo se da en usted ese proceso? ¿Cómo inicia? ¿Hay algún momento ideal para colocarse ante la pantalla o ante la página en blanco? ¿Qué momentos, si algunos, son más propicios para escribir?

– Siempre estoy pensando en mi poesía. Siempre. Siempre hay versos rondando por ahí, hasta que llega el momento en que toman forma. Tengo un diario literario, en el cual escribo todos los días en forma automática, sin juzgar lo que escribo. Estoy todo el tiempo observando, en busca de convertir todo en poesía. Cargo una libreta para ir anotando ideas y también uso la libreta de notas del celular, para esos momentos en los cuales necesito anotar un verso. Luego se olvidan y ¡eso es terrible!

¿Cómo ha logrado llegar a los lectores?

Astrid Guerra en el Poets Passage, Viejo San Juan
– El oficio de escribir es como cualquier otro. Conlleva establecer relaciones con los colegas y con la gente del ambiente, en este caso el literario. Yo he aprovechado las redes sociales para distribuir mi Poesía. Cinco de mis libros están disponibles libre de costo en facebook.com/poetaencasa. Con una inversión mínima se pueden promover dentro y fuera de Puerto Rico. Antes de publicarlos para el mundo los compartí a través de mensajes privados con mis colegas escritores, para que los vean antes que nadie, en señal de respeto y deferencia.


Actualmente, ¿qué está leyendo?

– ¡Poesía! Mucha poesía. Sobre todo, de poetas contemporáneos puertorriqueños. Nuestra literatura es muy rica, diversa y de excelencia.

¿Cómo ve el futuro de la humanidad? ¿Qué le preocupa? ¿Algo de eso se manifiesta en su propia obra?

– A decir verdad, nuestro mundo no está fácil. Hay mucha desigualdad, mucha injusticia. No puedo creer que en pleno siglo XXI todavía haya gente que pierda su libertad o su vida por expresar sus opiniones o su creatividad. Mis libros de La Bruja resultan de mi experiencia de mujer, de tener que enfrentar el discrimen, de tener que reclamar un espacio que debería ser nuestro.

Hay quien dice que escribir sana… ¿tiene ese poder la literatura? ¿Cómo lo ve usted?

– ¡Sí! Aunque el Arte es valioso en sí mismo, ciertamente tiene un gran poder sanador. Mis libros de La Bruja fueron una gran catarsis.

La escritora que usted es hoy… ¿es la misma que publicó primer su libro

– En esencia sí. Pero mi poesía ha ido madurando. Es como todo, mejora con el estudio, la práctica y la persistencia.

Si alguien se le acerca y le pregunta qué es necesario para ser escritora… ¿qué le diría?

En un recital en el Centro Cultural José S. Alegría, Manatí.

– ¡Leer! Leer hasta que te duelan los ojos, hasta que tengas una idea bien clara de la literatura que se produce en tu entorno y sepas cuál es el valor que quieres añadir. Escribir, siempre escribir. Tomar talleres. Uno nace con la inclinación y el talento. Pero eso hay que pulirlo. Editarte. No todo lo que uno escribe es publicable y hay que ser cuidadoso, discernir bien entre lo que es bueno, lo que no, y lo que puede funcionar si se trabaja un poquito más.

¿A qué aspira con sus libros, con su propia obra?

– Expresarme. No concibo ser sin expresar mi creatividad. Para eso nací.

¿Qué le ocupa en estos momentos? ¿Qué proyectos creativos y literarios, si algunos, le ocupan?

– ¡Seguir escribiendo! Luego de tres años inmersa en el tema de La Bruja, me han salido unos poemas muy personales, casi existenciales. Estoy contenta con eso, curiosa sobre mi próxima etapa.

 

La poeta Astrid Guerra entre las escritoras y escritores participantes de Radio Piel 24

 

Para Astrid en 1983, de Astrid en 2018. Me siento decidida, por Astrid Guerra

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