jueves, febrero 29, 2024
miércoles, febrero 28, 2024
En las letras, desde Puerto Rico: Anticipo, invitación y viaje a la poesía
por Carlos Esteban Cana
Este boletín ya había publicado en el 2011 una edición acerca de la vida del poeta, reproducida en el blog Panaceas y Placebos, titulada Homenaje a la buena poesía: enbúsqueda de Fernando Cros. Hoy volvemos hacer lo propio con agrado pues estas reflexiones sobre las páginas de Cayey en torno al escritor conservan su propósito; sirven de anticipo, invitación y viaje a su estética y a su poesía.
Una visita al poeta: Impresiones acerca de la revista Cayey dedicada a Fernando Cros
por Carlos
Esteban Cana*
edición que hoy presentamos, convierte esta nueva edición en una pieza de coleccionista. Este servidor que ha estado involucrado con la producción de publicaciones periódicas desde 1988 no la puede ver de otra manera.
Si observamos la
estructura de la revista Cayey # 97 podemos ver los ángulos medulares en torno
a la obra de Fernando Cros. En primer lugar nos encontramos con una antesala
biográfica conformada, por un lado, por las palabras que el maestro Antonio
Martorell utilizó para evocar al amigo-poeta en la despedida de duelo; y, por
el otro, por ese conmovedor ensayo en el que la educadora, artista plástica y
crítica de arte Deledda Cros, esposa del poeta, testimonia una vida plena de
almas gemelas unidas por el arte y el Amor, Amor, en este caso, con mayúscula;
ambos escritos permiten ver y conocer a ese ser humano llamado Fernando Cros, y
esto es de particular utilidad para quienes no lo conocimos personalmente. Es
como si a través de las reflexiones de Antonio y Deledda, el poeta llegara a
esa antesala para darnos él mismo la bienvenida.
Luego me desplazo
hacia lo que la crítica especializada manifiesta acerca de la obra del poeta.
En esa sala me encuentro con la Catedrática María Teresa Bertelloni, con el
escritor y educador español Antonio Agulló Albert, con el filósofo
puertorriqueño Francisco José Ramos, y con el pensador cubano Pedro Subirats.
Cada uno desde su particular visión arrojan luz acerca de libros medulares de
Fernando Cros: Crónica de un hombre solo; Fragmentos del habla y Aforismos de
la lentitud. Al final el crítico literario Luis de Arrigoitia sintetiza la
sabiduría reflexiva que hay en la poesía desarrollada por el escritor.
Ya en la terraza, y después de la cena, todos los invitados presenciamos un recital de Fernando Cros en su propia voz, porque leer a un poeta es una forma de escucharlo. Es así que degustamos una selección del libro Signos, un cuento titulado Primera historia popular, una reseña suya sobre una novela de Juan José Millas, una entrevista que le cursó en México al escritor colombiano Álvaro Mutis en la década del 80, y también sus reflexiones en torno a una instalación realizada por el artista Carlos Cancio en la Galería Viota, y a la exposición Tradiciones afrocaribeñas: espiritualidad, arte y resistencia presentada en el Centro de Exposiciones Casa Escuté en el 2007.
Pero de esta
visita a la estructura que presenta este número extraordinario de la revista
Cayey, quiero detenerme en la tertulia que ocurre con el escritor en la
biblioteca, es decir en la parte dedicada a las entrevistas. Y de ellas
focalizaré en algunas impresiones que el poeta ofrece sobre su obra. A mi modo
de ver en esos intercambios Fernando Cros se convierte en un Catedrático
excelso de la buena poesía…
***
En entrevista con
Alba Gómez Escudero, el Poeta manifiesta:
La poesía es
sobre todo mucho trabajo. Yo creo en esa labor de reescritura permanente; es
algo que no se acaba nunca o si se acaba es por abandono, cansancio o dejadez.
Uno de los poetas contemporáneos de España, Antonio Gamoneda, tiene esa misma
visión de la reescritura como un acto permanente que yo reivindico para mi
propio trabajo poético. Como nuestras perspectivas cambian, el poema también
puede cambiar. Más que el contenido, lo que busco es un tipo de precisión
melódica; esta no tiene que ver con la rima ni con la métrica, sino con una
forma particular de respiración.
***
En respuesta a
Rosa Luisa Márquez, en el programa 1, 2, 3 probando, reflexiona el Poeta:…
Hay algunos
poemas en los libros que yo he escrito que tienen mayor carga rítmica y que son
más proclives a ser leídos en voz alta. Pero no es una ley o un principio
regulador de mi poesía. Yo lo escribo, y lo escribo cuando no tengo más remedio
porque yo creo lo que decía Gonzalo Rojas de que “los poemas hay que evitar
escribirlos, solamente cuando una idea, un ritmo o una melodía se vuelve
obsesivo y no puedes hacer otra cosa que escribirlo para sacártelo de encima,
pues lo escribes”.
O sea, mi
obsesión no es escribir poemas. Los escribo cuando no me queda otro remedio.
***
Cuando el
escritor José Luis Vega le pregunta acerca de la tensión entre dos contenidos
semánticos, la palabra y el silencio, el Poeta contesta:
Me parece que hay
un hiato entre el mensaje y la recepción, y que, en gran parte, es debido a la
naturaleza de la lengua, a sus características y particularidades
morfosintácticas, al tipo de paradigma que la ha ido conformando
históricamente. Por otro lado, el lenguaje, como todos sabemos, es un conjunto
de símbolos que no retrata sino que señala hacia aquello que origina el
mensaje, pero que, desgraciadamente la lengua solo puede estructurar en
términos lingüísticos, que no son idénticos a las pulsiones, las urgencias, las
reacciones sensoriales y/o bioquímicas que movilizan a un sujeto que dispara
ese reactivo semiótico-literario, desplegando una compleja red de estrategias,
que luchan por abrir una vía de comunicación entre el escritor y el lector.
***
Y concluyo este
florilegio de reflexiones del poeta Fernando Cros con una cita suya que incluyó
Deledda Cros en ¿Existen las almas gemelas?:
“El poeta como el
artista, en tiempos de crisis, indagan mundos alternos que nos sirven como
instrumentos de consolación”.
---
*El autor de esta
presentación es escritor y comunicador puertorriqueño.
domingo, febrero 25, 2024
Certamen “Los libros negros” -El Museo Biblioteca La Casa del Libro
¡Abre certamen “Los libros negros”! El Museo
Biblioteca La Casa del Libro invita a artistas visuales y artistas de libro a
participar de esta iniciativa que busca promover la creación de libros de
artista inspirados en la obra de escritorxs negrxs y afrodescendientes en
Puerto Rico.
Un libro de artista o libro arte es un medio que utiliza la forma y función del
soporte -libro- como punto de inspiración y expresión artística convirtiéndose
en una obra en sí mismo. #LaCasaDelLibro desea fomentar por medio de esta
convocatoria, la investigación de textos de autores negrxs y afrodescendientes
poco explorados en la literatura puertorriqueña y con ello, expandir la
colección de libro arte enfocado en el trabajo de personas negras y afrodescendientes.
“Los libros negros” estará otorgando 7 premios a artistas o colectivas de $500
a $5,000 para las obras seleccionadas por jurado, por favorito del público y
para artistas emergentes, y serán integradas a la colección permanente de
@casadelibropr. Obras premiadas y finalistas serán parte de un catálogo impreso
que celebrará y visibilizará las aportaciones de lxs artistas visuales y
autorxs afrodescendientes.
Para conocer más detalles y someter tu carta
de intención para participar, visita:
https://www.lacasadellibro.org/convocatoria/
Fecha límite para someter la carta de
intención de participación:
28 de febrero
¡Anímate a participar! ¡Comparte esta convocatoria!
#tiznandoelpais #visualidadesyrepresentaciones #puertoricoafro #ArtistasAfro #ArtistasAfroPR
— con Alianza de Museos de Puerto Rico - AMPR e Instituto Interdisciplinario y Multicultural.
sábado, febrero 24, 2024
Aquí, allá y en todas partes: ‘Para que no perezca la sensibilidad humana’, algunas reflexiones de Edgardo Sanabria Santaliz sobre el oficio y algo más
por Carlos Esteban Cana
Edgardo Sanabria Santaliz |
Prohibido
mandarte poemas tristes,
tendré
que enviarte entonces
mi
mudez
porque
la alegría no tiene palabras
mientras
el dolor es
elocuente
como las lágrimas
o la
sangre derramada,
una
risa una sonrisa
son
un discurso pronunciado con los labios
y
con las pequeñas arrugas
en
la esquina de los ojos
y
con la frente clara
y
con la respiración que entra
y
sale por el doble túnel
que
lleva a los pulmones
donde
circunvuelan los suspiros,
me
has dejado sin la posibilidad de hablarte
excepto
cuando el sufrimiento duerme,
que
es una hora al día y con la ayuda de somníferos,
y el
resto del tiempo hago visajes como un mimo de feria
ante
quien se carcajea el público.
jueves, febrero 22, 2024
Aquí, allá y en todas partes: ¿Se acuerda usted de esas lecturas que le marcaron? ¿Esas que le hicieron un lector apasionado?
por Carlos Esteban Cana
Hay libros que llegan en momentos oportunos y adecuados a manos del lector. Esas lecturas resultan inolvidables, se instalan en la memoria para toda la vida. En mi caso, recuerdo el significado que tuvo en mi adolescencia acercarme a “La vuelta al mundo en 80 días” de Julio Verne, algunos relatos del Reader’s Digest como “15 asesinos salvan una vida”, “Carta a un amigo” y “Donde está Dios allí está el amor”, pieza literaria que fue la antesala para adentrarme con pasión a la obra del escritor León Tolstoy.
Carlos Esteban Cana-Foto por Kike Seba |
Después Borges
ocupó su lugar con sus guiños lúdicos y bibliográficos en narraciones híbridas
entre ensayo y cuento… deleite y reto era aquella ecuación. Luego las novelas
de Laguerre, esos episodios nacionales boricuas que pasan revista por algunos
acontecimientos puntuales de nuestra historia; novelas de las cuales “La
resaca”, que narra las aventuras de Dolorito Montojo y que cubre el último
tercio del siglo XIX, es mi favorita.
Así llegaron
después el suspenso de Maupassant, el realismo de Nadine Gordimer o la ciencia
ficción de Philip K. Dick. Capítulo aparte tiene la lectura de cuentos
puertorriqueños. Cada día me devoraba uno. Quien ama el género del cuento
difícilmente puede resistirse a colecciones como “Cuentos para fomentar el
turismo” de Emilio Belaval, “Veinte cuentos y Paisa” de José Luis González, “En
una ciudad llamada San Juan” de René Marqués, “Spiks” de Pedro Juan Soto,
“Panorama” de Emilio Díaz Valcárcel, “En cuerpo de camisa” de Luis Rafael
Sánchez, “Concierto de metal para un recuerdo” de Manuel Ramos Otero,
“Encancaranublado y otros cuentos de naufragio” de Ana Lydia Vega, “El día que
el hombre pisó la luna” de Edgardo Sanabria Santaliz y “Ouroboros” de Antonio
Aguado Charneco. Esa buena adicción al cuento boricua ha resultado una
experiencia única como lector y como escritor.
Años después otro
tipo de libros, la contundencia del “Confieso que he vivido” de Pablo Neruda,
la poesía esencial del español Angel González, el libro “Gracia y Coraje” de
Ken y Treya Wilber. Por supuesto que siempre está presente la obra de Erich
Fromm con libros como “Tener o ser”, “El arte de amar”, o la indagación que de
una u otra forma hace Thomas Merton de la contemplación, particularmente en su
libro “La experiencia interior”. En estos momentos, complementan esa lista
autores como Carlos de León con su “Ontología” o Pablo D’ Ors con “Biografía
del silencio”, entre otros…
Sirva esta
enumeración, a modo de remembranza, de las lecturas que me han marcado como
lector. Ahora le pregunto a usted cuáles han sido sus lecturas inolvidables.
***
Carlos Esteban Cana comenzó su labor como periodista cultural a finales de los 80s en Senderos, revista del pueblo de Cataño dirigida por el escritor Angelo Negrón Falcón. En 1991 conoce al escritor Antonio Aguado Charneco en las Peñas literarias del Hotel El Convento, quien se convertiría en su mentor literario. En ese mismo año conoció a Amílcar Cintrón, Juan Carlos (Quiñones) Fret-Alvira, Rodrigo López Chávez y Joel Villanueva con quienes fundaría la revista y colectivo Taller Literario. A lo largo de la década y tras una segunda serie durante la primera década del nuevo siglo, Taller Literario se convirtió en un importante referente en las letras boricuas. Después y simultáneamente a la presencia y gestión cultural del colectivo, Carlos Esteban Cana se especializó como productor de contenido (mucho antes de que el término se acuñara) de ahí su labor como editor del boletín “En las letras, desde Puerto Rico”, reproducido en diferentes bitácoras como: Confesiones, de Angelo Negrón; Bocetos de una ciudad silente (ahora Silencios de papel), de Ana María Fuster Lavín; y Buscando la luz al final del túnel, de Caronte Campos Eliseos, entre otros. En esa dirección y con el paso de los años Cana ha desarrollado columnas con un perfil muy específico, entre ellas “Breves en la cartografía cultural”, “Aquí, allá y en todas partes”, “Crónicas urbanas” (para Diálogo Digital de la Universidad de Puerto Rico) y colabora en plataformas como "Cultureando en Puerto Rico" y “Servicios de Prensa Cultural”. Gracias a su trabajo para Global Voices (2014-2017), red mundial de periodismo ciudadano, su trabajo se ha traducido a más de 10 idiomas. Cana cuenta con estudios a nivel graduado de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Ha trabajado durante 10 años en canales PBS (WMTJ Canal 40 –1994 al 1999- y WIPR canal 6 –2004 al 2009-). También se ha desempeñado como: coordinador de publicaciones para la Oficina de Comunidades Especiales (1999-2000); Director de Comunicaciones de la V Feria Internacional del Libro de Puerto Rico (2001); Coordinador Editorial y de Actividades de la Oficina de Revistas del Instituto de Cultura Puertorriqueña (2002-2004); Coordinador de Medios de El Sótano 00931 (2003-2008) por invitación del escritor y director de la revista Julio César Pol; Periodista cultural para El Post Antillano (2012-2015); Corrector y Redactor para El Visitante de Puerto Rico (2012-2016); Redactor especializado para Pro Arte Musical (2014-2015); y Crítico de libros para diversos programas de Radio Universidad de Puerto Rico (2011-2016). La obra creativa de Cana está dispersa en periódicos, revistas académicas y en diversas antologías como: De alisios y pamperos (Abrace, 2007); Estancias del sol, Selección de cuentos de Las Antillas Hispánicas (Sociedarte, 2007); Los rostros de la hidra (coedición Isla Negra Editores y Publicaciones Gaviota, 2008); Antología del Certamen Nacional de Poesía José Gautier Benítez (2006-2012); Los nuevos caníbales vol. 3, Antología del Microcuento del Caribe Hispano (Isla Negra Editores, 2015); La era de la brevedad (Editorial Areté Boricua, 2021) y Nos volvimos a pasar/We Crossed Again (Editorial Colibrí, 2023). Carlos Esteban Cana tiene dos libros publicados: su 1ra colección de microcuentos, Universos (Isla Negra Editores, 2012); y una selección de 29 cuadernos de poesía titulada Testamento (Publicaciones Gaviota, 2013). Sus libros Catarsis de maletas (cuentos) y Ya confiesas algo de tu tiempo y el mío (poesías) --que en el mercado español se titula "No os quiero enamorar pero os leo así"-- circularán en las librerías en el 2024. Desde el 2016 su audiolibro "Un poeta en su propia voz" está disponible en la plataforma de contenido en audio Ivoox. De igual manera diversos videos en los que el escritor declama su propia poesía o es entrevistado por diversos medios están disponibles en YouTube. Actualmente Cana se desempeña como Community Manager en Redes Sociales y recién concluyó una Bibliografía a modo de Curriculum Vitae que comprende más de tres décadas de servicio cultural (1989-2023) que hasta la fecha se extiende por 128 páginas.
lunes, febrero 19, 2024
En las letras, desde Puerto Rico: ‘Dar con la letra escondida, contra viento y marea’, entrevista al escritor Aníbal Colón Rosado
por Carlos Esteban Cana-Rivera
Aníbal Colón Rosado es un gigante en las letras boricuas, reconocido en círculos especializados de la cultura puertorriqueña. Con una formación en filosofía, teología y educación que le ha llevado a estudiar en universidades en Roma, Estados Unidos y Puerto Rico, este profesor, escritor y políglota (domina seis idiomas, entre ellos el latín) que nació en Barranquitas ha sido y es como una incansable hormiga laboriosa. Desde que inició su obra en la década del 70 hasta el día de hoy ha publicado 46 libros, entre los que se encuentran El credo del coquí (1979), Crisis de identidad en la educación católica en Puerto Rico (1981), Filosofía de la técnica (1992), El libro de los epitafios (1997) Pensamientos y poemas de un peregrino (2005), Historia de una pasión (2007), Cítara (2014) y Te doy mi palabra (2020). En el 2011, la investigadora Nélida Ramos Torres compiló los escritos que Colón Rosado había publicado en periódicos y revistas a partir de 1965, bajo el título Letras en el tiempo. Por sus ensayos, prosa poética, microcuentos, narrativa y poesía, Aníbal Colón Rosado ha recibido premios y distinciones de instituciones como la Fundación Cultural Hispanoamericana, el Centro Poético de Madrid, la Fundación de las Artes y la Cultura, la Comisión del V Centenario y el Instituto de Cultura Puertorriqueña. Fue director del semanario católico El Visitante de Puerto Rico durante 15 años (1984-1999), presidente de la Universidad Central de Bayamón (2000-2002) y dirige desde 1997 la Editorial Poemar. En 1996 la Universidad Pontificia Católica de Ponce le otorgó un Doctorado Honoris Causa en Periodismo. Recientemente su labor como escritor, intelectual y humanista ha sido destacada por el Catálogo Mundial conocido como WorldCat, un catálogo colectivo que detalla las colecciones de miles de instituciones, utilizado por bibliotecarios, investigadores y público en general. También la red social Meta (antes conocida como Facebook) le reconocía por su rol como creador de contenido a lo que respondió: “Mi apostolado es gratis. Quod gratis receptus, gratis datus. This Latin phrase translates to: ‘What is received freely is given freely.’ It’s a beautiful sentiment that remind us of the reciprocity of kindness and generosity. When we receive something without expecting anything in return, it’s a gift. And when we give freely, we create a cycle of goodwill that enriches our lives and connects us to others. In a world where transactions often involve currency or obligations, this ancient saying serves as a timeless reminder of the value of selflessness. Whether it’s a smile, a helping hand, or a heartfelt gesture, let’s continue to give freely and appreciate the beauty of reciprocity.”
A continuación, En las letras, desde Puerto Rico ofrece a sus lectores la primera de una serie de entrevistas que Aníbal Colón Rosado nos ha concedido a través de los años. Este primer conversatorio inicia haciendo referencia a su libro Filosofía e imaginación, publicado en el año 2013.
Carlos Esteban Cana:
Hablemos brevemente de Filosofía e imaginación, el libro por el que recibió el
reconocimiento del Instituto de Literatura Puertorriqueña…
Aníbal Colón Rosado:
Filosofía e imaginación (2013, 561 pp, 9”x6’) es mi segundo libro de filosofía,
escrito prometido en Historia de una pasión, en el año 2007. El primero,
publicado por la Editorial de la Universidad de Puerto Rico, se titula
Filosofía de la técnica, y versa sobre fenomenología, racionalidad, ética,
maquinismo y cosmovisión artificial en la era tecnológica. Otros ensayos que
merecerían un espacio en las presentes páginas encontraron su cobijo en Letras
en el tiempo: Kafka o el desamparo del hombre, Periodismo y humanismo, Aportes
culturales, Los albores de la universidad.
Filosofia e
imaginación es un libro trotamundos y trotatiempos, no sólo por su contenido,
sino también porque se escribió, revisó, editó y transcribió en varios lugares:
San Juan, Bayamón, Cayey, Barranquitas y Guaynabo, Puerto Rico; New Haven,
Connecticut; Columbia, Maryland; Alemania e Italia. Estos folios, pergeñados
por otro amante de Sofía, se hicieron verbo y se llenaron de palabras en los
ambientes más inverosímiles: automóviles, aviones, trenes, bosques, salas de
espera… Son fruto de un filosofar en el
tonel, como el de Diógenes de Sínode, o en la calle, al aire libre, como el de
los peripatéticos. Y en las veredas forestales —Holzwege—, a la usanza
heideggeriana.
Libro dedicado a los
filósofos de Puerto Rico, tanto nativos como adoptados y transterrados.
Carlos Esteban:
Después de 46 títulos, en los que ha explorado de diversas maneras la
creatividad y la dimensión ontológica del ser, ¿qué le ha permitido la
escritura?
Aníbal: Me invita a
explorar caminos hacia la verdad, la belleza y la bondad. Es una vocación que
permite conocerme mejor, entender a la humanidad y al ser-en-el-tiempo-
y-en-el-espacio. Es decir, a un modo existencial siempre abierto a nuevas
posibilidades fecundas.
Carlos Esteban:
¿Cuáles han sido sus maestros en ese sendero literario y reflexivo? Me refiero
tanto a autores como a personas…
Carlos Esteban: Su
obra destila sin duda el dominio del lenguaje. En Aníbal Colón Rosado la prosa
se vuelve poesía y la poesía tiene instancias prosaicas… ¿Cómo puede lograr
eso?
Aníbal: Ignoro si es
un logro o un modus et usus scribendi. En cuanto al lenguaje y los idiomas,
estos me llevaron al campo de las letras. El tratar de encarnar los poemas en
el curso de la vida cotidiana y en el corazón del drama humano me inclina a inyectar
en ellos sustancias prosaicas. Sin embargo, me parece que predomina la
cosmovisión poética en el pensamiento y en la inspiración, sea en los versos o
en la prosa.
Carlos Esteban: ¿Tiene
el escritor Aníbal Colón Rosado un género literario preferido? Y por qué…
Aníbal: Prefiero la
poesía lírica, al estilo de la antigua escuela. Creo que va más a tono con mi
formación, mis preocupaciones existenciales, mi biografía y carácter. Este
género promueve una honda compenetración con las emociones íntimas y los
sentimientos manifestados por el poeta mediante el ritmo y las imágenes.
Carlos Esteban: En
esta época de tanto adelanto tecnológico y distracción… ¿son necesarios los
escritores?
Aníbal: Quizás más que
nunca. En cierto sentido, somos hijos del siglo y contamos con variados medios
de comunicación social, además de la palabra escrita. Los avances técnicos y la
disipación sistemática podrían desplazar la demanda de quienes se expresan
mediante la tradición de las letras impresas. Aun así, los escritores están en
condiciones de adaptarse a las circunstancias y aprovechar los nuevos
instrumentos en bien de los fines estéticos. Y, por otra parte, impregnar
profundamente los ámbitos tecnológicos con la savia de la sabiduría y la alta
cultura. Siempre existe la esperanza de que un valioso círculo de lectores
cualificados persevere en la fidelidad y devoción de la buena y fructífera
lectura.
Carlos Esteban: A su
entender, ¿qué es más valioso para un escritor: leer o vivir?
lectura tiene sus ventajas y riesgos. Debe darse en el contexto o tejido de la existencia orgánica y real. Por un lado, nutre el intelecto y el espíritu literario; por otro lado, puede amenazar la originalidad y la riqueza del escritor si solo se nutre de la cultura libresca y la imitación servil. El vivir debería incluir el mundo de los escritorios, libreros, bibliotecas, etcétera. Y, a la inversa, el leer remite a la inteligencia para vivir y sobrevivir en una sociedad compleja y enajenante.
Carlos Esteban: ¿Qué
ha sido lo más difícil que ha encontrado en su camino como escritor?
Aníbal: Comencé tarde
y con pobres exigencias propedéuticas y de preceptiva literaria. Resulta difícil abrirse paso si faltan los
recursos económicos, didácticos y todos los auxilios necesarios para emprender
un trabajo de esta naturaleza. No se trata solo de escribir, corregir, editar,
sino también de ilustrar, imprimir, mercadear, divulgar y promover
continuamente el fruto de la pluma. Los compromisos humanos y el esfuerzo por
sobrevivir nos pueden alejar de la palabra. Ahora bien, si cultivamos la vocación,
la inspiración y creamos un ambiente favorable para la creación, no habrá
obstáculo que nos detenga en el empeño de abrazarnos al arte maravilloso y
paradójicamente inefable.
Carlos Esteban: En
estos momentos, ¿se ocupa de un nuevo proyecto literario?
Carlos Esteban: De los libros que usted ha creado, ¿cuál es su favorito? Y por qué…
Carlos Esteban: ¿No es
tiempo de que los lectores de Aníbal Colón Rosado/Aníbal Colón de La Vega
reciban ‘la antología’, una que reúna lo que el autor estima que es lo más
representativo de su obra?
Aníbal: Aunque he
publicado algunas colecciones poéticas en torno a ciertos temas, todavía me
falta una antología general que recoja los mejores poemas de mi carrera
literaria. En cuanto a la obra en prosa, resulta más difícil pues los libros
son voluminosos y heterogéneos.
Carlos Esteban Cana:
¿Qué consejo podría ofrecerles a los jóvenes escritores? A los que inician ese
camino que usted ha transitado con gallardía, discreción y belleza…
Aníbal Colón Rosado:
Las respuestas anteriores contienen algunos consejos. Nos criamos en tiempos y
ambientes culturales diferentes, con sus ventajas y desventajas. Las nuevas generaciones cuentan con medios
técnicos que facilitan, de algún modo, el trabajo: información instantánea,
investigación, métodos, oportunidades para publicar sin descuidar otros
aspectos de la vocación literaria. Un reconocido autor afirmó que, si alguien
decidía dedicarse a las letras, que lo hiciera como los grandes; de otra
manera, se moriría de hambre. Ciertamente, jamás me considero parte del círculo
laureado; me ha ido modestamente bien, y hasta ahora no he sufrido de
inanición. A persistir, perfeccionarse y dar con la letra escondida, pues,
contra viento y marea.
domingo, febrero 18, 2024
Noche de poesía en Santurce
Leen: Carlos A. Colón Ruiz, Jannelys Malavé Rodríguez, Lara I. López de Jesús y Gaddiel F. Ruiz Rivera.
sábado, febrero 17, 2024
En las letras, desde Puerto Rico: La poesía religiosa a través del tiempo
Por Carlos Esteban Cana
Y cuando hablamos de este tipo de poesía muchos remiten su memoria a los poemas de San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Jesús. Pero el océano que impulsa esa textura poética es más amplio y trasciende la época de tales escritores místicos. Esa experiencia creativa, muchas veces labrada en el silencio, tiene presencia milenaria; no se detiene a través de los siglos. Y en diferentes momentos, en épocas disímiles unas con otras, ha dado destellos singulares bajo otras etiquetas como poesía confesional, poesía humanística o poesía sacra, según la nomenclatura adecuada para el estudioso de turno.
Por lo anterior hemos encontrado páginas memorables que trascienden la inmediatez del tiempo en poesías de José Luis Martín Descalzo, Pedro Casaldáliga, Jesús Tomé o Ernesto Cardenal. Y no es extraño que así suceda pues estos poetas fueron sacerdotes o estuvieron vinculados en su formación a órdenes y congregaciones religiosas. Y, de igual manera, el espíritu creativo secular, ha dado espacio y lugar a cierta búsqueda ontológica a través de imágenes vinculadas a fuerzas y energías trascendentes. Eso lo podemos encontrar en poetas como Juan Ramón Jiménez, Amado Nervo, Rabindranat Tagore, León Felipe, José Hierro y Gonzalo Rojas, por mencionar solo algunos. Todos ellos han dejado poemas sublimes que conmueven a lectores sedientos de esa indagación íntima y metafísica.
Aquí en Puerto Rico tenemos, en poetas de todas las generaciones, muestra de ese diálogo continuo con lo sagrado y lo espiritual. Luis Lloréns Torres, José P. H. Hernández, Luis Palés Matos, Francisco Lluch Mora, Félix Franco Oppenheimer, Evaristo Ribera Chevremont, Manuel Juglar Cacho son algunos poetas nacidos durante la primera parte del siglo XX que indagan, de una u otra forma, eso que gravita lo trascendente. La apoteosis poética la encontramos, sin duda, en la obra de Francisco Matos Paoli. Basta con mencionar algunos títulos de su vasta bibliografía para tener una idea de su renovada búsqueda a través de su fe católica: Decimario de la Virgen, Hacia el hondo vuelo, La caída del ángel, Así mi hermano Francisco de Asís y El cerco de Dios, entre otros.
En esa misma dirección, en generaciones de escritores más recientes que hacen su obra después de los años 70, podemos mencionar a poetas como Manuel de la Puebla, Jaime Marcano y Ángel Darío Carrero.
Dice Juan Carlos Rodríguez en su ensayo Dios
en la poesía española del siglo XXI: “Examinar la conducta del homo religiosus, como ya apuntó
Mircea Eliade, supone contemplar el compromiso del hombre con lo absoluto. En cierto modo, ese es el poeta”. Y
hacia esa mirada contemplativa propia del poeta dirigimos nuestros pasos a
través de un breve florilegio de poemas y versos de escritores que, de una u
otra forma, han estado vinculados a Puerto Rico.
de Manuel de la Puebla
TODO
de toda la belleza
que se vive
en un pacto de
amor, en el milagro
que transforma la
noche y la distancia.
Por ti fue el UNIVERSO,
EL FUEGO DE LA
ESTRELLA Y SU MIRADA,
semejantes al pan.
El
sueño, con sus altos
palomares.
la alegría, en su
mar; las barcas
a punto de partir,
y el cielo
como un dios
cotidiano
sentado a nuestra
mesa.
Por ti la historia
ÍGNEA sobre el pétalo,
el eco de los
ASTROS, el gemido
puerperal de la
tierra
con su ciclo de
miedos y alegrías.
Todo, por ti,
reunido y acabado.
***
de Ángel Darío Carrero
Señor,
tú hablas
y yo lo convierto en
palabra.
Mi poema
es una traición
que se repite,
un plagio
desvergonzado
al que doy mi firma.
Señor,
tú callas
y yo amo las palabras.
***
de Jaime Marcano
El soneto que sueña nuestro amor
El soneto que sueña
nuestro amor
la Gracia lo soñó
en mirada bella,
al concebir la lumbre de una estrella
en el
fuego sublime de la flor.
Soneto que escribió
con tierna mano
el Espíritu Santo
en el misterio
de la noche.
Criatura del salterio
del nocturno
silencio de lo arcano.
Novia mía del campo
en primavera,
busca desnuda en
caminar profundo
esa eterna canción
enternecida.
Está en tu corazón,
en la ribera
del mar, desde el
principio de este mundo,
como un lirio en el
alba de la vida...
***
de Hugo Mujica
Desde donde partí
al final,
cuando me encuentre sobre un andén
de trenes que no paran,
de viajeros
que miran sin decirme adiós
con las
manos
habré llegado
hasta donde siempre estuve;
al niño descalzo que
contempla la lejanía
temblando en la playa
al borde de la vida
a la urna de la espera.
al final, cuando la
desnudez
sea otra vez inicio
pido morir como mueren los mendigos:
meciendo la soledad del mundo
en el hueco
de la mano.
de Jesús Tomé
De
todo lo que fue nada se pierde
del
seno de lo eterno que se oculta
viene
a la viva luz de lo visible,
y
regresa a lo eterno de su origen.
Lo
que existió y ha de existir
por
siempre jamás, por un momento
se
hizo tiempo en el tiempo declinable;
pero
será por siempre lo que ha sido.
Y
yo seré por siempre, reintegrado
con
todo lo que escapa del recuerdo,
con
todo lo que amé, con lo invertido
en
sueños, esperanzas y deseos.
Todo
me espera allí. Cuando regrese,
seré
lo que ahora soy, lo que ya he sido.