Yolanda Arroyo tuvo la gentileza de regalarme este ratito en su espacio. Mismo que reproduzco junto a los comentarios que algunos de sus asiduos me obsequiaron en esa ocasión. A Yolanda, a ellos y a ustedes; ¡Muchas gracias!
Serie de opiniones sobre el Arte de escribir
Por Yolanda Arroyo Pizarro
Publicado en Boreales el sábado 25 de noviembre de 2006 a las 6:08 PM
Al Nóbel de Literatura, Orhan Pamuk, le han preguntado “¿Por qué escribes?”
Contesta él, que más bien, la pregunta debe ir por aquello de “para quién se escribe”, y añade:
“Los lectores de literatura de hoy esperan el nuevo libro de García Márquez, de J. M. Coetzee o de Paul Auster del mismo modo que sus predecesores esperaban la nueva novela de Dickens -como si fuesen las noticias de última hora. La lectoría mundial de novelistas literarios como éstos es mucho mayor que la lectoría que sus libros pueden alcanzar en sus países de origen. Los escritores escriben para su lector ideal, para sus seres queridos, para ellos mismos o para nadie. Todo esto es cierto. Pero es igualmente cierto que los escritores de literatura de hoy, también escriben para aquellos que los leen.”
A mis colegas escribientes les he hecho preguntas similares. En el caso de hoy, el gran Angelo Negrón, escritor publicado en la revista y colectivo Taller Literario, y poseedor de varios libros ineditos, ha contestado para mi insistente curiosidad esas tres preguntas que llevo haciéndole a mi grupo de literatos favoritos.
Las tres preguntas son:
1. ¿Por qué escribes?
2. ¿Qué papel juega la imaginación en la tarea y en la vida de un escritor?
3. ¿Se le pueden agotar los temas a un escritor?
Estas son las respuestas que muy amablemente don Angelo nos ha ofrecido:
1. ¿Por qué escribes?
Escribo porque si, porque me da la gana. Porque desde niño esa fue la manera que encontré de fugarme a un mundo mío donde no estaba el verdadero yo. Cuando voy juntando palabras con la única manía de llevarlas a un final, casi siempre predeterminado, los orgasmos de esta psicosis son tales que tengo que detenerme a disfrutar lo placentero que es leerme a mi mismo en la simbiótica forma de un desconocido. Que conste; no hablo desde mi forma ego centrista, (que si existe de forma sobresaliente y desarrollada en mí), esta vez platico desde la realidad que me acomete cada vez que al pasar los días leo algo que escribí y me pregunto quien era yo cuando junté tales palabras. Y es que escribir me aliviana el ser, me trastoca el alma enviándola a pasear con seres que desean ser tan protagonistas como yo de alguna hoja en blanco.
Algunos dicen que escribo bien, otros que me falta academia; a todos les digo que en el momento en que estoy frente a frente con una idea me abalanzo sobre ella. A veces la tomo por el cuello y la estrujo hasta matarla, otras, las más, las acaricio y les hago el amor con dulzura. En ambas ocasiones simplemente nace lo que tengo que decir y decirme. Tal como he descrito más de una vez:“De seguro en el zafacón de los grandes escritores está la mitad de su obra más prodigiosa pues, aunque les salió del corazón, no era lo que dictaba el editor o lo que exigía, según ellos, su público lector. En mis líneas no existe nada estilizado. En realidad las palabras que tengo que decir salen del alma y las plasmo tal como son: sueños, pesadillas y desgracias. Que me perdonen pues los eruditos en las letras, los sabios en literatura; es que tal como me nombró alguna vez mi gran amigo y escritor Antonio Aguado Charneco; yo sólo soy un adicto de la palabra escrita...
”Si. Eso lo resume. Soy un tecato de la palabra escrita y ese es un vicio del que no quiero salir.
2. ¿Qué papel juega la imaginación en la tarea y en la vida de un escritor?
Algunos le llamamos musa, otros le decimos lado creativo, pero todos titulamos imaginación a la parte trascendental que en un sinnúmero de explosiones dieron vuelta al tornillo, o a la tuerca, para lograr de forma frenética crear el microcosmos que representa juntar palabras para contar o expresar algo. Siempre he dicho que todos tenemos la capacidad de escribir la diferencia esta en querer hacerlo. Un ejemplo de esto es el siguiente: dos personas ven caerse un vaso de cristal al suelo. Uno lo vera hacerse añicos y seguirá su camino sin inmutarse. Otro en cambio, tratara de describir las vueltas que dio el vaso antes de caer. El sonido al hacerse añicos y la historia detrás de la persona que lo dejó caer, de la persona que recogió los pedazos o de algún presente que contempló la escena. Algo así como cortarse un dedo y que la sangre le traiga recuerdos al protagonista de la historia de aquella puñalada que recibió, que dio en el pasado o (en términos más idílicos) la vez que lloró lágrimas de sangre por un desamor. En fin, miles de historias podría salir de un suceso fortuito; todo dependerá de nuestras ganas de escribir y de utilizar nuestra imaginación como nos plazca. La imaginación es infinita; no sólo para quien escribe sino también para quien lee.
3. ¿Se le pueden agotar los temas a un escritor? ¿Por qué?
Definitivamente NO se agotan los temas. Muchas veces podemos apasionarnos por alguno, es algo que me ha pasado y me seguirá pasando. Mi primer pensamiento cuando me sucede tal cosa es: No escribiré eso, ya he garabateado sobre el tema. Pero pasan minutos, horas o días y ese final que da vueltas en mi cerebro se siente incompleto. Quiere tener cuerpo, alma y lector.
Si; algún leyente que descifre la maraña de ideas, que las sienta inconclusas para que les de su propio sabor al asunto. Y dejo de pensar en ellos, en los lectores, y pienso en mí porque pueden ser tantos leyentes, o tan pocos, que ese tema redundante en mí será para ellos, tal vez, uno singular. Con la fotografía me pasa exactamente igual; me lleva a lugares similares a los que me llevan las letras. Cuando pulso el botón de la cámara, tal como cuando escribo o leo, se paraliza un instante de mi vida, pero se nacen escenas interminables.
Angelo Negrón ha sido lo suficientemente amable como para cederme parte de su trabajo. Aquí reproduzco el escrito Amanecer en ti, publicado originalmente en su blog Confesiones. Que lo disfruten.
Ver la primera parte de esta serie aquí.
3 comments
Pienso que el que tiene vocacion para hacer algo...escribir...no le pesa hacerlo. Algunos tienen talento, pero no vocacion. Esto ocurre en todos las profesiones o actividades que como humanos hacemos. Escribir es una accion prominente de la imaginacion, de ideas. Algunos tenemos muchas ideas,pero no sabemos como ejecutar. Escribir le da ejecucion a las ideas, a la imaginacion. Admiro los seres que tienen talento y voluntad para compatir con los demas sentimientos, imaginacion, ideas, creatividad y suenos. Bendigo las manos que son duenas de la accion de escribir y la mente prodigiosa con la que se entrelazan y se juntan las pocas palabras que conocemos.Felicito a Yolanda por ser tan asertiva con el ejercicio de las tres preguntas.Felicito a Angelo por dejarnos conocer su corazon a traves de sus escritos. Por permitirnos saborear su imaginacion infinita y la dulzura que tienen sus palabras cuando las acomoda todas juntas. Un hombre que da desde lo mas profundo de su corazon/imaginacion, sin esperar nada a cambio...como en las santas escrituras. Seamos pilares, dejemos simientos fuertemente levantados para que nuestras futuras generaciones no se pierdan en el juego electronico de una vida sin literatura.Hasta pronto amigos.
Posted by Anonymous noviembre 26, 2006 10:26 PM
Yo tambien me uno a las felicitaciones. Es importante el fomento de estos asuntos.
Posted by De Mexico noviembre 27, 2006 9:03 AM
A veces me creo en un mundo paralelo donde sólo se lee publicidad, el precio en el súper. Pero oh tecatería de la palabra, cuántos destellos en tu nombre!Me encantaron las respuestas. Escriban, escriban, vivan y entreguen sus mundos! Cada cual en lo que ama y es reflejo genuino de sí. Es su petróleo, su oro y su agua, pero ante todo nuestra esperanza.Alegrías del alma!
Posted by Ana noviembre 28, 2006 10:17 PM
2 comentarios:
Que tu adicción a la palabra te acompañe por siempre más allá de esta existencia!!!!!!!!!!
Visita mi blog, tu escrito está publicado.
un abrazo
Por tu visita, tu comentario y por tu disponibilidad para exponernos en el quehacer de las letras y la motivación que siempre nos brindas para continuar dibujando historias: ¡Muchas Gracias!
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