sábado, febrero 17, 2024

En las letras, desde Puerto Rico: La poesía religiosa a través del tiempo

 Por Carlos Esteban Cana


¿Qué hace a la poesía religiosa tener un espacio importante entre escritores y lectores? Será que más allá de la etiqueta que ciertos críticos suelen colocar, con términos y conceptos asociados a lo espiritual, subyace en la poesía esa búsqueda esencial de sentido mediante el encuentro del hablante lírico con eso que intentan apalabrar y que para algunos es Dios. Así encontramos que una serie de poetas, con las herramientas propias del artefacto poético y la metáfora, muestran de forma continua y constante ese camino. 

Y cuando hablamos de este tipo de poesía muchos remiten su memoria a los poemas de San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Jesús. Pero el océano que impulsa esa textura poética es más amplio y trasciende la época de tales escritores místicos. Esa experiencia creativa, muchas veces labrada en el silencio, tiene presencia milenaria; no se detiene a través de los siglos. Y en diferentes momentos, en épocas disímiles unas con otras, ha dado destellos singulares bajo otras etiquetas como poesía confesional, poesía humanística o poesía sacra, según la nomenclatura adecuada para el estudioso de turno. 





Por lo anterior hemos encontrado páginas memorables que trascienden la inmediatez del tiempo en poesías de José Luis Martín Descalzo, Pedro Casaldáliga, Jesús Tomé o Ernesto Cardenal. Y no es extraño que así suceda pues estos poetas fueron sacerdotes o estuvieron vinculados en su formación a órdenes y congregaciones religiosas. Y, de igual manera, el espíritu creativo secular, ha dado espacio y lugar a cierta búsqueda ontológica a través de imágenes vinculadas a fuerzas y energías trascendentes. Eso lo podemos encontrar en poetas como Juan Ramón Jiménez, Amado Nervo, Rabindranat Tagore, León Felipe, José Hierro y Gonzalo Rojas, por mencionar solo algunos. Todos ellos han dejado poemas sublimes que conmueven a lectores sedientos de esa indagación íntima y metafísica. 




Aquí en Puerto Rico tenemos, en poetas de todas las generaciones, muestra de ese diálogo continuo con lo sagrado y lo espiritual. Luis Lloréns Torres, José P. H. Hernández, Luis Palés Matos, Francisco Lluch Mora, Félix Franco Oppenheimer, Evaristo Ribera Chevremont, Manuel Juglar Cacho son algunos poetas nacidos durante la primera parte del siglo XX que indagan, de una u otra forma, eso que gravita lo trascendente. La apoteosis poética la encontramos, sin duda, en la obra de Francisco Matos Paoli. Basta con mencionar algunos títulos de su vasta bibliografía para tener una idea de su renovada búsqueda a través de su fe católica: Decimario de la Virgen, Hacia el hondo vuelo, La caída del ángel, Así mi hermano Francisco de Asís y El cerco de Dios, entre otros.  















En esa misma dirección, en generaciones de escritores más recientes que hacen su obra después de los años 70, podemos mencionar a poetas como Manuel de la Puebla, Jaime Marcano y Ángel Darío Carrero. 



Dice Juan Carlos Rodríguez en su ensayo Dios en la poesía española del siglo XXI: “Examinar la conducta del homo religiosus, como ya apuntó Mircea Eliade, supone contemplar el compromiso del hombre con lo absoluto. En cierto modo, ese es el poeta”. Y hacia esa mirada contemplativa propia del poeta dirigimos nuestros pasos a través de un breve florilegio de poemas y versos de escritores que, de una u otra forma, han estado vinculados a Puerto Rico.

 

de Manuel de la Puebla

 TODO


 Yo sé la LUZ, la hora, el fundamento

de toda la belleza que se vive

en un pacto de amor, en el milagro

que transforma la noche y la distancia.

 

Por ti fue el UNIVERSO,

EL FUEGO DE LA ESTRELLA Y SU MIRADA,

semejantes al pan.

El sueño, con sus altos palomares.

la alegría, en su mar; las barcas

a punto de partir, y el cielo

como un dios cotidiano

sentado a nuestra mesa.

 

Por ti la historia ÍGNEA sobre el pétalo,

el eco de los ASTROS, el gemido

puerperal de la tierra

con su ciclo de miedos y alegrías.

 

Todo, por ti, reunido y acabado.

 

***

 

de Ángel Darío Carrero

 

Señor,

tú hablas

y yo lo convierto en palabra.

 

Mi poema

es una traición

que se repite,

un plagio desvergonzado

al que doy mi firma.

 

Señor,

tú callas

y yo amo las palabras.

 

***

 

de Jaime Marcano

 

El soneto que sueña nuestro amor

 

El soneto que sueña nuestro amor

la Gracia lo soñó en mirada bella,

al concebir la lumbre de una estrella

en el fuego sublime de la flor.

 

Soneto que escribió con tierna mano

el Espíritu Santo en el misterio

de la noche. Criatura del salterio

del nocturno silencio de lo arcano.

 

Novia mía del campo en primavera,

busca desnuda en caminar profundo

esa eterna canción enternecida.

 

Está en tu corazón, en la ribera

del mar, desde el principio de este mundo,

como un lirio en el alba de la vida...

 

***

de Hugo Mujica

Desde donde partí

al final,
cuando me encuentre sobre un andén
de trenes que no paran,
de viajeros
que miran sin decirme adiós
                                         con las manos 

habré llegado 
hasta donde siempre estuve; 

al niño descalzo que contempla la lejanía
temblando en la playa

al borde de la vida
a la urna de la espera. 

al final, cuando la desnudez
sea otra vez inicio
pido morir como mueren los mendigos:
meciendo la soledad del mundo
                                         en el hueco de la mano. 

 

de Jesús Tomé

 

De todo lo que fue nada se pierde

del seno de lo eterno que se oculta

viene a la viva luz de lo visible,

y regresa a lo eterno de su origen.

 

Lo que existió y ha de existir

por siempre jamás, por un momento

se hizo tiempo en el tiempo declinable;

pero será por siempre lo que ha sido.

 

Y yo seré por siempre, reintegrado

con todo lo que escapa del recuerdo,

con todo lo que amé, con lo invertido

 

en sueños, esperanzas y deseos.

Todo me espera allí. Cuando regrese,

seré lo que ahora soy, lo que ya he sido.

 

 ***


Carlos Esteban Ca
na comenzó su labor como periodista cultural a finales de los 80s en Senderos, revista del pueblo de Cataño dirigida por el escritor Angelo Negrón Falcón. En 1991 conoce al escritor Antonio Aguado Charneco en las Peñas literarias del Hotel El Convento, quien se convertiría en su mentor literario. En ese mismo año conoció a Amílcar Cintrón, Juan Carlos (Quiñones) Fret-Alvira, Rodrigo López Chávez y Joel Villanueva con quienes fundaría la revista y colectivo Taller Literario. A lo largo de la década y tras una segunda serie durante la primera década del nuevo siglo, Taller Literario se convirtió en un importante referente en las letras boricuas. Después y simultáneamente a la presencia y gestión cultural del colectivo, Carlos Esteban Cana se especializó como productor de contenido (mucho antes de que el término se acuñara) de ahí su labor como editor del boletín “En las letras, desde Puerto Rico”, reproducido en diferentes bitácoras como: Confesiones, de Angelo Negrón; Bocetos de una ciudad silente (ahora Silencios de papel), de Ana María Fuster Lavín; y Buscando la luz al final del túnel, de Caronte Campos Eliseos, entre otros. En esa dirección y con el paso de los años Cana ha desarrollado columnas con un perfil muy específico, entre ellas “Breves en la cartografía cultural”, “Aquí, allá y en todas partes”, “Crónicas urbanas” (para Diálogo Digital de la Universidad de Puerto Rico) y colabora en plataformas como "Cultureando en Puerto Rico" y “Servicios de Prensa Cultural”. Gracias a su trabajo para Global Voices (2014-2017), red mundial de periodismo ciudadano, su trabajo se ha traducido a más de 10 idiomas. Cana cuenta con estudios a nivel graduado de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Ha trabajado durante 10 años en canales PBS (WMTJ Canal 40 –1994 al 1999- y WIPR canal 6 –2004 al 2009-). También se ha desempeñado como: coordinador de publicaciones para la Oficina de Comunidades Especiales (1999-2000); Director de Comunicaciones de la V Feria Internacional del Libro de Puerto Rico (2001); Coordinador Editorial y de Actividades de la Oficina de Revistas del Instituto de Cultura Puertorriqueña (2002-2004); Coordinador de Medios de El Sótano 00931 (2003-2008) por invitación del escritor y director de la revista Julio César Pol; Periodista cultural para El Post Antillano (2012-2015); Corrector y Redactor para El Visitante de Puerto Rico (2012-2016); Redactor especializado para Pro Arte Musical (2014-2015); y Crítico de libros para diversos programas de Radio Universidad de Puerto Rico (2011-2016). La obra creativa de Cana está dispersa en periódicos, revistas académicas y en diversas antologías como: De alisios y pamperos (Abrace, 2007); Estancias del sol, Selección de cuentos de Las Antillas Hispánicas (Sociedarte, 2007); Los rostros de la hidra (coedición Isla Negra Editores y Publicaciones Gaviota, 2008); Antología del Certamen Nacional de Poesía José Gautier Benítez (2006-2012); Los nuevos caníbales vol. 3, Antología del Microcuento del Caribe Hispano (Isla Negra Editores, 2015); La era de la brevedad (Editorial Areté Boricua, 2021) y Nos volvimos a pasar/We Crossed Again (Editorial Colibrí, 2023). Carlos Esteban Cana tiene dos libros publicados: su 1ra colección de microcuentos, Universos (Isla Negra Editores, 2012); y una selección de 29 cuadernos de poesía titulada Testamento (Publicaciones Gaviota, 2013). Sus libros Catarsis de maletas (cuentos) y Ya confiesas algo de tu tiempo y el mío (poesías) --que en el mercado español se titula "No os quiero enamorar pero os leo así"-- circularán en las librerías en el 2024. Desde el 2016 su audiolibro "Un poeta en su propia voz" está disponible en la plataforma de contenido en audio Ivoox. De igual manera diversos videos en los que el escritor declama su propia poesía o es entrevistado por diversos medios están disponibles en YouTube. Actualmente Cana se desempeña como Community Manager en Redes Sociales y recién concluyó una Bibliografía a modo de Curriculum Vitae que comprende más de tres décadas de servicio cultural (1989-2023) que hasta la fecha se extiende por 128 páginas.

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