lunes, febrero 19, 2024

En las letras, desde Puerto Rico: ‘Dar con la letra escondida, contra viento y marea’, entrevista al escritor Aníbal Colón Rosado

por Carlos Esteban Cana-Rivera


Aníbal Colón Rosado es un gigante en las letras boricuas, reconocido en círculos especializados de la cultura puertorriqueña. Con una formación en filosofía, teología y educación que le ha llevado a estudiar en universidades en Roma, Estados Unidos y Puerto Rico, este profesor, escritor y políglota (domina seis idiomas, entre ellos el latín) que nació en Barranquitas ha sido y es como una incansable hormiga laboriosa. Desde que inició su obra en la década del 70 hasta el día de hoy ha publicado 46 libros, entre los que se encuentran El credo del coquí (1979), Crisis de identidad en la educación católica en Puerto Rico (1981), Filosofía de la técnica (1992), El libro de los epitafios (1997) Pensamientos y poemas de un peregrino (2005), Historia de una pasión (2007), Cítara (2014) y Te doy mi palabra (2020). En el 2011, la investigadora Nélida Ramos Torres compiló los escritos que Colón Rosado había publicado en periódicos y revistas a partir de 1965, bajo el título Letras en el tiempo. Por sus ensayos, prosa poética, microcuentos, narrativa y poesía, Aníbal Colón Rosado ha recibido premios y distinciones de instituciones como la Fundación Cultural Hispanoamericana, el Centro Poético de Madrid, la Fundación de las Artes y la Cultura, la Comisión del V Centenario y el Instituto de Cultura Puertorriqueña. Fue director del semanario católico El Visitante de Puerto Rico durante 15 años (1984-1999), presidente de la Universidad Central de Bayamón (2000-2002) y dirige desde 1997 la Editorial Poemar. En 1996 la Universidad Pontificia Católica de Ponce le otorgó un Doctorado Honoris Causa en Periodismo. Recientemente su labor como escritor, intelectual y humanista ha sido destacada por el Catálogo Mundial conocido como WorldCat, un catálogo colectivo que detalla las colecciones de miles de instituciones, utilizado por bibliotecarios, investigadores y público en general. También la red social Meta (antes conocida como Facebook) le reconocía por su rol como creador de contenido a lo que respondió: “Mi apostolado es gratis. Quod gratis receptus, gratis datus. This Latin phrase translates to: ‘What is received freely is given freely.’ It’s a beautiful sentiment that remind us of the reciprocity of kindness and generosity. When we receive something without expecting anything in return, it’s a gift. And when we give freely, we create a cycle of goodwill that enriches our lives and connects us to others. In a world where transactions often involve currency or obligations, this ancient saying serves as a timeless reminder of the value of selflessness. Whether it’s a smile, a helping hand, or a heartfelt gesture, let’s continue to give freely and appreciate the beauty of reciprocity.”











A continuación, En las letras, desde Puerto Rico ofrece a sus lectores la primera de una serie de entrevistas que Aníbal Colón Rosado nos ha concedido a través de los años. Este primer conversatorio inicia haciendo referencia a su libro Filosofía e imaginación, publicado en el año 2013.

Carlos Esteban Cana: Hablemos brevemente de Filosofía e imaginación, el libro por el que recibió el reconocimiento del Instituto de Literatura Puertorriqueña…

Aníbal Colón Rosado: Filosofía e imaginación (2013, 561 pp, 9”x6’) es mi segundo libro de filosofía,
escrito prometido en Historia de una pasión, en el año 2007. El primero, publicado por la Editorial de la Universidad de Puerto Rico, se titula Filosofía de la técnica, y versa sobre fenomenología, racionalidad, ética, maquinismo y cosmovisión artificial en la era tecnológica. Otros ensayos que merecerían un espacio en las presentes páginas encontraron su cobijo en Letras en el tiempo: Kafka o el desamparo del hombre, Periodismo y humanismo, Aportes culturales, Los albores de la universidad. 

Filosofía e imaginación contiene mayormente diversos escritos filosóficos que tratan sobre la imaginación en Descartes, el platonismo sexual de Weininger, el psicologismo crítico y el ateísmo en Jung, la muerte de Dios en Kierkegaard, Nietzsche y otros, Hume y su tormentoso amor por Sofía, el logos en Heidegger, la scientia naturalis en Tomás de Aquino, entre la ciencia y la filosofía propuestas de I. Kant y J.H. Van’t Hoff; los universales en Abelardo y Long, la sustancia en Aristóteles y Santo Tomás, la universidad y la solidaridad, la religión y el estado, la educación y la inculturación.  Cuando se combinan filosofía e imaginación, puede resultar en una carga luminosa, cuyos chispazos o fuegos fatuos tocan las fibras de los saberes y menesteres, incluso de quienes están de regreso de la nada y a ella parecen dirigirse. 

Filosofia e imaginación es un libro trotamundos y trotatiempos, no sólo por su contenido, sino también porque se escribió, revisó, editó y transcribió en varios lugares: San Juan, Bayamón, Cayey, Barranquitas y Guaynabo, Puerto Rico; New Haven, Connecticut; Columbia, Maryland; Alemania e Italia. Estos folios, pergeñados por otro amante de Sofía, se hicieron verbo y se llenaron de palabras en los ambientes más inverosímiles: automóviles, aviones, trenes, bosques, salas de espera…  Son fruto de un filosofar en el tonel, como el de Diógenes de Sínode, o en la calle, al aire libre, como el de los peripatéticos. Y en las veredas forestales —Holzwege—, a la usanza heideggeriana.

Libro dedicado a los filósofos de Puerto Rico, tanto nativos como adoptados y transterrados.

Carlos Esteban: Después de 46 títulos, en los que ha explorado de diversas maneras la creatividad y la dimensión ontológica del ser, ¿qué le ha permitido la escritura?

Aníbal: Me invita a explorar caminos hacia la verdad, la belleza y la bondad. Es una vocación que permite conocerme mejor, entender a la humanidad y al ser-en-el-tiempo- y-en-el-espacio. Es decir, a un modo existencial siempre abierto a nuevas posibilidades fecundas.

Carlos Esteban: ¿Cuáles han sido sus maestros en ese sendero literario y reflexivo? Me refiero tanto a autores como a personas…

Aníbal: Mi educación responde a diversas fuentes filosóficas, literarias y teológicas, amén de aportes procedentes de las ciencias naturales y las bellas artes. Recuerdo y agradezco a mis maestros y formadores de la escuela, las universidades y del seminario. Los nombres aparecen en los libros Filosofía e imaginación e Historia de una pasión. La lista de autores es larga. He aquí una muestra: Agustín de Hipona, Tomás de Aquino, los escolásticos y las Sagradas Escrituras, Aristóteles y el pensamiento griego, Descartes, Hume y los ingleses, Kant y los alemanes, Kierkegaard, Nietzsche, Bergson, Heidegger, Sartre y los existencialistas, Unamuno, literatura del Siglo de oro español, escritores latinoamericanos, Hemingway y contemporáneos norteamericanos, literatos de otras culturas…

Carlos Esteban: Su obra destila sin duda el dominio del lenguaje. En Aníbal Colón Rosado la prosa se vuelve poesía y la poesía tiene instancias prosaicas… ¿Cómo puede lograr eso?

Aníbal: Ignoro si es un logro o un modus et usus scribendi. En cuanto al lenguaje y los idiomas, estos me llevaron al campo de las letras. El tratar de encarnar los poemas en el curso de la vida cotidiana y en el corazón del drama humano me inclina a inyectar en ellos sustancias prosaicas. Sin embargo, me parece que predomina la cosmovisión poética en el pensamiento y en la inspiración, sea en los versos o en la prosa.

Carlos Esteban: ¿Tiene el escritor Aníbal Colón Rosado un género literario preferido? Y por qué…

Aníbal: Prefiero la poesía lírica, al estilo de la antigua escuela. Creo que va más a tono con mi formación, mis preocupaciones existenciales, mi biografía y carácter. Este género promueve una honda compenetración con las emociones íntimas y los sentimientos manifestados por el poeta mediante el ritmo y las imágenes.

Carlos Esteban: En esta época de tanto adelanto tecnológico y distracción… ¿son necesarios los escritores?

Aníbal: Quizás más que nunca. En cierto sentido, somos hijos del siglo y contamos con variados medios de comunicación social, además de la palabra escrita. Los avances técnicos y la disipación sistemática podrían desplazar la demanda de quienes se expresan mediante la tradición de las letras impresas. Aun así, los escritores están en condiciones de adaptarse a las circunstancias y aprovechar los nuevos instrumentos en bien de los fines estéticos. Y, por otra parte, impregnar profundamente los ámbitos tecnológicos con la savia de la sabiduría y la alta cultura. Siempre existe la esperanza de que un valioso círculo de lectores cualificados persevere en la fidelidad y devoción de la buena y fructífera lectura.

Carlos Esteban: A su entender, ¿qué es más valioso para un escritor: leer o vivir?

Aníbal: Primum vivere, deinde philosophare, se repetía irónicamente en el pasado. Desde luego, la
lectura tiene sus ventajas y riesgos. Debe darse en el contexto o tejido de la existencia orgánica y real. Por un lado, nutre el intelecto y el espíritu literario; por otro lado, puede amenazar la originalidad y la riqueza del escritor si solo se nutre de la cultura libresca y la imitación servil. El vivir debería incluir el mundo de los escritorios, libreros, bibliotecas, etcétera. Y, a la inversa, el leer remite a la inteligencia para vivir y sobrevivir en una sociedad compleja y enajenante.

Carlos Esteban: ¿Qué ha sido lo más difícil que ha encontrado en su camino como escritor?

Aníbal: Comencé tarde y con pobres exigencias propedéuticas y de preceptiva literaria.  Resulta difícil abrirse paso si faltan los recursos económicos, didácticos y todos los auxilios necesarios para emprender un trabajo de esta naturaleza. No se trata solo de escribir, corregir, editar, sino también de ilustrar, imprimir, mercadear, divulgar y promover continuamente el fruto de la pluma. Los compromisos humanos y el esfuerzo por sobrevivir nos pueden alejar de la palabra. Ahora bien, si cultivamos la vocación, la inspiración y creamos un ambiente favorable para la creación, no habrá obstáculo que nos detenga en el empeño de abrazarnos al arte maravilloso y paradójicamente inefable.

Carlos Esteban: En estos momentos, ¿se ocupa de un nuevo proyecto literario?

Aníbal: Siempre hay algo cocinándose en las hornillas posteriores. Me prometí publicar algo cada año, aunque me falten las fuerzas y el ánimo. Sigo acudiendo a las lecturas e investigaciones; mantengo el portal en las redes sociales. Considero establecer la Fundación Cultural Colón Ramos, sin fines de lucro. En la sede de la Fundación estarán disponibles y se mantendrán en buen estado la biblioteca, los archivos y los objetos significativos y los objetos memorables de la familia Colón Ramos. Además, procurará orientar y ayudar a los escritores, particularmente a los jóvenes. Me propongo, así mismo, consolidar los servicios de la Editorial Poemar. La Editorial Poemar, fundada por Aníbal Colón Rosado y Nélida Ramos Torres, comenzó a ofrecer sus servicios a partir del año 1997. En algunos de sus proyectos fue favorecida con la cooperación de la Fundación Suriñach, el Arzobispado de San Juan, el Centro de Publicaciones CELAM, el periódico El Visitante, la Cooperativa Crédito y Ahorro de Barranquitas, Porfirio Guzmán y varios amigos. También ha colaborado con Amazon KDP Libros en español.  Además de editar y publicar libros, la Editorial ha beneficiado a los siguientes sectores de las letras: consejería a nuevos escritores; centro y biblioteca de consulta para investigadores y estudiantes; ponencias literarias y entrevistas por diversos medios; revisión y edición de manuscritos; corrección de pruebas (proofreading); traducciones; crítica y reseñas literarias; participación en certámenes literarios y ferias culturales; promoción de escritos; presentación de libros; redacción de artículos; creación y selección de imágenes; venta y donación de obras; portal electrónico de difusión e información; asesoramiento en la preparación del libro Ciencia boricua; participación en bitácoras internacionales y ferias del libro; dirección de la revista educativa Familia y escuela; aporte editorial a la publicación y difusión de los documentos de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña (Maestros y profetas) y las homilías del Arzobispo de San Juan, Roberto O. González Nieves, OFM (Caminos de la nueva evangelización en Puerto Rico); sugerencias al libro de Fray Mario A. Rodríguez León, OP, Presencia Histórica de la Orden de Predicadores en Puerto Rico 1510-1903; Proyecto Wikipedia relativo al catolicismo, un intento de organizar y mejorar la calidad de la información en escritos relacionados con la Iglesia Católica...

Carlos Esteban: De los libros que usted ha creado, ¿cuál es su favorito?  Y por qué…   

Aníbal: Historia de una pasión es un libro muy personal, y he recurrido a él en muchas ocasiones. Podría seleccionar algún otro escrito en los temas de filosofía, educación, poesía… El credo del coquí, por ser una recopilación sencilla de mis primeros renglones literarios donde aparece mi firma. Filosofía de la técnica, publicado por la Editorial de la Universidad de Puerto Rico, por su resonancia internacional y la concentración exigida. Logofanías, primera antología poética, con frutos de una buena cosecha.

Carlos Esteban: ¿No es tiempo de que los lectores de Aníbal Colón Rosado/Aníbal Colón de La Vega reciban ‘la antología’, una que reúna lo que el autor estima que es lo más representativo de su obra?

Aníbal: Aunque he publicado algunas colecciones poéticas en torno a ciertos temas, todavía me falta una antología general que recoja los mejores poemas de mi carrera literaria. En cuanto a la obra en prosa, resulta más difícil pues los libros son voluminosos y heterogéneos.

Carlos Esteban Cana: ¿Qué consejo podría ofrecerles a los jóvenes escritores? A los que inician ese camino que usted ha transitado con gallardía, discreción y belleza…

Aníbal Colón Rosado: Las respuestas anteriores contienen algunos consejos. Nos criamos en tiempos y ambientes culturales diferentes, con sus ventajas y desventajas.  Las nuevas generaciones cuentan con medios técnicos que facilitan, de algún modo, el trabajo: información instantánea, investigación, métodos, oportunidades para publicar sin descuidar otros aspectos de la vocación literaria. Un reconocido autor afirmó que, si alguien decidía dedicarse a las letras, que lo hiciera como los grandes; de otra manera, se moriría de hambre. Ciertamente, jamás me considero parte del círculo laureado; me ha ido modestamente bien, y hasta ahora no he sufrido de inanición. A persistir, perfeccionarse y dar con la letra escondida, pues, contra viento y marea.

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