domingo, abril 28, 2024

En las letras, desde Puerto Rico: "La escalera y el cerbero"

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Nueva antología de Isla Negra Editores celebra los XX años de El Sótano 00931.

por Carlos Esteban Cana

El editor Julio César Pol entrega a Carlos Esteban Cana su ejemplar de La escalera y el cerbero.
Después de 16 años de la publicación de la antología "Los rostros de la hidra", el editor y poeta Julio César Pol e Isla Negra Editores se unen para hacer otro libro antológico monumental: "La escalera y el cerbero, XX años de El Sótano 00931". Con prólogo del propio Julio César Pol, Juanmanuel González, Federico Irizarry y Sonia Gaia, este volumen agrupa en sus páginas poesía de las escritoras y escritores que publicaron y formaron parte, de una manera u otra, del colectivo y revista más importante de la primera década del siglo XXI en Puerto Rico: El Sótano 00931. El libro tuvo como lectora editorial a la Profesora Adelaida Bidot y como lectora final a la Maestra de Maestr@s Lizza Fernanda. También cuenta con Apéndices que ponen en perspectiva la trayectoria y obra de los poetas incluídos: Jorge David Capiello Ortiz, Katia Chico, Sonia Marcus Gaia, Federico Irizarry Natal, Robert Jara, Juanmanuel González, Zuleika Pagán, Mirna Estrella Pérez, Julio César Pol, Amarilis Tavárez Vales, John Torres, Carlos Vázquez y este servidor. "La escalera y el cerbero, XX años de El Sótano 00931" está dedicado "A los hermanos mayores de la generación del 80: Alberto Martínez-Márquez, Carlos Roberto Gómez Beras, Edgardo Nieves Mieles, Mario Cancel y Mayra Santos Febres". Ya está disponible en las librerías.

Algunos de los escritores de El Sótano 00931 en el evento "De-Generaciones" en Caguas, 2003.


sábado, abril 27, 2024

En las letras, desde Puerto Rico: Serie Antonio Aguado Charneco en el recuerdo: conversación con el narrador Angelo Negrón

 por Carlos Esteban Cana

Hace siete años y un poco más que estamos sin nuestro mentor Antonio Aguado Charneco. Cuando escribo “nuestro” me refiero a quienes constituimos el colectivo Taller Literario, grupo que nació paralelo a la revista que publicamos a partir de 1993 durante un periodo de tres lustros, 15 años de actividad si a los ocho números que publicamos le sumamos nuestra participación como colectivo en el encuentro de escritores De-Generaciones y las antologías E. M. (Publicaciones Gaviota, 2005) y Los rostros de la Hidra (Isla Negra Editores y Publicaciones Gaviota, 2008), proyectos vinculados a otras revistas literarias y gestores culturales como El Sótano 00931 (Julio César Pol), Zurde (Nicole Cecilia Delgado) y Tongüas (Nina Valedón y Loretta Collins-Klobah).

De izquierda a derecha: Juan Carlos Quiñones, Luis Francisco Cintrón, Antonio Aguado, Carlos Esteban Cana y Angelo Negrón

 Tony era imprescindible en nuestro grupo por sus consejos, sabiduría, generosidad y por su gran tenacidad a la hora de escribir. Trabajaba todos los días en sus novelas y cuentos aunque siempre hacía espacio para nuestras tertulias y “bohemias” en su propio balcón al que bautizamos como “La embajada de Taller Literario”. Las anécdotas son numerosas pero hoy quiero dejar espacio al primer episodio de un recuerdo colectivo que se construye con la memoria de algunos “talleristas”. Sucede que hace un tiempo les había remitido varias preguntas sobre la amistad del “Ni-Yamoká” Aguado Charneco con cada uno de ellos. Y tengo que admitir que entre tanta entrevista de turno no le había dado paso al primer episodio de esta polifonía de voces que arrojaría luz sobre la huella que ha dejado el gran Tony, el Gran Chamán como le decíamos, en nuestras vidas. Sin embargo, hoy las palabras del narrador y editor de este blog, Angelo Negrón, me hizo recordar esta serie de entrevistas cuando escribió acerca de su nueva foto de portada en la red social Meta: “Con Tony Aguado Charneco hace unos años… ¡Extraño sus palabras! Esos consejos sabios y sinceros que ahora le hacen falta a esta mente mía. Sí, lo extraño. Es tan necesario, como él dijo una vez, enesos universos aviesos de Angelo”.

La nueva foto de portada del narrador Angelo Negrón en Meta, junto al escritor Antonio Aguado Charneco
 
Carlos Esteban Cana: ¿Cómo conociste a Antonio Aguado Charneco?

Angelo Negrón: “Conocí a Tony en una tertulia en el Hotel El Convento en San Juan. Precisamente, me lo presentaste tú. Había allí una mesa redonda de poetas y escritores a la que me invitaste. Recuerdo que llegué tarde, casi finalizando, y al entrar escuché risas fuertes. Las mismas eran provocadas por comentarios que estaba haciendo Tony. Al finalizar la actividad y tú presentármelo sólo hubo un apretón de manos y el consabido mucho gusto. Tiempo después, nos encontramos con Tony en el Coliseo Roberto Clemente, gracias a una feria de libro y a la participación de la revista Taller Literario en la misma. Ese día, Tony me habló como si me conociera de toda la vida. Su saludo hermanado, sus palabras durante esas horas, a mí y a otros visitantes, me hicieron saber que era un maestro de la vida y de las letras”.

 

 Carlos Esteban: ¿Cuándo piensas en Tony, como le llamaban sus amigos, que viene a tu memoria?

 Angelo: “Primero, nostalgia; lo extraño mucho. Luego felicidad de haberle conocido. Compartir con Tony fue de lo mejor que me ha pasado. Aprecio ese regalo que me dio la vida”.

 

Carlos Esteban: ¿Cuáles son los libros y/o cuentos del “escritor residente” de Santa Rita que están entre tus favoritos?

 Angelo: “Sus novelas Bajarí Baracutey o luzAzul y sus libros de cuentos Ouroboros o Sendero umbrío son de mis favoritos de Tony. He tenido el privilegio de leer parte de su obra inédita y está, como diría el mismo Tony, ‘fantabulosa’”.

 

Carlos Esteban: ¿Recuerdas algunos consejos sobre el ejercicio de escribir que te haya ofrecido el Ni-Yamoká (término taíno que utilizaba para identificarse)?

 Angelo: “¡Son tantos! Tony no solo era inspirador, también enseñaba sabiamente desde la humildad que le caracterizaba. Reunirnos en ‘El balcón de Tony’, como solíamos llamar al lugar donde nos congregábamos muchos aspirantes a escritor, fue lo que necesitaba para aprender (como sabes, no provengo de la academia; mis estudios fueron en ventas y mercadeo). Porque allí se recibía la critica justa, la que no está llena de envidia ni ‘mala leche’ sino la de amantes de la palabra escrita. Mientras hablabas o te escuchaba leer algo, Tony tendía a curvar su dedo y colocarlo entre labios y nariz, como queriendo concentrarse o no decir algo antes de tiempo. Era una especia de sello que rompía sólo para ayudarte, para hacerte ver en qué debías mejorar. Ciertamente, considero a Tony uno de mis maestros”. 


Carlos Esteban: ¿Puedes compartir alguna anécdota con nuestros lectores acerca de Aguado Charneco?

 Angelo: “Luego de leer su novela luzAzul lo visité y – entre chorizo cantimpalo, quesos y entremeses – hablamos de esa novela y de varios cuentos suyos. Me explicó tantos detalles: desde la inspiración que le trajo la huelga de la UPR; las personas icónicas del pueblo de Jayuya o de Río Piedras; los personajes nacidos en el casino y en otros trabajos que desempeñó; hasta cómo podría ir, paso a paso, caminando el pueblo de Río Piedras dejándome llevar por las escenas descritas por él en varios de esos escritos. En ese momento me invitó a escribir una novela; un género al que aún no había entrado por que sentía cierto temor y se lo hice saber. Él, sin embargo, insistió. Me dio mil y un consejos y se puso a mi disposición. Salí de allí con la certeza de que tal miedo se había disipado y lo que duró el viaje desde su casa en Río Piedras hasta mi hogar en Toa Alta, no paré de pensar en sus palabras. De hecho, al llegar a mi casa ya mi novela tenía tema y final. (Cabe decir que mi novela se titularía Desde mi Ventana y fue Tony quien me recomendó el título de Ojos Furtivos). Hablar con Tony siempre era así: una experiencia educativa y emocionante”.

 

Carlos Esteban: Tony era un apasionado a la historia y la arqueología, y lo que fue descubriendo lo llevó a la serie de novelas que escribió sobre nuestros ancestros taínos…  ¿Puedes hablarnos de ese aspecto de Charneco?

 Angelo: “De su trilogía de novelas de tema taino, he leído las primeras dos y están escritas magistralmente. Siempre le dije que tenían la acción necesaria para ser producidas para cine. Leer Bajarí Baracutei me inspiró a visitar por primera vez la cueva del indio en Arecibo y no olvidaré cuando, meses después, la visité con él. En esa ocasión, también estaba el profesor Amílcar Cintrón y escucharlos hablar cuando bajaron al fondo de la cueva fue enriquecedor. Tony me dio a leer los primeros capítulos de otra novela suya que trata de arqueología y empezaba la trama en Vieques, pero no creo que le haya dado tiempo de ponerle el punto final. La vida se lo llevó antes…”.

 

Carlos Esteban: ¿Entiendes que la obra de Antonio ha sido valorada en el panorama de las letras puertorriqueñas?

 Angelo: “No, y es lamentable ese rotundo no. En su momento fue leído, admirado y premiado, dentro y fuera de Puerto Rico, pero creo que su labor debería seguir teniendo un sitial reconocido y que su obra inédita fuese de interés tanto para La Editorial de la Universidad de Puerto Rico (que publicó su novela Anacahuita: Florespinas en el 2006) como para varias editoriales que deben reconocer su valía y buscar la manera de publicarlo. Incluso, considero que sus libros tienen que estar en el currículo escolar”.

 


Carlos Esteban: Conocemos que Antonio Aguado Charneco era fanático del buen vino, la bohemia y, por supuesto, el refranero boricua… Recuerdas algún refrán que haya acuñado, que lo haya hecho suyo…

 Angelo: “Tony tenía muchos. De hecho, uno de sus libros inéditos es de refranes que hizo suyos. Como anécdota propia puedo contarte que, como sabes, en el balcón de Tony se bebía mucho vino pero, en mi caso, no acostumbraba a beberlo; solo le pedía agua. Como buen anfitrión que era, me traía el agua, pero no sin antes advertirme que ‘es mejor el vino porque el agua da moho’. Debo reconocer que ya, en las tertulias que llegaron después, me convenció y degusté ‘la uva fermentada’, como le nombraba Tony al vino. Además me encantaba escucharle llamarnos “rata” o “sátrapa”. Y en la última etapa de su vida, cuando llegaba a visitarlo, me decía mientras abría el portón (levantando la voz y haciendo hincapié en las repetidas sílabas finales): ‘Angelo, sátrapa del sanedrín. ¡Tú te va a jodeeé!’ Cada vez que recuerdo esto una sonrisa se asoma en mi rostro”.

 

Carlos Esteban Cana: A siete años de trascendencia de plano del escritor – y rebobinando los recuerdos – qué permanece y a qué le darías continuidad…

 Angelo Negrón: “Permanecen sus consejos, su mirada crítica y oportuna; su don para unirnos como colectivo; su amor a las letras y a nuestros ancestros; sus enseñanzas; su camaradería y, sobre todo, su sincera amistad. Le daría continuidad a su obra. Publicarlo. Existe tanto inédito de él que deberíamos hacer lo posible para que se publique y sea leído pues Tony es un referente importante en nuestra literatura. ¿Qué otra cosa quiere un escritor? ¿Qué otra cosa quería el gran Tony? Ciertamente, ser leído”.


martes, abril 23, 2024

La insanidad de lo cotiidiano -Jannelys Malavé Rodríguez


 

El niño que enloqueció de amor -En el Colegio Otoquí


 

Estas benditas y malditas TETAS -Lisette Alejandro


 

Las Madres -Esmeralda Santiago


 

1er Premio de novela en Español escrita en Estados Unidos


 

Perspectivas litrarias -entrevistas a escritoras puertorriqueñas


 

Dialecto Boricua -2do Congreso de escritoras Camuyanas


 

Patria en Migajas -Emmanuelle Soto Rios


 

De Tenerife a Mucarabones -René Campos


 

sábado, abril 20, 2024

Diálogos interdisciplinarios -Un encuentro de literatura, lengua y cultura


 

En las letras, desde Puerto Rico: María de los Ángeles Camacho Rivas

 por Carlos Esteban Cana


Una de las escritoras de las promociones más recientes que ha estado vinculada al colectivoGuajana ha sido la poeta y educadora María de los Ángeles Camacho Rivas. De una forma u otra, ‘Angie’, como se le conoce, ha estado respaldando la obra de quienes constituyeron la revista Guajana en los años sesenta. Lo más reciente, en esa dirección, es la antología “Por tanto amor”, un homenaje al poeta Vicente Rodríguez Nietzsche, fundador de Guajana y del Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico, que reúne a 37 escritores nacionales e internacionales. Y con esa antología María de los Ángeles participó en la Feria Anual del Libro (del Encuentro Internacional de Escritores) en Caguas, además de compartir su propia poesía y otros proyectos literarios en los que participan niños y jóvenes. En el evento, que se efectuó del 10 al 13 de abril, Camacho Rivas pudo encontrarse con otras colegas suyas como Lynette Mabel Pérez, Nancy Debs, Tina Casanova y Mara Daisy Cruz, entre otras. Y es natural que eso ocurra porque esta poeta que nació en el pueblo de

Patillas un 24 de junio de 1969 se ha caracterizado por sumar personalidades y voluntades en su gestión cultural a través de los años. Gestión que le ha permitido además darse a conocer a nivel internacional al participar en festivales de poesía en diferentes partes del Planeta. Por todo lo anterior y más hoy conversamos con María de los Ángeles Camacho Rivas en esta edición del boletín “En las letras, desde Puerto Rico” que reproduce el editor y narrador Angelo Negrón en su blog Confesiones.


Armonía entre mente, alma y espíritu: Angie Camacho Rivas a la hora de escribir

Carlos Esteban Cana: Aunque sea redundante la expresión a continuación, comencemos por el principio. ¿Cómo Angie Camacho Rivas – María de los Ángeles Rivas para nombrarte como se debe, de manera más formal – comenzó a acercarse a la poesía? ¿Cuáles fueron esos primeros libros que llegaron a tus manos que te encaminaron en esa dirección de ser poeta?

María de los Ángeles Camacho Rivas: “La poesía siempre me ha rondado. El entornodonde crecí, en el barrio Mamey de Patillas, era un poema por donde transitaba hacia una naturaleza que marcó mi estilo de vida. Creo que fue en segundo grado cuando me enamoré de la historia de Catilangua Lantemué. La leí en el libro de cuentos infantiles Ésta era una vez bajo las palmeras. Hace como un año releí el cuento y me maravillé de cuánta poesía tiene. En octavo grado, la Sra. Rita Castro nos leyó la Rima XV de Bécquer, esa que comienza: Cendal flotante de leve bruma… Honestamente no entendí ese poema en ese momento, pero su cadencia, el ritmo, la armonía, su belleza me atraparon. Ese encuentro con la poesía me animó a ahorrar para comprar una enciclopedia de clásicos de la literatura-aún la conservo- que se podía adquirir por tomos que llegaban mensualmente a un pequeña farmacia al lado de la Escuela Intermedia Urbana en Patillas”.

 Carlos Esteban: Y andado ese primer tramo del camino, continuemos con esa parada inevitable que es Días de bromelias, tu primer libro publicado en el 2011. ¿Cómo nació ese libro? ¿Cómo se dio el proceso creativo a la hora de seleccionar qué decides incluir y que no en el poemario?

María de los Ángeles: “Aunque fue mi primera publicación, Días de bromelias no es mi primer libro. Antes escribí dos libros, primeramente Poesía remix que permanece inédito; el segundo Sin vestido ni lencería, fue premiado -segundo lugar- en el 3er Certamen de Poesía José Gautier Benítez (2008). Más adelante, parte de su contenido fue publicado por el Departamento de Cultura del Municipio de Caguas. Continué escribiendo durante tres años con el anhelo de publicar, pero me enfoqué más en estudiar autores que no conocía como Jaime Sabines quien influyó grandemente en la creación de esa etapa. También leía con admiración y sorpresa a Juana de Ibarbabourou. Me pasaba orando para que Dios me acomodara los días para terminar mi libro y sucedió. Desarrollé una rara condición en mis cuerdas vocales; perdí prácticamente la voz. Este percance de salud me obligó a permanecer en el hogar. Como docente mi herramienta principal de trabajo es la voz. Estuve alrededor de dos meses en mi casa y aproveché el tiempo para terminar el poemario Días de bromelias. ¨Sigilo¨ uno de los poemas de este libro nació durante mis meses de silencio”.

Carlos Esteban: Eres educadora, Angie, y conocemos la doble vía que te da un perfil propio, que te caracteriza, a la hora de ejercer como maestra: esa pasión por enseñar a los niños y a los más jóvenes mientras afirmas en ellos, en esas nuevas generaciones, el amor por el idioma español… Háblanos de eso…

María de los Ángeles: “Enseñar la literatura de nuestro idioma es un regalo. He sido bendecida al desarrollar un sinnúmero de proyectos en los que mis alumnos han demostrado sus talentos para la escritura. ¨Salmo de un esclavo¨ y ¨Décimas de nueve¨ son antologías estudiantiles que pude presentar junto a mis alumnos. Además de la satisfacción inmensa de esos proyectos es gratificante despertar en los jóvenes el apego por la poesía. Muchos de ellos no saben que pueden escribir”.

Carlos Esteban: En esa misma dirección, ¿cómo la docencia y ese vínculo suyo con el español ha permeado su obra?

 María de los Ángeles: “Para mí es un gran orgullo representar a la clase magisterial como poeta. Al ser educadora de la lengua española, la palabra se me sirve diariamente. Enseñar literatura en tu idioma te obliga a estar al tanto de lo nuevo y a regresar a los clásicos. El idioma español es muy colorido y sabroso. Su vocabulario es rico en sabores, matices, mestizaje. Estas características le imparten un carácter lúdico que te permite experimentar con la palabra y en ocasiones a reinventarla”.

 Carlos Esteban: Y a todo eso que impregna su poesía le sumamos una tercera vía: la vertiente religiosa que es más que evidente en su segundo libro publicado Con mi jirafa azul. Desde el inicio se revela con la dedicatoria: A Dios: el Gran Yo Soy. En tiempos como estos, en los que apenas se da en Puerto Rico, a mi entender, una relación simbiótica abierta entre verso y búsqueda espiritual ¿Por qué eso es importante para usted?

María de los Ángeles: “Todo lo que soy y he hecho no viene de mí. Dios ha puesto en mi corazón la poesía, el arte. Es mi deber despojarme de mí para darle a Él la gloria. Respeto a quien no comparte mi creencia, pero no creo posible escribir sin el verbo de Dios sobre la tinta del papel. Es una época de mucha tristeza, pérdidas e incertidumbre; solamente Dios es la esperanza para llenar de luz el camino. La inmoralidad nos aleja de Dios, pero nos acerca a la muerte espiritual y posiblemente física. Es importante consolar a los sufridos y compartir cuán diferente es la vida cuando, a pesar de tantas situaciones difíciles, Dios nos reconforta y nos prepara su mesa para que nos sentemos a cenar con Él”.

Carlos Esteban: Y ahora que hemos mencionado Con mi jirafa azul, ese poemario suyo publicado en el 2015… ¿Cómo se desarrolló en usted esa identificación con el mamífero más alto del planeta? La jirafa en el libro es un motivo continuo que transita por todas sus partes: Corazón de jirafa; Jirafa en celo; Jirafa en cautiverio; y Jirafa liberada... ¿Qué nos puede decir de ese ejercicio poético de utilizar la jirafa como metáfora central?

María de los Ángeles: “Ese título nació luego de ver un documental sobre esta increíble criatura. El comentarista explicó todos los desafíos ambientales y físicos a los que se enfrenta esta especie. Según él, la jirafa está destinada a la extinción porque ya ha hecho tantas modificaciones en su anatomía que, según él, ya no es posible que la jirafa pueda sobrevivir en un futuro. Me dio tanto coraje que tenía una almohada y se la tiré al televisor. Al menos la información que recopilé me dio una serie de datos muy valiosossobre la jirafa. El más que me impactó fue saber que el corazón de la jirafa puede pesar 11 kilos debido a que necesita poder llevar la sangre, por ese cuello tan largo hasta la cabeza. De ese dato surgió la metáfora, pensé en la capacidad de amar del ser humano y lo comparé con el gran corazón de este mamífero herbívoro africano, como nosotros. Es Azul porque está en el Mar Caribe y viene desde los cimientos del Azul de Darío”.

Carlos Esteban: La historia del bautizo de ese libro, como le llaman en Venezuela a la presentación de libros, se dio de forma peculiar… Para no dejar a medias a los lectores con la curiosidad, ¿puede relatarnos los pormenores del suceso?

María de los Ángeles: “Me traes un recuerdo, que siempre me saca una sonrisa. Siempre me ha gustado organizar presentaciones de libros y actividades de celebración. Tenía el libro casi en la imprenta y cuando Rafael, mi esposo, y yo estábamos planificando nuestra boda. Le pregunté a Rafael si le parecía hacer las dos cosas el mismo día para aprovechar que mucha gente querida estaría presente. Yo tengo el don de convencerlo así que me dio apoyó. Solamente nuestra familia inmediata sabía que al final de la presentación del poemario, se llevaría a cabo la ceremonia. Mi esposo leyó un poema y al terminar invitó a nuestro pastor Moisés Román para que oficiara el enlace matrimonial. Entre los invitados estaba el coro de mi antigua escuela, Padre Rufo. Mis estudiantes estaban al final del salón cuando Rafael anunció la boda, corrieron y gritaron para estar frente al escenario. El poeta Marcos Reyes Dávila, que estaba entre los asistentes, luego me comentó: ‘Yo sabía que aquí había algo porque este local está precioso’”.

 Carlos Esteban: Hablemos ahora de cómo llegó a relacionarse con el grupo Guajana… Cómo se dio ese encuentro y posterior vínculo con el fundador del colectivo don Vicente Rodríguez Nietzsche a quien le dedicó su poemario más reciente Después del cuello.

 María de los Ángeles: “Conocí a Vicente en el 2009 cuando comencé a colaborar en el Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico. Inmediatamente, Vicente comenzó a incluirme en las actividades que organizaba. Poco después, él me delegó la organización del Festival de Jóvenes Poetas. Gracias a su recomendación, participé en el 2011 en el Festival Internacional de Granada, Nicaragua y luego en el de Medellín. No recuerdo exactamente la fecha, pero debió ser entre 2010 y 2012 que me invitó a una reunión de Guajana y me presentó como parte del grupo. Además de incrédula estaba conmovida de tener la bendición de pertenecer al grupo más longevo en su categoría, que representa la militancia y el compromiso con el País”.

 Carlos Esteban: Sobre Después del cuello tenemos como eje tres zonas del cuerpo. Y sirviéndose de eso lo estructura. ¿Por qué la testa? ¿Por qué el tórax? ¿Por qué de principio a fin el propio cuello?

María de los Ángeles: “Después de cuello es la secuencia inevitable de mi segundo libro, Con mi jirafa azul. Como expliqué, la jirafa posee un enorme corazón que equivale a varios corazones humanos, esto para poder bombear la sangre hasta la cabeza. Cuando comencé a escribir después de publicar Con mi jirafa azul continué con temas de los que no me había despedido, algunos que salían de la filosofía, de mi génesis familiar, poemas que invitan a la reflexión a pensar. Por eso los incluí en la primera parte ‘Testa’. En la segunda parte ‘Tórax’, donde está el corazón, guarda muchas emociones; pálpitos, apegos y afectos”.

Carlos Esteban: A la hora de acercarse a la página en blanco y a la poesía, ¿cómo se da ese proceso? ¿Qué lo detona? ¿En qué momento?

María de los Ángeles: “Es algo impredecible. Antes era un poco más disciplinada y escribía a diario, casi siempre sin ganas de hacerlo, pero en ocasiones me sorprendió la magia de la palabra. Me encantan los rituales a lo hora de escribir; organizar mi oficina, abrir las ventanas, escuchar música y leer algo antes de escribir. Esa seguridad que brinda la armonía entre la mente, el espíritu y el alma son una gran receta. En resumen, este poemario muestra lo que hay antes o después del cuello: la cabeza y el corazón”.

Carlos Esteban: Sabemos que ha escrito también varios cuentos… En esa dirección ¿cómo describe su experiencia escribiendo narrativa? ¿En qué se diferencia a la poesía? ¿Cómo se da en María de los Ángeles Camacho escribir cuentos?

María de los Ángeles: “El cuento fue el primer género que desarrollé. Mi primer cuento serio lo escribí en el banco del tribunal al que me citaron como testigo. Luego continué desarrollando ese género y tuve la bendición de que algunos fueron premiados en los certámenes literarios de la desaparecida Federación de Maestros. Creo que el cuento y la poesía comparten muchas similitudes. Ambos necesitan una historia desde donde partir, ambos abrazan la metáfora y las imágenes sensoriales. Ambos deben tocarnos la fibra de las emociones”.

Carlos Esteban: En estos momentos, ¿qué libros está leyendo?

María de los Ángeles: Estoy releyendo El viejo y el mar de Hemingway y la obra del poeta de Hugo Margenat.

Carlos Esteban: Continuando la línea de la pregunta anterior… ¿Cuáles han sido los libros más importantes para usted? Esos libros que usted colocaría en cualquier biblioteca como regalo a los lectores…

María de los Ángeles: “Mi libro favorito es la Biblia. No solamente porque es un libro de fe. Es un libro que tiene un profundo valor literario ya que lo conforman varios géneros: fábula, poesía, la epístola, las parábolas. Además la sincronía que tiene el Viejo Testamento con el Nuevo solamente puede venir de una mente superior a la nuestra. He leído dos veces Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la consciencia. En poesía he disfrutado enormemente Error de magia de la cubana Carilda Oliver. No puedo excluir Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda porque fue el primer libro de poesía que adquirí”.





Carlos Esteban: Si alguna persona interesada en escribir le pide consejos… ¿Qué le diría? ¿Qué es necesario para ser escritora o escritor?

María de los Ángeles: “Primero, le daría las gracias por estar interesado en mi opinión. Le aconsejaría que se tome su tiempo para publicar. Debe escribir y leer constantemente hasta crear un estilo que lo sienta suyo. Tiene que conocer muy bien su instrumento de trabajo: la lengua. Debe tener momentos para contemplar a su alrededor pues el entorno siempre nos regala historias, versos. Ese ejercicio le dará mucha honestidad al texto. Competir encertámenes literarios me ayudó a tener seguridad en mi trabajo y aunque no siempre se gana, te ayuda a insertarte en el mundo literario. Podría dar otros consejos, pero voy a concluir con una recomendación que considero sumamente importante: debe gustarle lo que escribes y disfrutar cuando lo haces aunque a veces duela el alma”.

Carlos Esteban: Como penúltima pregunta (las tengo contadas) queremos preguntarle por sus viajes a festivales de poesía y encuentros de escritores… Leyendo su biografía encontramos que usted ha viajado a Nicaragua, Colombia, El Salvador, Honduras, República Dominicana, Bangladesh y Malasia… ¿Por qué es importante para usted, como escritora, viajar a tales eventos? ¿De qué manera esos viajes, esas travesías a diferentes partes del planeta, han impactado su obra?

María de los Ángeles: “Cada viaje me ha ayudado a expandir mi visión del mundo. El insularismo en que vivimos a veces no nos permite palpar las diversas situaciones políticas y sociales de los países hermanos. Adoro caminar por las calles de estas naciones y mezclarme entre la gente para absorber ese día a día en que, como decía Benedetti, en la calle codo a codo somos mucho más que dos. En cada país la poesía se convierte en un acontecimiento que nos hermana y nos hace creer que con la poesía otro mundo es posible. Todos han impactado mi obra porque es inevitable traerme esos países en la maleta y luego compartirlos en uno o varios poemas en los que me ha inspirado el entorno o algunos de los poetas de esos lares”.

Carlos Esteban: Y cómo última pregunta, al menos en esta conversación, ¿qué le ocupa en estos momentos? ¿Cuándo publicará en un mismo volumen sus cuentos? ¿Hay algún próximo libro suyo por salir? ¿Algún nuevo poemario suyo a la vuelta de la esquina?


María de los Ángeles
: “Actualmente colaboro nuevamente con el Festival de Internacional de Poesía en Puerto Rico y dedico el poco tiempo libre que me permite la docencia a difundir el legado de Guajana. Luego del tributo que le rendimos a su fundador, Vicente Rodríguez Nietzsche, a través de la antología Por tanto amor, me he dedicado a la promoción y distribución de esta pieza necesaria que reúne a 40 poetas, entre ellos seis internacionales. (Estuve) del 10 al 13 de abril participando en la Feria del Libro del Municipio de Caguas. Sobre nuevos libros, desde antes de publicar mi primer poemario, estoy dándole forma a un libro de cuentos pero la redacción de una novelita me tiene entretenida”.