jueves, abril 18, 2024

Familia, claustro y literatura -José Emilio Gonzáles


 

XIX edición del Premio Minotauro, Premio Internacional de Ciencia Ficción, Terror y Literatura Fantástica.

 


El lunes 15 de abril se publicaron las bases de la XIX edición del Premio Minotauro, Premio Internacional de Ciencia Ficción, Terror y Literatura Fantástica.

Dotación: 6.000€ + publicación

Extensión: 250-450 páginas

Plazo de admisión de originales: hasta 30 de julio de 2024

Bases: https://ow.ly/kTvX50Rgzs1


Poesía de Magaly Quiñones

 por Magaly Quiñones


 ¡La guerra duele!
 

La guerra duele...

El llanto de los niños, los hombres, las mujeres, las aves, los insectos...

es aluvión de pena desbordado y siniestro.

Duele vivir cuando la muerte reina, no hay compasión ni amor,

no hay sol, no hay nacimientos.

Duele vivir, andar y respirar cuando la Tierra tiembla cual cinturón de miedo.

¿Cuándo llegará el fin de eso que llaman guerra?

¿Qué rayo, qué relámpago, qué fuego despertará la luz en las conciencias?




Ah, si tan sólo pudiera dar consuelo, sembrar y ver crecer

un tallo de ilusión, un sendero de pétalos que rieguen

amor y compasión, un abrazo piadoso que cubra tierra y cielos...

¡Ay, duele, cómo duelen la guerra y sus infiernos!



Si pudiera, con versos, rimaría las galaxias,

ordenaría palabras en todos los idiomas que conformaran,

con el verbo Amar, todas las páginas del Universo,

libraría del dolor, del duelo de la muerte, los bordes del planeta

y sembraría la paz en cada pecho.

¡La guerra duele...!


Magaly Quiñones 



miércoles, abril 17, 2024

En las letras, desde Puerto Rico: El legado de Gabriel García Márquez continúa…

por Carlos Esteban Cana


El día que Gabriel García Márquez hubiera cumplido 97 años Penguin Random House presentó la novela En agosto nos vemos que había permanecido como manuscrito inédito hasta la fecha. En un comunicado emitido por la editorial se citan a los hijos del escritor colombiano, Rodrigo y Gonzalo García Barcha, expresándose de manera conjunta acerca de esta libro: “En agosto nos vemos fue el fruto de un último esfuerzo por seguir creando contra viento y marea. Leyéndolo una vez más a casi diez años de su muerte descubrimos que el texto tenía muchísimos y muy disfrutables méritos y nada que impida gozar de lo más sobresaliente de la obra de Gabo: su capacidad de invención, la poesía del lenguaje, la narrativa cautivadora, su entendimiento del ser humano y su cariño por sus vivencias y sus desventuras, sobre todo en el amor, posiblemente el tema principal de toda su obra”.

Para unirnos a la celebración de este acontecimiento literario, editorial y cultural, presentamos a nuestros lectores, aquí en Confesiones, un reportaje especial que escribí acerca del Gabo. El mismo fue publicado por la red de periodismo Global Voices. Hoy, cuando ya se cumplen diez años de la partida del creador de Macondo, lo volvemos a reproducir.

Diez años sin Gabriel García Márquez, a modo de homenaje


Una mañana de diciembre de 1992 conocí a Gabriel García Márquez. Para ser totalmente correcto ya el Gabo era mi amigo desde mucho antes, gracias a una novia que tuve. De aquel primer amor adolescente solo quedó en mis manos un ejemplar de la primera edición de
Cien años de soledad que la chica me había obsequiado. Y por supuesto mi mundo no volvió a ser igual. Pero aquel encuentro al que aludo en la primera oración ocurrió en la Escuela Internacional de Cine en San Antonio de los Baños y durante el XIV Festival de Cine Latinoamericano en la Habana, Cuba. Se trataba del acontecimiento cinematográfico más importante de la región caribeña al cual pudimos asistir gracias a una clase ofrecida en la Universidad de Puerto Rico por el profesor Carlos Malavé, quien enseñaba los cursos de cine y televisión de la Escuela de Comunicación Pública. Así fue que García Márquez se tropezó con la delegación boricua y que logramos compartir con él. Tal encuentro fue el punto culminante de un viaje que me permitió además ver películas como “El lado oscuro del corazón”, “Fresa y Chocolate”, “Cinema Paradiso” y el “Siglo de las luces”, entre otras. Como si lo anterior no fuera suficiente, presencié un recital del poeta Mario Benedetti.

con el Gabo en San Antonio de los Baños
En esta crónica comparto una de las fotos que logramos en aquel tropezón de oro con el Gabo. En la misma se observa a los compañeros en plena faena de registrar con sus cámaras aquel momento mientras yo, con aire triunfante, les daba su espacio después de haber logrado mi “selfie” y obtenido algunas breves impresiones suyas que capturé en mi pequeña grabadora. Precisamente en aquel momento García Márquez ofrecía uno de sus famosos talleres de escritura de guiones, algunos de los cuales han quedado para la posteridad en libros como Me alquilo para soñar y La bendita manía de contar.

Mi relación con el Gabo continuó después como estudioso de su narrativa. Exploré algunos filmes que tenían como base su obra, entre ellos: Eréndira realizada por el director brasileño Ruy Guerra; y aquel guión suyo titulado Tiempo de morir en el que también colaboró el escritor mexicano Carlos Fuentes, que fue llevado al cine por el mexicano Arturo Ripstein en 1965 y por el colombiano Jorge Ali Triana en 1985.  También varios cuentos de Gabriel García Márquez han quedado grabados en mi memoria: El ahogado más hermoso del mundo, escrito en 1968 e incluido en su colección La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1972); y El rastro de tu sangre en la nieve, narración de 1976 que terminó siendo la narración que cierra su libro Doce cuentos peregrinos. Y esa identificación especial que tengo con la obra del Gabo tiene uno de sus puntos culminantes en su manera de hacer periodismo (ejemplificado en libros como Relato de un náufrago [1970] o La aventura de Miguel Littín clandestino en Chile [1986]) y en lo que desarrolló después en la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano que fundó en 1995.

Por lo anterior, y a diez años del fallecimiento de Gabriel García Márquez (ocurrido el 17 de abril de 2014) comparto con los lectores de “En las letras, desde Puerto Rico”, una selección de las impresiones que compartieron el escritor nicaragüense Sergio Ramírez y el periodista francés Jean François Fogel durante el conversatorio “Recuerdos del idioma: tres amigos de Gabo a dos años de su muerte” que se efectuó en el Teatro Tapia de San Juan, Puerto Rico el 19 de marzo de 2016 en el marco del Congreso Internacional de la Lengua Española. El evento tuvo como moderador al colombiano Jaime Abello, director general y cofundador de la hoy Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano. En tal conversatorio se recordó al Gabo de diferentes maneras, pasando revista sobre diversos aspectos de su vida y personalidad. También se tocaron temas como su gusto por los boleros, la visión que tenía con respecto al poder y su relación con los Estados Unidos, entre otros.

De izquierda a derecha el escritor Sergio Ramírez, el periodista Jean François Fogel y Jaime Abello, director de la Fundación Gabriel García Márquez.

Jaime Abello: García Márquez hizo que el Congreso de la Lengua se hiciera famosísimo cuando en Zacatecas propuso una nueva manera de abordar la ortografía de la lengua, pero además fue una persona que realmente fue un paladín de nuestra lengua y lo hizo abordando su oficio de escritor desde distintas perspectivas. Por supuesto, la que más le conocemos, por la que es más amado y leído es la literatura: sus novelas y sus cuentos. Pero también como lo recordamos aquí hay un oficio de escritor periodístico de más de 51 años, un oficio de guionista de cine y además de eso de educador de contadores de historias y de periodistas.

Sergio Ramírez: Recuerdo al Gabo como un gran conversador. Alguien que se podía sentar contigo después del almuerzo hasta las 7 de la noche y hablando por supuesto de literatura y también de cine, de política, de asuntos privados también y por supuesto de música, de boleros. El Gabo sabía muchísimos  boleros así como sabía de memoria muchas poesías de Rubén Darío por ejemplo y cantaba además.

Jean François Fogel: Yo era periodista y Gabo era amigo de periodistas… Tuve la suerte de coincidir con él en 1977. Yo era un joven periodista y fue generoso, me trató como un viejo profesional y desde ese momento volví a ver el Gabo pero en misiones periodísticas. Recuerdo una vez que estábamos en Nueva York, cuando volvió allí después de tantos años y fuimos a dar un recorrido en Manhattan; nos detuvieron para pedir autógrafos.

Jaime Abello: De García Márquez podría abarcar muchas facetas: de literatura, periodismo y cine. Podríamos hablar de su interés en la educación y en su decisión de formar escuelas de cine por un lado y de periodismo por el otro. Podríamos mirar muchos temas pero hay uno que es el más polémico y que sigue dividiendo la percepción y opinión sobre el Gabo: su relación con el poder y los poderosos.

Sergio Ramírez: A mí me parece que la relación de García Márquez con el poder es esencial en su literatura y su vida. Siempre decía que había tres temas inmortales en la literatura: el amor, la locura y la muerte. Y yo le decía que el poder. El poder es un cuarto elemento esencial en la literatura y él se veía como un personaje metido en esta máquina del poder. Un hombre de la ciénaga colombiana, del pueblo más pobre que de repente y gracias a su literatura y a su creatividad se ve encumbrado y reclamado por los poderosos… Entonces él comienza a estar en esta relación erótica con el poder.

Jean François Fogel: Es obvio que la figura del caudillo era una cosa muy importante en la literatura de García Márquez; es la figura del patriarca en El otoño del Patriarca; es El General en su Laberinto; una figura que lo apasiona. […] Le gustaba la figura del poder; era una formidable materia prima para él. No hay que olvidar que para Gabo, dentro de su obra la que le parece más completa, en la que él ve culminado su talento es El otoño del patriarca. Y si uno la relee se da cuenta de que es una obra de una efectividad y control en la narración absolutamente fenomenal. Y Gabo analizaba la reacción de la gente a través de la manera en que valoraban los distintos libros de su obra. En su biografía lo dice claramente… Gabo tenía la conciencia que El otoño del patriarca, con razón o sin razón, era lo mejor de su obra y técnicamente era formidable…

Jaime Abello: La pregunta es, si Gabo en un momento dado dice o se le cita valorando de manera especial El amor en los tiempos del cólera por encima de Cien años de soledad. A qué obedece, siendo unas obras tan distintas.

Sergio Ramírez: Él creía que su obra maestra era El amor en los tiempos del cólera. Una vez
hablando sobre esto él decía: “No, es que
Cien años de soledad es la fábula pero la novela verdadera mía es El amor en los tiempos del cólera”. Le gustaba los personajes, le gustaba la historia… Me parece que es una opinión muy subjetiva. Yo creo que un escritor por sí mismo no puede valorar cuál es su obra maestra. Yo sé que las dos son obras maestras pero hasta donde van las cosas, en este momento después de su muerte, Cien años de soledad sigue estando por encima…

Jean François Fogel: Una vez me dijo que había releído Cien años de soledad. Entonces yo le dije: ¿Qué tal? Y me responde: “Faltan dos generaciones más”.



El Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, firmando ejemplares de una edición especial de su obra 'Cien años de soledad', en Cartagena.

Gabriel García Márquez en Zacatecas

Gabriel García Márquez, en el 1er Congreso Internacional de la Lengua Española de Zacatecas (México), en 1997.




Taller sobre narración oral de cuentos afropuertorriqueños


 

Conversatorio con Esmeralda Santiago


 

Exposición Entre líneas, pinceladas y formas -En Aguadilla


 

sábado, abril 13, 2024

Carlos Esteban Cana, antes-durante-y-después en la cultura, cuando puede


por Percy K. T.

Cuando puede –dice– escribe, hace sus reseñas, da espacio a otros en sus columnas, entrevistas y conversa con personalidades de la cultura. Nos referimos a Carlos Esteban Cana, que desde 1989, de una manera u otra, le ha llevado el pulso a la literatura boricua, latinoamericana y de otros lugares del planeta. Fundador en la última década del siglo XX de la revista y colectivo Taller Literario, publicación que en ocho volúmenes trascendió los linderos de la academia para dar espacio a escritores y artistas que se forjaban en otros espacios y lugares. Cana se ha desempeñado también como coordinador editorial del Instituto de Cultura, director de medios de proyectos culturales y técnico en canales de la red de televisión pública. Y, cuando las situaciones lo han requerido, Cana ha tenido que comenzar de cero y servir a la sociedad desde otros oficios. La vida para él, me ha explicado, no ha sido una escalera directa hacia el Olimpo.
Carlos Esteban Cana fue coordinador editorial del Instituto de Cultura Puertorriqueña

Sin más que añadir, les presento la breve entrevista que me ha concedido.

#PercyKT #entrevista #servidor

Carlos Esteban Cana narrador, Carlos Esteban Cana editor, Carlos Esteban Cana poeta, Carlos Esteban Cana columnista, Carlos Esteban Cana fundador de la revista “Taller Literario” y el boletín “En las letras, desde Puerto Rico”… ¿qué más queda por nombrar de Carlos Esteban Cana…

Carlos Esteban Cana: “Quizás queda por nombrar, e incluso borrar lo demás, eso de ser y sentirme como servidor. Sí, eso es lo que en este momento siento que se debería nombrar de mí… Lo demás depende de muchas variables efímeras, nada a lo que hay que apegarse mucho; pero servir, cuando la salud me lo permite, que incluso inicia y contribuye a los procesos de recuperación, eso sí: servidor…”

A qué se refiere con recuperar…

CEC: “Me refiero a esas noches oscuras del alma, como diría san Juan de la Cruz, en las que hay que comenzar del escaloncito número uno…”

Entiendo… y volviendo a “En las letras, desde Puerto Rico” hay personas que piensan que por publicar este boletín usted le resta espacio a su propia obra…

CEC: “Sí, me lo han comentado, y yo mismo al escuchar eso sentía una especie de ‘presión’ pero luego de pensarlo con detenimiento saco la conclusión de que el boletín y las columnas y todo el servicio que he realizado a través de 35 años, de una forma u otra, es también parte de la obra… es decir que ese periodismo cultural es parte fundamental de lo otro… No puede haber Carlos Esteban Cana poeta, Carlos Esteban Cana narrador, Carlos Esteban Cana escritor sin el Carlos Esteban Cana periodista…”

 Puede ampliar un poco más…

 CEC: “Por supuesto, me refiero a que todas estas conversaciones con escritoras y escritores, artistas, personalidades de diversas disciplinas, nutren de una manera u otra a mi ‘yo’ artístico, a mi ‘yo’, creador. A través del servicio cultural me he agenciado la mejor forma de acceder a lo que en las universidades se conoce como Cursos de Educación Continuada… Y, suma para mí, cuando estoy en condiciones para hacer acopio de la información, aprehenderla, hacerla mía como si se tratara de un proceso holístico… Y también me da perspectiva y me ubica entre la tradición de los que establecieron las coordenadas y la innovación de los más recientes (aunque, a veces, ese proceso se da, más allá de lo aparente, a la inversa)”.

Carlos Esteban Cana formó parte también de la revista y colectivo El Sótano 00931

He leído en algún momento que usted se siente algo decepcionado con ciertas dinámicas recientes que han ocurrido en el ambiente literario puertorriqueño…

CEC: “Sobre todo con ciertas situaciones que ocurren en las redes sociales… y es algo que ocurre más allá del archipiélago boricua… Quizás lo importante, sin detallar ninguna situación en específico, es tener presente eso para uno no sucumbir al ‘dime y diretes…’” 

Qué le ocupa en estos momentos…

CEC: “Caminar, caminar y caminar… (sonríe) Y ya hablando en serio, leer, cuando se puede; poner al día las entrevistas y conversaciones de turno; guardar silencio, cuando se pueda… Eso… al menos por ahora; ni más, ni menos…”

Antes de cerrar esta breve entrevista, todavía piensa que la poeta Magaly Quiñones pueda obtener el Premio Nobel de Literatura…

La poeta Magaly Quiñones

CEC: “Sí, y si no ese galardón, cualquier otro a nivel internacional que premie una trayectoria impecable. Primero porque la obra de Magaly Quiñones, como he dicho en repetidas ocasiones, es monumental. Vaya libro por libro –hasta la fecha son veinte– y puede tener idea de lo que estoy diciendo. Y, lo segundo, Magaly Quiñones ha escrito su poesía con alma, vida y corazón; no para premios… Este movimiento que ha surgido no es algo que ella como escritora ha buscado… Es algo que, simplemente, nació y está pasando; ha sido espontáneo… y creo que tal como han sucedido las cosas eso le ha dado más legitimidad al movimiento”.

Carlos Esteban Cana, muchas gracias por contestar mis preguntas… 


Magaly Quiñones y Carlos Esteban Cana

Carlos Esteban Cana conoció en 1991 a Tony Aguado Charneco y a Amílcar Cintrón lo que dio paso a Taller Literario

Carlos Esteban Cana declamando su poesía en televisión

Carlos Esteban Cana leyendo poesía en la Ciudad de Nueva York

Carlos Esteban Cana trabajó durante diez años en la red de canales de la Televisión Pública (PBS)

Carlos Esteban Cana vivió dos años en la Ciudad de Nueva York. En esta foto junto a Luis A. 'Laro' Rodríguez y Eduardo Lalo.

Carlos Esteban Cana, Tony Aguado Charneco y Angelo Negrón

En el Instituto de Cultura Puertorriqueña Cana fue coordinador editorial de publicaciones como ICePéComic y la revista CulturA

Juan Carlos Fret-Alvira, Angelo Negrón, Rodrigo López Chavez, Amílcar Cintrón y Carlos Esteban Cana de Taller Literario

La bibliotecaria Wanda Cortés y el psicólogo social y profesor Edison Viera Calderón también formaron parte de Taller Literario, en esta foto durante la presentación de un libro de Yván Silén...

Los redactores de Taller Literario; Joel Villanueva, Carlos Esteban Cana, Rodrigo López Chavez y Juan Carlos Fret-Alvira

Portada realizada por Roger Dondis

Portada Taller Literario 7

Portada Taller Literario 8

Collage realizado por Omar Obdulio

CEC junto a una colección encuadernada de la revista Puerto Rico Ilustrado.


La caricia de lo inútil de Noel Luna


 

Expo Vanguardias -Museo Casa Escuté Carolina


 

El Castillo de Gegman Lee


 

Exposición anual de estudiantes 2024


 

Aquí estoy: A Spanglish Introduction- Aurora Levins Morales


 

viernes, abril 12, 2024

En las letras, desde Puerto Rico: Conversación con autoras y autores boricuas, un adelanto

 por Carlos Esteban Cana


Durante los pasados meses he estado conversando con diferentes escritoras y escritores boricuas. Tod@s han tenido la amabilidad de contestar mis preguntas. A continuación, en esta edición del boletín aquí en Confesiones, un adelanto de algunas de sus respuestas. 

¿Cómo se dieron los primeros pasos suyos en el universo creativo? ¿Cuáles fueron los primeros libros, las primeras películas u otras obras de la cultura en general que le inspiraron lo suficiente como para iniciarse en estos caminos artísticos?

 Manuel A. Crespo Rodríguez: “Mis primeros pasos en el mundo creativo fueron cuando comencé mis estudios universitarios en la Universidad de Puerto Rico en Arecibo (UPRA). Entre mis faenas estudiantiles comencé escribiendo ensayos de diferentes temáticas por Facebook. Eran de temas controversiales como el aborto o la existencia de Dios. Eventualmente me aventuré en la escritura creativa. Participé en varias competencias de cuentos del Departamento de Inglés de UPRA. Comencé la poesía por esos años mientras tomaba una clase de escritura creativa en inglés. La profesora me informó de mi potencial en la poesía a pesar de ser mejor escritor de cuentos. Olvidé la poesía hasta hace pocos años, cuando conocí a mi pareja”. 

Wandysel Torres Galán: “Puedo decir que mi primer paso en el universo creativo fue cuando tenía doce o trece años. Me gustaba escribir en una libreta a la que llamaba diario y no era precisamente porque escribía en ella datos amorosos de juventud. Ahora que examino, mediante este ejercicio, en ella plasmaba, sin querer o sin darme cuenta, lo que me sucedía y a su vez, era mi terapia, era mi forma de entender lo que ocurría a mi alrededor, una autoayuda”.

 Walberto Vázquez Pagán: “Siempre me ha fascinado leer libros de historia y entretenerme en mi casa con la enciclopedia que había; descubrí que esas lecturas era la mejor forma de viajar y de soñar con los ojos abiertos y el alma abierta. Así leí El peregrino, El alquimista, El reino del dragón de oro, La ciudad de las bestias y El bosque de los pigmeos”.


Nadya Echevarría: "En los 90s llegaron vendedores de enciclopedias a nuestra parcela. Mi padre con el salario mínimo nos compró diferentes series que lo abarcaron todo en mi pequeño universo. Los tuve en el armario del pasillo de mi casa a todas horas, dos diccionarios grandes, la colección puertorriqueña, la autodidáctica, el tomo de literatura… y otros tantos. Puede que esto haya influenciado al magnetismo que siento por las palabras. Otro día, papi llegó con una maquinilla con las teclas apretadisimas. Yo pedía constantemente tinta, mayormente reescribía textos para estudiar. Luego me regalaron la maquinilla electŕónica, tiraba una extensión larga y la podía usar en el patio. Me serenaban, me acercaban un poquito a mí dentro del autodesprecio adolescente. Escribir con constancia y otras urgencias llegó más tarde con los blogs virtuales. Publicar en las redes llegó con Espíritus Chocarrer@s, con la Generación del Atardecer Presenta (Daniel Pommers/Miguel Pruné), con la figura de Gato Malo Editores, con los zines de los eventos de micrófono abierto, la serie de talleres de ficción especulativa ofrecidos en Beta Local por la Generación, los ejercicios de escritura y hacerme parte de la editorial. Esa cultura de convocatorias y de libre acceso a la literatura me motivó a compartir de lo que cocinaba por mi lado". 

¿Qué motiva su poesía? ¿Cómo se da en usted ese proceso creador? ¿Cómo inicia? ¿Hay algún momento ideal para colocarse ante la pantalla o ante la página en blanco? ¿Qué momentos, si algunos, son más propicios para escribir?

Nory Malugin: “Mi poesía está motivada por lo cotidiano, por mis propias vivencias, por los espacios que habito y observo. Hay ideas, conceptos o imágenes con los que me enfrento en el día (y a veces en los sueños) que van formando el poema en mi mente. Una vez hay algo concreto, me siento a escribir. Este proceso sucede de manera más fluida cuando tengo tiempo para el ocio; cuando me siento relajada las palabras fluyen mejor. Sin embargo, he tenido que desarrollar también la habilidad de escribir como un ejercicio. Es decir, sentarme frente al papel en blanco y crear de cero. Las primeras veces que lo intenté los resultados no fueron los que quería, pero escribir también es una práctica y cada vez logro escribir mejores textos de esta manera”.

 

Alexis A. Mercado Ocasio: “Puede ser motivada por diferentes estímulos. En momentos eslas situaciones políticas y sociales del país, en otros momentos una conversación, un recuerdo. No tengo un momento predilecto para escribir, simplemente surge. A veces surgen ideas de repente que anoto y luego las retomo”.

Doris Irizarry: “Siempre me gustó la poesía, pero estuve consciente de ello mucho después. Y aunque de manera inconsistente escribía poemas, nunca sentí la urgencia de conservarlos. Los poemas que escribí de adulta, unos los perdí y otros los deseché como si con eso desechara algún sentimiento. Sin embargo, después de empezar a escribir consistentemente, siento que la poesía es una manera de ver la vida, una manera de existir, como bien lo ha dicho Rubis Camacho, gran escritora puertorriqueña, tanto en sus talleres como a través de la lectura de sus poemas y cuentos. […] Contestando esta pregunta, quizá, escribir poesía me permite acercarme al prójimo desde mi humanidad y mi vulnerabilidad y acercar el prójimo hacia mí, desde la suya”.

Francheska Lebrón: “Mi proceso creativo es abrazar el caos. Como madre de niñas con necesidades especiales, profesora, investigadora y líder cultural, tengo el tiempo limitado. Aprendí a escribir en medio del ruido, mientras estoy en alguna marcha, mientras corrijo exámenes, cambio pañales o simplemente, mientras espero en una oficina médica. Cualquier momento, es uno en el que pueda escribir. Soy diligente cuando llega la inspiración, siempre que pueda. La habitación propia de Virginia Woolf, no es para mí precisamente una habitación. Escribir es mi acto de resiliencia”.

 

 ¿Cómo ha logrado llegar a los lectores? 

 

Astrid Guerra: “El oficio de escribir es como cualquier otro. Conlleva establecer relaciones con los colegas y con la gente del ambiente, en este caso el literario. Yo he aprovechado las redes sociales para distribuir mi Poesía. Cinco de mis libros están disponibles libre de costo en facebook.com/poetaencasa. Con una inversión mínima se pueden promover dentro y fuera de Puerto Rico. Antes de publicarlos para el mundo los compartí a través de mensajes privados con mis colegas escritores, para que los vean antes que nadie, en señal de respeto y deferencia”.

Eduardo Rodríguez: “A través de los open mics y lecturas de poesía. Comencé en la escena de Aguadilla justo antes de la pandemia, declamando en bares y restaurantes. Allí conectábamos con un público que no estaba expuesto a los recitales poéticos, y que nos comenzaba a seguir mes tras mes. En esas tertulias también uno conoce a otros escritores, y nos ayuda a crear una red maravillosa de colegas en las letras, que ayuda a impulsar nuestros libros. Poco a poco, te ves visitando distintos pueblos en estas actividades, llevando tu poesía”.

 

Ana-Loreanne Colón: “Creo mucho en que quien escribe debe hacerlo desde y para la solidaridad y la empatía. Me ha servido investigar y tratar temas sensibles con mucho respeto; siempre sin apropiarme de luchas o dolores ajenos. Eso es muy importante. Como escritora tengo licencia poética para imaginar y para crear, no para invadir”.

 


¿Cómo ve el futuro de la humanidad? ¿Qué le preocupa? ¿Algo de eso se manifiesta en su propia obra?
 

 

Yamilex Carriegos: “Veo el futuro de la humanidad más despejado respecto a los prejuicios. Habrá más personas con la confianza de expresar sus emociones de manera directa tanto dentro como fuera del arte. Estas temáticas son las predominantes en mi poemario Sentimiento versátil".

Manuel A. Crespo Rodríguez: “En mi propia escritura, tanto de ficción como no-ficción, a veces surge el tema del porvenir de la humanidad. En mi primer trabajo de importancia, Transhumanismo, un tipo de posthumanismo: Ensayos sobre transhumanismo y el debate bioético acerca del mejoramiento humano (investigación sociológica, 2019) escribo bastante sobre los debates bioéticos que se comienzan a suscitar cuando se examina la temática del transhumanismo y su incursión en la política. El transhumanismo es una ideología que busca la transformación del ser humano a través de ciencia y tecnología. La posición más extrema de esa ideología es que busca eventualmente erradicar la muerte. Las tecnologías y cambios discutidos en mi trabajo, como los de la inteligencia artificial (IA), cada día se van cumpliendo. Es un pronóstico sombrío para la humanidad si desde ahora no hay debates sobre el uso de la IA, implantación de tecnología en los seres humanos sin un fin médico, los embarazos exotrópicos, el uso de la criónica para “resucitar” cuerpos en un futuro y los derechos de entidades no humanas”.

 

Wandysel Torres Galán: “El futuro de la humanidad siempre lo veo con esperanza, ya que, a pesar de los problemas, la falta de amor, de humanidad y empatía, hay muchos que apostamos a llenarlo todo de colores y respeto e intentamos llevar de distintas formas, ya sea a través de la canción, la pintura, el cine o la literatura, un mensaje positivo para las generaciones que van creciendo. Aunque no te niego que me preocupa la falta de atención, de sensatez. Me preocupa mucho que nuestra juventud, en lugar de recibir los consejos en la casa, por medio de sus padres, lo aprendan de algunas nuevas redes sociales que desinforman o llevan un mensaje sin explicación o fundamentos. Y en parte, escribo para llevar un mensaje directo, o llenar algún vacío”.

 

 Hay quien dice que la poesía salva… qué opinas al respecto…

 

Walberto Vázquez Pagán: “Soy un fiel testigo de esta salvación, y del poder de la transformación que tienen las palabras, pero en ese momento de ambigüedad, hay que entrar en esta oscuridad con honestidad y responsabilidad, para aceptar que la muerte física (o un amor de entrega) es un breve suspiro que transciende el tiempo-espacio. Así que tengo que confesar que la realidad poética en mi vida, no es una mera ficción”.

 

Nory Malugin: “Creo que escribir puede ser parte de nuestras herramientas para sanar. Es importante que tengamos más de una herramienta para enfrentar procesos complicados o manejar nuestra salud mental. Dicho eso, sí, creo que poder apalabrar lo que sentimos nos ayuda. Escribir nos provee un espacio para pensarnos y sentirnos”.

 

Alexis. A. Mercado Ocasio: "Escribir es un poder. Puede sanar o destruir. El escritor escoge qué se provoca a sí mismo y qué pretende provocar en el lector. Para mi escribir me ayuda a desahogarme, sacar la ira que provoca vivir en una colonia gobernada por un bipartidismo insensible y voraz. Pienso que si no me ayuda a sanar, por lo menos me ayuda a expulsar esa presión”.

 

Doris Irizarry: “Escribir poesía o cualquier género, es un proceso de aprendizaje continuo que requiere una empatía absoluta, con uno mismo y con el prójimo. Se asume ese estado con mucha honestidad, como dice mi maestra. Con ello se desarrolla cierta madurez o valentía para aceptar o decir; y cuando se adopta esa esa cierta madurez se pierde un poco el miedo de contar acontecimientos, especialmente los íntimos y dolorosos. Contar es compartir una carga, hacerla más liviana, quizá. Como pasa al escribir sobre la muerte. Las muertes las cargamos los vivos el resto de nuestra vida. Y yo cargo con la de mis muertos, pero la más dramática, la de mi padre, ocurrió cuando yo tenía casi siete años. Salió a comprarme un helado y regresó en un ataúd. Las muertes, como los amores, por lo menos en mi caso, no es que sean unos o unas más grandes que otros, es que cada uno es único y el impacto del golpe también lo es. Para contestar tu pregunta, la literatura quizá no sane del todo, pero tiene un poder maravilloso para sobrellevar el mundo, sus pasiones y desgracias”.

Nadya Echevarría: "Vivir en el lenguaje fue parte del contrato, atraer palabras a costa de sobornos, desvelos y corajes es parte del trabajo total que es el escribir. Si la escritura y su búsqueda sanan es a causa de llevarnos al movimiento, opuesto al letargo heredado y al deseo de los poderes que nos sujetan al silencio".

 


Si alguien se le acerca y le pregunta qué es necesario para ser escritora… ¿qué le diría?

 

Francheska Lebrón: “Leer. Leer mucho. Pero no sólo leer la palabra o leer literatura, sino, también leer una caricia, leer la sonrisa de quién amas, leer las hojas de un árbol cuando las sacude el viento, leer el beso y la lágrima. Leer la vida. Leer la justicia que merecemos como pueblo ¿Cómo podemos leer un amanecer? Te aseguro, que cuando lo descubras, podrás entender lo que se necesita para escribir”.

 

Astrid Guerra: “¡Leer! Leer hasta que te duelan los ojos, hasta que tengas una idea bien clara de la literatura que se produce en tu entorno y sepas cuál es el valor que quieres añadir. Escribir, siempre escribir. Tomar talleres. Uno nace con la inclinación y el talento. Pero eso hay que pulirlo. Editarte. No todo lo que uno escribe es publicable y hay que ser cuidadoso, discernir bien entre lo que es bueno, lo que no, y lo que puede funcionar si se trabaja un poquito más”.

 

Eduardo Rodríguez: “Tener un corazón abierto, una pluma honesta a la mano, y muchas ganas. Y claro, escribir y publicar… no dejar esas ideas náufragas en tu pecho”.

 





¿A qué aspira con sus libros, con su propia obra?

 

Ana-Loreanne Colón: “A encontrarme. Solo eso. Si en el camino logro otras cosas, maravilloso. Pero solo quiero llegar a mí, a ese lugar profundo que aún desconozco”.

 

Yamilex Carriegos: “Aspiro a que sean más los jóvenes quienes plasmen sus vivencias y se dejen sentir. Estamos en el auge de las noticias negativas y eso conlleva a mucho deterioro en nuestro bienestar. Es necesario documentar lo que queremos, transformar lo vivido en arte…”

 

Manuel A. Crespo Rodríguez: “Con la ficción aspiro a entretener. Son de seis meses a un año de trabajo para que una persona lo lea en un día o dos, pero vale la pena si causa una sonrisa o la ponderación de asuntos desde otra perspectiva. Con la poesía aspiro a explorar mejor mis emociones con la ventaja de poder comunicarlas. He dicho anteriormente que mi práctica en la poesía ha sido un experimento, pues no soy un poeta de nacimiento ni de crianza. Con la no-ficción, especialmente en las investigaciones, busco comunicar el fruto de mis hallazgos sin importar lo controversiales que sean. En última instancia, pienso que el lector es quien tiene la última palabra y quien verdaderamente puede opinar si lo que expongo es razonable y evidenciado”.

 

Wandysel Torres Galán: “Con mis libros aspiro a seguir llevando la literatura contemporánea feminista y puertorriqueña a todos lugares, seguir colaborando con escritores del patio e internacionales, compartir y adquirir experiencias de vida, poder vivir de la literatura y participar en algún certamen literario de esos que remuneran con plata”.

 

¿Qué le ocupa en estos momentos? ¿Qué proyectos creativos y literarios, si algunos, le ocupan?

 


Walberto Vázquez Pagán: “En este momento, estoy trabajando mi cuarta propuesta poética, ya que la primera fue Bajo el eco de tus pies, la segunda, Un viajero, con dos boletos y la tercera, Beso tus labios y olvido mi existencia, y una quinta, que espero derechos de autor del Congreso de los Estados Unidos".

 

Nory Malugin: “Se acerca la publicación de mi segundo poemario, Otra cosa es llamarse muerte con Editorial Pulpo. Además, sigo organizando y participando de lecturas de poesía, micrófonos abiertos y presentaciones de libros”.

 

Alexis A. Mercado Ocasio: “En el momento me ocupa la gestión de la primera actividad de poetas que estoy organizando, una lectura y micrófono abierto para dar la oportunidad de quien quiera ser escuchado lo logre”.

 

Doris Irizarry: "Actualmente sigo escribiendo para publicar un nuevo libro de poemas, quizá a finales de este año o principios del próximo. También reviso una novela que escribí hace unos cinco o seis años, y con la cual sigo trabajando de manera interrumpida. Me interesan otros géneros que leo e intento, como el haiku, la escritura minimalista. Y la pintura. Pintando interrumpo frecuentemente el proceso de escritura, a modo de receso terapéutico. Actualmente trabajo en una página de arte con la ayuda de mi hija, en la que expondré mis pinturas y de la que próximamente tendrán noticias. Espero no procrastinar una vez más”.

 

Francheska Lebrón: “En este momento, tengo un libro listo para ser sometido a publicación y otro que ya está siendo revisado por una editorial. Siento una gran anticipación por ver la luz del mundo para estos libros inéditos que he guardado con tanto cuidado. Anhelo que otras facetas de mi como poeta sean descubiertas y poder continuar mi búsqueda de una voz distintiva como escritora”.

 

Astrid Guerra: “¡Seguir escribiendo! Luego de tres años inmersa en el tema de La Bruja, me han salido unos poemas muy personales, casi existenciales. Estoy contenta con eso, curiosa sobre mi próxima etapa”.

 

Eduardo Rodríguez: “Estoy emocionado porque estoy en la recta final de mi próxima publicación. Es una novela que escribí recientemente. El proceso de crearla ha sido toda una aventura, solo comparable con los eventos que transcurren en ella. ¡Muy deseoso de compartirla con todos! En adición, un tercer libro se avecina. Estaré pronto dando forma a mi próximo poemario”.

 

Ana-Loreanne Colón: “Tengo varios proyectos, uno académico y otros creativos. Aún están en gestación, pero tengo mucha fe en ellos. Sé que marcarán un antes y un después en mi carrera”.

 

Yamilex Carriegos: “Además de asistir a los open mics del área noroeste, publiqué otro poemario titulado Estampa matutina a un caminar poético. Por otra parte, quiero romper un poco con la monotonía del verso libre para centrarme más en las octavas y décimas. Por último, me gustaría asistir a más mercados o festivales de libros para conocer otros escritores y dejarme sentir”.


Nadya Echevarría: "Mi tercer poemario se encuentra en edición. Curas insurrectas tendrá una segunda edición. Escribo para la Revista Cultural Esencia, un proyecto literario de mi pueblo Peñuelas. Nuestro plan es continuar evocando memorias, deseos e imágenes que bien pudieron perecer en el olvido, pero que con Esencia se abren a la felicidad en forma de libro (o de revista). En cada presentación se convoca al pueblo. Al presentar la última (año 3, vol 1) tuvimos el honor de contar con Ivelisse Echevarría, insigne deportista peñolana quien fuera abanderada en las Olimpiadas del 1996. En estos espacios se da un tipo de trueque de palabras, de recuerdos comunes y es algo que debería continuamente repetirse y replicarse".