Por Angelo Negrón
Reunidos en un bar de la calle Luna en San Juan comencé una ronda de preguntas:
— Oigan —Les dije— ¿Que le dirían a una mujer para recobrarla?
— Eso depende — contestó Miguel de Cervantes — pero yo le diría: Vuelve aquí, debes ser mi Dulcinea…
— Pero, eso no es un pedido; es una exigencia— lo encaré — Necesito mil palabras que le hagan ver que la necesito conmigo por las buenas.
— “Más vale una palabra a tiempo que cien a destiempo”— dijo.
— ¡Ay Miguelito! Que cierto es eso. Sólo tengo una pregunta: ¿Cómo reconozco el momento indicado? ¿Cuándo es: “justo a tiempo”?
— ¡Pues bien! Tu pregunta es valida. Sólo puedo contestar que te darás cuenta después de que hayas dicho muchas a destiempo, luego de que hayan dolido y sea tarde o bien cuando al decirlas recibas lo que esperas…Solamente tu sabrás…adelante; habla…
— Está bien…Diré una palabra... debe ser apropiada… a ver… ¡Ya sé!… La amo.
— Esas son dos palabras…
— ¡Cierto! Diré entonces el sinónimo a esas dos palabras, diré su nombre. Sería una sola palabra. Acércate te lo diré en voz baja…
— ¿Y porque tanto secreteo?
— Confió en ti, pero no así en los demás. En este bar hay muchos poetas y estoy seguro que saldrían de inmediato a tratar de enamorarla. Mira que tu mejor obra es de caballería…
— Esta bien, dímelo al oído…
— …Cierto, esa es una sola palabra, pero déjame decirte que su significado es derivado de un nombre hebreo y de la palabra antorcha. ¿Qué opinas?
— Te creo, ella fue y ha sido antorcha en mi vida. Alumbró mis noches despiertas y sigue, a pesar de todo, siendo lumbre en esta oscuridad de soledades…Sabe hacer, mas que el amor, amor y eso hemos sido, dos enamorados que pueden juntos derrumbar mil pesares, pero que separados nos hacemos débiles…Ella es la parte feliz de mi vida y la que corona mis sueños de hombre, ella es…es todo.
— Je, je, je. Tú estas enamorado…
— Ja, ja, ja Nada más cierto…
— Entonces, ¿Lucharías contra molinos?
— Si ella así lo quiere, y me necesita, allí estaré...
— Cantinero, ¡otra copa!… ( No debió decirme su nombre. Sé donde ella vive. Olvido que Don Quijote es una novela de caballería, pero también lo es de amor) — Debo irme de inmediato…había olvidado que hoy llega el cheque de las regalías de Don quijote”
— Está bien, gracias por los consejos…
— Hasta luego.
— Hey…Miguel. Olvidaste algo.
— ¿Que cosa?
— Tú en estos momentos eres producto de mi imaginación. Sé lo que piensas y no importa. Puedes ir donde ella en este instante. Te darás cuenta que me ama…
— Sólo quiero intentarlo. Llevo demasiado tiempo solo y si tú no sabes aún como hablarle ese es tu problema.
— No, no es mío, es de ambos. Ella y yo lo lograremos y si no; lo que hemos vivido juntos es superior a todas las hazañas de tus personajes…Además; si te enamoras de ella te veré de regreso muy pronto en este bar; para beber y tratar de olvidar
— Conozco lo que al alma le conviene, sé lo mejor, y a lo peor me atengo.
— ¡Vamos! No hice más que hablarte de ella y decirte su nombre y mira como estas. Imagínate si logras mirarla a los ojos. Además, ella me prefiere a mí.
— Es de vidrio la mujer, pero no se ha de probar, si se puede romper porque todo podría ser.
— Lo sé. Pero, míranos; nos amamos con todo el ser y aún así: llevamos extrañándonos sesenta y cinco días. Todavía no encontramos las palabras correctas para unirnos de nuevo. Tal como me pasó a mi te llenara el rostro de de pena.
— Mas vale la pena en el rostro que la mancha en el corazón.
— Esta bien…Inténtalo…se feliz intentándolo. Sé que no lo lograras, pero es mejor que lo intentes.
— Es tan ligera la lengua como el pensamiento, y si son malas las preñeces de los pensamientos, las empeoran los partos de la lengua…
— Si, es cierto, pero también dijiste alguna vez “Si da el cántaro en la piedra, o la piedra en el cántaro, mal para el cántaro”. Y créeme, en este caso tú serás el cántaro…
— Brindo porque no sea así…
Levante mi copa y le di la espalda. Seguí sumido en mis pensamientos. Dos horas después regresó Miguel de Cervantes, no tan solo con la pena en el rostro, sino también con la mancha en el corazón. La había visto de lejos, su hermosura lo cegó. Cuando se acercó a ella la vio observando una foto y al tratar de hablarle sólo recibió la pregunta de si sabía de qué forma recobrarme. Me puse de pie y lo abrasé agradeciéndole la buena noticia. Me acerque a un espejo continuo a la barra, busque peinarme un poco dispuesto a salir en la búsqueda de mi amada. Antes de hacerlo vi a Miguel, comenzaba a embriagarse y escribía en una servilleta mientras recitaba:
Reunidos en un bar de la calle Luna en San Juan comencé una ronda de preguntas:
— Oigan —Les dije— ¿Que le dirían a una mujer para recobrarla?
— Eso depende — contestó Miguel de Cervantes — pero yo le diría: Vuelve aquí, debes ser mi Dulcinea…
— Pero, eso no es un pedido; es una exigencia— lo encaré — Necesito mil palabras que le hagan ver que la necesito conmigo por las buenas.
— “Más vale una palabra a tiempo que cien a destiempo”— dijo.
— ¡Ay Miguelito! Que cierto es eso. Sólo tengo una pregunta: ¿Cómo reconozco el momento indicado? ¿Cuándo es: “justo a tiempo”?
— ¡Pues bien! Tu pregunta es valida. Sólo puedo contestar que te darás cuenta después de que hayas dicho muchas a destiempo, luego de que hayan dolido y sea tarde o bien cuando al decirlas recibas lo que esperas…Solamente tu sabrás…adelante; habla…
— Está bien…Diré una palabra... debe ser apropiada… a ver… ¡Ya sé!… La amo.
— Esas son dos palabras…
— ¡Cierto! Diré entonces el sinónimo a esas dos palabras, diré su nombre. Sería una sola palabra. Acércate te lo diré en voz baja…
— ¿Y porque tanto secreteo?
— Confió en ti, pero no así en los demás. En este bar hay muchos poetas y estoy seguro que saldrían de inmediato a tratar de enamorarla. Mira que tu mejor obra es de caballería…
— Esta bien, dímelo al oído…
— …Cierto, esa es una sola palabra, pero déjame decirte que su significado es derivado de un nombre hebreo y de la palabra antorcha. ¿Qué opinas?
— Te creo, ella fue y ha sido antorcha en mi vida. Alumbró mis noches despiertas y sigue, a pesar de todo, siendo lumbre en esta oscuridad de soledades…Sabe hacer, mas que el amor, amor y eso hemos sido, dos enamorados que pueden juntos derrumbar mil pesares, pero que separados nos hacemos débiles…Ella es la parte feliz de mi vida y la que corona mis sueños de hombre, ella es…es todo.
— Je, je, je. Tú estas enamorado…
— Ja, ja, ja Nada más cierto…
— Entonces, ¿Lucharías contra molinos?
— Si ella así lo quiere, y me necesita, allí estaré...
— Cantinero, ¡otra copa!… ( No debió decirme su nombre. Sé donde ella vive. Olvido que Don Quijote es una novela de caballería, pero también lo es de amor) — Debo irme de inmediato…había olvidado que hoy llega el cheque de las regalías de Don quijote”
— Está bien, gracias por los consejos…
— Hasta luego.
— Hey…Miguel. Olvidaste algo.
— ¿Que cosa?
— Tú en estos momentos eres producto de mi imaginación. Sé lo que piensas y no importa. Puedes ir donde ella en este instante. Te darás cuenta que me ama…
— Sólo quiero intentarlo. Llevo demasiado tiempo solo y si tú no sabes aún como hablarle ese es tu problema.
— No, no es mío, es de ambos. Ella y yo lo lograremos y si no; lo que hemos vivido juntos es superior a todas las hazañas de tus personajes…Además; si te enamoras de ella te veré de regreso muy pronto en este bar; para beber y tratar de olvidar
— Conozco lo que al alma le conviene, sé lo mejor, y a lo peor me atengo.
— ¡Vamos! No hice más que hablarte de ella y decirte su nombre y mira como estas. Imagínate si logras mirarla a los ojos. Además, ella me prefiere a mí.
— Es de vidrio la mujer, pero no se ha de probar, si se puede romper porque todo podría ser.
— Lo sé. Pero, míranos; nos amamos con todo el ser y aún así: llevamos extrañándonos sesenta y cinco días. Todavía no encontramos las palabras correctas para unirnos de nuevo. Tal como me pasó a mi te llenara el rostro de de pena.
— Mas vale la pena en el rostro que la mancha en el corazón.
— Esta bien…Inténtalo…se feliz intentándolo. Sé que no lo lograras, pero es mejor que lo intentes.
— Es tan ligera la lengua como el pensamiento, y si son malas las preñeces de los pensamientos, las empeoran los partos de la lengua…
— Si, es cierto, pero también dijiste alguna vez “Si da el cántaro en la piedra, o la piedra en el cántaro, mal para el cántaro”. Y créeme, en este caso tú serás el cántaro…
— Brindo porque no sea así…
Levante mi copa y le di la espalda. Seguí sumido en mis pensamientos. Dos horas después regresó Miguel de Cervantes, no tan solo con la pena en el rostro, sino también con la mancha en el corazón. La había visto de lejos, su hermosura lo cegó. Cuando se acercó a ella la vio observando una foto y al tratar de hablarle sólo recibió la pregunta de si sabía de qué forma recobrarme. Me puse de pie y lo abrasé agradeciéndole la buena noticia. Me acerque a un espejo continuo a la barra, busque peinarme un poco dispuesto a salir en la búsqueda de mi amada. Antes de hacerlo vi a Miguel, comenzaba a embriagarse y escribía en una servilleta mientras recitaba:
— En un lugar de la mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…
Desde mi Ventana
ResponderBorrardesperte un dia
contemplando el horizonte
entre las nubes
que disipaba el viento
la Montana de Recuerdos
inhundaba mi alma.
El Encuentro de almas gemelas
que se buscan y se desean
solo me resta la Sorpresa
de consultar el Horoscopo
buscando respuestas
que solo en tus labios encontraria.
Sin banderas cultivamos
sentimientos que
adornaron nuestro
parque en muchos
atardeceres.
Hoy alimento mi corazon
de todas las experiencias
hermosas que vivi contigo
De cada beso ardiente
De cada caricia furtiva
De cada abrazo solemne
De cada mirada latente.
Con tus dedos explorando
cada rincon de mi ser
y reviviendo las noches
que juntos compartimos
te propongo conservarte
en mi alma y en mi ser.
Y en la palabra que brota
de nuestras mentes paraiso
saber de ti, conocerte mas
saber de mi, concerme mejor
y entender que nacimos
para encontrarnos,
amarnos y cuidarnos
No dudo ni un segundo
que llevamos muchas vidas juntos
pues la necesidad de tu existir
de tu experiencia, de tu sentido
es vital en mi vivir.
Acaricio las hojas que nacen de tus brazos
ResponderBorrarrobusto arbol de ramas ardientes.
Se alborotan mis poros que seducen al viento
y en tus ojos veo el anhelo de sentirte a mi lado.
En tu tronco saciare mi delirio
sacudiendo la noche de besos sedientos.
La oscuridad sera mi guarida para despojar
el alma que se ensancha en fatiga.
Comere de tus frutos, descansare en tu sombra
y en tus raices construire mi casa
Sere la yerba que acompana tu espacio
como enredadera decorare tus sentidos
y seremos arbol, sol, viento y fruto
seremos uno para siempre.
Te agradezco tu sombra,
tus espacio, tu fruto
y por dejarme ser
una hoja en tu vida.
Gracias por cuidar las raices
que acompana nuestro relacion
y por regar mi corazon
con besos y caricias
fundidos en alimento
para nuestras alma.
Si solo aparecieras
ResponderBorrarte adornaria los ojos
con besos aterciopelados.
Si solo aparecieras
te dormiria en mis brazos
sonando con el eden encantado.
En tus ojos veria el camino
que conduce mis lentos pasos
y seduciria el viento
tu aliento silente.
Te posaria en mi alma
inundada de desvelo
descansando el recuerdo
de que vuelvas a mi lado.
Amor no te vayas
quedate...quedate.
Sonrie la manana
con sus goces de azul cielo
el rocio sacude mi guarida
despertando un mundo nuevo.
De tus manos bebo el deseo
cultivando la pasion
que nace de tu pecho
alienta el espiritu
por amarte a lo lejos.
Si solo aparecieras
te esconderia en la epidermis
de mi sentido aventurero
desponjando malicia
y enamorando al lucero.
Si las palabras puedieran expresar
lo que ahora mismo siento
se encenderia el teclado
de amor y deseo...
Extrano tus dulces manos
acariciando mi cintura
y tus ojos como clavados
en mi alma perdura.
Solo espero que llegue el dia
en el que no te vas de mi lado
Ante mi respiro
ResponderBorrarlas pinceladas de tu presencia
te extrano y te encuentro
en mis pasos, en mi suspirar.
Te mueves junto a mi
como el viento acaricia mis rodillas
y te siento muy cerca.
Tus manos acarician mi espalda
esa que inspira versos de terciopelo.
Tu mirada atraviesa mi alma
sucumba el espiritu enamorado.
Destierras de mi ser
sentimientos alborotados
de pasion y miel.
En tu pecho levante mi casa
donde tambien guardo las experiencias
de mi vida contigo.