miércoles, febrero 28, 2024

En las letras, desde Puerto Rico: Anticipo, invitación y viaje a la poesía

 por Carlos Esteban Cana


Compartir esta presentación que escribí hace un poco más de seis años me trae agradables recuerdos de tres personas que, aunque ya no están en este plano, sí permanecen en la memoria: el escritor Fernando Cros, a quien conocí en la librería “La Tertulia” cuando promocionaba su libro Fragmentos del habla en el 2009; a doña Deledda Cros, viuda del escritor, quien me invitó a presentar la revista Cayey dedicada al poeta; y Heida Zambrana, directora en aquel momento de la legendaria publicación periódica del Recinto de Cayey de la Universidad de Puerto Rico. Este evento ocurrió el 3 de noviembre de 2016 en el Museo de Arte Dr. Pío López Martínez como parte del 50 aniversario de la institución universitaria.

Este boletín ya había publicado en el 2011 una edición acerca de la vida del poeta, reproducida en el blog Panaceas y Placebos, titulada Homenaje a la buena poesía: enbúsqueda de Fernando Cros. Hoy volvemos hacer lo propio con agrado pues estas reflexiones sobre las páginas de Cayey en torno al escritor conservan su propósito; sirven de anticipo, invitación y viaje a su estética y a su poesía.     


Una visita al poeta: Impresiones acerca de la revista Cayey dedicada a Fernando Cros

por Carlos Esteban Cana*

La magnitud del homenaje que la revista Cayey le hace al poeta Fernando Cros en esta elegante
edición que hoy presentamos, convierte esta nueva edición en una pieza de coleccionista. Este servidor que ha estado involucrado con la producción de publicaciones periódicas desde 1988 no la puede ver de otra manera.

Si observamos la estructura de la revista Cayey # 97 podemos ver los ángulos medulares en torno a la obra de Fernando Cros. En primer lugar nos encontramos con una antesala biográfica conformada, por un lado, por las palabras que el maestro Antonio Martorell utilizó para evocar al amigo-poeta en la despedida de duelo; y, por el otro, por ese conmovedor ensayo en el que la educadora, artista plástica y crítica de arte Deledda Cros, esposa del poeta, testimonia una vida plena de almas gemelas unidas por el arte y el Amor, Amor, en este caso, con mayúscula; ambos escritos permiten ver y conocer a ese ser humano llamado Fernando Cros, y esto es de particular utilidad para quienes no lo conocimos personalmente. Es como si a través de las reflexiones de Antonio y Deledda, el poeta llegara a esa antesala para darnos él mismo la bienvenida.

En segundo lugar, nos topamos con las entrevistas, conversaciones que sostuvo Cros de una manera uotra con el director de la Academia Puertorriqueña de la Lengua José Luis Vega, con la guionista Alba Gómez Escudero, con la directora teatral Rosa Luisa Márquez y con el artista plástico Antonio Martorell. Se me antoja visualizar estas conversaciones en la biblioteca de la casa. Al amparo de los muchos libros que hoy conforman la Sala Fernando Cros en el recinto Metro de la Universidad Interamericana.

Luego me desplazo hacia lo que la crítica especializada manifiesta acerca de la obra del poeta. En esa sala me encuentro con la Catedrática María Teresa Bertelloni, con el escritor y educador español Antonio Agulló Albert, con el filósofo puertorriqueño Francisco José Ramos, y con el pensador cubano Pedro Subirats. Cada uno desde su particular visión arrojan luz acerca de libros medulares de Fernando Cros: Crónica de un hombre solo; Fragmentos del habla y Aforismos de la lentitud. Al final el crítico literario Luis de Arrigoitia sintetiza la sabiduría reflexiva que hay en la poesía desarrollada por el escritor.


Ya en la terraza, y después de la cena, todos los invitados presenciamos un recital de Fernando Cros en su propia voz, porque leer a un poeta es una forma de escucharlo. Es así que degustamos una selección del libro Signos, un cuento titulado Primera historia popular, una reseña suya sobre una novela de Juan José Millas, una entrevista que le cursó en México al escritor colombiano Álvaro Mutis en la década del 80, y también sus reflexiones en torno a una instalación realizada por el artista Carlos Cancio en la Galería Viota, y a la exposición Tradiciones afrocaribeñas: espiritualidad, arte y resistencia presentada en el Centro de Exposiciones Casa Escuté en el 2007.

Pero de esta visita a la estructura que presenta este número extraordinario de la revista Cayey, quiero detenerme en la tertulia que ocurre con el escritor en la biblioteca, es decir en la parte dedicada a las entrevistas. Y de ellas focalizaré en algunas impresiones que el poeta ofrece sobre su obra. A mi modo de ver en esos intercambios Fernando Cros se convierte en un Catedrático excelso de la buena poesía…

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En entrevista con Alba Gómez Escudero, el Poeta manifiesta:

La poesía es sobre todo mucho trabajo. Yo creo en esa labor de reescritura permanente; es algo que no se acaba nunca o si se acaba es por abandono, cansancio o dejadez. Uno de los poetas contemporáneos de España, Antonio Gamoneda, tiene esa misma visión de la reescritura como un acto permanente que yo reivindico para mi propio trabajo poético. Como nuestras perspectivas cambian, el poema también puede cambiar. Más que el contenido, lo que busco es un tipo de precisión melódica; esta no tiene que ver con la rima ni con la métrica, sino con una forma particular de respiración.

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En respuesta a Rosa Luisa Márquez, en el programa 1, 2, 3 probando, reflexiona el Poeta:…

Hay algunos poemas en los libros que yo he escrito que tienen mayor carga rítmica y que son más proclives a ser leídos en voz alta. Pero no es una ley o un principio regulador de mi poesía. Yo lo escribo, y lo escribo cuando no tengo más remedio porque yo creo lo que decía Gonzalo Rojas de que “los poemas hay que evitar escribirlos, solamente cuando una idea, un ritmo o una melodía se vuelve obsesivo y no puedes hacer otra cosa que escribirlo para sacártelo de encima, pues lo escribes”.

O sea, mi obsesión no es escribir poemas. Los escribo cuando no me queda otro remedio.

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Cuando el escritor José Luis Vega le pregunta acerca de la tensión entre dos contenidos semánticos, la palabra y el silencio, el Poeta contesta:

Me parece que hay un hiato entre el mensaje y la recepción, y que, en gran parte, es debido a la naturaleza de la lengua, a sus características y particularidades morfosintácticas, al tipo de paradigma que la ha ido conformando históricamente. Por otro lado, el lenguaje, como todos sabemos, es un conjunto de símbolos que no retrata sino que señala hacia aquello que origina el mensaje, pero que, desgraciadamente la lengua solo puede estructurar en términos lingüísticos, que no son idénticos a las pulsiones, las urgencias, las reacciones sensoriales y/o bioquímicas que movilizan a un sujeto que dispara ese reactivo semiótico-literario, desplegando una compleja red de estrategias, que luchan por abrir una vía de comunicación entre el escritor y el lector.

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Y concluyo este florilegio de reflexiones del poeta Fernando Cros con una cita suya que incluyó Deledda Cros en ¿Existen las almas gemelas?:

“El poeta como el artista, en tiempos de crisis, indagan mundos alternos que nos sirven como instrumentos de consolación”.

 

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*El autor de esta presentación es escritor y comunicador puertorriqueño.

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