domingo, mayo 31, 2020

En las letras, desde Puerto Rico. Serie de los archivos: Apuntes de la escritora Magaly Quiñones sobre su trayectoria poética

por Carlos Esteban Cana

Puerto Rico aún celebra los 50 años de la publicación del primer libro de la Poeta Nacional Magaly Quiñones. Ese acontecimiento sucedió el 20 de agosto de 1969. “Entre mi Voz y el Tiempo” fue el título de ese primer poemario. Cinco décadas después y 17 libros publicados hasta la fecha, ya el sello distintivo de esta escritora boricua, nacida en 1945 en Ponce, es más que claro y reconocible. Poesías suyas como Pier 17 (Me quedo lela), Tengo un mal o Para mejor mirarnos, son solicitadas en cada recital que ofrece Quiñones. Poco a poco el lector está haciendo suya esa poesía que la escritora ha sembrado consecuentemente durante cinco décadas, fiel a su oficio. Lo que le ha permitido recibir valiosos reconocimientos como el Premio Mairena, el Premio Pen Club al mejor libro de Poesía, la Medalla del Instituto de Cultura y el Premio Alejandro Tapia y Rivera, entre otros. Y de igual manera, con el paso del tiempo, ha habido instituciones y personalidades de la cultura puertorriqueña que, en más de una ocasión, han manifestado su apoyo a la candidatura de Magaly Quiñones para el Premio Nobel de Literatura.

Hoy “En las letras, desde Puerto Rico” y como parte de la Serie de los archivos, compartimos desde Confesiones la ponencia que ofreció Magaly Quiñones acerca de su trayectoria durante el evento que marcó el 45to aniversario de la publicación de su primer poemario. Esto sucedió en el centro de actividades que se conoció como Plaza de la Cultura (en Hato Rey) el 20 de agosto de 2014. El recital llevó por tituló “La poesía necesaria de Magaly Quiñones” y en el mismo participaron las escritoras Elsa Tió, Beatriz Santiago Ibarra, Aurora Sonilú Pérez y la guitarrista Nélida Cortés. Ahora le cedemos la palabra a esta gran poeta boricua y caribeña, autora de importantes poemarios como Era que el mundo era, Nombrar, Sueños de Papel, o Pasión y libertad. Con ustedes, Magaly Quiñones.

Notas en torno 45to aniversario

Magaly Quiñones: “Comienzo por aclarar el título de la actividad. La he llamado POESIA NECESARIA por varias razones. Llevo más de la mitad de mi vida dedicada a la literatura ya que comencé a escribir a los 8 años. Los 3 poemas que leyeron las compañeras poetas son poemas repentistas, o sea, escritos de repente, provocados por alguna sacudida emocional. La muestra que leeré da fe de que mi poesía parte de vivencias, experiencias propias o ajenas. Otros poemas, inevitablemente, han sido creados por encargo para satisfacer una necesidad del peticionario. Este quehacer me ha llevado a leer mi poesía en diversos países de América y Europa y en lugares e instancias tan insospechadas como funerales, bodas, cumpleaños, centros de salud mental, hogares de envejecientes, plazas públicas, hospitales, escuelas, hoteles, cafeterías, barras, iglesias, etc. De ahí el que mi poesía fluya por dos vertientes: la poesía amorosa -natural en mí-, y la poesía social. Debo dar gracias porque me crié en un ambiente propicio, hogar de escasos recursos pero siempre abierto a las artes. Mis padres se ocuparon de guiarme y alentarme en el camino de la creación literaria. Y, como siempre digo a los niños cuando visito las escuelas: ‘Para llegar a ser un buen escritor o un buen pintor, primero hay que aprender a mirar, mirar con detenimiento para poder ver lo que los demás no ven, bien sea porque miran el todo sin apresar los detalles o porque van de prisa y obvian lo importante, lo verdaderamente esencial. Lo que solo se ve con los ojos del alma, como diría el Principito de Saint Exupery. Como me gustan todas las expresiones del arte he incursionado, en diversas etapas de mi vida, en la música (en mis años de Universidad, canté en un trío); luego tomé cursos de pintura y artes gráficas –de ahí el que haya podido ilustrar algunos de mis libros; también tomé cursos de periodismo; y aprendí a hacer tallas en madera. Y por ser hija de un obrero nacionalista, cobré conciencia de los males sociales, a muy temprana edad, y escribo poesía de protesta, poesía ecológica y educativa. El haber vivido en la diáspora, en tres estados de la nación americana, reforzó mi lucha porque miré de lejos y objetivé los problemas de la Isla”.

“Puedo decir que mi voz se ha levantado en muchas ocasiones para combatir el abuso contra la mujer, contra los niños o contra cualquier otra injusticia. No niego que, precisamente por ser mujer en un mundo dominado por los hombres, el proceso de hacer valer mi voz ha sido difícil. Pero, eso -poco a poco- ha ido cambiando. Si hoy hablamos de Neruda, Benedetti, Nervo, Lorca y Machado…, también podemos hablar de Julia, Clara, Gabriela, Alfonsina, Sor Juana y Teresa de Ávila. En el 1969, conocí a la gran poeta arecibeña Carmen Alicia Cadilla, ella leyó mis versos y me recomendó que los publicara de inmediato. Al principio sentí temor ante esta gran responsabilidad pero ella me alentó y dijo: ‘Yo te ayudo’. Así nació mi primer libro. El dibujo de portada lo hizo el gran pintor y amigo Toño Martorell; y los dibujos interiores los hizo otro arecibeño, Ernesto Álvarez. El prólogo lo escribió el destacado periodista -del ya desaparecido periódico El Mundo-, Don Pepe Romeu. El editor fue un español, José Nieto, amigo de Carmen Alicia, quien se llevó el manuscrito a la editorial Juan Ponce de León en Castilla y un mes después lo envió (ya encuadernado) por barco a San Juan.

Para cubrir los gastos de la publicación acudí a mis amigos universita-rios y a una profesora inolvidable que organizó charlas, rifas, recolectas, hasta que se completó el total. Me refiero a la educadora y promotora cultural, Maude Enid Routté. El recibimiento que se le dio a este libro en Puerto Rico por parte de escritores e intelectuales como Josemilio González, Wilfredo Braschi y Enrique Laguerre, entre otros, me motivó a seguir en el oficio que hoy, 45 años después, celebro con ustedes. Aparte de las incontables lecturas que he hecho a través de mis estudios, también he conocido personalmente muchos personajes o figuras públicas que han influenciado mi escritura. Algunos de los que recuerdo de forma destacada son: en mi infancia a Marilyn Monroe y, en mi temprana juventud, a Diana Ross, Salvador Dalí, Paolo Freire, Mario Benedetti, Isabel Allende y uno que conocí siendo estudiante universitaria y que cambió mi forma de pensar: el poeta nicaragüense, Ernesto Cardenal. Por eso he incluido en esta lectura la Carta Abierta –de mi epistolario- que hice llegar a sus manos días después de su despedida, por medio de un amigo. En el ámbito local, conocí de niña a Don Pedro Albizu Campos y, posteriormente, en mi juventud, a Juan Antonio Corretjer, Clemente Soto Vélez, Graciany Miranda Archilla, Pedro Juan Soto y Abelardo Díaz Alfaro, entre otros. Con todos ellos estoy en deuda y tengo mucho que agradecerles”.

La Poesía es necesaria porque propicia y aumenta nuestra sensibilidad. La Poesía es necesaria porque edifica el espíritu además de fomentar y desarrollar valores. La Poesía es necesaria porque nos da voces de alerta ante los peligros cotidianos. La Poesía es necesaria porque nos alienta a buscar y perseguir la bondad y el asombro que nos provoca el enfrentarnos con la Belleza.


“Muchas gracias”.



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