Ganadores del Certamen Literario 2015

DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS HISPÁNICOS EN CAYEY·MIÉRCOLES, 23 DE MARZO DE 2016





Poesía: 

"Meteorología social", Emanuel Muñoz Coreano (1er lugar) 
“¡Soy poeta!”, Cristian A. Rabelo Martínez (2do lugar) 
“Bébeme”, Miguel A. Algarín Calixto (3er lugar) 
“Poesío”, Pamela Fontánez Betancourt (Mención de honor) 
“Luz”, Christian J. Rivera Cátala (Mención de honor) 
“Cárcel”, José Miguel Fernández González (Mención de honor) 
“Mientras siento tu cuerpo”, Cristian A. Rabelo Martínez (Mención de honor)  

Ensayo:

"Prototipo de fealdad", Valerie Meléndez Ortiz (2do lugar) 
“Cosas que me cansan”, Rebekah Montes Berrios (Mención de honor) 
“Entre traviesos nos entendemos”, Emanuel Muñoz Coreano (Mención de honor)

Cuento:   

“Página en blanco”, Miguel A. Algarín Calixto (1er lugar)   
“Pandora”, Jennifer I. Vega Sánchez (2do lugar)   
"La montaña hueca", Emanuel Muñoz Coreano (3er lugar)   
“El tamaño de las hormigas”, Josué Álamo Ramírez (Mención de honor)

viernes, marzo 11, 2016

Nos pasamos de la raya -Convocatoria



Solicitamos textos creativos


La frontera se ha caracterizado como un lugar de vanguardia que se instala en el borde, en la línea, en los márgenes. Lugar que no se limita a lo geográfico y geopolítico sino que incluye fronteras metafóricas, de género, de clase, al igual que identitarias. El primer volumen de Nos pasamos de la raya/We Crossed The Line, compuesto por diecisiete textos de diversos géneros y quince autores, se publicó en Mayo del 2015 y ha sido ampliamente acogido por el público y la crítica en ambos lados de la frontera. Para adquirir una copia del primer volumen de esta antología pueden visitar: http://www.amazon.com/pasamos-raya-crossed-Spanish-Edition/dp/1511732741

Para mantener este recién nacido pulso transcultural y en base a esta temática se hace un llamado a autores de crónica, cuento, poesía, textos híbridos o trans-genéricos a presentar obras que fluyan bajo estas dinámicas. Los textos se someterán a un dictamen editorial. El propósito es producir una antología contemporánea bilingüe y bicultural que como conjunto refleje los procesos fluidos y cambiantes propios de una identidad transfronteriza, que no se limite a la frontera entre los Estados Unidos y México, pero con una apertura a esta dinámica de transgresión entre múltiples fronteras.

Visita la página de Facebook para ver fotos de las presentaciones del Volumen 1 de
Nos pasamos de la raya/We Crossed the Line.


Fecha límite de recepción de textos: Viernes, 15 de abril 11:30pm.
Esto es un evento en linea así que debe enviar sus textos antes de la fecha límite a: nospasamosdelaraya@gmail.com

Pautas

1) Solo se aceptarán obras inéditas escritas en inglés o en español y traducidas por el autor (o que la traducción esté dirigida y evaluada por el autor). No se aceptarán re-ediciones.

2) Máximo 5,000 palabras para prosa, tres poemas para poesía.

3) Escritos en Times New Roman 12 a espacio doble

4) Los textos en su versión original y traducción, deben ser enviados por correo electrónico a nospasamosdelaraya@gmail.com y deben estar acompañados por una nota biográfica del autor que no exceda las 200 palabras.

5) La fecha de cierre de la presente convocatoria y, por tanto, el último día para la recepción de las obras, será el 15 de abril del año en curso.

6) Los autores de los textos elegidos para formar parte del Volumen 2 de Nos pasamos de la raya/We Crossed The Line, serán notificados de la aceptación vía correo electrónico a más tardar el 15 de mayo.


Cualquier duda, favor de dirigirla a las editoras RE Toledo y Lori Celaya vía correo electrónico. 

Muchas gracias por su consideración.

jueves, marzo 03, 2016

Letrinas de labios ciegos

Por Luis Francisco Cintrón Morales
 Desde el aire gris se respiraba la imagen de un suelo de pieles blancas, repleto de sombreros de cuero y máscaras puntiagudas y crucificadas. La nieve de las pasadas semanas se había derretido y el sol abundaba, dejando sus tenues destellos sobre la cima de las frías montañas circundantes. Banderas de stainless steal, gorras rojas y vocablos extraviados se unían exclamando el nombre de aquel que traducía, con astucia coloquial, cada herramienta necesaria para exacerbar a la masa, lo necesario para ganar el apoyo. Este hombre buscaba al convertirse en presidente cubrir cada límite de los territorios con la tela oscura de un colosal globo desteñido y explotado.
El viento cenizo levantaba un lomo cabelludo, ralo y desorientado desde su cabeza mientras ahorcaba la imagen de latinos y otros extranjeros, con aplausos fúnebres como trasfondo. No había himno que aguantara tal hipocresía y nostalgia. La vergüenza y lógica de una mayoría no acobardaba la ineptitud del vitoreo, de las pancartas, del odio humanizado e inminente repetición de pasadas desgracias. Un hilo amarillento unía trazos de la tela oscura. El hombre de bolsillos angostos fulminaba con hiedra venenosa la portada de los diarios, las conversaciones matutinas en los trenes y los almuerzos entre compañeros mientras veían las noticias en la televisión. Desde la tierra, fertilizada con las cenizas de osamentas quemadas durante una memoria infrahumana, brotaban los mismos pasos que en siglos pasados anhelaban exterminar las sangres prohibidas. La masa no se asustaba con las osamentas soterradas, incluso sugirieron taparlas con una pared de cemento para no interrumpir la trayectoria del viaje.
Un largo pasillo de seguidores del magnate empujaba y agredía verbalmente a una joven negra. Al final de tal pasillo un veterano de la guerra, viejo protector de las cincuenta estrellas, ponía sus dos manos cayadas sobre los hombros joviales de la diversidad, en una renacida temporada de cacería. En el podio explotaba otra dinamitada mentira, los otros volvían a aplaudir. El engaño subía de tono y todos la repetían, a coro, como si un grupo de rock and roll estuviera en medio de un concierto. Se prometían paredes, invasiones, corredores de la muerte, deportaciones…
Al ver y escuchar el fugaz cintillo insensato de contracciones humanas, los detractores imaginaban una grúa gigante, de esas que chocan con los climas cambiantes que muchos ignoran, cayendo desde la azotea de un rascacielos neoyorquino. Visualizaban un gran muro ordinario, macizo, con puntas de lenguas venenosas como relieve, con una tiara repleta de púas anti-corrosivas. Cada filo portaría un hambre ártica, como el oso polar que comete canibalismo al devorarse a un cachorro por falta de focas en medio del deshielo. Paredón alto, con fuegos sin lumbre ni sombras, siglos de plástico enclaustrados en el armazón; como si la humanidad no hubiera avanzado y a lo lejos regresaran los T-Rex y anquilosaurios.
El hombre necio, con una cantidad de dinero desconocida, porque hasta en eso mentía, con apellido maquillado con consonantes eliminadas, continuaba sobre la tarima de un municipio diminuto, su conversatorio burlándose de sus homogéneos, de la gente de pueblos pequeños. Pero no importaba, la claque seguidora se alebrestaba con cada insulto que el hombre lanzaba al aire gris. Desde lejos se respiraba el hollín de hornos recién comprados al recibir sus primeras calenturas, para evitar que ocurrieran desperfectos cuando llegara el momento de lanzar cuerpos. 
Los ataques de sus rivales crecían, pero el apoyo no mermaba. Lo que fue un chiste al inicio se había convertido en una pesadilla al final. El miedo recuperó las tierras sumergidas por un período existencial coloso, lleno de esperanza y patriotismo. El hombre del pelo silvestre, como si fuera otro de esos proyectos quebrados, promovidos por sus corporaciones, mandaba a edificar las primeras barras de una celda que caería desde el cielo sobre todos esos espacios definidos como intrusos, socialistas y difamadores… ¡Los demandaré! Era parte de su eslogan hasta que presidió. Ser presidente era la última cabeza dentro del cuarto de trofeos con cabezas de animales selváticos.

Y los cuerpos volvieron a colgarse de las ramas. Se quemaron cerros de libros. El armamento militar pobló las calles. Las puertas no lograron proteger el coraje por parte de una letrina con labios ciegos. La nación volvió a ser lo que fue.

***

Luis Francisco Cintrón Morales nació en San Juan, Puerto Rico en el 1976.  Es autor del poemario Microgramas de sol (micropoesía) publicado con la editorial Casa de los Poetas y del libro de narrativa La Ciudad en mi estómago con la editorial Verde Blanco Ediciones. Además ha sido publicado en antologías, blogs, revistas y periódicos electrónicos en Puerto Rico, España, México y Argentina, por su poesía, narrativa, ensayos y columnas deportivas y de crítica social.