Cien años de Caricaturas Políticas Puertorriqueñas: 1898-199


El Presidente
y el Pleno de Numerarios
de la Academia Puertorriqueña de
Jurisprudencia y Legislación,
le invitan a la
Presentación del libro

Cien años de Caricaturas Políticas
Puertorriqueñas: 1898-1998,
del Numerario,
doctor Carmelo Delgado Cintrón.

por la
profesora Chloé Georas,
de la Escuela de Derecho
de la Universidad de Puerto Rico,

el martes, tres de febrero de dos mil quince,
a las siete y treinta de la noche, en el salón L-3,
de la Escuela de Derecho

de la Universidad de Puerto Rico.

lunes, enero 26, 2015

Corteza


Por: Luis Francisco Cintrón Morales

      ―Recogimos los cuerpos de nuestros hermanos y los enterramos en fosas comunes; esperábamos algo parecido, pero no tan exagerado.  Ayer éramos más de cien, hoy, pues a todos lo que ves aquí― le mencionó Mora, nuestro líder, a un periodista durante aquellos enfrentamientos que sostuvimos con los policías y los soldados del gobierno en medio de las protestas en contra del abuso ambiental por parte del gobierno y otras entidades de la elite nacional. Aquellos tiempos eran críticos para el pueblo; las autoridades se vertían completamente contra quienes protestaran directamente con sus decisiones. En días recientes, la legislatura había creado una ley especial la cual permitiría el arresto de todo aquel que se interpusiera con los trabajos de los contratistas que talaban los árboles y removían terrenos.  Explicaba el legislador Santiago durante el acto de la colocación de la “primera piedra” para la construcción de un hotel de 150 habitaciones en la costa este:
―El país no se puede estancar ni dejar manipular por estos grupos ambientalistas que lo único que quieren es parar el progreso de nuestro país, la búsqueda de fuentes nuevas para la generación de ingresos y dinero nuevo para las arcas de nuestro Fondo Nacional.  La contracción económica que vive el país exige un paso más agresivo y, por ende, ampliamos nuestra capacidad turística, industrial y de viviendas ya que necesitamos habilitar hogares cerca de las áreas de producción.
―Pero legislador― cuestionaba una periodista, ―Ciertos grupos tienen un reclamo válido ante la deforestación y la mala planificación de los terrenos del país, ¿cuál será su estrategia ante tales argumentos? ¿Cómo lograrán enfrentarse a estos grupos que no dan tregua a sus acciones?―
A lo que el legislador respondió: ―Haremos todo lo posible pensando en el pueblo entero y no en un pequeño grupo que lo que hasta ahora ha hecho es interrumpir nuestros avances, sin ideas o soluciones concretas a nuestra grave situación economía actual.
En las mañanas, durante días, se alcanzaban a ver ciertos vehículos a horas exactas frente a las residencias de quienes se manifestaban en contra de las posiciones gubernamentales e incluso hubo integrantes de nuestro grupo que se convirtieron en fantasmas verdes en una cuevilla frente al manantial que nos servía como cuartel donde llevábamos a cabo nuestras reuniones. En un periodo de dos semanas fueron diez los desaparecidos. Teníamos razones de peso para concluir que esos vehículos estacionados frente a las casas de los manifestantes tenían algo que ver con las desapariciones. Pasaban días en lo que algunos compañeros llegaban llorosos al enterarse de las desapariciones o intentos de secuestros por parte de hombres con guayaberas blancas y pantalones marrones a quienes les encantaba arrinconarnos en colmados y farmacias y amenazarnos con tirarnos al fondo del mar.
 ―A Mario―, contaba Ana, ―mientras iba al trabajo montado en su bicicleta el pasado martes, un carro azul marino con tablilla color amarillo, le pasó por el lado dándole un golpe con el espejo retrovisor al manubrio de la bicicleta causando que Mario se cayera. Algunos testigos dijeron que vieron bajarse del auto a tres tipos, quienes lo agarraron y lo metieron en el asiento de atrás del carro y se marcharon a toda prisa. Su hermana está desesperada y su novia, ni hablar. Mario nunca apareció.
―¡Abusadores!― gritaba Mora compungido, ―Es que esto no puede seguir ocurriendo― concluía. 
―¿Y qué haremos?― cuestionaba Ramón mientras Mora quedaba en silencio, pensativo y mirando el fondo del manantial. Al fondo de la “Cuevilla del Manantial”, donde estaban reunidos, Banny lloraba sin cesar frotando sus manos sudorosas y mordiéndose los labios.  Mostraba las fotos de su primo Alberto con las piernas rotas y sin dos de sus dedos de las manos. Su frente mostraba como si le hubieran caído a palazos. Su cuerpo lucía inflado como si hubiera llevado días bajo el yugo del abuso.  En las imágenes se veían unas fotos sobre su cadáver en las que aparecía Alberto manifestándose contra la planta de incineración del sur el pasado mes de febrero. 
―¡Enfrentémoslos!― gritó Mora frente a un poco más de veinticinco compañeros en la Cuevilla del Manantial tras golpear una pequeña mesa de madera que usaban como escritorio cuando tomaban notas de los asaltos y otros eventos en contra de los compañeros.
―Paremos este abuso, podremos perder la vida, pero no la eternidad. El pueblo recordará, el mundo acechará a los culpables de estos atroces crímenes contra personas y contra la naturaleza. 
Los allí presentes no sabían a lo que se exponían y para avivar su decisión, comenzaron a contar anécdotas de persecuciones, abusos, intimidaciones y entre todo, del daño que le hacían a un país ya en vías de deforestación y en decadencia social.  Ramón sacó una botella de pitorro, sirvió un poco dentro de unos vasos plásticos que tenían y brindaron por lo que venía.
―Por nuestros hermanos que ya no están físicamente, hagámosles justicia y protejamos el futuro del país― brindó Ramón.
El gobierno hacía de las suyas, jugaba con el futuro del país impulsado por el poder imperial de los Estados Unidos. Los líderes ignoraban cualquier advertencias; conclusiones de estudios; manifestaciones por parte de varios sectores, tanto ciudadanas como de empresas privadas; gobernaban a sus anchas y con una falta de respeto general a las necesidades del pueblo. A diferencia de otros países donde los insurgentes peleaban exclusivamente por problemas económicos o políticos, nosotros peleábamos por la tierra, por el oxígeno, por los pulmones de nuestra gente y, ahora, por nuestros hermanos caídos. En nuestro país construían vertederos en el norte, incineradoras en el sur, gasoductos de este a oeste, contaminaban los sumideros, vendían los terrenos agrícolas a compañías foráneas para el cultivo de semillas biotecnológicas mientras se mantenían al margen los programas de reciclaje y continuaba la importación de alimentos elaborados con químicos, prohibidos en el 80% de Europa.
―La historia se repite― mencionaba Mora. ―Es absurdo como al siglo XXI continúan con la misma práctica que efectuaban los Mayas y que llevó a esa dinastía al colapso de su existencia. ¿Qué mejor ejemplo que Haití? ¿India? Sus poblaciones son enterradas por los aludes en unos casos, su tierra era infértil en otras áreas y las sequías provocan la falta de agua y alimentos en otras regiones.  En Brasil continúan podando gran cantidad de la Selva Amazónica, pulmón del planeta, si hacen esto, ¿a qué le van a tener respeto?
Un jueves de madrugada, comenzaron a desatarse los encuentros entre manifestantes y oficiales del gobierno. Fueron días caóticos. Las franjas de insurgentes se multiplicaban en grupos pequeños. Se movían como sombras por cada recoveco de las oficinas del gobierno.  Llenaban con gasolina miles botellas en cristal y hundían medias encendidas con fuego y las lanzaban sobre vehículos oficiales causando incendios.
―Rodrigo, ve con Ana y forma un grupo de diez o quince personas y vayan al muelle― Ordenó Mora.
―¿Y si esperamos a que la legislatura entre en sesión y acorralamos las entradas y salidas del Capitolio?― preguntó Ramón quien llevaba tres tanques de gas en su guagua con la intención de crear señuelos en caso de que lo persiguieran.  Fue el origen de un pueblo en pura reinvindicación, harto del abuso por parte de una sociedad elitista que actuaba como la mafia.
―Usen todas sus convicciones como motivación, si se rinden hoy, seremos rehenes por el resto de nuestras vidas― gritaba Mora mientras se encontraba encima de un monumento en bronce en la Plaza Morisca.  Edificios, vehículos oficiales, oficinas de contratistas, camiones de construcción, todos recibían el castigo de los manifestantes.  Al cabo de seis horas, las plazas se llenaban más y más por grupos de la oposición. Los soldados junto con los policías desplegaban su fuerza con gases lacrimógenos y mangueras de presión.  En diferentes puntos se escuchaban detonaciones, las aguas rojas corrían por las cunetas, ambos lados sufrían pérdidas humanas.
―¡Ana! ¡Ana!― gritó Rey al ver cómo los guardias le caían encima a macanazos hasta dejarla inconsciente.
―No podemos hacer nada por ella Rey― le decía Héctor ―corramos al punto C, allí está el resto de los muchachos―. Por varios días el país fue un total caos.  En toda la isla hubo un llamado a levantarse contra las imprudencias del gobierno.

El país había perdido y ganado, aunque, cuando se pierden vidas, nadie es ganador.  Unos días más tarde, cuando el ambiente estaba menos bélico, Mora fue entrevistado por un periodista del Canal 6:
―¿Piensa que han logrado su propósito?― Y este contestó: ―Recogimos los cuerpos de nuestros hermanos y los enterramos en fosas comunes; esperábamos algo parecido, pero no tan exagerado, aunque nuestra voz ha ondeado en la tierra de la sumisión. Ayer éramos más de cien, hoy, solo los que ves aquí. Esto no se ha acabado, veremos lo que vendrá― y caminó a paso ligero, entre unas paredes al lado sur del edificio de Recursos Naturales hasta perderse de la vista del periodista pues vio una patrulla policíaca que pasaba cerca de donde era entrevistado.

Lc37

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Luis Francisco Cintrón Morales nació en San Juan, Puerto Rico en el 1976.  En diciembre de 2013, publicó su primer poemario "Microgramas de sol" bajo el sello editorial de la Casa de los Poetas. Además ha publicado poemas y cuentos en blogs y revistas electrónicas como Corpus Litterarum (Puerto Rico), Palabras Diversas (España), Inopia (Puerto Rico), Monolito y Factum (México). Participó en el 6to Festival Internacional de Poesía de Puerto Rico. Es parte de la Antología de Casa de los Poetas 2014 con el tema de “Fronteras” (Puerto Rico), de la Antología de Diversidad Literaria 2014 “Versos en el aire” (España), Antología de microrelatos de Diversidad Literaria 2014 “Microterrores” (España) y de la Antología “Palestina Poemas VIII-MPI y Poetas y Poemas con Palestina” (2014) por la Biblioteca de las Grandes Naciones. Colaboró con columnas deportivas para el periódico electrónico El Post Antillano. Colabora con columnas de opinión social en el blog “Atramentum/Voces Subversivas”.

jueves, enero 22, 2015

"La fiesta de todos" (Carta Abierta a Carmen Yulin)

Por Luis A. Perez     


    
     Mi nombre es Luis A. Pérez. Quedé parapléjico hace 18 años y hace más de 20 no iba a una fiesta de la calle San Sebastián. Muy buena organización para movilizar las personas. Incluso aquellas con impedimentos como yo, que ambulo en silla de ruedas.  Decidí ir por la invitación pública que hizo la alcaldesa Carmen Yulín de que era "la fiesta de todos". El domingo 18 de enero me puse en marcha con mi familia hacia La ciudad patria. No obstante me sentí excluido y sin patria; en el momento que necesité utilizar el servicio sanitario.  Ahí caí en cuenta que no era la fiesta para todos. Los baños portátiles estaban sobre la acera (sin rampa) al no poder utilizarlos entre en el cuartel de Bayajá y en el baño para varones no cabía porque la doble puerta no abría una de sus hojas, así pues me dirigí en busca de otro baño. 

     El caballero que custodiaba el próximo baño estaba despachando a un ciudadano que deseaba utilizarlo aduciendo que era el baño exclusivo de los artesanos. Cuando el caballero se movió introduje mi silla de ruedas a través del angosto pasillo entre artesano y artesano y le explique mi situación; le expliqué que no cabía en ninguno de los otros baños y que por mi condición de paraplejia me subía la presión debido a la disreflexia autonómica (condición que tienen todos las personas que sufren de daño al cordón espinal), le expliqué que yo me caterizaba y que tenía mi kit conmigo, solo necesitaba una esquinita privada para hacerlo. El caballero que custodiaba el baño me dijo que no me podía ayudar, que no podía utilizar el baño y fue más allá cuando al verme con una cerveza en la mano me invitó a que no consumiera bebidas para que así orinara menos; le di las gracias y le solo le dije que me conmovía hasta las lágrimas su empatía. 

   
Cuando realmente debí llamar la policía y denunciar la violación de acomodo razonable.  Con la ayuda de una esquina, un paraguas, mi esposa e hijos, de 12 y 8 años, imité sin caerme al personaje que corrió por las redes sociales haciendo sus necesidades en público.  Pensé por un momento no escribir ni denunciar al empleado prepotente cuyo trabajo ese día era custodiar la puerta de un baño, pero... ¿A cuántas personas le atropellan sus derechos empleados prepotentes que no saben cuantas leyes federales están violando por que tienen un poco de poder ese día? Ese individuo violó mi derecho a un acomodo razonable para algo tan simple como ir al baño.  Mi intención al exponer este asunto públicamente es que adiestren al personal que va a trabajar con el público en eventos como este para que si sea "la fiesta de todos".




***

Luis A Pérez Rivera nació el 16 de julio de 1971 en Rio Piedras PR. Natural de el pueblo de Cataño donde cursó sus grados primarios.
Finalizó su bachillerato y maestría en la UPR de Rio Piedras. Labora como voluntario en la Asociación de Lideres Escutistas y en la tropa 168. Es el guionista de la Obra de semana santa en el barrio Amelia.

miércoles, enero 14, 2015

Aquí, allá y en todas partes: Necesitamos la Palabra para abrazar la Vida (Conversación con Dalia Stella González, Segunda parte)

por Carlos Esteban Cana


Lo humano es eje central en su obra. Y confiesa que escribe porque desea sobre todo comunicar, sin que lo anterior excluya el acto de confrontar o conmover al lector. De eso trata la continuación de la tertulia que sostuve con Dalia Stella González, escritora apasionada de la música que además se ha desempeñado como abogada y comunicadora.

Carlos Esteban Cana: Dalia, ¿Qué es necesario para ser un escritor?

Delia Stella González: En esencia, ser genuino. Además que tenga disciplina, una mirada oblicua de la realidad junto a una predisposición singular para sentir y ser heridos. Pienso que ser escritor es un don especial, un llamamiento a una suprema misión que no ha sido reservado a los intelectuales ni puede ser producida en masa; en todo caso, pulida y disciplinada. Igual que Juan Bosch y Faulkner, pienso que el escritor tiene un deber privilegiado con el otro (lector) y con el tiempo en que vive. Cada don conlleva una responsabilidad, de lo contrario, no permanecerá ni trascenderá porque lo sostiene su ego solitario o tal vez un puñado. No me refiero a fama ni dinero, sino a difundirse en otros al impactar vidas generación tras generación.

CEC: ¿Crees que existe el llamado bloqueo del escritor?…

DSG: Sí. En mí sucede cuando me presiono demasiado, que suele ser frecuente, porque trabajo en varios proyectos simultáneos. El ritmo acelerado es una constante para mí, pero a veces es la causa principal de mis bloqueos. Quisiera dedicarme solo a escribir.

CEC: Hay quienes piensan que las mejores páginas salen de situaciones extremas o dolorosas… ¿Qué piensas al respecto?

DSG: No creo que haya una fórmula. Pero sin duda la escritura intensa es dolorosa, de la cual nadie puede salir ileso. Yo he escrito desde situaciones dolorosas, pero he filtrado mi emoción para no echar a perder el artificio literario que permite que crezcan empatías o pactos conspiradores por el elemento de lo común, de lo humano. Lo que es cierto es que nadie puede llevar a otro a un lugar que nunca ha ido o estado. Sin embargo, también existen espacios estériles que duelen, pero incapaces de producir una palabra. 

CEC: Otros esgrimen la tesis de que ese periodo nocturno y sinuoso de los sueños abona para la creación ¿Será valioso ese universo onírico para crear?…

DSG: No lo sé. Tal vez para otros. Yo cuando duermo –y suelo hacerlo muy tarde –ni recuerdo lo que sueño. Solo recuerdo cuatro sueños en toda mi vida que, aunque reveladores, nunca los he usado al momento de escribir.

CEC: ¿Hay algo que no te gusta o no disfrutas del oficio, de ser creadora?

DSG: El escritor/creador se distingue por los materiales con que está construida su alma. Igual que cualquier mortal, estamos hechos con los mismos elementos: cuerpo, voluntad, emoción, mente y espíritu. Pero cargamos con una dosis de sensibilidad peculiar que nos impone otra mirada al mundo; ver lo que otros no perciben a simple vista o tal vez llegar a sentir otras posibilidades. Me fascina ser capaz de ver la sorpresa cotidiana donde otros no la encuentran, aunque creo que jamás me acostumbraré a indolencia y a la banalidad.

CEC: Prefieres escribir todas las semanas o tienes periodos voluntarios de silencio artístico…

DSG: Tengo periodos voluntarios de silencio. Necesito el silencio para escuchar esa voz interior en mí, armar la historia y verla en mi cabeza, escuchar las voces que hablarán en el texto. Me impongo tiempos de silencios para leer sobre otras cosas que necesito para mi obra próxima. Por ejemplo, para En el umbral de tu voz leí muchísimo sobre arquitectura y arquitectos. Fue cheverísimo porque guardo una arquitecta disimulada en mi interior.

CEC: Otros teóricos del proceso creativo, o incluso artistas, manifiestan que el creador es un medio, una especie de antena o médium por el que desemboca la creación. ¿Concurres con esa idea?

DSG: Soy creyente y no me avergüenzo de afirmarlo. Algunos cristianos ven la literatura como algo vedado. No obstante, creo que el Señor Jesús es el Todo en todo, por lo que sé que soy un canal que expresa la voz de Dios que se mezcla con mi humanidad.

CEC: ¿A qué aspiras con tu arte?

DSG: Lo resumo en las 3Cs. Escribo para comunicar, confrontar, conmover. Por un lado, es la urgencia de la enunciación que, como llamaba Bajtin, devuelva el valor ético de la palabra. De algún modo es un acontecimiento del ser en el que aspiro a conectar con quienes me leen y provoque un plural. Al mismo tiempo, puede que algo de lo que escribo o mis personajes digan, confronten o conmuevan a alguien lo suficiente para zarandearlo o llevarlo a decir “es cierto” o “tal vez”.

CEC: Hablemos ahora de tu biblioteca, de esas obras artísticas que te han conmovido… ¿Cuáles han sido las más significativas, esas que ocupan un lugar de privilegio en tu biblioteca?

DSG: Tal vez debo iniciar con producciones discográficas porque la música es un elemento inherente en mi vida y en mi obra. Recuerdo que me alimentaban con La Nueva Ola, Peret, Mari Trini, Sylvia Rexach… Y yo luego me volqué a Beatles, Simon & Garfunkel, Silvio Rodríguez, Haciendo Punto, Facundo Cabral, Yupanki, Inti-Ilimani, Alberto Cortés. Tenía dos años, pero recuerdo perfectamente mi primera salida al cine. Fue con mi tía Viole para ver The Sound of Music. Después llegaron muchas: Fiddler on the roof, Midnight Express, AndreiRublev, de AndreiTarkovsky, la saga de El Padrino, Star Trek, La noche de los lápices, Bleu, de Krzysztof Kieslowski, entre muchas.

Libros: El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry. Esta novela corta, erróneamente vista como un libro infantil, es un relato muy poético cargado de profundas lecturas sobre la vida y la naturaleza humana. Ahora que lo pienso, creo que influyó, de algún modo, en mi personaje de Sergio Urteaga. Pero junto con esta novela habitan: Gibrán Khalil Gibrán, García Márquez, Los miserables (Víctor Hugo), Juan Rulfo, Benedetti, Pedro Juan Soto, Luis López Nieves, el poeta Elidio La Torre, Borges, Cortázar, Gioconda Belli, Luis Rafael Sánchez, Juan Bosch, Carpentier; mi abuelo literario, William Faulkner con The Sound and The Fury, entre cientos.

CEC: A veces, como autor, tenemos un aprecio particular por un libro de nuestra autoría… cuál de tus libros o cuadernos propios merece tal aprecio…

DSG: Mi novela En el umbral de tu voz siempre será especial porque en el proceso de escribirla fue cuando me asumí como escritora. Aunque me visualizaba más como cuentista –era un tanto el placer lúdico que sostenía mis años como abogada litigante –en ese juego entre la verdad y la verosimilitud de las historias que construía para mis representados, esta novela ha calibrado mi pluma.

CEC: En una sociedad tecnológicamente globalizada con redes cibernéticas y teléfonos inteligentes, correos electrónicos, y espacios en la WEB como youtube… Crees que esos recursos colocan en ventaja de exposición a los autores actuales?… En tu caso, esos recursos, han sido útiles…

DSG: Vivimos un tiempo de transición igual al que la humanidad vivió en el siglo XV con la imprenta de Gutenberg. En los periodos de cambios se crean vacíos que desestabilizan el orden aprendido. Creo que la tecnología crea un espacio de difusión mayor –tus libros están en portales y páginas accesibles internacionalmente – pero también produce mucha dispersión, lo cual es una desventaja en cualquier cosa que quieras ver. Esta dispersión no debe imponernos como escritores una carga adicional que no sea la de escribir con excelencia y pasión; el texto hablará y sostendrá por sí mismo.

En el caso de mi novela, ocurrió un fenómeno inesperado por mí y mis editores (Terranova Editores). En el umbral de tu voz fue lanzada primero como E-book, el 26 de diciembre de 2012 y se mantuvo entre los 100 más vendidos en Amazon por más de un mes consecutivo. Creo que ha tenido una gran acogida por lectores jóvenes que fluctúan entre los 18-25 años. Los demás han preferido el libro impreso que también se ha vendido con mucho éxito.


CEC: Alejémonos por un instante del presente… Dalia, ¿cuál es el mayor reto que tiene un autor en el futuro?

DSG: El reto sigue siendo el mismo: ser genuino. Con ello me refiero a ser honesto y no sucumbir a la mediocridad del espectáculo o el mercantilismo pueril. Faulkner decía que el dolor del escritor debe llorar sobre “fibras universales”, escribir con el corazón, no con las glándulas decía. Cualquiera puede ser famoso, pero no escritor.

CEC: Y para finalizar… ¿Qué te ocupa en estos momentos? ¿En qué linderos creativos pernocta actualmente la creadora que eres?

DSG: Termino la edición de mi primer libro de cuento que saldrá publicado en la primavera del 2015. Trabajo en mi próxima novela que es la segunda de una trilogía que inició con En el umbral de tu voz y ya tengo armado en mi mente mi primer libro infantil.

CEC: Tal parece que el 2015 será un año interesante… Dalia Stella González, muchas gracias por esta valiosa conversación.

*

La primera parte de esta entrevista se encuentra disponible en el blog Buscando luz al final del túnel del editor Caronte Campos Eliseos.


***
Foto por Kike Seba
Carlos Esteban Cana Escritor y comunicador puertorriqueño. Ha cultivado el cuento, el micro cuento, y la poesía. Actualmente, sin embargo, se ocupa de darle forma a sus dos primeras novelas y a un volumen de ensayos. Colaborador de varias publicaciones impresas y cibernéticas, en Puerto Rico y otros países. Bitácoras y publicaciones alrededor del planeta, como Confesiones, del narrador Angelo Negrón, reproducen su boletín "En las letras, desde Puerto Rico".

Para el periódico cibernético El Post Antillano también publica su columna "Breves en la cartografía cultural". En verano del 2012, Carlos Esteban publica Universos, libro de micro-cuentos bajo el sello de Isla Negra Editores. Para el 2013 publica su libro Testamento. Testamento es un poemario antológico que reúne lo más representativo de su poesía; género del que Cana manifiesta: "Fue la propia poesía que me seleccionó como medio, como intérprete". 

Cana es conocido además por haber fundado la revista y colectivo TALLER LITERARIO, que marcó la literatura puertorriqueña en la última década del siglo XX en Puerto Rico.

Otro libro aparecerá durante el presente semestre: Titulado "Catarsis de maletas: 12 cuentos y 20 años de historia", ofrece una vista panorámica de una pasión que el autor ha desarrollado, por cuatro lustros, en el género del cuento.  

Las Musas Descalzas‎Bendita Mujer Maldita... en el Viejo San Juan




La mujer es...

Bendita para su piel, maldita para 

las lenguas prejuiciosas.

Bendita para aquel que la ve como casta,

maldita para aquel que teme ser 

tatuado en sus palabras.

Las Musas y sus hermanas están 

listas para tomar a San Juan,

en tacos o descalzas,

demostrando lo que realmente es 

una Bendita Mujer Maldita.




Te esperamos a las 6pm.

sábado, enero 03, 2015

20 poetas en la 20 poesía pal'barrio


El Museo de Arte Contemporáneo de Puerto Rico (MAC) les invita a participar de la actividad 20 poetas en la 20: poesía pa'l barrio, evento que forma parte de Proyecto: Santurce 30 años del MAC en el barrio, celebrando el trigésimo aniversario del museo en la comunidad de Santurce.

Ven y disfruta de una noche de poesía y música en Santurce con el junte de poetas:
Rafael Acevedo, Ángel Antonio Ruiz, Yolanda Arroyo Pizarro, José Cáez Romero, Kenneth Cumba, Ana María Fuster Lavín, Neysa Jordán, Eduardo Lalo, Gegman Lee, Noel Luna, Angélica María, Alejandro Medina, Samuel Medina, Urayoán Noel, Alexandra Pagán, Rubén Ramos, Mayra Santos Febres, Karen Sevilla, Amarilis Tavárez, y Xavier Varcárcel.

Y los artistas:
Tito Chévere, Luis Rodríguez, Lío Villahermosa


Curaduría: Luis Negrón