lunes, abril 21, 2014

En las letras, desde Puerto Rico: Nueva York y los poetas

por Carlos Esteban Cana

Foto por Kike Seba
En un ambiente propicio para la poesía, con una audiencia atenta a cada detalle del recital, tuve el privilegio de compartir con el actor Luis Enrique Romero, y los escritores María Gelpí y José Ernesto Delgado en Poesía boricua en dos islas… y otros más. Una velada en la que dimos lectura a piezas poéticas de autores boricuas y españoles como Pedro Pietri, Federico García Lorca, José Hierro, Julia de Burgos, Juan Ramón Jiménez y José de Fonollosa, así como a creaciones propias. Conducida la actividad por la escritora Dianiluz Cora, este evento es parte de una serie de recitales y presentaciones de libros que se efectúan cada martes y jueves en Le Petit Bistro, establecimiento que ofrece tal escenario artístico bajo el nombre de Plaza de la Cultura, coordinado por el poeta y gestor cultural José E. Muratti-Toro. La noche además contó con un micrófono abierto, en el que desfilaron escritores como Iris Miranda y José Hermitanho.

A continuación comparto con ustedes, los tres poemas que compartí de ‘Testamento’, mi antología poética, de la que en estos momentos circula nueva una re-impresión.


Alguien me ve y grita

Alguien me ve y grita:
          ¡silencio!
          ahí viene un poeta
          con palabritas arenosas
yo sonrío
desconoce si vengo de la playa
o el desierto


*


Es invierno en Puerto Rico

hoy, el escritor,
no puede estar al servicio
de los que hacen la historia,
sino al servicio
de quienes la sufren

Albert Camus

Es invierno en Puerto Rico
el ambiente hace que te resguardes
apertrechado de víveres:
tés, toronjas, libros,
misceláneas
que tu ínfimo sueldo garantiza
(el mismo que te quieren quitar)

abajo,
asociados del lucrativo negocio
toman la calles,
te miran mal
porque nunca consumes la oferta,
tampoco puedes disimular
        –recuerdas al niño que jugaba
         en un patio cualquiera
             a las escondidas–
y actúan libres
en este océano de tentáculos diversos

Hoy
la uniones obreras manifiestan
masivamente la ‘sensibilidad’,
el pan peligra
               (son inminentes los despidos)
será difícil llevarlo a la boca
y si no fragmentan tu mesa de un plumazo
será la de un amigo
                              quizás
la de un cercano,
la de un vecino o un desconocido…
     ¿qué más da?
qué más da quién sea el número
cuarenticuatromilcuatrocientosnoventaynueve
de los desplazados
si tu formación
(la misma que se le ofrece a todo ‘buen’ ciudadano)
te impide mirar esos procesos como ajenos…
como si de una simple cifra,
                collateral damage de nuevo,
                se tratara,
mientras…

a son de plena suena en el espacio
¡Qué bonita bandera!,
el G-20 se refugia en una cumbre londinense
y te preguntas:
¿sacarán tiempo para ocuparse de los niños haitianos?,
esos que sólo saborean galletas de fango
                    (una pequeña digresión:
                    un cínico destaca los minerales que pueden encontrar en la
                                                                                                          golosina)

en estos tiempos
donde crédulos cilindros del nuevo mercado
revolucionan su credo infalible
en ritmo asincopado
y sudorosos
inician la nacionalización de bancos

aquí,
en pleno simulacro
el tsunami se acerca,
turbias nubes corporativas
arrecian costas
en kairós simultáneo

colapsa el equilibrio climático
cuando apenas llegamos a la fecha maya

estás encerrado
sí,
pero abres
         momentáneamente
la puerta,
dejas entrar a los gatos,
una lata de salmón quedaba para compensarlos…
por devolverte al presente,
por sacarte de las divagaciones
               que ocupan este poema

después de leer a Volpi hablando de Bolaño,
escuchar a Palés solícito en piedad para su pueblo,
sólo queda vestir el uniforme asalariado
meter una tasa y bolsitas de té
en el bulto
y trabajar
entre máquinas y botones,
trasnochado

es invierno en Puerto Rico,
quien te lee ahora puede asegurarlo


*

Omega

Que la última lección sean flores

con pétalos rosados
en la gravilla gris
de mi destino

Que la última lección sean flores

Que la última lección sean flores en el camino





***
Carlos Esteban Cana Escritor y comunicador puertorriqueño. Ha cultivado el cuento, el micro cuento, y la poesía. Actualmente, sin embargo, se ocupa de darle forma a sus dos primeras novelas y a un volumen de ensayos. Colaborador de varias publicaciones impresas y cibernéticas, en Puerto Rico y otros países. Bitácoras y publicaciones alrededor del planeta, como Confesiones, del narrador Angelo Negrón, reproducen su boletín "En las letras, desde Puerto Rico".
Para el periódico cibernético El Post Antillano también publica su columna "Breves en la cartografía cultural". En verano del 2012, Carlos Esteban publica Universos, libro de micro-cuentos bajo el sello de Isla Negra Editores. Para el 2013 publica su libro Testamento. Testamento es un poemario antológico que reúne lo más representativo de su poesía; género del que Cana manifiesta: "Fue la propia poesía que me seleccionó como medio, como intérprete". Cana es conocido además por haber fundado la revista y colec
tivo TALLER LITERARIO, que marcó la literatura puertorriqueña en la última década del siglo XX en Puerto Rico.

Otro libro aparecerá durante el presente semestre: Titulado "Catarsis de maletas: 12 cuentos y 20 años de historia", ofrece una vista panorámica de una pasión que el autor ha desarrollado, por cuatro lustros, en el género del cuento.  

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