sábado, febrero 04, 2012

En las letras, desde Puerto Rico: Un verso creando lo creado: La poesía necesaria de Magaly Quiñones (Segunda parte)

por Carlos Esteban Cana



De colores y versos
Ahora que el sol desgrana su alimento
y la tarde se escapa,
háblame en verde, amor,
desnúdate y florece en cada hoja,
cuéntale nuestro amor a la montaña. 
Ahora, que el sol desangra
por los acantilados de mi cuerpo,
por los jardines de mi entraña,
bésame en verde, amor, -verde espesura-,
recógeme en la umbela de tu pecho
y enlaza mi cintura con tus lianas. 
¡Suéñame verdiflor, sé tú mi verdiagua! .
Piénsame verdiamor,
borda renuevos y despierta al jilguero
que aprisiona tus sueños en mi almohada. 
¡Y, háblame en verde, amor,
háblame en verde!.
Los desiertos se esparcen,
los cielos se desgajan,
las aves se refugian en las ramas….
Sobre el lomo escamoso del lagarto,
bajo la luna trajeada de plata,
alárgate en mi flor,
¡que no haya invierno, amor,
que no haya invierno!
¡Enciéndeme de amor! 
Ahora que el sol desgrana,
y estoy aquí, a tu lado,
prendida, florecida, acurrucada,
¡trae colores y versos a mi alma!.

Desconozco si el poema que inicia esta segunda parte de En las letras, desde Puerto Rico, dedicada a la trayectoria de Magaly Quiñones, será incluido en su nuevo poemario titulado Cuerpo a Cuerpo. Según tengo entendido ese libro está conformado por poemas breves, algunos de los cuales se acercan a la forma del haiku. Y es que la poeta se sigue acercando, quizás con más intensidad, a la brevedad y a la concisión. Por eso sería bueno preguntarle si De colores y versos, que no va necesariamente en esa línea, será el primer peldaño para otro libro.
En esta segunda parte Magaly nos explica sin rodeos las columnas que estructuran su poética. En un periodo de 20 años, a partir de 1989, Quiñones ha publicado cuatro libros: Razón de lucha, razón de amor (1989), Sueños de papel (1996), Patio de fondo (2004) y Poemas de pasión y libertad (2008). Como la primera parte, antes de entrar en cada título hemos incluido una pieza del libro que nos ocupa en ese momento. También hacemos un espacio para dialogar con la poeta sobre la escritura para niños. Tres libros ha dedicado Magaly para los más pequeños: Mi mundo: palabras de niños (2004), Poemas para los pequeños (2006) y Quiero una noche azul (2007). Quiñones además adelanta algo de sus proyectos futuros.
Aún cuando su último libro, Poemas de pasión y libertad, ha tenido una circulación limitada,  refiriéndose al mismo, el crítico Ángel Aguirre ha expresado: “Cada nueva lectura de este rico poemario revela grandes aciertos y deslumbra con insólitas sorpresas en ese mundo sentimental. Magaly Quiñones, indudablemente, ha entrado plenamente en su mejor etapa creadora; madura y selectiva en el manejo de la palabra desnuda y definitiva.” Yo, que he tenido la oportunidad de leer cada uno de los libros de Quiñones, concurro con la opinión de Aguirre.
La poeta continúa incansable, sin que mine su constancia un ambiente que quita aliento a quienes, contra viento y marea, sacan sus libros. Ya sea porque los que tienen que pagar no pagan, por la vagancia de quienes no quieren y deberían trabajar de forma efectiva el mercado del libro. Y la poca iniciativa que genera la burrocracia institucional, que ciegos, ya sea para favorecer a unos o excluir a otros, no hacen su trabajo. Pero todo lo anterior no hace mella en la escritora. Magaly cocina lentamente seis nuevos libros (tres para niños y tres para adultos) con la certeza de que serán publicados antes de que concluya esta década, década en la que su primer libro, Entre mi voz y el tiempo, cumplirá 50 años de haberse publicado. Si yo fuera el director de alguna flamante editorial no demoraría en publicar una antología de su obra, que incluyera además un CD para escuchar las piezas en la propia voz de la poeta. Me atrevo asegurar que apenas he escuchado a dos o tres poetas del patio que logran comunicar sus creaciones como ella lo hace.
La trayectoria de Magaly Quiñones ha sido una de las más vigorosas en el panorama de las letras caribeñas. Ha ejercido con pasión y libertad la poesía, con todo lo que implica asumir la creación; no como algo para enaltecer egos, sino como un servicio, como un medio para comunicarse de forma horizontal y vertical con los demás, como un verdadero modo de vida. Hoy, en estas coordenadas espaciales y temporales, pocos escritores lo hacen.
Por lo pronto, no digo más. Sigamos escuchando a la poeta en Un verso creando lo creado: la poesía necesaria de Magaly Quiñones.
 Imagen, palabras, belleza y espíritu, el proceso creativo    
La imagen lo que trae es la belleza. Yo oí decir a alguien una vez que no entendía por qué los poetas se alejaban de lo feo, y yo creo que hay formas de decir y hay formas de decir; no es que el poeta se apegue a lo feo. La persona en cuestión abogaba por lo contrario: había que apegarse a lo feo, a lo desnudo y a lo grotesco si se quería sacudir a la gente para que despierte. Yo pienso que eso se puede hacer sin llegar a ser soez, ni llegar a hacer algo que disguste. Por mi ojo de artista sigo la belleza. Tanto lo veo en la literatura como lo veo en la pintura y lo veo en la naturaleza. Hablar de cómo aspirar a la belleza es una cosa maravillosa que se debe hacer, que es edificante para el espíritu. Hablar de la belleza y la imagen hace crecer al ser humano. El escritor no planifica atrapar la belleza de una forma concentrada. El escritor sigue escribiendo y ya, al final, cuando ha terminado, es que cae en cuenta de lo que dice. La mayor parte de las veces no estamos conscientes de lo que dijimos al principio. Claro, yo siempre vuelvo sobre mi obra, la escudriño y la vuelvo a editar.

Todo escritor responsable debe hacerlo porque a veces el sentimiento no sale como debe salir. En ocasiones, sale interrumpido e inconcluso. Los versos que deben estar al final salen al principio, y a eso hay que darle la vuelta para que caiga y cuadre, para que sea posible la comunicación. ¿Para qué vas a escribir una cosa que no se entienda y que cuando alguien lo lea se quede igual? No. Una de las funciones básicas de la literatura es comunicar y la otra es cantarle a la belleza, expresar la belleza y todos los valores altos del espíritu. Lo que edifica al ser humano. ¿Para qué voy a hablar de cosas que lo que hacen es fastidiarte la cabeza? Cosas que no te dan nada, que no te abren puertas ni ventanas, que no integran nada positivo. Dejar al lector en la oscuridad, en el disgusto o en el lamento, sin buscar otras alternativas, no es lo mío. Yo creo que la imagen en mi poesía ha sido bien importante, pero la imagen siempre va a la par con el mensaje. Yo no sacrifico el mensaje por ser purista ni con el idioma ni con la imagen.
Desde bien jovencita soy caculo de museo. Cada vez que viajo, voy a dos sitios sin fallar: al zoológico y al museo. Al zoológico porque me gustan los animales y la naturaleza. Me gusta ver la vida primigenia en su estado más puro, y la pintura porque me fascina. Yo no tengo mucho tiempo para pintar. He ilustrado dos de mis libros pero, en realidad, me considero escritora más que pintora. Empecé a pintar muy tarde y a instancias de una profesora. Aunque, eso sí, siempre he realizado mi dibujito cuando escribo. Yo tengo cuadernos, desde los diez años, en los que escribía cartas, poesías; mis impresiones del momento y de las clases, todo lo que me pasaba en el día, y en esas páginas hay dibujos. Muchos nacieron a la par con los poemas.
***
Para grabar tu nombre
Para que yo me cure
el indio que hay en mí baila su danza
quemando la memoria de tus días
frente a la gigantesca fogata. 
Y para que yo suba sin resbalar
sobre el despeñadero de mis ansias,
el negro que en mí vive
mezcla yerbas y savias en prietas calabazas
y me obliga a beber tu sudor y tu sangre
en feroz exorcismo.
 Y para que yo olvide
el dolor que tu piel dejó en mi piel,
la moral religiosa del colono español que vive en mí,
obedeciendo al dogma desata
la frialdad en mi mano, la firmeza en mis ojos,
mudez en mi palabra. 
La última vez que me atreví a salir a enfrentar a mi dolor
las tres razas me dieron de comer
pero no pude contener las lágrimas.
La última vez que quise anochecerte el alma,
vi al sol que se escondía tras mis versos
para grabar tu nombre. 
Razón de lucha, razón de amor (1989)
Con Razón de lucha, razón de amor recuerdo como hoy, el día que yo recibí una carta  de California, pidiéndome 375 copias de ese libro. ¡Me estaban leyendo en la escuela superior de allá! ¿Cómo llegó Razón de lucha, razón de amor a California? Para mí sigue siendo un misterio.
Ha sido un libro que me ha dado grandes satisfacciones. Cuando yo recito incluyo mucho de su poesía. Creo que fue a finales de los 90’s que tuve una lectura en la Biblioteca del Congreso, allá en Washington. Y el público era de siete Estados distintos, un público masivo que recibió la poesía de Razón de lucha… con un entusiasmo que me dejó maravillada. La experiencia me fascinó. 
Mairena-Julia-don Manuel

Mairena me ayudó en la distribución, pero yo era la responsable de los costos de los libros. Ese gran español-puertorriqueño que se llama Manuel de la Puebla hizo por la literatura puertorriqueña mucho más de lo que algunos de los nuestros han hecho. Don Manuel siempre ha estado muy pendiente a mi obra. Siempre me alentó y ayudó. Yo también fui parte de la Junta Editorial de su revista. Primero en Mairena y después en Julia. Le ayudé en la corrección de pruebas, le daba ideas y él me consultaba mucho. Él me ayudó en la distribución de algunos libros. Es un hombre con una infinita dedicación y amor a la literatura, así como a nuestra patria.
***
Me quedo lela

Esta tarde sin sol me has preguntado
de qué lado se estrena el corazón
cuando amor nace y nos sentimos viejos.
Ahora que caminamos
por las calles obscenas de New York,
que recortamos sueños y poemas
desde Strawberry Fields hasta West Village,
apurando, a lo Lennon,
la música del alma sobre el cuerpo,
se te nubla la voz y aún me preguntas…
 Te podría decir que todo importa.
Que tú y yo, como todos, en la medida justa,
conformamos la inmensa postal de rascacielos.
Podría hasta jurar que amar, libar, besar
son ejercicios sin edad ni tiempo.
Pero, me quedo lela,
meditando en la hondura de tus ojos.
Me quedo lela ansiando, sopesando
lo que cuesta soltar nudos y velas
en medio de una historia de hundimientos.
Esta tarde sin sol en que preguntas,
rimando el fuego de tu corazón,
con qué mano se enciende el universo,
no hallo respuestas en mi corazón,
a lo sumo unos versos, estos versos…
 Sueños de papel (1996)
Para Sueños de papel yo andaba buscando dinero para publicar, y andaba buscando una editorial y no la encontraba. Finalmente, para esa misma época, de la Editorial de la Universidad se comunicaron y me preguntaron si tenía algún manuscrito, porque ellos consideraban que mi obra estaba afianzada; que tenía una obra fuerte en Puerto Rico. Ellos querían desarrollar esa serie que titularon Aquí y Ahora. Les dije: “¡Claro que sí! Aquí está durmiendo en la gaveta.”
Cuando llevé Sueños de papel lo encontraron demasiado largo porque ese libro tiene alrededor de 200 poemas. Entonces me dijeron: “Pero la serie va a ser bien pequeñita. ¿A usted no le molesta que sigan los poemas sucesivos en la misma página? ¿Que se termine uno y comience otro?” Con lo que me indicaron yo pensaba que el libro no se iba a ver tan bonito, pero la otra alternativa que me estaban dando era que lo cortara. Y les dije: “No. No lo corto. Publíquenlo así”.
Un libro no es un montón de poemas juntos. Un libro como Sueños de papel tiene unidad, tiene un hilo interno, una intención detrás. Todo está configurado. Y no cedí. “Póngalo corridito si quieren, –añadí- siempre y cuando, entre uno y otro poema, aparezcan los títulos.” Así lo hicieron y salió completo en esa cosa tan pequeñita en que lo metieron. Ese vestido tan pequeño. No sé cómo lo lograron pero ahí está.
Sueños de papel, dicen algunos críticos -y después que hablan uno se pone a pensar- que es un libro de afirmaciones. Y estoy de acuerdo con ellos. Sueños de papel es un libro que afirma. Me afirma a mí como puertorriqueña. Me afirma como poeta antillana, me afirma como caribeña. Es un libro que habla de la reivindicación de la mujer. Escrito en tono de mujer y tiene mucha fuerza. Afirma mi compromiso con la patria. Todo lo que yo he venido cocinando desde un principio, que se da en ese libro con afirmación, ya está solidificado. Ya estoy plantada. Los poemas hablan de que esto es así, así y así.
Y como te dije, es un libro enorme. Se hizo cinco años antes de que se publicara. Salió en el 1996 pero ya desde el 90 ó 91 ese libro empezó a crecer, a crecer y a crecer. Y creció tanto que yo andaba tocando puertas. Es uno de mis libros favoritos. De Sueños de papel se han hecho traducciones, y en Estados Unidos hubo personas que hicieron tesis ocupándose del libro.
***
Sismo –en miniatura-
Hurtándole al jardín unas flores de maga
y una que otra canaria amarilla, he provocado,
con una sola, torpe, inocente pisada,
un terremoto inmenso que enloqueció,
dejándolas sin techo, ni miga ni sustento
a millones de hormigas.
 Patio de fondo (2004)
Son muchas las cosas que podría decir sobre Patio de fondo. Es un libro denso, toda vez que lo tomo en mis manos y lo releo me sorprende como si fuera nuevo o desconocido. Tiene infinidad de rincones donde me escondo, me desdoblo o me acomodo. Es fruto de un proceso de mirarme por dentro,-introspección y flujo de conciencia- de escudriñar las peculiaridades de mi yo poeta.
En este poemario me acerco a lo que significa la naturaleza de las palabras. Me ocupo de analizar cómo surge en mí el proceso de creación. Cuáles son las dificultades y peripecias de mi oficio. Es una vía fértil para ubicarme y reafirmarme en mi entorno caribeño. También abarca anécdotas que sustraigo al recuerdo y meditaciones sobre temas que me preocupan o me asombran. 
Hay un verso breve que se ha repetido una y otra vez en mis visitas a las escuelas, o en foros de intelectuales amantes de la poesía. Sismo -en miniatura-  da la voz de alerta sobre la indolencia del hombre moderno, pero que también deja entrever una cualidad que se ha ido adueñando de mi yo, a medida que he ido creciendo y madurando. Como Tomás de Aquino me conduelo, me conmisero de los seres pequeños, frágiles, débiles, o en desventaja en este mundo que se torna cada día más feroz e inhumano. Esa es una de las razones, entre muchas otras, por la cual escribo para los niños. 
En este poemario, como en casi todos los que he escrito, se mezclan una vez más la vía amorosa y la corriente social. Creo que el título es acertado porque describe, en parte, el cuerpo del libro -Ese patio de fondo que es mi vida...—  
Poesía para niños
Carlos Esteban, mi poesía para los niños comenzó no como un ejercicio en lo abstracto sino como una vivencia muy cercana. Fue mi sobrino Joshua quien, apenas teniendo 6 o 7 años, me pidió que le escribiera un poema sobre una experiencia que vivió junto a mí cuando lo llevé a la playa y le mostré lo que era una puesta de sol. Se impresionó con la belleza del fenómeno natural que sucede a diario, pero que sólo un niño o un artista, en ocasiones, puede verdaderamente apreciar. El niño era huérfano y tuvo una niñez muy difícil así que decidí ampararlo integrándolo a algunas de las actividades, para mí rutinarias: ir al teatro a ver una obra, escuchar un concierto, ir al museo o a una galería de arte a ver y apreciar las pinturas, ir a la playa, al parque, al Yunque a observar la naturaleza...  El poema solicitado se titula El Sol, el Niño y el Mar y dio pie al nacimiento de mi primer libro para niños: Mi mundo. Así, mirando en el espejo de Joshua, redescubrí el mundo desde otra perspectiva, la de la niñez. Me convertí no en su tía abuela sino en su amiga, compañera de juegos, de deportes, de aventuras, de asombros diarios.
Cuando escribo para los niños no lo hago desde mi adultez, miro como ellos, me cuestiono los misterios como sólo ellos se los cuestionan, y me acerco a mi adultez cuando surge una pregunta que les puedo contestar como lo haría una hermanita mayor. Eso sí, los temas que abordo son los temas que me interesan que ellos evalúen: la ecología; el deterioro del planeta por descuido del hombre; la deshumanización e insensibilidad ante la fauna; la flora; la niñez misma; la sobrevaloración de los bienes materiales. Y, por supuesto, el aprecio por la belleza, los valores anímicos que son los que verdaderamente perduran. Estoy consciente de que de los niños, futuros hombres y mujeres, depende la salud y el progreso de nuestro mundo. Y les hablo en su idioma para que me entiendan.
Al visitar las escuelas me percato de que no sólo me entienden sino que comparten conmigo mis inquietudes. Al publicar Mi mundo decidí hacerlo en forma bilingüe. Traduje los poemas al inglés porque ya intuía que, en algún momento, Joshua sería adoptado e iría a vivir a los Estados Unidos, y así fue. Ya tiene 16 años y reside en un hogar de adopción en el estado de Florida. El libro ayudó a levantar su auto-estima y eso me hace sentir enormemente satisfecha porque hay muchos Joshuas en el mundo abocados al desamparo.
Al presente tengo tres libros para niños inéditos, uno para pequeñines, otro para preadolescentes y uno que trae música (un CD) que será exclusivamente para niñas. Como sabes, es muy difícil publicar en Puerto Rico y aunque mi poesía infantil ha recibido una aceptación verdaderamente significativa, aún ando buscando quien los auspicie.      
***
Tengo un mal

Tengo un mal incurable que crece y me devora,
se hace insaciable según pasa el día,
trae aguijón y luce como una araña boba;
es un mal en poesía. 
Porque no cese, por mantenerlo siempre
aquí, a mi lado,
voy a hacer un embrujo.
Pondré, con luz de luna,
en un coco, añejados,
tres onzas de ron blanco y ambrosía,
para curarte la melancolía,
para que no te duela tu pasado.
 Traeré un espejo en flor y en el tejado
que separa tu casa de la mía,
sembraré salvia, menta, lenguas de cundeamor,
algodón blanco y un manojo de sol
que aclare el día.
Y para resguardar tus alegrías,
para que no te asalte el mal del llanto,
en el caracol de tu mano
pondré frescura, ruda y yerbabuena
y al pie de tu ventana, en la mañana,
dos varas de olorosas azucenas.

Tengo un mal incurable
que me provoca espasmos y temblores,
que no respeta credos ni colores,
cargado de adjetivos, sinalefas y hemistiquios
traidores,
es un mal en poesía.

Para fortuna mía
hoy tengo mal de amores. 
Poemas de pasión y libertad (2008)
Y hablando de Poemas de pasión y libertad puedo decirte que aunque pasé mil trabajos para publicarlo no me arrepiento de haberlo hecho. Lo ofrecí a alguna que otra editorial, sin respuesta alguna, o insinuaciones de que -la poesía no se vende- y terminé por publicarlo por mi cuenta, utilizando mis ahorros. La tipografía se hizo en Florida y la encuadernación en P.R. Pero al tratar de ubicarlo en las librerías del patio pues o no me pagan mi por ciento o no me lo aceptan, como me pasó con Borders, porque diz que no tenía mi nombre en el lomo y no era “anaquelable”. Luego me enteré de que eso no es obstáculo para los Borders en los EE.UU. Pero, en fin, traté de venderlo vía internet y sí obtuve algunas respuestas. Pero era muy cuesta arriba enviarlo por correo, luego de recibir el pago y, a decir verdad, no recuperaba los gastos ni compensaba el esfuerzo de empacar y enviar.
En cuanto al contenido, muchos de los poemas me han traído grandes satisfacciones aún antes de ingresar al libro. El titulado Posibilidades lo leí frente a un público joven y muchos de los asistentes me lo pidieron para enviarlos a sus novios o parejas. Atada a los caprichos me lo pidió una colega en Canadá para traducirlo al francés e hizo un trabajo excelente. La apuesta me trae lindos recuerdos de un viaje que hice en tren a las cercanías en España, donde escuché a un niño hablando con su abuela en el tono de que -Abuela, a que no, abuela a que sí... Y de ahí nació la chispa que dio pie a su cuerpo. El de Boleros y tragos me trae gratos recuerdos de mi pre-adolescencia en Puerto Nuevo, ya que me crié en esa zona, muy cerca de donde vivían Felipe Rodríguez y Marta Romero. El titulado El primer día me fue solicitado en un pueblecito en Valencia, España, para publicarlo en un boletín literario que circulaba a mano por el pueblo.
Entiendo que el libro es altamente erótico en su sección amorosa y que la crítica social no se escapa como en el poema Exilio y Clases, entre otros. Yo te diría que Poemas de pasión y libertad es mi libro favorito.  
Nuevos libros
Y hablando de nuevos libros destinados al lector adulto, tengo en preparación tres. Uno es el de Recuentos de viajes (en prosa, por supuesto). El otro es un poemario bilingüe--(recopilación de todos los poemas que a lo largo del tiempo se han ido traduciendo al inglés). En cuanto a la antología tengo una idea bastante clara de lo que debe ser incluido, pero el problema de la publicación en el país me tiene desanimada. La EDUPR y la del ICP están casi inoperantes y mis ahorros no aguantan el empuje de seis libros nuevos. No sé qué pasará con estos proyectos en ciernes, pero, quién sabe, a lo mejor viene un golpe de suerte y logro que alguno de ellos vea la luz.
La palabra es el germen

Ya no soy
sino un tallo de energía
suspendido en un cráneo. 
Una casa en la sombra,
una vieja memoria que se inventa.
En el monte de Dios que habita el hombre
mi alma es piedra y grano que se crece
como espiga de sol entre mis manos.
La palabra es el germen
y en medio de la noche, en cuclillas,
va dando forma a la matriz del Templo.
Ya no soy
sino un verso
creando lo creado.

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