sábado, mayo 22, 2010

Nirvana

Por: Angelo Negrón ©
 



Le escribo estas letras en contra de Morfeo que está loco por verme dormir. Tal vez lo hace por su necesidad de verme sufrir alguna pesadilla o simplemente de lograr que no siga soñándola despierto.
Puedo asegurar que esta noche no le daré ese gusto, la soñaré de ambas formas, pues al soñarla despierto lograré esconder detrás de mis párpados algunas de las imágenes que guardo intactas de ella. Las imágenes de las que hablo son espectaculares. En tales representaciones aparece amándome de singular manera. Entregando su alma en un beso y en una caricia.
Me veo encargándome de desnudar su cuerpo hasta lograr tener su piel haciendo contacto con mis manos y con mi alma que, mientras no está a su lado, se dedica a vagar por laberintos y soledades. Me contemplo haciéndola mía, como en los días en que ambos, de manera horizontal, nos mirábamos a los ojos.
Observaba como se mordía los labios mientras me entretenía en sus pechos y navegaba en su interior. Como hoy, que mientras la pensaba y le escuchaba gemir en la distancia pude sentirla en entrega total y me convertí en juguete de sus palabras hasta quedar levitando en el Nirvana...
...Nirvana es su mente paraíso y la piel que envuelve su alma y la lleva a exteriorizarse en orgasmos placenteros y en sacudidas de pasiones. La amo y eso es algo que llevo conmigo en todo momento convirtiéndome en un ser feliz y lleno de orgullo al saberme correspondido por un ángel de alas grandes que me demuestra una capacidad extraordinaria de besar...
…Perdón, aunque no excluyo lo antes comentado, lo que en realidad quiero decir es: Ella demuestra una forma de amar exquisita, extraordinaria y llena de felicidad. Necesito que NO deje de hacerlo, ¡Se lo ruego! Debe seguir amándome...
Estos días sin ella me demuestran que la necesito y espero que, al igual que yo, esté tratando de encontrar la forma de pasar juntos más tiempo. Créanme: hablar con ella a través del teléfono es genial, pero más lo es cuando puedo admirar su rostro, puedo perderme en su mirada y ser receptor de la caricia prodigiosa de uno de sus besos.
Deseo que vuelva y me abrace en este instante en el que mi piel padece escalofríos de tan sólo recordar su cuerpo desnudo debajo o encima del mío, sus pechos bamboleándose al compás del roce de su muy preciado rincón contra mi sexo. Aún en este instante en el que su cuerpo físico está lejos de mí, tengo la dicha de saborear el manjar de su intimidad y en mi sur palpitan necesidades y hambres de ella.
¿Cómo puedo lograr saborear su cuerpo de nuevo? ¿Cómo lo logro antes de que nazca el sol nuevamente? ¡Buena idea! ¡Así debe ser! ¡Soñándola! Como mencioné antes, estoy en este instante guardando detrás de mis párpados estos recuerdos; así cuando me abandone a dormir buscando soñarla y Morfeo le dé la gana de interrumpir nuestro amor; yo podré gritar de placer ante el sabor que se cuela en mi boca y ante el embestir de su lengua al probarme y llevarme al edén. Paraíso sin igual al que me lleva y con tal hazaña logra, con sabiduría y voluntad, que cada vez crezcan más estos sentimientos que van desde amor puro hasta idolatría.
Ahora debo dormir. Cerraré mis ojos con cuidado de no perder ni una sola imagen suya. Según transcurra la noche las iré tomando una a una y me regocijare en ella. Empezaré por tomar las imágenes en las que me sonríe tiernamente; he iré buscando algunas subidas de tono, esas en la que me demuestra que es la mujer más sexy del universo. Nadaré en cada una de estas imágenes hasta que pueda danzar en ella al ritmo de las olas. Me sumergiré en su alma y de allí le robaré algunos gemidos. Continuaré mordiéndole sutilmente los labios y besándolos apasionadamente. Será tal como me hace sentir.
Lo mismo haré, si me lo permite, con sus gloriosos pezones y con su hermosa y divina oquedad. Rogaré nuevamente: Suplicaré que me deje ser suyo y se pierda conmigo una vez más. Largándonos a algún lugar donde ocultos podamos amarnos. Donde escondidos de todos, menos de nosotros mismos, podamos seguir siendo tal como hemos sido: Ella para mí, yo para ella…
…Almas gemelas que se aman en la sinceridad de reconocerse como otras pares de sí mismas. ¡Si pudiese colarme en sus sueños! Estaría desnudándola en este instante. No piensen que hablo de quitarle la ropa. No es a eso a lo que me refiero. Hablo más bien de desnudar su mente y su alma; de robarle un poema o alguna pintura que la describa más, que me hable más de ella…
Pensándolo mejor, ¿por qué no mejor desnudarla de ambas formas? Primero le quito la ropa, (sin su ayuda) y luego hurto algunos pensamientos, algunos pesares
…Entiéndanme; es estupendo habitar en su cama. Despertar abrazado a su cuerpo y sintiendo su respiración tranquila hasta quedarme dormido sobre su pecho…
¡Acaba de añadirse una fantasía a mi vida! En tal ilusión ella está dormida como le gusta y me gusta: desnuda. Yo llevo rato contemplándola. Deleitándome con su cuerpo y acariciándole disimuladamente, y sin que se dé cuenta, algunas zonas de piel. Comienzo a besar sus pechos y se ponen duros en mi boca sin que despierte. Igual llego a ese rincón que me tiene enviciado y mi lengua se pierde en sabrosos ríos de humedad hasta que despierta después de varios gemidos que ha soltado sin querer pensando que está viviendo un sueño. Comienza a gemir, esta vez queriendo y cada vez me pide más, desea que continué dándole placer. Lo hago hasta verla suspirar por mí y para mí. Amanece, el sol sale y su rostro se muestra sonriente ante el deleite que hemos compartido.
Pasamos el día; llega la noche y gracias a su compañía logro dormir inmediatamente me recuesto. Pasa el tiempo y se asegura que estoy perfectamente dormido para vengarse. Toma mi flacidez y la lleva a su boca. Logra la transformación que merece mientras yo sigo dormido. Despierto sobresaltado ante la sorpresa de sentir el placer sin igual que representa que me tenga en su boca. Llevo mis dedos a su intimidad y descubro la humedad maravillosa que le caracteriza. Sigue en el vaivén y cuando descubre que estoy próximo a manifestar el ímpetu supremo se encarama sobre mí y me cabalga hasta que el volcán de mi pasión explota dentro de ella, llevándola en ese instante al clímax…
…Deliciosa fantasía; grata en verdad. ¿Podríamos convertirlo en realidad? ¡Yo creo que sí! La amo; no debe olvidarlo… Debe quedarse conmigo y seguir regalándome todo este amor que sigue fabricándose dentro de mí. Le corresponde continuar obsequiándome su piel y las ganas que siempre acompañan a mi piel cuando mis ojos descubren los suyos...

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