Por Angelo Negrón
Después de hacer el amor, bajo los rayos del sol y algunas gotas de llovizna, seguiremos hablándonos con caricias suaves y recurrentes. Ella descubrirá el atardecer y deducirá que la noche llegará pronto a regalarnos sueños compartidos. Y se adormecerá… Dormirán promesas y dormirá ella. Mi insomnio pernoctará a su lado. Caricias ya desaparecidas para no incomodar su sueño se reunirán en mis fantasías; listas para que a primera hora salgan de su escondite. Sueños recurrentes flotarán como siempre y recorrerán su cuerpo desnudo…
El placer la ha hecho viajar lejos, sus ojos se cierran y está hipnotizada de amor. La hora me insinúa que es algo temprano para llamar a Morfeo pues la cena está servida en la mesa junto a las velas, las fresas y las rosas. Mi alma en este atardecer reconoce que debe dejarla dormir. Olvidaré los alimentos. De todos modos; ya hemos cenado. Nos nutrimos el uno al otro; saciando aventuras con besos salados y postre de piel. Como siempre, nos dará hambre de nuevo, ella es pasión que no se extingue…
La sala, como hace un rato, será nuestra habitación. El sofá logra que estemos más unidos. Dejaré encendidas las velas. Su pulular hace que dancen las sombras. El anochecer ya esta con nosotros. El sol se ocultó y ella, lo sé, despertará a media noche. Pedirá que la envuelva con mis brazos y la proteja del frío, le cuente alguna historia o simplemente le haga sentir que sigo aquí; cuidando su vida y alejándola de la soledad…
Después de hacer el amor, bajo los rayos del sol y algunas gotas de llovizna, seguiremos hablándonos con caricias suaves y recurrentes. Ella descubrirá el atardecer y deducirá que la noche llegará pronto a regalarnos sueños compartidos. Y se adormecerá… Dormirán promesas y dormirá ella. Mi insomnio pernoctará a su lado. Caricias ya desaparecidas para no incomodar su sueño se reunirán en mis fantasías; listas para que a primera hora salgan de su escondite. Sueños recurrentes flotarán como siempre y recorrerán su cuerpo desnudo…
El placer la ha hecho viajar lejos, sus ojos se cierran y está hipnotizada de amor. La hora me insinúa que es algo temprano para llamar a Morfeo pues la cena está servida en la mesa junto a las velas, las fresas y las rosas. Mi alma en este atardecer reconoce que debe dejarla dormir. Olvidaré los alimentos. De todos modos; ya hemos cenado. Nos nutrimos el uno al otro; saciando aventuras con besos salados y postre de piel. Como siempre, nos dará hambre de nuevo, ella es pasión que no se extingue…
La sala, como hace un rato, será nuestra habitación. El sofá logra que estemos más unidos. Dejaré encendidas las velas. Su pulular hace que dancen las sombras. El anochecer ya esta con nosotros. El sol se ocultó y ella, lo sé, despertará a media noche. Pedirá que la envuelva con mis brazos y la proteja del frío, le cuente alguna historia o simplemente le haga sentir que sigo aquí; cuidando su vida y alejándola de la soledad…
que bonito es el amor
ResponderBorrar'Nos nutrimos el uno al otro; saciando aventuras con besos salados y postre de piel.'
maravilloso
Saludos Goddess. El amor es fuente de vida y alegría. ¡Es tantas cosas! Desde un amanecer hasta la noche de estrellas que obviamos a veces y sigue ahí presente. Como te dije antes: Dios es todo eso porque el amor es Dios y punto.
ResponderBorrarEres tan benditamente talentoso. Voy a publicarte este escrito en mi pagina, si me lo permites, amigo, junto a la entrevista que tan amablemente me has concedido. Un abrazote.
ResponderBorrar¡Gracias! Ha sido y será un honor visitarte de esa manera. ¡Que viva la palabra escrita y también este tipo de iniciativas que siempre caminan contigo
ResponderBorrarExtraordinariamente hermoso!!! Fascinante...
ResponderBorrarQue hermoso...me llevaste al borde de las lágrimas (pero las de emoción)...esos momentos donde el sofá se convierte en el cetro del amor son benditos cuando los cuerpos se unen para que las almas conversen. Abrazos desde mi pedazo de mundo en el sur!
ResponderBorrarAna, Yiara ¡Gracias! Bendito amor; siempre hermoso, en especial cuando podemos demostrarlo con miradas, sonidos, palabras y letras sobre alguna hoja en blanco o sobre algún alma invadida de amor.
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