sábado, junio 10, 2006

Noche desnuda

Por Angelo Negrón

Esa noche la orquesta hizo alarde de gran habilidad musical. Traspasando oídos; penetró extremidades y cinturas. Solos o en parejas, los presentes bailaban. Desde la señora ancha de caderas hasta la pareja que, en vez de bailar, parecía hacer el amor al compás de la música. Nessie llegó allí luego del segundo receso. De su cuerpo esbelto brotaron movimientos lentos y disimulados.

En medio de la algarabía subió “Jacqueline” a la tarima con su tradicional frase: “¡Fuete a morir, lo más negro!”. Inició su famoso movimiento ondulante de cintura y se levantó la falda dejando ver sus velludas nalgas. Provocó burlas y aplausos en los presentes. Nessie, con furia reflejada en su rostro criticó en voz alta el acto del homosexual.

Un desconocido, al escucharla, la invitó a bailar y ella se negó, diciendo que no tenía ganas. Él insistió hasta convencerla y quedó admirado de la soltura de movimientos que surgían del cuerpo femenino. Danzaba como una diosa, por lo que él le preguntó dónde había aprendido a bailar de forma tan singular. Ella aclaró que nadie le había enseñado. Desde niña, por naturaleza, le gustaba bailar.

Todo un donjuán su acompañante le habló dulce al oído e intentaba, sin lograrlo, pegarla más a su cuerpo. Mientras ella se resistía a esos avances amorosos recordó el rechazo que hiciera ese mismo día a la petición de noviazgo de un amigo:

—No. Aún no es tiempo todavía. Debemos conocernos mejor para que sea seria y duradera nuestra relación...

En su reloj-pulsera sonó la alarma. Dejando de bailar mencionó que debía marcharse.

— ¿Por qué? — preguntó el tenorio presintiendo fracasada su conquista.

— Debo ir a trabajar — contestó ella.
El hombre la miró extrañado y preguntó:

— ¿A esta hora? ¿A que te dedicas?

— Soy enfermera graduada... No preguntes dónde. No te lo diré. Aún no te conozco bien, ¿entiendes?

—Yo puedo llevarte.

—No. No puedes— aseguró ella.

Insistentemente, él le regaló su número telefónico. Se despidieron con la promesa de volver a verse algún día de fiestas. Nessie tomó un taxi. Exigió al chofer que la llevara a la zona portuaria. Al llegar el taxímetro había marcado cuatro dólares con cincuenta centavos. Sacando un billete de cinco de su cartera pagó. Depositó el cambio en la mano estirada de un borracho vagabundo. Al entrar a su lugar de trabajo pensó: “Si no fuera porque me gusta tanto mi profesión no me desvelaría más”.

Ingresó en el tocador de damas. Se asomó al espejo y de rojo vivo pintó sus labios. Se atavió el uniforme de enfermera. Al salir escuchó a dos hombres quejarse. Con tenue sonrisa les ofreció ayuda a ambos. Parecían contagiados. Babeaban enfermos y no consiguieron responder. Nessie dio media vuelta al escuchar música estrepitosa. Pareció enfurecerse y decidida subió tres escalones. Se recostó de una columna e inició un suave vaivén de cintura. Ante las miradas aturdidas de los presentes, que le gritaban palabras malsonantes, comenzó a desvestirse. Hombres y mujeres le gritaban palabras soeces, pero no dejaban de admirar su belleza. Un joven que había asistido al lugar, comentó a otro a su lado:

— ¡Mira! ¡Es Nessie! ¡La muchacha a la que mi primo José pretende!

—Tu primo siempre ha sido un pendejo- contestó el otro joven.

— ¡Cuándo mi primo se entere!

— ¿Se lo dirás?

— Claro que sí. No ves que esta mosquita muerta se hace la muy santita con él.

— ¿Santita? ¡Santa puta es lo que es!

— ¿Cómo es que una mujer tan hermosa es capaz de trabajar aquí y hacer eso?

— Ahora prefieres que trabajen mujeres feas aquí. ¿Eres más pendejo que tu primo?

El joven no contestó. Tomó un sorbo de cerveza y sacó varios billetes de su bolsillo. Colocó uno en la última prenda que le quedaba a la bailarina nudista. Nessie dejó ver su parte más íntima y prosiguió bailando, completamente desnuda, hasta el amanecer.





6 comentarios:

  1. Un saludo amigo:

    He encontrado muy interesante tu blog, en realidad los dos.Y me siento mas que honrrada de ver que me tienes en tus enlaces.

    Tu cuento me ha inspirado.Y me puse a escribir uno. No tiene nada que ver con el tuyo, pero no se que hizo 'clik' dentro de mi y me decidí a escribir .

    Gracias mil...

    Un saludo

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  2. ¡Muchas Gracias goddess! El honor es mío. Y si este relato, o cualquier otro, logra que nazcan ideas en ti; en buena hora. Como sabes, soy asiduo visitante en tu blog y espero leer dicho escrito, eso si como la historia no es sobre el mismo tema, me encantaría me dejes saber cual fue la historia que esta vez hizo click dentro de ti. Estaré al pendiente. Saludos.

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  3. Excelente relato!!! Disciplina y creatividad son las dos virtudes innatas de un narrador, las posees!
    Esta noche publico tu microcuento de las sombras en mi blog, es un honor para mi tu colaboración en esta antología bajo las sombras.
    un abrazo

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  4. Ana Maria: el Honor es mío. Hasta me siento homenajeado. Gracias por hacernos participes de tu blog. Esa clase de apertura es la que nos hace falta a todos en el mundo de las letras. Otra vez, muchas gracias. Un abrazo.

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  5. Anónimo11:47 p.m.

    Me quede con las ganas de seguir leyendo...creo que merece un parte II. Animate. Me encanta como escribes!

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  6. ¿La parte dos? ¡Me gusta tu idea! Muchas gracias.

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